Saludos visitantes. Esta es la morada de Caminantes del Desierto, Corporación Ecológica y Cultural, Laica y Territorial asentada en Antofagasta-Chile. Tenemos por misión, proteger y difundir el Patrimonio de nuestra región, muy especialmente el patrimonio Natural.
Seas bienvenido
En reiteradas oportunidades hemos citado este nombre y por supuesto, visitado el
lugar llamado La Chimba 13. No significa que exista tal cantidad de quebradas con un
mismo nombre en nuestra comuna, más bien se trata de un solo sitio que resulta
de importancia para la arqueología local. Este lugar se ubica en la
desembocadura de la pequeña quebrada de Las Conchasa 3 kilómetros del borde marítimo y sobre los 270 metros de altura, ubicado en el sector norte de la ciudad de Antofagasta. Se
emplaza en una pendiente de las laderas occidentales de la Cordillera de la
Costa; en ese plan inclinado se han depositado formaciones dunarias,
actualmente activas.
Inicio de Quebrada Las Conchas
Las evidencias arqueológicas se encuentran diseminadas en la superficie
y ocupan, en forma continua, tanto la parte alta de esa gran duna, como la
parte baja, la que parece corresponder a una pequeña terraza.
“El sitio propiamente tal corresponde a un conchal de 0,9
hectáreas de superficie sobre arenas depositadas por el viento en la
desembocadura de la quebrada” (Bittman, 1987; Jackson et al., 2011)
La superposición de capas de sedimento expuestas durante las
excavaciones reveló fogones y material cultural hasta 40 centímetros de
profundidad; estratigrafía que evidenció dos momentos de ocupación en el
arcaico temprano: entre el 8280 a 8120 a.C., y desde 7680 a 7400 a.C.
Estos períodos representan un modelo de 2 fases que propuso
Agustín Llagostera y su equipo para el complejo (Llagostera et al., 2000).
Los grupos que habitaron La Chimba 13 consumieron
preferentemente moluscos y peces como el sargo o corcovado, ayanque, cabinza,
cabrilla y en menor medida corvina y jurel, la mayoría de los cuales habita aún
en la costa norte (Llagostera, 1979; Llagostera et al., 1997).
En los dos momentos accedieron a las mismas especies en
iguales rangos de tamaño, lo que habla de una estabilidad de recursos y
continuidad en las técnicas de captura.
Vestigios de tales tecnologías son las pesas de redes, que
usaban para entrampar peces en pozas y caletones.
La alimentación se complementó en menor proporción con
camélidos como el guanaco (Lama guanicoe) y pinnípedos como los lobos marinos
(Otaria sp.), usados mayormente como materia prima para la elaboración de
artefactos sobre hueso (Becker, 1998).
También se encontraron restos óseos de cánidos como zorro chilla
(Pseudalopex griseus), aves marinas y roedores (Cavia sp.).
Se registraron cerca de 200 litos geométricos además de
molinos planos, puntas de proyectil, pesas, raspadores, raederas, cuchillos y
escasos núcleos.
Litos Geométricos
En los conjuntos líticos es común el uso de materias primas de
origen local como basaltos y andesitas, pero también se constató algunos
silíceos de origen foráneo.
La predominancia de actividades de manufactura de artefactos
óseos y líticos se evidenció a partir de la gran cantidad de desechos de talla
lítica y astillas de hueso (Llagostera et al., 2000).
El uso de estos instrumentos para destazar animales y su
consumo ocurriría mayoritariamente en otras locaciones.
Se constató en el sitio el enterratorio de un adulto
masculino extendido boca abajo, cuyo cuerpo se encontraba incompleto y en malas
condiciones (Costa-Junqueira, 2001).
15 conchas de loco y residuos de pigmento rojo se encontraron
al lado de su cráneo y una capa de esqueletos bien preservados de peces y
conchas sobre el cuerpo. Próximo al individuo se hallaron fragmentos de
instrumentos en arenisca como limas y cilindros (Costa-Junqueira 2001).
Por su cercanía a la Cordillera de la Costa, La Chimba 13
serviría como asentamiento temporal "desde donde los cazadores tenían
acceso a los cotos de caza y por donde las presas transitaban enteras o ya
destazadas, hacia los lugares de consumo" (LLagostera et al., 2000: 469).
Por el gran número de litos, se propone que la función
prioritaria de La Chimba 13 fue de carácter ritual, relacionada con estos
objetos 'simbólicos'.
Se postula que habría sido un "punto de encuentro donde
las bandas se reunían periódicamente para celebrar sus ceremonias totémicas,
(…) un umbral que comunica dos ambientes ecológicos y subsistenciales: el
terrestre y el marino" (Llagostera et al., 2000: 470).
¿Alguna vez te han dicho que hay una mina de óxido de hierro
que es considerada la más antigua de América y es considerada una de las más arcaicas
y antiguas del mundo? ¿Sabes que es posible visitarla porque se encuentra en
Taltal y no es dificultoso el acceso? ¿No? Pues bien. Tal vez quieran mantener
este lugar protegido de la gente, puesto que pueden representar un peligro para
el área o lo que siempre hemos sostenido. La información científica no es para
todos, aunque se financie con el dinero de todos. Recuerda. Nadie protege lo que no conoce…
Caminantes del Desierto en Quebrada San Ramón. Taltal-Chile.
Este tema del descubrimiento de la mina de óxido de hierro más
antigua de América fue en su tiempo toda una noticia a nivel nacional e
internacional. Portadas de diarios, revistas, radio y televisión hablaban sobre
este hecho y nosotros no podíamos -por cercanía- dejar de visitar y conocer
este impresionante sitio arqueológico. El viaje no es menor. Hablábamos de
viajar a Taltal. Comuna de Antofagasta ubicada a 228 kms. al sur de la capital
provincial. Para esta expedición era necesario proveernos del vehículo y de un
conductor que conociese la ruta, puesto que este tramo de la carretera - especialmente en la cercanía de caleta Paposo –
es donde la ruta se torna algo peligrosa por las innumerables cuestas y pendientes.
También debíamos acarrear con todo nuestro equipo - al hombro - ya que no teníamos las coordenadas exactas del
sitio y solo sabíamos que se encontraba en alguna parte de la Quebrada San Ramón
inmediatamente al norte de Taltal.
Imagen de Archivo
Luego de 3 horas de viaje, accedimos al lugar y nos pareció
muy penoso que el acceso a la quebrada estuviese ocupado por chatarra y que
nada dijese que en este espacio se había hecho uno de los mayores
descubrimientos arqueológicos de la comuna. Significaba que la noticia fue
relevante solo para el mundo y no para Taltal.
Vamos Caminando.
Todo en este espacio nos resultaba muy distinto a lo conocido,
desde sus aromas y olores, de las rocas en su conformación hasta la vegetación.
Nosotros. Personas acostumbradas a recorrer nuestro norte desde la planicie a
las alturas nos sentíamos extraños en un lugar extraño. Grandes y oscuros
murallones a nuestros lados, temperaturas sofocantes, el agua brotando por
todos lados, mosquitos e insectos pululando en la vegetación y especialmente sobre
nosotros. Esto solo era el inicio.
Caminantes del Desierto en Quebrada San Ramón. Taltal-Chile.
A Seguir Caminando
15, 20, 30, 60 minutos de ardua caminata, hundirse en el
terreno, resbalones y bastante sudor. Varios de nuestros integrantes optaron
por adelantarse en la exploración, los menos, nos quedados atrás esperando a los
cansados y por supuesto, a los que iban fotografiando todo lo que se les pasase
por delante. La radio avisa que uno de los exploradores dio probablemente con
el sitio. Apuremos el tranco antes que los zancudos nos dejen anémicos.
Los Mosquitos. Nuestros Hermanos de Sangre
En una ladera empinada, dominada por antiguos senderos de
Guanacos, muy lejos del fondo de la quebrada, casi imperceptible a las miradas
y sin marca alguna, estaba la mentada excavación. ¿Como lo hizo nuestro
explorador para verla? La respuesta quedará para otro escrito. Lo que importa
es que ya estamos en el lugar y ahora viene el trabajo grupal de imaginar cómo sería
la gente que habitó estos parajes, para que darse tamaña faena de excavar la
roca, para que usaron los pigmentos y como habrá sido esta quebrada hace 10.000
años atrás. Desde la altura la postal del lugar es de una belleza
indescriptible, ninguna fotografía podría mostrar su impronta.
Mina de Óxido de Hierro más Antigua de América en Taltal-Chile
Valió la pena el viaje, más aún al tener la posibilidad de dirigirnos
posteriormente al interior de la quebrada y acceder a lugares únicos y
hermosos, poder apreciar las pocas pinturas rupestres que se mantienen en lo
profundo de las bifurcaciones, fotografiar especies únicas que pensamos no
encontrar por estos parajes. Unos minutos para conversar, varios minutos para
valorar el silencio.
Paisajes de Quebrada San Ramón. Taltal-Chile
Viene la vuelta al campamento.
Muy cansados casi a nivel agotamiento, pero lo que avanzamos
durante el día debemos desandarlo muy rápidamente en procura del campamento. Ya
cae la tarde y la temperatura cambia abruptamente, aunque no a niveles extremos
como sucede en medio del desierto, aquí estamos en la cordillera costera, por lo
que la variación no es tanta. Comienzan las sombras y decae la luz, en cada
recoveco vemos figuras. Esto dura hasta la última curva que da acceso a las
luces de la ciudad. Ahora a descansar, mañana seguimos con el Cerro Moro, pero
esa es otra historia y otro viaje.
Nuestro curioso amiguito el Zorro.
Paisajes Profundos de Quebrada San Ramón. Taltal-Chile
¿Qué dijeron las noticias?
12 mil años tiene la mina San Ramón 15, descubierta por un
equipo de arqueólogos de la Universidad de Chile, al norte de Taltal. En ella,
la cultura Huentelauquén HABRÍA REMOVIDO 2000 TONELADAS DE ROCA PARA EXTRAER DE
ELLA PIGMENTOS DE ÓXIDO DE HIERRO para usos que aún no están confirmados y que
serán abordados en un nuevo proyecto que tendrá una duración de 4 años. En
octubre de 2008, un equipo de expertos compuesto por investigadores, tesistas, geólogos
y especialistas en diversas materias, guiado por el arqueólogo de la
Universidad de Chile, Diego Salazar, se instalaba en la localidad minera de San
Ramón, al norte de Taltal, para investigar la historia de la antigua minería y
la metalurgia en la zona. Desde inicios del siglo, se tenían antecedentes que
indicaban la existencia de minas de cobre explotadas en siglos pasados en la
Región de Antofagasta, lo que los llevó -tras la adjudicación de un Proyecto
Fondecyt- a poner en marcha una exhaustiva metodología de trabajo en el área.
Sin embargo, y pese a la experiencia e idoneidad del equipo, nunca imaginaron
que durante la expedición encontrarían, casi por casualidad, una faena minera
de 12 mil años de existencia, la más antigua descubierta, a la fecha, en Chile
y América y una de las más arcaicas a nivel mundial. Hoy, cuando concluye este
estudio, queda en evidencia un hecho histórico que, según los arqueólogos,
convertiría a la minería, en la actividad productiva con mayor antigüedad en la
historia de nuestro país. Según explica Salazar, tomando en cuenta las
condiciones del desierto y las tecnologías antiguas, uno de los requerimientos
claves para organizar una faena minera que fuera sustentable en el tiempo, es
un acceso expedito al agua. “Las minas son muy difíciles de encontrar y se
conocen muy pocas a nivel americano. Lo que hicimos fue buscar las fuentes de
agua y al encontrarlas, comenzamos a examinar alrededor huellas de caminos,
herramientas, o cualquier cosa que nos indicara que hubiese actividad minera
prehistórica en las inmediaciones”, acota. Cuando descubrieron la mina,
bautizada como San Ramón 15, se dirigían a recoger a algunos integrantes del
equipo que se encontraban explorando otro sitio. Mientras cruzaban una
quebrada, divisaron una piedra que podía ser un utensilio antiguo, sin embargo
“no estábamos muy seguros, afortunadamente me encontraba con el arqueólogo
Hernán Salinas, experto en martillos de piedra, junto a quien analicé el
objeto, y nos percatamos que no era el único objeto en el lugar. Fue así como
seguimos una quebrada donde había muchos martillos prehistóricos hasta que
llegamos a una zona donde parecía que el cerro estaba cortado. Ahí fue cuando
comenzamos a rastrear la zona, con más detalle, hasta que finalmente encontramos
la mina”, detalla. LOS 12 MIL AÑOS DE LA MINA SAN RAMÓN San Ramón es una veta
de óxido de hierro explotada en la antigüedad mediante una trinchera a cielo
abierto de 40 metros de largo por 5 metros de ancho, con una profundidad que
aún no se logra precisar. La veta está constituida por distintos tipos de rocas
con alto contenido de hierro. Entre ellas se formaron pequeñas fisuras que, por
procesos de oxidación secundarios, formaron vetillas de pigmentos de 20
centímetros de ancho. Con el paso de los años, y debido a los desmontes y a los
rellenos de los cerros, el yacimiento se tapó. “Cuando nosotros llegamos, la
mina estaba plana, casi no se veía. Nos hemos demorado dos años en excavarla y
aún no llegamos al fondo”, explica Salazar. Según los expertos, la mina
descubierta habría pasado por dos periodos de explotación: el primero de ellos
duró 1.500 años, y se situó entre 12 mil y 10 mil 500 años atrás. “Ahí se
explotó casi la totalidad de la trinchera que se percibe en la actualidad.
Después se registra un periodo de abandono, volviéndose a explotar entre 4.500
y 4.000 años atrás, un periodo que fue distinto, ya que lo que hicieron fue
reexplotar los desmontes de los mineros antiguos, buscando trozos con buena
ley. Asimismo, ampliaron la trinchera explotando las vetillas laterales y
removiendo los desmontes dentro de la mina”, expresa el arqueólogo.
Escala de Tiempo
La primera cultura que explotó esa mina se conoce como
Huentelauquén, nombre que le dieron los arqueólogos al primer grupo de
cazadores y pescadores costeros del norte de Chile, siendo una de las culturas
más antiguas de la costa pacífico-sudamericana. “Ahora, con esto, se puede
decir que además eran muy buenos mineros”, comenta Salazar. En cuanto al uso
del óxido de hierro, aún no se tiene total claridad. “En otras culturas se
utilizó como protector solar, y también como impermeabilizante, entre otras
funciones. Sin embargo, no sabemos si estos usos prácticos estaban presentes en
Huentelauquén, porque se conoce muy poco de ellos. Lo que sí sabemos, es que en
esa época el óxido de hierro tenía un uso ceremonial, ya que se han encontrado
objetos pintados y, posterior a este periodo, existen vestigios en tumbas”.
Para el equipo de investigadores, este hallazgo resulta revolucionario. “Una
cosa es que sea la mina más antigua en Chile y América, y otra cosa -mucho más
importante- es que el volumen de explotación indica que las sociedades más
antiguas del continente eran distintas a como las pensábamos. Tenían una organización
mucho más compleja, había una producción a gran escala y, probablemente, una
producción de excedentes para el intercambio, cosa que se creía que era propio
de sociedades posteriores y más evolucionadas”, argumenta Salazar. Se precisa
una extracción de 2 mil toneladas de roca en esta mina, que para los estándares
de la época y con la técnica utilizada, es casi impensable, incluso para los
expertos. “Hemos trabajado con varios pirquineros en la mina y ellos al
principio no creían que esta mina hubiese sido explotada a puro pulso. Es por
esto que creemos que esta dedicación a la extracción del mineral tenga que ver
con algún uso de intercambio con otros grupos del interior, o de otras zonas.
Eso lo vamos a investigar”. Con más de 10 años estudiando las minas antiguas en
Chile, y descubriendo sólo yacimientos fechados desde el 200 antes de cristo,
este profesional reflexiona que “ha sido impactante descubrir que la minería es
una actividad que se venía ejerciendo desde la llegada de los primeros grupos que
ocuparon el continente, y si se piensa, este descubrimiento hace de la minería
la actividad más larga en la historia de Chile, porque si hablamos de la caza,
que es igual de antigua, ya nadie vive de ella. Las repercusiones no son sólo
científicas, sino también del punto de vista patrimonial, histórico, y también
social”. Es por lo anterior que Diego Salazar quiso postular nuevamente a un
segundo proyecto Fondecyt, el cual se lo adjudicó para continuar la excavación
e investigación de la mina San Ramón por un periodo de 4 años.
Imagen de la excavación
“Queremos saber
cuál es su profundidad, su cronología, como también buscar otras minas
parecidas de óxido de hierro de otras épocas y estudiar las sociedades, las
economías de los grupos que explotaban este mineral, cómo lo usaban, para qué,
dónde se asentaban, cómo se abastecían, qué recursos consumían, y hacia dónde
se movían, todo esto para ver si podemos rastrear de qué fuente vienen y cómo
fue la economía de intercambio”.
Visita el Museo Regional de Antofagasta, lleva a tus hijos. Es educativo y es gratuito
Cuando recorremos nuestra costa o los faldeos de la
cordillera costera de Quebrada La Chimba y Quebrada Las Conchas (por ser sitios considerados de alto interés arqueológico) Tenemos por costumbre el preguntar a los
asistentes ¿Quiénes fueron los primeros habitantes costeros de Antofagasta? La respuesta es inmediata “Los Changos” “Juan
López” y esta respuesta es de dominio común. Algo sucede en nuestra educación (Comunal,
regional) que no se ha podido integrar la información correcta a nuestros
planes de estudio puesto que la cultura más antigua es -"la cultura
Huentelauquén" o "complejo Huentelauquén", entre el 10.000 a.C.
y el 7.000 a.C.- es por lo tanto la más antigua ocupación colonizadora de esta
zona. Pensamos (Como institución) que debiera ser materia sabida por todos los
que viven en esta región. Es algo muy básico.
Complejo Huentelauquén: Los primeros habitantes costeros de
Antofagasta.
Imagen del Sr. José Perez de Arce
El Complejo Huentelauquén se despliega extensamente por el
litoral nortino chileno, y sus evidencias otorgan elementos respecto de los
cambios en el ambiente y clima durante el Arcaico temprano.
La Chimba 13 se ubica en la costa árida, territorio que
experimentó transformaciones ambientales a causa de la transición entre
Pleistoceno y Holoceno, cuando los grupos Huentelauquén lo habitaron.
Quebrada Las Conchas, Adyacente al sitio arqueológico la Chimba 13
La estratigrafía del sitio reveló que fue ocupado en 2
momentos, que dan cuenta de las diferencias climáticas en la zona:
- Del 8280 al 8120 a.C.: improntas o marcas de raicillas en los
restos óseos, la presencia de un roedor y el tipo de semillas, indican que hubo
un clima más húmedo que posibilitó crecimiento de vegetación sobre la duna,
además de probablemente humedales o marismas.
- Del 7680 al 7400 a.C.: el tipo de semillas asociadas a suelos
más firmes y menos húmedos, indicarían que comenzaron a experimentarse
condiciones de aridez similares a las actuales, que impidieron el desarrollo de
una cubierta vegetacional (Llagostera et al., 2000).
Indicadores en las conchas de locos o Concholepas concholepas
muestran que "la temperatura de las aguas litorales durante la mayor parte
de la ocupación del sitio era 4°C inferior a las actuales y, posiblemente, más
frías aún durante el primer evento ocupacional" (Llagostera et al., 2010:
474), lo que se relaciona con procesos de mayor precipitación y formación de
dunas en la región.
Entrevista al Arqueólogo y Antropólogo Nestor Rojas Arias.
Las condiciones oceanográficas no habrían sido tan distintas
a las actuales, pues la mayoría de las especies de moluscos y peces registrados
en La Chimba 13 subsisten hasta hoy en el litoral (Llagostera et al., 1997).
La presencia de peces de aguas cálidas podría deberse a
alteraciones temporales, como la corriente El Niño.
En aquel período el norte semi-árido también experimentó
mayor pluviosidad y un clima más frío y húmedo, con un aumento en la desertificación
e instalación de las condiciones ambientales actuales en ambas zonas hacia el
final de las ocupaciones Huentelauquén (Llagostera et al., 2000; Jackson et
al., 2012).
Estudios del relieve
y fondos marinos realizados en la bahía de Taltal indican que la línea costera
a fines del Pleistoceno estuvo al menos 1.5 kilómetros hacia el interior
(Salazar et al., 2013). Elposterior
derretimiento de hielos provocado por el incremento de la temperatura propio
del Holoceno temprano implicó que el mar alcanzara los niveles actuales.
Panel explicativo de nuestro Museo Regional de Antofagasta
Muchos sitios arqueológicos previos al 10000 a.C.
representativos de los grupos costeros de fines del Pleistoceno probablemente
están bajo el agua por esta razón (Jackson et al., 2012; Salazar et al., 2013),
y sus pesquisas son posibles gracias a la arqueología subacuática.
Estos cambios se inscriben en los procesos de la transición
entre dos edades geológicas:
- Pleistoceno: entre 1.8 millones y 11500 años atrás, se
caracterizó por grandes glaciaciones, cambios en la geomorfología del planeta,
y la aparición de la especie humana.
- Holoceno: época actual que comenzó hacia 11500 años. Aumentos
en la temperatura llevaron al derretimiento de hielos e incremento en el nivel
del mar. Si bien hay cierta continuidad en la flora y fauna, se ha modificado
progresivamente su distribución espacial.
El poblamiento americano habría sido posible por la última
gran glaciación de fines del Pleistoceno, que conectó Asia y América por el
norte, lo que habría permitido el paso de grupos humanos.
En la transición entre ambas épocas ocurrieron las primeras
ocupaciones de este continente (Núñez et al., 1994) así como la extinción de un
gran número de especies animales, como la megafauna (Frassinetti y Alberdi,
2005).
Las evidencias del complejo Huentelauquén dan elementos para
comprender estos procesos, en tanto los asentamientos tempranos de grupos
altamente adaptados al mar plantean la idea del poblamiento sudamericano a lo
largo de la costa Pacífico (Jackson et al., 2011, 2012).
Carátula del libro: Evidencias Tempranas del Poblamiento de Antofagasta
Hallazgos en las últimas décadas refuerzan este modelo, pero
los sitios de fines del Pleistoceno en las costas de Perú y de Chile no se han
estudiado lo suficiente y son aún escasos como para resolver esta discusión, lo
que guarda relación con la probable locación bajo el mar de estas ocupaciones
tempranas (Sandweiss, 2008).
Complejo
Huentelauquén: primeros habitantes costeros de Antofagasta
Huentelauquén se ha caracterizado como un complejo cultural
de cazadores recolectores pescadores tempranos, que habitaron a lo largo de la
costa norte de Chile, hace más de 8000 años.
Litos geométricos, puntas lanceoladas pedunculadas, pesas,
facsímiles y micro-morteros de arenisca, molinos planos y raspadores de dorso
alto se cuentan entre los objetos específicos con que se reconoce la presencia
de estos grupos.
El límite septentrional del complejo se localiza en el norte
grande o árido, con el campamento La Chimba 13 por Antofagasta, y los aleros en
quebrada Cascabeles y la mina San Ramón 15, cerca de Taltal.
Caminantes en la Mina de San Ramón. Comuna de Taltal
Esta zona comprende un ambiente desértico con escasos o nulos
cursos de agua, que abarca desde el límite con Perú por el norte hasta el río
Copiapó por el sur, hacia la mitad de la Región de Atacama por el sur.
Este río funciona como hito natural donde comienza el norte
chico o semi árido, territorio de ambiente semi desértico con quebradas y cursos
de agua que abarca hasta el norte de la Región de Valparaíso.
Se constituye como 'ecotono' o ambiente de transición entre
el desierto de Atacama y la zona central, por lo que presenta vegetación, clima
y fauna asociados a ambos ecosistemas.
Pichidangui se sitúa como límite meridional del complejo en
esta zona, donde se encuentran sitios como Punta Ñagué, La Fundición o
Huentelauquén, yacimiento que da su nombre al complejo.
Fechados entre los 10000 a 6500 a.C. circunscriben el
complejo al período Arcaico temprano, en la transición Pleistoceno-Holoceno.
Las ocupaciones se radican generalmente en terrazas costeras
asociadas a sistemas de antiguas dunas, desde los 20 metros sobre el nivel del
mar, entre 500 a 1000 metros de la costa y próximas a recursos hídricos.
Estarían ligadas a asentamientos en quebradas secundarias al
interior de los valles, lo que reflejaría algún grado de movilidad residencial.
Peces, moluscos y mamíferos costeros fueron la base de su
subsistencia, complementados con recursos del interior como guanacos y
mamíferos menores.
Actividades mineras vinculadas a extracción de pigmentos se
han registrado en la zona de Taltal, alrededor de 200 kilómetros al sur de
Antofagasta.
Modelos Para el Complejo Huentelauquén
Las primeras menciones sobre el complejo las hizo a
principios de los 60' el arqueólogo Jorge Iribarren, quien describió los litos
y los asoció a grupos cazadores costeros.
En las últimas décadas, equipos de investigación han
desarrollado distintas propuestas con relación a su patrón de asentamiento y
subsistencia.
El primero corresponde a un modelo de fases y zonas con
diferentes énfasis en recursos marítimos o terrestres para su subsistencia,
sugerido por investigadores de la Universidad Católica del Norte y de los
Museos de Antofagasta, Atacama, La Serena y R. P. Gustavo Le Paige (Llagostera
et al., 2000; Cervellino et al., 2000; Weisner et al., 2000):
- Primera fase, entre los 8500 a 6500 a.C., presente únicamente
en la costa arreica, se asocia a una tradición de pescadores de la zona árida
con movilidad más restringida al ámbito litoral.
- Segunda fase, entre los 7500 a 6000 a.C., presente en la
costa arreica y en el semiárido, vinculada a cazadores del interior y del norte
semiárido con movilidad este-oeste, en función de complementariedad de
recursos.
Según este modelo, la tradición costera aportaría los litos
geométricos, mientras que los cazadores del interior las grandes puntas
pedunculadas. El encuentro entre ambos grupos se produciría en el semiárido en
la segunda fase.
Litos Geométricos Presentes en el Museo Regional de Antofagasta.
La presencia de material propio de ambientes interiores como
guanaco, obsidianas, cuarzos y andesitas en los sitios costeros, indujo a
preguntarse sobre el grado de adaptación costera del complejo Huentelauquén y a
explicar estos hallazgos (Jackson, 1998: 140).
Investigadores de las Universidades de Chile y La Serena, y
del Centro Nacional de Conservación y Restauración realizaron prospecciones en
quebradas y valles al interior de las ocupaciones litorales tempranas conocidas
para la Región de Coquimbo.
Encontraron numerosos yacimientos interiores, a partir de lo
cual los investigadores propusieron un segundo modelo donde Huentelauquén
habría articulado 2 tipos de asentamientos (Jackson et al., 1999 y 2005):
- De orientación litoral: del 10000 a 8000 a.C., de grupos que
subsistían eminentemente con recursos costeros y marítimos. En las ocupaciones
de tipo residenciales se constató uso de materias primas locales y foráneas,
mientras que en las de tareas predominaron las materias primas locales.
- De orientación a quebradas: del 7300 a 6000 a.C.,
subsistencia basada principalmente en el guanaco, zorro, roedores y aves, y un
uso mayoritario de materias primas locales. Las ocupaciones serían más bien
ocasionales en desembocaduras, cursos medios o cabeceras de quebradas, con
acceso a ambientes lacustres y bosques relictos.
Las ocupaciones y conjuntos arqueológicos asociados al
complejo Huentelauquén en la costa árida del desierto de Atacama aluden a la
subsistencia y al sistema interconectado de locaciones de sus primeros
pobladores, que vivían de la caza, pesca y recolección en el Arcaico temprano.
De Pie. Arqueólogo y Antropólogo Sr. Nestor Rojas Arias
Su sistema de asentamientos incluía:
- Campamentos residenciales junto al borde costero, hoy
probablemente sumergidos.
- Sitios ceremoniales como La Chimba 13.
- Zonas logísticas como los aleros de quebrada Cascabeles en el
piedemonte.
- Locaciones de explotación minera como San Ramón 15 en la
Cordillera de la Costa (Llagostera et al., 2000; Castelletti, 2007; Salazar et
al., 2010).
Esta diversificación expresa un aprovechamiento y manejo
integrado de fauna, vegetación, cursos de agua y canteras de rocas (Salazar et
al., 2010).
Antiguos Senderos de Guanacos en Cordillera Costera de Antofagasta-Chile.
Referencias:
Imagen. José Pérez de Arce, el ilustrador de los pueblos precolombinos
En una Antofagasta provinciana - de fines de los ‘50 e inicios
de los ‘60 - la presencia de una estación de la NASA en nuestra ciudad resultó ser
todo un acontecimiento del cual no quedan muchos recuerdoss, pues bien, de esta pequeña
base y de su gente, se habló por muchos años hasta que el señor olvido asomó su
semblante en esta historia.
Nos consta que por los sectores altos de Salar del Carmen es
posible encontrarse con los vestigios o ruinas del Observatorio
Radioastronómico que se instaló entre 1957 y 1962. De acuerdo con los
registros, se construyó para monitorear al satélite Vanguard 1, lanzado por
Estados Unidos en 1958. La estructura era en sí, una pequeña estación de
rastreo satelital que fue operada por personal de la NASA, quién tomó el
control de la estación.
Ubicación del Observatorio Radioastronómico Vanguard 1
Sobre el satélite la historia nos dice: Cuando el Vanguard 1
fue lanzado en un cohete desde Cabo Cañaveral, Florida, eran los últimos días
de invierno de 1958. Este aparato espacial no llevaba el sello de ser el primer
satélite artificial en órbita alrededor de la Tierra (era el cuarto), pero
ostentaba, en cambio, la cualidad de ser el primero en contar con celdas
solares fotovoltaicas que generaban energía eléctrica para activar algunos de
sus instrumentos. Su vida útil llegó a su fin en 1964, seis años después de
comenzar a girar alrededor del planeta. Sin embargo, aún hoy continúa en
órbita, por lo que estamos hablando del dispositivo humano más antiguo que
continúa su viaje fuera de este mundo.
Cualquiera podría imaginarse que se trata de un artefacto
grande, sin embargo, el Vanguard 1 tiene dimensiones parecidas a las de una toronja
por lo que fue objeto de burla por parte del dirigente soviético Nikita
Kruschev, denominándolo "el satélite pomelo". Es una esfera de
aluminio con un peso de 1.4 kg y un diámetro de 16.5 cm. Este satélite (entre
otras cosas) permitió a los científicos descubrir que la Tierra no es redonda.
Satélite Vanguard 1
Una de las personas que conoce sobre este tema y tuvo la
posibilidad de visitar el lugar es el Sr. Edmundo Martínez quién nos dice:
"La instalación existió y se ubicaba en el Salar del Carmen, 2
km al noreste de las ruinas de la estación Carmen Alto. De esta estructura solo
quedan en la actualidad los cimientos - muy intervenidos - puesto que se usa
como estacionamientos de camiones. Ubiqué este lugar hace una década, basado en
los trabajos realizados por el Instituto Geográfico Militar (IGM), cuya única
participación fue georreferenciar un punto para fijar la posición de la antena
rastreadora. El IGM nunca operó la instalación (era tecnología de última
generación) No eran grandes estructuras, se trataba de mini estaciones. La del
Salar duró hasta 1963. Siempre la operación estuvo en manos de la NASA, aunque
fue de corta vida. La única razón por la que es posible ubicarlo hoy en día, es
porque la posición del Hito IGM (que se llama Vanguard), fue calculada con
precisión de 1 milímetro. Existió una segunda estación en Chile (Peldehue,
Santiago) que me parece fue operada por la NASA hasta los 80 y después pasó a
la U. de Chile."
Siempre nos preguntamos si podríamos haber sido parte de una
ofensiva soviética al usar esta estación para rastrear y captar las señales del
satélite soviético Sputnik en pleno periodo de la guerra fria, pero Edmundo nos
aclara este punto. Respecto al Sputnik, este llevaba un transmisor muy potente
y podía ser captado en cualquier punto del planeta bajo su órbita. Lo que los
rusos querían es que todo el mundo se enterara de su hazaña, por eso
facilitaron que fuera rastreado. De no ser así, nadie les hubiese creído.
Satélite Soviético Sputnik 1
Edmundo agrega: Este complejo no era único, era parte de un conjunto de 8
estaciones a lo largo de América. La de Antofagasta era la N°7. El personal era
americano (un total de 30 militares). Llegaron a tener su equipo de béisbol,
recordemos que era un deporte muy popular en el norte. Obviamente la presencia
de una Estación de la NASA fue todo un acontecimiento en esa Antofagasta
provinciana. Yo nací un par de años después, pero recuerdo que de niño se
hablaba de los científicos de la NASA y su estación del Salar del Carmen.
Visión general del Salar del Carmen
Un grato comentario sobre este tema.
Vesna Siglic Trewhela nos dice: Jejeje De niñ@s, en los años
'70, mi papá nos llevaba a mirar las estrellas a ese lugar. Cada uno con un
saco de dormir y la música de Joakin Bello -"Hijo del Planeta"-,
durante el camino. Maravillosos recuerdos. Creo q era sólo una loza de cemento,
a la que se llegaba saliendo del camino principal.
Felicitaciones por la detallada información...entonces, lo
que vivimos sobre "ir a la estación de la nasa" era real. ¡Guau, me
alegraron el día!
De nuestra parte en honor a su padre, en honor a usted.
Si
Mejillones y Antofagasta pasaron a poder de Bolivia por tratados y sin disparar
un tiro, ¿cuál sería el puerto que debiese haber estado en el límite norte de Chile? Blanco Encala.
Hablar de
la Caleta Blanco Encalada les puede resultar muy poco atractivo -como tema- por
desconocimiento y por ser en la actualidad un lugar desolado, de difícil acceso,
carente de todo servicio y de pocos atractivos salvo por la pesca deportiva y los deportes
náuticos, pero han de saber que en los años anteriores al conflicto del Salitre
(1879), Este punto fue indicado para convertirse en la ruta de salida de las
riquezas del desierto. Un puerto con 23 manzanas en el extremo norte del país y
muy cercano al hito 25.
Hemos
visitado el lugar y nos cuesta imaginarnos que en este punto tan distante y
perdido de la costa antofagastina se presupuestara - en algún momento -
construir un puerto con sus correspondientes edificios, reparticiones y
habitaciones. Un puerto que solo quedó en el papel.
Pero
vamos a la historia:
En 1850
se realizó en Santiago, el primer desfile político del país. Lo encabezaban Santiago
Arcos y Francisco Bilbao, elegantemente vestidos de apretados pantalones
blancos y levitas negras. Portaban un arbolito con brillantes mostacillas que representaba la libertad.
Les seguían prestigiosos intelectuales y vecinos. Entre ellos, sobresalía la
figura varonil del abogado y hombre de letras José Victorino Lastarria. La
concurrencia protestaba contra “el gobierno tiránico de Bulnes” y exigía más
libertad.
José Victorino Lastarria
En esa época Lastarria era un joven de 34 años que se había atosigado leyendo
autores franceses, estudiando la revolución, admirando la filosofía gala. Fue
entonces que junto a otros intelectuales de su tiempo dieron forma al Partido Liberal.
En 1870 el mismo Lastarria, esta vez con 54 años, parado en medio del mineral
de Caracoles oteaba el ilimitado desierto de Atacama. Ahora intentaba, como
muchos chilenos y extranjeros, encontrar un filón de plata para enriquecerse.
Sin embargo, mantenía un alma soñadora y ese desierto le sugería gran futuro
para el país.
Quizás en ese instante Lastarria comprendió que el porvenir de Chile descansaba
en esas tierras secas del norte.
En Antofagasta se iniciaba la explotación del salitre en el Salar del Carmen y
Aguas Blancas. Se hacía un enorme esfuerzo pero, las distancias, la falta de
carreteras y la ausencia de ferrocarriles y sistema portuarios, hacia más
difícil la tarea. La región era un enorme pozo de riquezas pero, ¿dónde estaban
y cuanto había? ¿Dónde se podían construir complejos portuarios? Eran
interrogantes que exigían respuestas.
Un Ministro Para el Norte.
En 1872 el presidente Aníbal Pinto nombró a Lastarria como ministro del interior,
lo que le dio la oportunidad para concretar sus sueños nortinos. Estimó que lo
primero era el estudio de la geografía de la región, para definir dónde
instalar vías de tren y puertos. Se creó la Comisión Exploradora del Litoral
del Norte y el nombramiento de Amado Pissis para estudiar la geología del desierto.
Presidente Aníbal Pinto Garmendia
Pedro José Amado Pissis
El 31 de octubre zarpó de Antofagasta “El Abtao” con la misión de explorar la
costa sur bajo el mando de los ingenieros Enrique Plazolles y Macario
Sierralta. Por petición de ellos, subieron al barco al minero local Secundino
Corvalán, antiguo conocedor de la región.
Entre tanto Pissis informó al ministro que en Aguas Blancas y Taltal “el
Desierto de Atacama chileno puede proporcionar grandes cantidades de salitre
por más de un siglo”. La apreciación resultó exacta.
“El Abtao”
“El Abtao” levantó ancla rumbo al norte. Recorrió y exploró toda la costa. En
Caleta El Cobre encontraron abandonado el establecimiento minero que fundo José
Antonio Moreno. Hasta allí la geografía impedía instalar un puerto: la
cordillera de la costa caía abruptamente al mar sin dejar espacio para
establecer una población.
Más al sur descubrieron la quebrada de Remiendos. Al recorrerla se dieron
cuenta que a través de ella se llegaba fácilmente a las salitreras de Aguas
Blancas.
La Caleta Remiendos con el nuevo nombre de Blanco Encalada.
Blanco Encalada, El Pueblo de Papel
Los ingenieros trazaron el futuro camino y línea férrea y planificaron el plan
del poblado. En noviembre de 1876 el ministro Lastarria recibió el informe, de
manera que, por decreto del 11 de abril de 1878, ordenó habilitar la Caleta
Remiendos con el nombre de Blanco Encalada.
El decreto de junio de 1878 dispuso la fundación de Blanco Encalada y de
Taltal. El plano de la primera población constaba de 23 manzanas y el de Taltal
tan sólo de 11. A pesar de esta proyección, Taltal terminó imponiéndose como
puerto, por la simple razón que era más fácil construir por allí la vía férrea.
Además, se bonificó a la empresa naviera para que los barcos recalaran en ese
puerto. En octubre de 1881 se autorizó The Taltal Railway para la construcción
del ferrocarril. Esa autorización fue el golpe de muerte para Blanco Encalada,
que sólo tuvo una existencia de papel
El mapa de la rada de
Blanco Encalada (anteriormente Remiendos) con el plano de su población, fue
parte del material recopilado concerniente a los informes hechos por la
“comisión exploradora de la costa norte de Atacama” a fines de 1876, cuya
misión encomendada por el Gobierno había tenido por objeto el determinar sitios
al sur del paralelo 24 que propiciaran el establecimiento de un puerto menor
por el cual se pudiera habilitar una ruta capaz de alcanzar las salitreras de
Aguas Blancas, que representaban una considerable extensión con altas
probabilidades de encerrar incluso otros ricos depósitos en sus alrededores,
cuya expectativa para la salida expedita de los productos que allí se
extrajesen y elaborasen permitirían el aumento de la actividad económica e
industrial en provecho de la porción chilena del desierto.
La comisión viajó a bordo de la corbeta
“Abtao”, al mando del capitán de fragata Francisco Rondizzoni, llevando consigo
a los ingenieros civiles Eugenio Plazolles y Macario Sierralta, quienes se
encargarían de desempeñar las labores pertinentes de reconocimiento en tierra.
Sus informes elaborados el 28 y 29 de noviembre respectivamente dieron cuenta
de las diferentes caletas reconocidas en el litoral, determinando de ellas que
la de Remiendos presentaba óptimas condiciones para emplearse como centro
costero de abastecimiento, transporte y comercio mediante un efectivo
poblamiento.
Los ires y venires del Abtao Antes de la Guerra del Salitre.
- En octubre de 1876, la "Abtao" fue comisionada para
efectuar un prolijo reconocimiento de la costa comprendida entre el paralelo
23º S y la Caleta del Cobre, para tener conocimiento de los surgideros que
reunieran las condiciones para establecer un puerto que pudiera comunicarse con
el interior del desierto. Estaba al mando del Capitán de Fragata Francisco
Rondizzoni y en el levantamiento hidrográfico participaron el Capitán de
Corbeta Luis Pomar, el teniente 1º Luis Uribe Orrego y el teniente 1º Álvaro
Bianchi Tupper.
- En mayo de 1877 La "Abtao” fue enviada con ayuda y
recursos para los damnificados del terremoto e inundaciones que afectaron a los
puertos de Caldera, Chañaral, Antofagasta, Mejillones, Cobija, Tocopilla y
Pabellón de Pica y lugares aledaños. Luego fue enviado a Taltal y Caleta Blanco
Encalada transportando casas de madera y otros objetos de propiedad fiscal, como,
asimismo, mercaderías de algunos concesionarios de sitios, en las nuevas
poblaciones fundadas en esos puertos por el ministro del Interior.
Referencias:
Obras completas de Don J.V. Lastarria: Proyectos de lei i discursos Pág. 103-113