PRÓXIMAS RUTAS

jueves, 16 de agosto de 2018

EL METEORITO DE LOS CAMINANTES DEL DESIERTO



     Recuerdo que fue un día sábado muy soleado de octubre del año 2016 cuando nos fuimos a recorrer el desierto, por lo más recóndito y desconocido, en busca de la huella milenaria de un Meteorito que impactó directamente en la roca, dejando un cráter de enormes dimensiones que era apreciable por Google Earth y por ende a simple vista.


     En aquella mañana partimos muy temprano 07:00 hrs. Con la asistencia de dos vehículos aptos para el terreno a explorar y la presencia de varios integrantes incluyendo al Sr. Ricardo Martini. Geólogo y paleontólogo de profesión. Los kms. fueron pasando hasta llegar al poblado de Sierra Gorda en donde comenzarían a funcionar los rastreadores de Caminantes, esos que trabajan a la antigua usanza, con papel y lápiz. Los detalles estaban claros.

Bitácora:

- 69.5 km. Entrada a sector superior de Lomas Bayas
- 2 Km. Entre una entrada y la otra para Meteorito
- 27 Km. Dirección este para llegar a la base del Meteorito
- Salida por sector de Sierra Gorda 52 km. Desde Meteorito a la carretera.


     Perderse con aquellos datos era imposible, salvo que no se siguieran las indicaciones, pero algo pasó en la ruta y cada grupo siguió un camino distinto, quedando a completa merced del desierto y sus obstáculos.

     Luego de algunas horas deambulando por rutas vecinales y avanzando por cursos secos de algunas riadas producto de las lluvias del interior, nos pudimos juntar a solo un par de kilómetros del supuesto punto de impacto, por lo que avanzamos este último trayecto en caravana. 

     Llegó el tan esperado momento de descender de los vehículos y buscar, estábamos intrigados, semejantes marcas debían ser visibles a simple vista y en este caso no lo eran. Alguien dijo que nos habíamos perdido, otros acotaron que buscábamos espejismos (esos siempre sobran) uno chequeaba su G.P.S. y nuestro experto baqueano Morris, solo atinó a hacer lo que siempre hace, buscar la mayor altura y observar. Estábamos en el lugar, al otro lado del promontorio se encontraba la señal que era visible desde el espacio y que - supuestamente - podía corresponder al impacto de un meteorito o tal vez, a una chimenea volcánica.


     Es sobrecogedor el encontrarse en una tierra tan desolada y mientras las selfis apuntan a retratarse en el lugar, nuestra consabida porfía nos lleva a buscar vida en estas tierras resecas, vemos pasar una mariposa, una Vanessa carye, y pensamos que una brizna de yerba o alguna famélica planta debiese existir y dar cobijo a ese extraviado minúsculo en su paso por estas tierras resecas. Vemos marcas en una de las piedras, marcas que nos asemejan a líquenes crustosos (caloplaca), pero no, son solo marcas en las piedras.


     Los fósiles asoman, mejor dicho, fragmentos de ellos, pero no estamos buscando fósiles. ¿Será que Don Clodomiro Marticorena tenía razón al asegurar que en ciertas partes del desierto no crece nada? Recorremos el cráter en toda su extensión, si aquí pegó un meteorito y existen fragmentos de aquel, deben estar a muchos metros de profundidad, o si fue una chimenea volcánica, ya está totalmente extinta y casi cubierta por la arena del desierto, aunque debiesen existir más en el lugar.

Conclusión:

      Nunca supimos lo que era aquella formación visitada, nos dijeron que luego nos enviarían la información, pero nos olvidamos de pedirla y se olvidaron de enviarla. Ahora bien ¿Volveríamos al lugar? Claro que sí, es un sitio digno de mostrar a los antofagastinos y foráneos, tal vez quisiéramos saber con el tiempo, donde estuvimos y la data. Por saber solamente. Nos agrada el conocer y saber, pero de aquellos que llevan su mano al mentón y espetan con desprecio el conocimiento (los investigadores), de esos ni hablar y de esos especímenes hay hartos en nuestra ciudad. Aveces reciben hasta premios por menospreciar a la gente. Por esto no preguntamos a nivel local.

En medio del impacto, de la chimenea o de lo que sea. 
Vértice del impacto, de la chimenea o de lo que sea. 
Tal vez puedas acceder al lugar. 

RECORRIDO POR EL OASIS DE NIEBLA DE PAPOSO.

 
     Paposo. Es el jardín florido de Antofagasta, la magia natural de nuestro norte, tan cerca para la gran mayoría, pero tan distante por el simple desconocimiento. 

Actividad en Paposo. Agosto 2018. Antofagasta-Joven I.M.A.

     Por estos lugares la Camanchaca juega a través de las serranías y en este incesante juego va dejando su estela de vida, minúsculas gotas que dan origen al Jardín Florido de Antofagasta-Chile. Es reconocido a nivel mundial como una zona única, de alta biodiversidad y endemismo. Para que ustedes alcancen a comprender. Se estima que el nivel de exclusividad de la flora del lugar va del 57 % al 62% significa que de 10 especies que encontremos, 6 son únicas y solo crecen en estos parajes.

Dalea azurea Phil.
Senna paposana Phil.
Euphorbia lactiflua Phil.
Balbisia peduncularis Lindl.
Cheilanthes mollis Kunze
Griselinia carlosmunozii

     Si hay flora, también encontraremos fauna, desde la más pequeñita e imperceptible hasta las grandes aves y mamíferos cuyo representante símbolo (en la actualidad) es el Guanaco, pero no cualquier Guanaco. Estamos hablando del Guanaco nortino (peruano) Lama guanicoe cacsilensis. Los zorros también son parte de este paisaje y podemos encontrarnos con el pomposo chilla, hasta el rojizo culpeo, todos ellos inquisitivos y curiosos, faltos de temor por la presencia del humano, pero siempre atentos a lo que pueden obtener de nuestras provisiones. Siempre rapaces ellos. Sobre los burros, así como el ganado caprino - Especies introducidas – su número va en disminución en total beneficio de estos espacios, aunque el daño que originaron es enorme.






     Las enormes quebradas de cientos de metros moldeadas totalmente por el agua se abren como venas transversales que nos conducen a las alturas, pero es solo una percepción. Mientras avanzas te vas encontrando con murallones que resultan gratos el escalar, hasta que llegas a aquellos que ya merecen la acción de los expertos y de su ferretería. Ya es imposible subirlos de la manera tradicional. Por estos fondos la vegetación es más colorida y diversa, es por la presencia de agua que escurre por las rocas y de pequeñas aguadas que se forman en las pequeñas depresiones. La vida silvestre ocupa estos lugares como abrevaderos y para acechar sus presas en el caso de los carnívoros.



     Paposo es en la actualidad un pequeño poblado que vive de la pesca y del turismo. Mientras que la gran extensión de territorio que nace por la costa y se adentra por kilómetros a través de enormes murallones de la cordillera costera, cuyo límite norte se encuentra por el sector de caleta el Cobre y llega hasta las inmediaciones de Taltal, es el territorio del Oasis de Niebla de Paposo. Según datos no confirmados “Toponimia”. Lugar de las aguas cristalinas. Según fuentes verificadas - Lengua Aymara - significa hablador.


     Visitar este lugar es volver a los orígenes del hombre, donde todo nos resultaba un peligro y no encontrábamos recurso alguno a nuestro alcance. Donde pululan los bichos en las charcas haciendo imposible el beberla sin contraer enfermedades, o los insectos nos agreden constantemente a nuestro paso, donde cada pisada debe ser dada con total seguridad y el desorientarse es parte de la excursión. Pero ¿vale la pena visitar el lugar? Claro que vale la pena. Mientras nuestra sociedad apunta en la protección y resguardo de la naturaleza, es necesario conocerla. No sirve hablar de biodiversidad o de salvaguarda si no sabemos de qué trata y es una excursión totalmente recomendable para nuestros niños y para los jóvenes, puesto que son ellos los que heredarán el planeta y el compromiso de preservar.