PRÓXIMAS RUTAS

miércoles, 14 de agosto de 2019

OCHO, NUEVE, DIEZ… FUERA, YA NO VA MÁS.



A Colgar la Historia

    Independiente si podemos considerar al boxeo como un deporte, nos guste o no nos guste como tal, siempre me ha llamado la atención el por qué no contamos con exponentes boxeriles reconocidos (recordados) a nivel internacional o inclusive a nivel nacional, mal que mal, por estos lares antofagastinos había bastante materia prima y lugares en donde poner en práctica sus dotes, ya sea en las ciudades, pueblos salitreros y campamentos mineros. Tal vez tuvimos algunos boxeadores destacados o tal vez, solo fuimos buenos para las peleas callejeras (riñas) y la alharaca del gallito, lo que si nos queda claro, los chuquicamatinos si eran buenos para los combos.

Hugo Figueroa. Tocopilla

Digamos que es, un imperdonable desconocimiento histórico de mi parte.

"¿Viste? Es la diferencia que hay entre el fútbol y el box. En el fútbol comienzan con los abrazos y terminan con los golpes. En el box comienzan con los golpes y terminan con los abrazos"

     Hará unos pocos días atrás tuve la posibilidad de conocer a Don Nelson Rojas. Don Nelson es un fiel exponente de la historia local, nacido en alguna de las antiguas oficinas salitreras y que dedicó su vida a dos oficios. El de peluquero, tarea que aún desempeña y el de arbitro boxeril.

     Me indicaba en su afable conversa que, las mayores y las mejores jornadas se dieron por las décadas de los ´50 y ´60, grandes convocatorias, muchos fervorosos adeptos, pero muy pocos boxeadores de nivel, por lo que, completaban las jornadas con representantes de Iquique, Arica y alguno que otro venido de Santiago, meros paquetes, según sus palabras. Don Nelson agrega que, en esta ciudad, como en muchas de las ciudades de nuestra región, hubo muchos gimnasios y muchos clubes de boxeo,  así como también muchos boxeadores de todo los niveles y de todas las categorías. En la actualidad solo quedan un par de ellos (clubes) que procuran mantener una tradición que inexorablemente muere en nuestra Antofagasta.

Luis Roldán. María Elena
Luis Roldán. María Elena

La Historia del Box a nivel Nacional:

     El origen del pugilismo en Chile se remonta a fines del siglo XIX cuando, tanto en Santiago como en Valparaíso, se multiplicaron gimnasios y cuadriláteros donde extranjeros residentes o de paso por el país, practicaban el deporte de los puños. Los inicios del boxeo fueron, sin duda alguna, precarios. En ese entonces, vislumbraba como principal figura Heriberto Rojas, considerado el primer boxeador profesional chileno.

Heriberto Rojas 1927

     El boxeo tuvo su primera institución oficial en el país a partir de 1915, año en que se fundó la Federación Chilena de Boxeo. Alrededor de esa fecha el pugilismo se desarrollaba mayoritariamente en circos y teatros de barrios populares de la capital, como La Chimba, Franklin, Yungay o Pila del Ganso, donde eximios deportistas dejaban el corazón en los combates. Si bien durante estos primeros años hubo deportistas de gran popularidad, fue a fines de los años veinte y comienzos de la década de 1930 cuando surgió el primer ídolo del boxeo chileno: Estanislao Loayza. "El Tani", como lo apodaban, tuvo como rivales a Luis Vicentini y Luis Antonio Fernández, "Fernandito", quienes incluso en algunas ocasiones lograron aplacar la popularidad de aquella célebre figura.


Estanislao Loayza 1926
Luis Vicentini 1923
Luis Fernandez 1923


     La década de 1940 se inició con una de las mayores epopeyas del boxeo chileno. Arturo Godoy peleó dos veces el título mundial ante Joe Louis, considerado uno de los mejores pugilistas de la historia. Estas heroicas disputas marcaron el inicio de una década de sinsabores, en la cual las figuras se estancaron y los logros a nivel internacional decayeron. No obstante, en 1942 se inauguró uno de los emblemáticos recintos que acogió al deporte de los puños: el Teatro Caupolicán. En esa ocasión combatieron el ídolo chileno "Fernandito" y el cubano René Sánchez, con victoria para el primero.

Arturo Godoy

     La actividad profesional durante la primera mitad del siglo XX no tuvo mayores éxitos, pero sí los hubo a nivel amateur. Chile fue campeón en los Sudamericanos de 1927, 1929, 1941, 1946 y 1948. Pero los éxitos más importantes, -incluso para la historia del deporte chileno-, fueron las medallas obtenidas en las Olimpiadas de Melbourne el año 1956. En dicho certamen, el boxeo chileno obtuvo medallas de bronce gracias a los puños de Claudio Barrientos - peso gallo - y Carlos Luca - peso medio pesado -, y de plata, obtenida por el peso mediano Ramón Tapia.

     Hubo que esperar varios años para que nuevamente un chileno disputara un título mundial en el profesionalismo. Fue Godfrey Stevens, quien en 1970 fue derrotado por el campeón japonés Shozo Saijo. Justamente durante esta década surgió Martín Vargas, la mayor gloria en la historia del boxeo chileno. A nivel nacional, este boxeador fue el profesional que en más ocasiones disputó la corona mundial.

Godfrey Stevens

     La época de esplendor del boxeo chileno, entre los años treinta y setenta, terminó con Martín Vargas. El boxeo en los años ochenta tuvo destellos de esperanza en los nudillos de Benedicto Villablanca, Benito Badilla o Cardenio Ulloa. A pesar de estas figuras, el deporte de los puños no volvió a ser lo mismo que en las décadas anteriores. Las divisiones entre las federaciones internacionales, los cuestionables manejos administrativos y las polémicas con relación a la violencia de su ejercicio, fueron debilitando la práctica del boxeo a nivel nacional hacia fines del siglo XX. La época gloriosa, registrada por la amena pluma del periodista Renato González, hoy es conocida por las nuevas generaciones cuando los mayores cuentan, con un dejo de nostalgia, cómo los chilenos colmaron los coliseos deportivos o se desvelaron frente al televisor no para ver un partido de fútbol, sino para emocionarse con un combate de box.

Extracto de Félix Frascara, periodista de El Gráfico, a Renato González.








EL TRISTE DESIGNIO PARA UNA ESPECIE ÚNICA



La Rana del Loa
Telmatobius dankoi Cuevas & Brieva


     Hará unas pocas semanas atrás, se comenzó una gran campaña para salvar a esta especie de la extinción (la rana del Loa), primero se intentó rescatar a los últimos ejemplares cambiándolas de sitio, luego y como era de temer, hubo que llevarlas a la capital del país para intentar preservarlas y procurar su reproducción. Un triste designio para una especie casi desconocida del norte de nuestro país.

Telmatobius dankoi Cuevas & Brieva

     Difiere de las otras especies chilenas del género (descritas hasta esa fecha) por carecer de columela, vómer, dientes maxilares y premaxilares. En ambos sexos el tercio posterior del cuerpo, flancos, cabeza y extremidades presentan espinas córneas pequeñas.

      Esta especie es conocida solamente en su localidad tipo: Las Cascadas, 3 km. al sur de Calama, Provincia de El Loa, Región de Antofagasta, Chile; 2.260 m. (Formas et al. 1999). Por lo tanto, la extensión de la presencia de T. dankoi se circunscribe a su localidad tipo.

     En cuanto a su población Veloso & Núñez (2004) y Veloso (2006) señalan que sus poblaciones estaban formadas por numerosos individuos en las fechas señaladas.
En cuanto a sus amenazas, Veloso ya indicaba el año 2006 que su hábitat estaba amenazado por la contaminación proveniente diversas fuentes como mala disposición de residuos, el aumento de la población en la ciudad de Calama y accidentes de contaminación de diversa índole, que se vierten en el río Loa.



De nuestra consideración:

     Resulta muy penoso el tener que sacarlas de su medio para salvarlas y no habla muy bien de los encargados de la protección. De esos que mienten hasta durmiendo, hablan de sequía y culpan al cambio climático de todos los males de este norte y del país.  De esos mismos que todos conocen y que procuran constantemente limpiar su imagen ya deteriorada y lo más penoso de todo esto, la gente aún cree estas mentiras (cantos de sirena).

    Los responsables de proteger (no la gente) han sacrificado nuestro patrimonio natural y lo ha llevado a niveles críticos teniendo otras alternativas, han aplaudido la compra de conciencias mirando de soslayo con el típico silbido cómplice, han visto y han aprobado la entrega de las aguas del río Loa, la arteria más importante para la vida natural de este norte y de la misma manera han entregado los salares - su agua - a la depredación minera y de cuando en vez lanzan frases emotivas para desviar la atención de la comunidad. Cuando secan un salar por exclusiva necesidad minera, todas sus especies desaparecen o quedan vagando por el desierto en busca de sus antiguos recursos.

     El río Loa es, un milagro en el desierto, un milagro que otorga vida a un sinnúmero de especies y estas deben estar por sobre todo ya que son sobrevivientes en un territorio hostil.

    Esperamos - sinceramente - que los senescales de la protección hagan su trabajo y no miren nuestro escrito como algo ofensivo y nuestra institución como el blanco de su odio. Necesitamos cambios, pero aveces ponemos en duda si estos cambios van por el lado de la conciencia y la educación de la gente o en el cambio radical de los senescales.

   Un detalle no menor. Caminantes no está en contra del desarrollo, solo pedimos respeto por nuestras especies y su territorio, una producción responsable, más amigable con el entorno. Tengan la completa seguridad que es posible.

Esperamos su recuperación y pronto retorno a la naturaleza de nuestro norte.

Referencias:

Una nueva especie de Rana Acuática
http://rchn.biologiachile.cl/pdfs/1999/3/Formas_et_al_1999.pdf



CUANDO LLEGARON LOS SANDWICH A ANTOFAGASTA


El Gaviotín de Sandwich
Thalasseus sandvicensis (Latham)

IMÁGENES SR. JUAN MAURICIO CONTRERAS

     Para muchos, una gaviota es una gaviota sea cual sea esta y tenga las características que tenga, es lo que se nos ha enseñado, pero si ahondamos un poco más en el tema, solo un poco más, nos daremos cuenta de que existe una gran cantidad de especies de gaviotas, algunas exclusivas para nuestra costa, otras que viven en las alturas, en las lagunas del interior, por sobre los 3.000 m.s.n.m. y de cuando en vez nos visita o aquellas que tienen la particularidad de migrar, alternar sus ciclos reproductivos y de vida en ambos extremos de nuestro continente (norte-sur) o bien, la podemos encontrar desperdigadas por el mundo.

     Pues bien, uno de estos emplumados migrantes es el Gaviotín de Sandwich o charrán patinegro, es un gaviotín de tamaño medio grande que tiene las partes superiores de su cuerpo de color gris pálido y las inferiores de color blanco, con un copete crestado negro que se reduce a una franja negra en invierno y un pico negro con la punta amarilla. Como todos los demás charranes del género Thalasseus el charrán patinegro se alimenta zambulléndose en el agua para pescar, normalmente en medios marinos.

IMÁGENES SR. JUAN MAURICIO CONTRERAS


Conservación:

     Se muestra la tendencia de la población a ser fluctuante, y por lo tanto la especie no se aproxima a los umbrales para Vulnerables según el criterio de tendencia de la población.

Rango Descripción:

     Esta especie se puede encontrar en Europa, África, Asia occidental y América del sur. Se reproduce estacionalmente en la costa de gran parte de Europa oriental hasta el mar Caspio, invernada desde el Caspio, Negro y el Mar Mediterráneo hasta las costas de África del oeste y el sur, y desde el sur del Mar Rojo al noroeste de la India y Sri Lanka. 

    En las Américas, que se reproduce desde Virginia hasta Texas (EE. UU), en las costas de la Península de Yucatán, Antillas Menores, Venezuela, Guayana francesa, el este de Brasil y Argentina. Pasa el invierno de Texas, EE. UU. hasta el sur de Argentina, en las Antillas Mayores y desde el sur de México hasta el norte de Chile (del Hoyo et al., 1996).

Hábitat y Ecología:

Comportamiento:

     Esta especie es migratoria, sometidos a movimientos dispersivos de cría enviar norte y sur a zonas de alimentación favorecidas antes de migrar hacia el sur (del Hoyo et al. 1996).



Registro anterior:

En Antofagasta fue registrada el año 1985 por André Desrochers, Profesor en Ecología l' Université Laval. Ornitólogo. Quebec Canadá.

Registro 22 de enero de 2017 en playa la Rinconada, Antofagasta por Juan Mauricio Contreras


Cita recomendada:

BirdLife International (2017) Especies informativa: Thalasseus sandvicensis. Descargado de http://www.birdlife.org el 31/01/2017. Cita recomendada para hojas informativas para más de una especie: BirdLife International (2017) Lista Roja de la UICN para las aves.



martes, 13 de agosto de 2019

EL SALAR DE LLAMARA



     El porqué de visitar un espacio que se encuentra tan lejano, tan fuera de los límites de nuestra región y podríamos considerarlo falto de atractivos por corresponder a un salar en medio del desierto, donde la vida natural es escasa o nula.

Ingresando al salar de Llamara

     He ahí la respuesta, lo que podríamos considerar por simple formación educacional y lo que es en realidad.

    Llamara - como salar - fue parte de un gran mar interno somero (Lago Soledad) cuya formación es pretérita y hasta 10.000 años todavía formaba parte de un gran Lago interior, estos espacios formaban parte de la llamada Zonas de hundimiento del Atacama. En la actualidad sus aguas se ven disminuidas por procesos de desecación y por supuesto, por extracción de las aguas para fines industriales. Pero este lugar contiene a unos organismos muy especiales, las cianobacterias que, mediante fotosíntesis, liberan oxígeno y captan de la atmósfera grandes cantidades de dióxido de carbono para formar carbonatos que, al precipitar, dan lugar a la formación de los “Estromatolitos”. Hace unos 3500 millones de años, cuando en los océanos ya existían millones de células vivas, aparecieron los estromatolitos y entre 2500 y 1000 millones de años atrás, los arrecifes de estromatolitos estaban ampliamente expandidos y produciendo oxígeno de forma masiva. Que mejor motivo entonces, para visitar Llamara. Un aula de la vida primigenia y actual en medio del desierto.



     Ahora bien. El Salar de Llamará está ubicado en el desierto de Atacama, norte de Chile, a una altitud aproximada de 800 m.s.n.m. Su historia sedimentaria es compleja, y se inicia como mínimo en el Mioceno Superior. Está asociada a la formación de cuerpos lacustres que han evolucionado a otros evaporíticos. Las comunidades bentónicas de microorganismos estratificadas que se describen corresponden a un salar actual de esta cuenca. Su superficie corresponde a una costra salina, seca, dura, de sulfatos y cloruros, de colores pardo-rojizos al estar teñida por sedimentos y blanca en los lugares donde está saturada de agua. Esta puede - ocasionalmente - quedar inundada en forma parcial por cuerpos de agua efímeros que re disuelven y re precipitan sales, como en los casos de grandes precipitaciones en la estación estival producto del fenómeno meteorológico conocido como "invierno altiplánico".

     El nivel freático es somero y la disolución subsuperficial de sales genera estructuras de disolución y colapso, llamadas "sink­holes" conocidos localmente como "puquios". Estas estructuras tienen forma circular, con diámetros de hasta 100 m, con lagunas de salmueras en sus partes más bajas, producto de la surgencia de las aguas subterráneas. La evaporación continua reduce el tamaño de las lagunas formando en sus bordes una aureola con costras blancas y saturadas en salmueras. El fondo de los puquios está tapizado de cristales de yeso. Estos cristales forman cuerpos circulares decimétricos que crecen sobre pequeñas superficies solevantadas.




     Este salar se caracteriza por la presencia de un bosque de tamarugos primario y por afloramiento de aguas subterráneas que generan una serie de depresiones salinas, algunas con filtración de aguas salinas y tres lagunas de evaporación hipersalinas. El acuífero del Salar de Llamara se recarga por las aguas que bajan desde la cordillera de los Andes a través de varias quebradas; entre ellas las quebradas de Huatacondo, Pintados, Mani, Piscala, Sipuca y otras menores más al sur. Una de las características más conspicuas es la presencia de estromatolitos, estructuras formadas por la acumulación de capas de sedimentos de cianobacterias.




     Las características climáticas del Salar de Llamara indican una situación de aridez que en algunos puntos puede alcanzar condiciones extremas. El corredor de niebla río Loa-Chipana-Guanillos se conecta con el Salar de Llamara. El origen del salar es natural y presenta una morfología irregular. Su registro geológico muestra una historia sedimentaria complicada, con depósitos evaporíticos y detríticos cuya formación ha tenido lugar desde al menos el Plioceno.


     El nivel freático de las lagunas depende de la pluviosidad estival que ocurre en la cordillera de los Andes, distante 100 kms al oriente. En la pampa los niveles de precipitación son cercanos a cero. La recarga del salar es endorreica; su flujo proviene de los Andes. Solo en años con presencia de fuerte periodo de “La Niña” la cuenca del Llamara recibe aportes de aguas superficiales desde la cordillera.

     El Salar de Llamara está inserto en el piso de vegetación de desierto tropical interior con vegetación escasa. Esta es una zona que carece casi completamente de vida vegetal, excepto en algunos sectores con presencia de napa subterránea salobre donde se observa matorral halófito. Presenta formaciones vegetales dominadas por árboles cuyas copas no se sobreponen en el plano horizontal. En este caso corresponde al piso vegetacional de bosque espinoso tropical interior de tamarugo (Prosopis tamarugo) y retama (Tessaria absinthioides). Según la descripción el dosel superior, este bosque es dominado por tamarugos que pueden alcanzar desde 15 a 20 metros de altura, y en el que también está presente el algarrobo (Prosopis alba).

     El estrato arbustivo está compuesto principalmente por retama (Tessaria absinthioides), cachiyuyo (Atriplex atacamentis), retama (Caesalpinia aphylla), algarrobilla (Prosopis strombulífera) y tamarugo (Prosopis burkartii), mientras que el estrato herbáceo esta casi completamente dominada por grama salada (Distichlis spicata).


Grama salada. Distichlis spicata

     Las principales especies de fauna son: ratón oliváceo (Abrothrix olivaceus), zorros (Lycalopex culpaeus), ratón orejudo de Darwin (Phyllotis darwini), reptiles (Microlophus theresioides y Phyllodactylus gerrophygus). La avifauna del sector es en general pobre en especies e individuos, encontrándose playero semipalmado (Calidris semipalmatus), playero de Baird (Calidris bairdi), chorlo de la puna (Charadrius alticola) y chorlo gritón (Charadrius vociferrus). Presenta una gran cantidad de fauna micro invertebrada, microalgas y flora bacteriana.


Artemias

     El Salar de Llamara posee un potencial científico y turístico, dado la presencia de estromatolitos, los que existen en contados lugares del planeta. En ambientes marinos solo son conocidos dos ejemplos; los de la Bahía tiburón en la costa oeste de Australia y los de los cayos de Exuma en las Bahamas. En sitios continentales se conocen los estromatolitos de la Laguna Salada en Brasil y el de la Laguna de Cuatro Ciénagas en México. A estos sitios interiores se sumaría el Salar de Llamara, por lo que sería uno de los escasos 5 sitios con estas estructuras y, por lo tanto, uno de los más importante del planeta. Además, allí se desarrollan dos ecosistemas relictos únicos en el país: el bosque de tamarugo primario y los cuerpos de agua de la depresión intermedia. Estos humedales constituyen además un sitio de descanso de aves migratorias, formando parte del corredor biológico desde la costa hacia los Andes.

     Se estudiaron las comunidades estratificadas de microorganismos fotosintéticos que se encuentran en el Salar de Llamará, mediante métodos microscópicos y espectrofotométricos. El espesor de la zona fótica de los tapetes descritos varió entre 8 y 30 mm lo cual podría atribuirse a la granulometría y la composición mineralógica de los sedimentos. Se diferencian tres tipos de tapetes. El primero con una única capa pigmentada de color verde; el segundo con capas de colores verde y naranja y un tercero en el que se observa, además de las capas verde y naranja, una de color púrpura. En uno de los sitios muestreados no se encontraron capas pigmentadas.




     Debajo de la zona pigmentada el sedimento es de color blanco, excepto en uno de los sectores donde se observó una coloración negra atribuible a sulfuro de hierro. Los microorganismos predominantes de la capa naranja fueron diatomeas y cianobacterias unicelulares principalmente de los grupos Cyanothece y Synechococcus. Las cianobacterias filamentosas Microccoleus sp. y Oscillatoria sp. fueron las más abundantes en la capa verde. No se observaron diatomeas en los sitios estudiados donde la salinidad del agua intersticial osciló entre 12 y 33 %. En la capa verde de estos sitios predominaron las cianobacterias cocoides, de los grupos Synechococcus, Cyanothece y Gloeocapsa y del género Gloeobacter, sobre las cianobacterias filamentosas. La capa púrpura estuvo compuesta principalmente por bacterias fototróficas anoxigénicas similares a células de los géneros Chromatium y Thiocapsa. Los espectros de absorción revelaron que la clorofila a es el pigmento más abundante en la mayoría de las muestras analizadas. Los valores integrados de clorofila a y bacterioclorofila a alcanzaron 230 y 144 mg m-2 en el espesor de la zona pigmentada, respectivamente. También se detectaron abundantes microorganismos no fotosintéticos en los tapetes incluyendo cocos y bacilos no identificados.

     En todos los tapetes muestreados en el Salar se encontraron bacterias reductoras de sulfato.

Tapetes microbianos del Salar de Llamará, norte de Chile


     Una resolución dictada contra SQM, empresa minera que extraía aguas del Salar y que inyectaba aguas de otros lugares cuando los niveles del salar llegaban a un estado crítico.
“SQM debe acreditar ante la SMA la inexistencia de efectos ambientales en los puquíos, todo ello con el fin de impedir un daño grave e inminente a la biota acuática de los puquíos del Salar de Llamara y se efectúa un adecuado control de calidad de las aguas que son inyectadas al sistema. Dichas acreditaciones deberán realizarse a más tardar en un plazo de 3 meses contados desde la notificación de la resolución”.
Esta situación, agregar aguas de otros lugares para mantener los niveles mínimos exigidos, lo hemos visto en otros procesos extractivos, como el del salar de Punta Negra en la región de Antofagasta.