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martes, 21 de mayo de 2019

SANTA MARÍA, LA ISLA DE LOS POETAS


Caminantes Del Desierto en Isla Santa María y Bolsico

     Antofagasta, como siempre hemos sostenido, no solo es mineral, también es vida natural, espacios de historia y enclave de los antiguos habitantes costeros. En cada uno de sus rincones se puede encontrar sitios maravillosos que constan en los mapas, más, no en las recomendaciones, tal vez sea por esto que muchos de los locales utilizan la frase “del nada que hacer o “Nada donde ir” y esto se ha ido arraigando en el consciente colectivo, pero he aquí una muestra que todo lugar y muy especialmente nuestra comuna y región, cuentan con atractivos y espacios que nos pueden deleitar y muy especialmente brindarnos el conocimiento para sentir algo más que fastidio por el sitio que nos alimenta, pero esto es un trabajo que necesariamente requiere algunos actores (especialmente el gobierno regional) mucha inversión y la debida educación. En resumen, nos queda un largo trabajo y el que se sumen los organismos encargados, sin ellos, poco o nada avanzaremos. El turismo es fuente de negocios y genera empleos. Acabamos de dar la fórmula de la pólvora.


En esta historia se salvaba Jack.

     Muy buenas tardes estimadas y estimados amigos de Caminantes Del Desierto. El domingo 19 de mayo (mes del Mar) fue un día primoroso a pesar de varios factores que pudieron jugar en nuestra contra. Estaba nublado, el día era frío, el mar no estaba muy calmo que digamos y un agorero tiraba las runas indicando que nada de esto era aconsejable, luego ponía su mano y nos decía $10.000 lukas paisano ¿El porqué de esto? Hoy navegaríamos en dirección a la maravillosa isla Santa María y el anfitrión, Don Humberto Mella, nos daba esperanzas ya que había un factor que estaba ausente de una probable Tormenta perfecta, el viento.

Humberto Mella Ahumada

     Partimos muy temprano a Caleta Constitución y lo primero que se hizo al llegar fue el degustar empanadas de marisco, de queso o sopaipillas junto a un café o un té, la idea era preparar un enorme lanchón para él recorrido y que la gente se fuese habituando al sonido y vaivén del mar.

     Tooooodos abordo fue el grito incluso para Jack y Rose, pero en esta oportunidad quedamos de acuerdo que todos salvaríamos a Jack, eso quedó sacramentado.

    Ese mar que tranquilo nos baña, aquel que se mostraba amenazante en la Bahía Jorge, estaba convertido en un tazón de leche para el lado de Santa María, fue - por lo tanto - una navegación ondulante, pero tranquila, además que el recorrido hasta el farellón de los Poetas estuvo acompañado de juguetones Lobos Marinos y una gran cantidad de aves.

Farellón de los Poetas. Isla Santa María

     Por el nivel del mar no pudimos desembarcar (según el encargado nos mojaríamos demasiado) pero el recorrer este pedazo de tierra, inmerso en el mar, es algo único e increíble y que este mar nos brindase su piadosa colaboración, es mucho mejor aún ¿mareados? ninguno ¿asustados? algunos en el inicio, pero luego de algunos minutos, todo fue jovialidad y risas.

   Al volver a puerto y desembarcar de nuestro Perla Negra, los improvisados tripulantes (marineros de agua dulce) volvieron por más empanadas y sopaipillas, eso es reflejo que no hubo mareo y al terminar de comer nos dirigimos a la ciudad de los Camanchacos, espacio en donde se dieron las explicaciones sobre el lugar e indicaciones del recorrido y en donde estuvimos por un par de horas absortos por el paisaje, el silencio del viento y en contacto con la historia milenaria de Antofagasta-Chile. Fue... Un buen domingo... 

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ARAÑA, PERO NO ES GATO. LA CABEZA DE GATO



La Araña Cabeza de Gato

   Hará un par de años atrás, en un pueblo muy, pero muy lejano. Tuvimos la posibilidad (considerada única) de encontrar y conocer a una de las especies más extrañas y sorprendentes de la naturaleza, a la araña cabeza de gato. 

     Este encuentro no fue fortuito, fue fruto del trabajo de Don Rodrigo Castillo del Castillo y Castillo (encargado de los invertebrados) quién, se dio a la tarea de buscar cuanto minúsculo se cruzase por su camino apoyado por una linterna de luz muy tenue, la gran mayoría de ellos era perceptible por el movimiento, por alguno que otro color ceniciento o simplemente por su tamaño, pero hubo uno de ellos, una araña, que nos dejó perplejos (para los que no la conocemos o nunca habíamos escuchado de ella) podríamos haber pasado mil veces por su lado y no la hubiésemos advertido, pues es totalmente mimética (como una pequeña feca de ave) y con los colores tradicionales de las especies nocturnas, aquello que delate lo menos posible su presencia y la haga pasar desapercibida a los cazadores.


     El experto nos dice para tranquilidad: Es la araña Mastophora, "cabeza de gato” una especie totalmente inofensiva, no hay ninguna necesidad de matarla. Tampoco salta sobre las personas.

     Pues bien. El género de arácnidos Mastophora Holmberg, 1876, está relacionado con las arañas tejedoras de telas orbiculares, aunque sus redes han evolucionado hacia una muy diferente forma de cazar sus presas. Las Mastophoras han reemplazado la tela propiamente tal por una bola de tela pegajosa, sujeta por un hilo corto vertical, el que cuelgan del centro de un hilo horizontal (más o menos largo), y sobre el cual se ubican ellas mismas. La forma de atrapar sus presas es tomando el hilo con una de sus patas delanteras, y lanzándolo contra ellas mientras están volando. Dicho así, parece muy difícil que pudiera atrapar algo, pero la Mastophora tiene "un truco bajo la manga": emite de su cuerpo un fuerte olor, que imita las feromonas sexuales de las polillas hembra (mariposas nocturnas). Con esto consigue que las polillas machos -que son su objetivo- se acerquen mucho a ella, momento en que les lanza la bola pegajosa. Una vez atrapada una polilla, baja rápidamente por el hilo que la sostiene, y la paraliza con su veneno.


    Aunque estas arañas existen en toda América, y se han descubierto 49 especies de ellas, en nuestro país tenemos registrada sólo una, la Mastophora gasteracanthoides, cuya distribución se señala para la zona centro y sur del país. Sin embargo, es muy posible que existan otras especies no descritas, (o descritas para otros países limítrofes) ya que estas arañas no son fáciles de encontrar. Generalmente hacen sus trampas en las ramas altas de árboles y arbustos, y sólo salen de noche. Durante el día utilizan sus cualidades miméticas para camuflarse, pasando inadvertidas.

     El nombre común que se le ha dado a las Mastophoras es "araña cabeza de gato", porque cuando se miran desde la parte posterior del opistosoma (lo que llamamos "abdomen") sugiere la forma de la cabeza de ese animal. Esto, por la presencia de dos protuberancias, que se abren hacia los costados, y que se asemejan a un par de orejas felinas.

     Aquella que encontramos en esa oportunidad, colgaba de su tela en un "Lechero" (Euphorbia lactiflua), a la espera de alguna polilla. Las fotos no resultaron muy buenas, por las condiciones de luz, y al buscarla en el día no se la pudo encontrar. Una prueba de la efectividad de su camuflaje, tal vez, resulta interesante decir que la araña que encontramos no coincide con la descripción de la M. gasteracanthoides, y que quizá -como ha ocurrido en otras ocasiones - nos encontremos ante una especie no conocida hasta ahora.