PRÓXIMAS RUTAS

LA TARUCA. EL HUEMUL DEL NORTE.



     Habíamos escuchado hablar de Jullien Mellet, Como una débil sombra del pasado regional. Más de sus periplos, vicisitudes y escritos por esta América meridional, nada conocíamos hasta encontrarnos con los escritos del Profesor Horacio Larraín Barros. Pero, podría haber pasado como una figura más de la historia. Si no es por un inserto en sus escritos. Un pequeño inserto que nos despertó la curiosidad y este comenzaba así:

   "Se encuentra, igualmente en los alrededores  [de Paposo] una especie de ciervo [cerf], que se denomina Caribou cuya descripción  no es necesario hacer por tratarse de un animal bastante conocido [para el público francés].  Éste corre  extraordinariamente rápido y su cornamenta, más pequeña que las astas [Bois]  del ciervo común,  es apta para hacer  hermosas obras [de artesanía]. Se le hace hervir en cal [bouiller dans le chaux] y con  ello adquieren  una blancura igual que la del marfil  [ivoire]. 
  Las uñas tostadas [l´ongle roti]  de este animal, aplicadas a las quemaduras [brülures],  las hace secar al instante. El Caribou habita siempre las comarcas frías [les pays froids]".

     Un francés en Paposo. Estamos hablando de los años 1808 y 1820. Describiéndonos la Caleta de Paposo y la presencia de un mamífero que denominó Caribou (Caribú). Resulta interesante el tema. Pero presentemos entonces a este viajero.



¿Quién era Jullien Mellet?

Don Horacio Larraín Barros nos lo explica detalladamente:

     No sabemos prácticamente nada del autor, salvo lo que  él mismo nos deja entrever en su obra. Solo sabemos que era joven, originario  del departamento de Lot-en-Garonne, de la región de Marmande, que con inmensa audacia y energía se lanzó a América en un  barco que lleva armas y pertrechos militares a Buenos Aires para combatir a los corsarios ingleses. 

     En su pequeño barco  van 40 marineros franceses, todos ávidos de aventuras. Se embarca en Burdeos en el año 1808. Permanece en América durante 12 largos años, y  recorre intensamente  su parte interior buscando siempre oportunidades de realizar transacciones comerciales con los productos  poco conocidos de América. Sus descripciones  aventajan en algunos aspectos a las de otros viajeros, que generalmente visitan los puertos por pocos días. Sufre infinidad de desventuras, robos y estafas a manos de españoles, las que relata  con frescura y desparpajo. Es un hombre de cierta cultura, aunque no precisamente un gran escritor como el mismo confiesa. Su afán confesado al llevar un prolijo "diario de campo" donde se anotan detalles de puertos, comarcas y ciudades, los productos de cada tierra, su clima, su gente, es ser útil a otros marineros y comerciantes que visiten estas mismas tierras. Lo dice expresamente:

"Me he inclinado particularmente a conocer el modo de viajar por esos climas, los peligros que se corren, las distancias que separan las ciudades de las aldeas y villorrios, su diferente población, la rica producción del suelo, las artes que ahí pueden florecer y, por fin, las diversas ramas del comercio que ahí se hace". (Introducción, edición castellana 1959:11)).

     Pero, a la vez, enfatiza que todo lo que dice es fruto directo de su observación personal: "la obra que entrego al público es el fruto de mis observaciones durante la estadía de doce años en la costa de tierra firme  de la América meridional".

     Señala que ciertamente algunos otros viajeros han podido visitar América antes que él, pero duda de la exactitud y precisión de sus relatos por la corta estadía o por no haber recorrido "el interior  de las tierras"  como él lo hizo esforzadamente por años. Si su obra- lo señala  explícitamente - no se caracteriza por un gran estilo, tiene la virtud y la  "ventaja de su exactitud y verdad [la] que garantiza como testigo ocular de todo lo que va a relatar". Época de su  viaje a las costas del Pacífico.


     Estando recién llegado a Montevideo, se esparce allí la noticia del apresamiento en España del Rey Fernando VII, a manos de los invasores franceses, lo que le cuesta a él y a sus 40 compañeros, cárcel y confinamiento.  Chile, por aquellos años,  luego de la declaración de su Independencia en 1810, acababa de  sufrir los efectos de la sangrienta reconquista española llevada a cabo por el general  español Mariano Osorio  (1813). Los patriotas que habían abrazado la causa de la Independencia,  sufren graves exacciones y  encarcelamiento a manos realistas. Esta situación durará hasta las batallas de Chacabuco (1817)  y Maipú (1818), donde se sella con sangre y  definitivamente, nuestra independencia nacional.

     Desde Montevideo a Buenos Aires. República Argentina,  de donde viaja por tierra a Chile atravesando la Cordillera de los Andes por el paso de Uspallata. Después de diversas peripecias y percances, que parece solazarse en describir para amenizar su relato,  le veremos visitando Coquimbo y sus vecinas minas de cobre y plata. De aquí se dirige hacia la costa donde  visita la caleta de changos de Paposo.



Mellet  visita por varios días a los residentes changos del Paposo. 

     En el año 1815. De este hace explícita referencia al modo de vida, economía y costumbres de los pescadores recolectores changos que, en gran número,  pueblan aún esa franja litoral del desierto en nuestra frontera Norte. Comentaremos algunas impresiones de esta visita,  aunque nuestro interés va en directa relación con el escrito de los Caribúes.

"Capítulo  Vigésimo: Copiapó - Papora".

     "...De Copiapó a Papora [sic! por Paposo], hay otro [camino] cuyo trayecto  es igualmente fatigoso y tan temible como el primero [de  Santiago a Copiapó].

       Papora [sic!],  aldea [bourg]  habitada por  indígenas tributarios, es gobernada por un Subdelegado y un cacique. La importancia de esta aldea no es algo que se deba destacar [l´importance de ce bourg n´est pas de plus remarquables] “Esta "Nota" es del propio autor en su texto,  y dice: "Autoridad considerada entre ellos como la de un  Capitán el cual  sirve de intérprete al Subdelegado, al que está subordinado".  Este "cacique”, a lo que parece, es buen conocedor del  idioma atacameño o kunsa, lengua que sospechamos  era la propia de los pescadores residentes en esta porción sur  del litoral del Antofagasta. Estamos convencidos de que  en toda la costa  norte chilena los changos costeros no poseían lengua propia alguna, sino hablaban la propia de las comunidades agrícolas del interior, con las que tenían trato continuo, en este caso concreto, la del Salar de Atacama,  es decir,  el kunsa o atacameño. 

    La presencia de un  "cacique" entre los changos nos habla, además,  de la mantención de una vieja estructura social de tiempos indígenas. Es incluso bastante probable -aunque le texto no lo diga- que entre ellos haya sobrevivido la organización indígena del ayllu, tal como existió entre los atacameños, sus más inmediatos vecinos”. 

    La pesca del congrio [conge] que los habitantes efectúan continuamente [continuellement] constituye su mayor fuente de ingresos [forme leur plus grands revenus]. 

         No es menos cierto [sin embargo] que estos parajes son abundantes en pescados, cuya especie [típica] es de los mejores; ellos hacen de ésta [especie]  un gran comercio con Santiago y Lima, capital de Perú, donde es sumamente estimado y se vende a un precio muy elevado. A la vez, se hace  a orillas del mar que la circunda la caza de lobos marinos [la chasse de loups marins]  que existen [allí] en gran número.

Autor: Rudolph Amandus Philippi


     Esta caza se efectúa  por intermedio de varios hombres armados de grandes  garrotes con los cuales  aturden [atourdissent] primero a los lobos marinos. Se les da muerte, en seguida,  propinándoles  grandes golpes  sobre  el hocino [museau].

     A pesar de estas precauciones, estos  animales sabe defenderse muy bien y frecuentemente  los cazadores  son mordidos por ellos antes de ser atrapados. Una vez que les han dado muerte, cortan los dos perniles [jambons] los que hacen salar y secar para después consumirlos [qu´ils font saler  et sécher pour le manger ensuite] y se sirven de su piel,  con o sin él [respectivo] pelaje, para vestirse [pour s´a  habiller].

     Se encuentra, igualmente en los alrededores  [de Paposo] una especie de ciervo [cerf], que se denomina Caribou cuya descripción  no es necesario hacer [aquí] por tratarse de un animal bastante conocido [para el público francés].  Éste corre  extraordinariamente rápido y su cornamenta [cornes], más pequeña que las astas [Bois]  del ciervo común,  es apta para hacer  hermosas obras [de artesanía]. Se le hace hervir en cal [bouiller dans le chaux] y con  ello adquieren  una blancura igual que la del marfil  [ivoire]. Las uñas tostadas [l´ongle roti]  de este animal, aplicadas a las quemaduras [brülures],  las hace secar al instante. El Caribou habita siempre las comarcas frías [les pays froids].

¿A qué especie representaría este  extraño animal que se nombra como Caribou?

¿El autor quiso referirse a nuestro gran ciervo andino, taruca o huemul tarapaqueño?

     Don Horacio Larraín afirma el porque esta especie se trataría sin la menor duda del (Taruca),  con la denominación más cercana que pudieran entender los franceses.  Además nos dice que: El hábitat actual del huemul andino o taruca está restringido sólo a la cordillera de Arica. Le hemos visto un par de veces en los alrededores de  Putre y Caquena (altiplano de Arica).  No se le conoce hoy en estadosalvaje ni en Tarapacá, ni menos mucho menos en  la Región de Antofagasta. Pero su presencia, testificada aquí por Mellet en 1815  en los cerros  costeros de Paposo donde existe una vegetación de Lomas  variada y singular provocada por las neblinas o camanchacas, nos prueba la existencia, en tiempos antiguos,  de un rango de  distribución  mucho mayor que el actual, hoy  de carácter residual o más bien, relictual.  Por la misma razón, sospechamos fundadamente que debió existir también en los oasis de niebla de la costa tarapaqueña  hace uno o dos milenios atrás, cuando dichos oasis ostentaban una  mayor superficie, y mayor variedad y vigor  vegetacional. 

     Tal vez futuras excavaciones en los oasis de niebla, en busca de paleo suelos,   nos darán  un día la razón. 

Taruca.

     La población de Papora  (sic!)  Es de alrededor de 400 habitantes. Esta región [pays]  por ser [totalmente]  estéril en toda clase de productos, obtiene sus víveres de Copiapó. Los habitantes  viven de una manera muy frugal; se alimentan de maíz  [maïze], de pescado [de poisson],  que ellos preparan de  diferentes maneras y de papas [pommes de terre]  de que disponen en abundancia [qu´ils ont à discretion]. “Maíz, papas, quínoa  ají y oca, además de la siempre infaltable coca, lo obtenían por medio del trueque con las aldeas  atacameñas del interior de Antofagasta, por su charquecillo de congrio y panecillos de  luche (algas secas de la especie Ulva lactuca,  llamada lechuga o lechuguilla)”

     Yo hice [aquí] una provisión bastante grande de congrio  y regresé a Coquimbo, lugar donde yo invertí parte de mis fondos  comprando cobre reducido a lingotes  [cuivre réduit en lingots]  y pocos días después, me embarqué  al Callao, distante 550 leguas por mar." (Páginas 109-110 del original francés).


Para más detalles sobre Mellet y sus viajes:



    Pues bien. Si Don Horacio Larraín y otros observadores están en el camino correcto. El Caribou descrito por Mellet correspondería al Huemul del Norte (Hippocamelus antisensis D'Orbigny) Màs conocido como Taruca. El cuál es un mamífero en peligro de extinción perteneciente a la familia Cervidae, que habita las escarpas andinas, y sistemas orográficos próximos, en Sudamérica. 

     Una especie estrechamente emparentada al huemul del sur, con el cual tiene bastante similitud de aspecto (la taruca es más esbelta y de menor alzada). Taruca también es el nombre de la especie en lenguas aimara y quechua, y aunque no son lenguas relacionadas, en ambas significa venado. El nombre científico genérico significa "caballo-camello", porque al describirlo por primera vez se dudaba de su ubicación taxonómica.

     Se distribuye en Perú, el extremo norte de Chile, el oeste de Bolivia, el norte y noroeste de Argentina.

     La Taruca se distribuye en poblaciones dispersas con poco contacto entre las áreas, una distribución explicada por la localización de su especializado hábitat. El rango es casi continuo a lo largo de la parte alta de los Andes, desde el centro del Perú hasta el extremo norte de Chile, pero siempre tomando en cuenta el aislamiento de su hábitat y la población humana que habita las zonas entre áreas con Tarucas. En la porción sur de la distribución (Bolivia y Argentina) sus poblaciones están severamente fragmentadas, no contando con registros modernos en el suroeste de Bolivia. Se estima que la distribución histórica es similar a la actual pero menos fragmentada.

Imagen del Manual de Biodiversidad de Arica y Parinacota: Universidad de Chile y Ministerio del Medio Ambiente.


"El sitio arqueológico más austral con evidencia de taruca es Caleta Huelén-42, datado entre 2800-1800 a.p, cerca de la boca del río Loa, en el extremo norte de la provincia de Antofagasta (aprox. 21°12'S; 68°34'W)"

Entre sus costumbres. 


     Pasta en grupos familiares de hasta quince individuos, liderados por una hembra. Es un animal diurno, muy tímido y arisco, que no duda en emprenden la huida ante la presencia humana o alguna señal de peligro. Vive en estado silvestre alrededor de 10 años. Edad promedia.

Con respecto a su conservación. 


    La caza desmedida, la competencia con el ganado doméstico, y los cambios operados en su hábitat son las principales amenazas sobre la especie. La taruca es catalogada como Vulnerable (VU) a nivel internacional (UICN). La especie se encuentra en el apéndice I de CITES y se encuentra en numerosas áreas protegidas a lo largo de su distribución.

     La población total de la especie se ha estimado entre 12000 y 17000 individuos. De los cuales. En Chile habitarían unas 1000 Tarucas.

     Pero. ¿Qué pasó con esta especie y el porqué de su desaparición desde Paposo?

¿Caza excesiva?, ¿Las condiciones ambientales cambiaron? 


     Los postulados del Doctor Horacio Larraín Barros nos dicen que debieron estar distribuidos en la mayoría de los oasis de niebla de este norte. ¿Al irse replegando cada vez más a la cordillera, es señal de que en algún momento se puedan extinguir?

    Para nuestra conformidad como institución. Es el haber informado sobre la presencia de una de las especies más hermosas de este norte en espacios cercanos a nuestra comunidad.. Puede que esta especie estuviese por miles de años en los oasis de niebla de Antofagasta-Chile. 

    Pero tenemos algo muy claro. La erradicación de la diversidad en esta región en donde tenemos como occidentales una ocupación muy tardía. Ha sido rápida y violenta. Lo que miles de años de naturaleza formaron. En menos de 100 años fue destruido. hemos sido testigos directos de estas aseveraciones. Cuando hemos tomado los textos de campo de algunos investigadores y hemos retornado a sus rutas. Gran parte de la diversidad de este norte y muy especialmente de nuestra cordillera costera. Ya no se encuentra. Es más factible encontrar cactáceas exóticas de nuestro desierto en colecciones privadas que en nuestra naturaleza. 

    Es probable que nuestra flora se encuentre en pseudo jardines botánicos que procurar limpiar imagen y solo esa sea su tarea. La fauna no tiene mayor suerte.. Cada día sus espacios son abordados de diferentes maneras. Para ocupación, para extracción, para basureros.

     Moramos en medio del desierto más árido del planeta. Vivimos entre especies que presentan delicados equilibrios. 

  Podemos tener un poco de respeto y consideración para con ellas y su conservación. Solo un poco.

Si fue  la Taruca, la especie definida para Paposo hace más de 200 años. Es grato saber que aún es posible admirarla un poco más al norte de nuestro país.

Imagen de publicación del Ministerio del Medio Ambiente XV Región. Arica y Parinacota.

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