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MARÍA ELISABETH. UN INFIERNO SOBRE EL MAR



María Elisabeth

Un Infierno Sobre el Mar

     Esta historia que marcó y enlutó a nuestra ciudad sucedió en un tiempo donde se acostumbraba la figura laboral del medio y cuarto pollo (Otra persona ocupaba - de mutuo acuerdo - el puesto del que realmente debía laborar). Por este motivo - la historia que llega del pasado nos dice - nunca se supo la cantidad exacta de víctimas.

      Fue un miércoles 13 del mes enero del año 1965. En el Puerto de Antofagasta todo se desarrollaba normalmente. En la mañana se estaban ejecutando las labores de descarga de 4 cilindros de gas de 2.500 kg cada uno y 60 cilindros de 60 kg, desde la motonave María Elisabeth, construida en Alemania en 1953 para la firma naviera Martínez, Pereira y Compañía S.A.N.

     Eran más de las 09:00 horas cuando por el exceso de la carga se cortó uno de los estrobos (cables usados por las grúas para el traslado de la carga) y el pesado cilindro cayó a la cubierta de la embarcación, ocasionando la salida de la válvula que permitió el escape de gas propano, esparciéndose por toda la cubierta y obligando a varios tripulantes y estibadores a saltar al agua, mientras la nube tóxica se esparcía por el lugar, hasta llegar a la cocina donde había una cocinilla encendida.



     La primera explosión se produjo a las 09:30 horas, alrededor de 4 minutos después de la caída del cilindro.

    Las notas de prensa de la época informaban de que las llamas cubrieron completamente la cubierta. Lamentablemente, el estallido tomó por sorpresa a algunos miembros. El capitán Sergio Díaz Bernal quedó atrapado entre las llamas, siendo expulsado violentamente al mar, tras una fuerte explosión. Fue rescatado por personal de la Gobernación Marítima y de una goleta y trasladado de urgencia al Hospital Regional en estado grave, falleciendo una hora después. También resultaron atrapados otros tres ingenieros de la Motonave.



     El traslado de los heridos se realizó a través de las pocas ambulancias existentes y en vehículos particulares, mientras la ciudadanía miraba impactada la nube de humo que salía del sector del Puerto y corrían rápidamente hacia el terminal marítimo para interiorizarse de lo que estaba sucediendo.

     Los bomberos concurrieron de inmediato tras darse la alarma, al mismo tiempo de que sucedían pequeñas explosiones en el barco, dado al calentamiento. Carabineros formó un cordón para impedir el acceso de personas ajenas, al mismo tiempo que se los protegía de los proyectiles de fragmentos de la nave que saltaban hacia el Puerto.

     A las 10:40 horas llegó el entonces Intendente Regional, Joaquín Vial, quien tras reunirse con autoridades del puerto y personal de Carabineros ordenó la evacuación total del puerto, ante la inminente inflamación de más de 30.000 litros albergados dentro de la embarcación.

     Cuarenta minutos después empezó a salir una gruesa nube de humo. Era el indicio de la inflamación del petróleo.

     Tras un par de horas, tratando de controlar la situación, se efectuó el remolque de la motonave, la que continuaba ardiendo. Esto fue posible gracias a la ayuda del remolcador "Coloso", el que se ubicaba a pocos metros del María Elisabeth. Lamentablemente, tras algunos esfuerzos los trabajos de arrastre que fueron suspendidas al no ceder el ancla.

     Recién a las 20 horas, un avión ambulancia de la Fuerza Aérea de Chile llegó a la ciudad para trasladar a 13 heridos graves rumbo a Santiago.

     Al día siguiente, se conocían más pormenores de esta tragedia. Preliminarmente se hablaba de 5 muertos, 2 desaparecidos y 27 heridos, cifra que fue creciendo con el transcurso de los días. Además, a las 11:50 horas de ese día se produjo el hundimiento de la nave, a 200 metros frente al Hotel Antofagasta a la altura de calle Baquedano, no sin antes lanzar grandes llamaradas y un espeso humo.



     Durante varios días personal de la Gobernación Marítima y dos hombres intentaron sin éxito rescatar los cadáveres que se encontraban dentro de la sala de máquinas. A finales de ese mes, se produjo el deceso de 3 personas más en Santiago, aumentando a 8 la lista de fallecidos.

     Sin duda alguna, fue una tragedia que marcó para siempre a una generación que vivió en carne propia las desgarradoras escenas producidas en el sector del Puerto y que hasta el día de hoy se mantiene guardadas en la retina de muchos antofagastinos y archivadas en los registros de la prensa local, convirtiéndose en uno de los peores acontecimientos ocurridos durante el siglo XX en la Perla del Norte. 

     Hoy, sus restos se mantienen en el mismo sitio donde se hundió, sucumbiendo de a poco al paso del tiempo y los efectos de la corrosión.


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