Reciban nuestros saludos más fraternos y cordiales. Somos los Caminantes del Desierto. Corporación Ecológica y cultural asentada en la ciudad de Antofagasta-Chile.
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Caminantes nace, como institución, el año 2003 y desde nuestros inicios nos hemos abocado a realizar ciencia ciudadana, un trabajo gradual y metódico de investigación en terreno, un trabajo de campo que parte desde la desembocadura del río Loa hasta el tercio norte del Parque Nacional Pan de Azúcar y desde nuestra costa hasta la cordillera) son. Miles de kilómetros cuadrados de extensión con una misión específica. Visibilizar y proteger el patrimonio de nuestra región, sea este el Patrimonio Natural (de nuestra máxima consideración), trabajo que nos motiva a Buscar e identificar la flora y fauna existente en estos lugares y que por sus características estacionales o dificultades en su acceso. no poseen estudios o solo se manejan datos aislados.
También consideramos dentro de nuestras investigaciones y estudios. el patrimonio histórico y el patrimonio arqueológico puesto, que cada uno de los espacios visitados no solo contiene biodiversidad.
Ya van 15 años de trabajo ininterrumpido y fructífero en pro de nuestra tarea.
Los primeros Caminantes Del Desierto
Ahora bien. Nuestro objetivo primordial es la protección efectiva de nuestros enclaves de vida silvestre y la preservación de las especies que moran dichos lugares por ser consideradas, por los conocedores, como una biodiversidad muy especial, con un alto nivel de endemismo, ya que, sobre el 60 % de las especies, especialmente la flora, son endémicas o nativas.
Para cumplir esta misión y objetivo realizamos visitas y catastros constantes a todos estos lugares, invitando a participar de manera directa a nuestra comunidad y muy especialmente a los estudiantes sean de la educación básica y media.
Para brindar seguridad a los participantes, nuestros integrantes, los socios, han contado con una preparación profesional adecuada para cumplir las tareas de guías e instructores de trekking y montaña. Dando como resultado una interacción directa de nuestra comunidad con la naturaleza antofagastina, bajo la consigna “Nadie protege lo que no conoce” y se han generado los diversos documentos que muestren la vida y el patrimonio del desierto, un patrimonio que merece protección, y muy especialmente contra los máximos depredadores, que, en más de las ocasiones, resulta ser el ser humano.
¿Por qué esta apreciación?
Nuestro territorio tiene un alto componente minero y estas actividades extractivas no son compatibles, en más de las veces, con la vida natural. Ocupan el espacio, dañan los entornos, usan los recursos y destruyen la vida.
Como institución. No estamos en desacuerdo con el desarrollo, pero siempre y cuando, estas actividades y este desarrollo vayan de la mano con el respeto y protección con el medio ambiente. Han de saber que estas actividades, la minería y actividades asociadas a estas, han invisibilizado por décadas el patrimonio natural, creando la absurda idea, que, en este desierto, nada subsiste, nada vive.
Es así, moramos en un territorio que muchos consideran hostil y carente. Que tiene como característica, ser, el más árido y extremo del planeta, con temperaturas que sobrepasan los 40 grados durante el día, a la sombra, o puede descender a menos 0 grados durante la noche. Con sectores considerados los más secos del planeta, con apenas 0,2 mm de lluvia detectada en 40 años. Nos referimos a la Localidad de Quillagua, antiguo poblado que se encuentra en medio del desierto.
Se podría pensar que nada vive o subsiste en estas condiciones tan extremas, pero, cientos de especies moran este desierto, especies totalmente adaptadas a estos climas y estas condiciones. Especies que habitan desde las cumbres de la cordillera costera, producto, de una niebla que llamamos camanchaca, cuyas gotas de agua que transporta esta niebla permiten la vida y sobrevida de muchas especies. Estos Relictos son conocidos como oasis de niebla.
Esta vida también se ha adaptado a sobrevivir en el único curso de agua que atraviesa el desierto. Curso que nace en las más altas cumbres de la cordillera de los andes, atraviesa el candente desierto y llega hasta el mar. Este es el río Loa.
Por último, las condiciones extremas que nos caracterizan en las zonas altoandinas también permiten el establecimiento de la vida natural, con una gran cantidad de especies. vida que resulta desconocida para el común de las personas y de la cual estamos en las etapas intermedias de levantamiento de la información y los correspondientes catastros.
Han de saber, que todos estos espacios del desierto dan forma y vida a la magia del Atacama.
Hemos avanzado bastante en todo este tiempo. Ya tenemos catastradas más de 1000 especies, entre Flora diversa incluyendo la liquénica. La fauna tan especial, que va desde los mamíferos, aves e invertebrados, con muchas especies ya definidas para estos lugares, pero también contamos con algunas de ellas sin identificar y que corresponderían a nuevas especies, en base a la investigación de expertos de dos Universidades del País.
Por último, hemos detectado un sinnúmero de especies que han sobrepasado los límites territoriales, determinados por los estudios y los investigadores en base a los Límites tajantes.
Estamos en la creación de los vínculos con los organismos encargados del patrimonio natural, para transmitir y validar toda la información recopilada, pero el tema de ciencia ciudadana no es aceptado por muchos, quienes ven en esta actividad un oponente y no un colaborador de su gestión. Tal vez esta sea una realidad regional, siendo muy distinto los ejemplos a nivel nacional e internacional.
También hemos generado los contactos en lo que respecta al resto del patrimonio, patrimonio arqueológico e histórico, con una comunicación fluida e instructiva con las respectivas reparticiones regionales y nacionales.
Dejamos en claro que somos, sin duda alguna, una institución que se basa, que acepta y promueve la ciencia ciudadana, involucrando de manera directa a nuestra comunidad en las actividades científicas, educativas y explorativas. Fomentando la contribución activa de los ciudadanos a la investigación a través de su esfuerzo intelectual, su conocimiento general, o sus herramientas y recursos.
Los participantes aportan datos experimentales y facilidades para la investigación, plantean nuevas preguntas y crean, junto a los investigadores, una nueva cultura científica. Al tiempo que añaden valor a los proyectos de investigación. En retribución, los voluntarios adquieren nuevos conocimientos y habilidades, así como una comprensión más profunda y atractiva del trabajo científico.
Ahora bien. Para continuar nuestra tarea de investigación, difusión y protección se requieren recursos, puesto que nunca ha sido fácil trabajar por el medio ambiente y la diversidad en nuestra región y país ya que se dice y sostiene que va en contra del desarrollo y es ahí donde entran ustedes. En su colaboración.
Tengan presente. Nadie protege lo que no conoce. Tenemos confianza en las futuras generaciones
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