PRÓXIMAS RUTAS

LUIGI ABD EL KADER



Luigi Abd El Kader


     Es muy probable que su nombre no despierte interés alguno e inclusive su obra en pro de nuestra ciudad no sea conocida, más. Al mostrar una antigua construcción que perdura en antiguas imágenes, la curiosidad se despierta en los antofagastinos y es por esto por lo que sacamos a colación. Al creador de la antigua Torre El Kader. Una construcción muy innovadora para aquellos años en nuestro norte y que nos llevaba imaginariamente en un largo viaje al medio oriente.



     Luigi Abd El Kader estudió en la Universidad de Milán, Italia. institución que le otorgó el título de Ingeniero Civil. Buscando mejores, expectativas se traslada a América en 1885, poco tiempo después se radica en Antofagasta. Construye la torre ubicada en la esquina nor-oriente de Atacama con Bolívar, edificación que lleva su nombre y cuya importancia radica en que incentivó el desarrollo de las construcciones de cara al mar.

    Trabajó en la Empresa de Ferrocarriles de Antofagasta- Bolivia y en la Junta beneficiadora de los Bancos Locales. Se encarga de la división del sector sur de Antofagasta, tarea que también realiza en los terrenos baldíos ubicados al oriente de la línea férrea, entre Prat y el Club de Tiro al Blanco {1894), En 1897, desempeña igual trabajo. en el sector norte de Ia ciudad.



      En 1910, al celebrarse el Centenario de la Independencia de Chile. trabaja en el diseño de la Plaza Centenario y participa en el equipo que. hermoseó la Avenida General José Miguel Carrera y Avda. Libertador Bernardo O'Higgins (conocida como Avenida Brasil), Dirige La construcción del actual Cuartel General de Bomberos de Antofagasta.

     Fruto de su perseverante labor es el Archivo de Mapas y Planos, colección que constituye la base del Archivo Municipal de la ciudad, recopilación compuesta por más de 300 documentos históricos, entre los que destaca el original del Plano General del Puerto de la Chimba (levantado por Adolfo Palacios en 1873). A este documento, se suma el Plano y Sección del Camino, entre el Puerto de Antofagasta y los establecimientos salitreros del Salar del Carmen (realizado en 1870 por orden de Melbourne, Clark y Cia. Limitada)

     Fue miembro de la cuarta Compañía de Bomberos. Fallece a los 53 años. el 28 de junio de 1915.

     Inmigrante de ascendencia siria-italiana, plasma sus conocimientos como Ingeniero Civil, en construcciones ancestrales de nuestra ciudad. Aún conservamos en nuestra retina la famosa Torre de los Abd El Kader (Calle Atacama esquina de calle Simón Bolívar), luego Funcionó en dicho edificio el Colegio Belga Inglés (1919 —1932) y luego por años paso a ocupar este lugar la Escuela Pública. N° 8.

                                                                 Luigi Abd El Kader

     Su labor, tanto profesional, como personal, tiene injerencia en diversos aspectos en la ciudad de Antofagasta, tales como: División del sector Sur y Norte: diseño de la Plaza Centenario, hermoseamiento de la Avenida General José Miguel Carrera y Avenida Libertador Bernardo O'Higgins, conocida como Avenida Brasil y tantos otros.

     Dirige la construcción del actual Cuartel General de Bomberos, siendo miembro a la vez de la Cuarta Compañía de Bomberos. Debernos agregar también, su legado de documentos históricos, cuya colección de 25 carpetas, forma parte del Archivo Municipal de Antofagasta.

Ottorino Ovalle.

Dice la escritora y actriz antofagastina Julia Soto.

     Tras la muerte de Ab El Kader, ocurrida en 1915, el castillo quedó en poder de una congregación religiosa y luego se transformó en la Escuela Nº 8. Tiempo después fue habitado por la familia de Julia Soto, donde ésta vivió parte de su infancia y adolescencia.

     Recorriendo pasillos y habitaciones, Julia y sus hermanos fueron descubriendo dependencias ocultas de la morada, hasta que encontraron el camino que conducía a un sótano donde se ocultaba una caja de caudales, donde supuestamente el ingeniero de ascendencia árabe ocultó un cuantioso tesoro.

     La leyenda dice que Abd El Kader guardó tres ánforas repletas de monedas de oro, fortuna que desató la codicia de muchas personas que por la noche ingresaban al castillo con el fin de encontrar y apropiarse de un tesoro que no les pertenecía y que era custodiado por seres que se materializan sólo para ahuyentar a los saqueadores.

     "Nosotros -dice Julia- siempre encontrábamos personas que huían aterrorizadas, aunque esos fantasmas nunca nos asustaron. Estábamos acostumbrados a los pasos que se sentían en los pasillos, a las mujeres vestidas con grandes velos que flotaban en el aire. Los fantasmas recorrían el castillo atravesando los muros de piedra, levitando como seres materializados en siluetas difusas. Eso era normal para nosotros y no nos atemorizaba, a diferencia de lo que ocurría con hombres y mujeres que entraban sin permiso en busca de las monedas de oro que nunca nadie encontró".

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