La leyenda de los “farolitos” nos lleva hasta el origen del nombre de Tocopilla o, uno de sus significados - toponimia - Torkof (bramido, vozarrón) y pillan (diablo). Algunos vecinos nos relataron - brevemente y a regañadientes - que antaño el maligno rondaba estas tierras y para acceder a la costa usaba como ruta la quebrada principal, serpenteante y desolada y, para no perderse en el camino iba dejando estos farolitos que en sus inicios eran de fuego a modo de guía.
Una Especie Endémica de Tocopilla.
Durante mucho tiempo escuchamos hablar de los Farolitos de Tocopilla y nos pareció muy contraproducente que no la conociésemos directamente, especialmente porque estamos asentados en la misma región en donde esta habita. Fue allí cuando iniciamos los contactos con dos grandes personajes de Tocopilla: Don Mario Beroíza y Don Néstor Dubó, quienes conocían de su existencia, tenían antecedentes de su ubicación y se encontraban en contacto con algunos organismos nacionales e internacionales para su preservación. De este contacto se generó la primera visita de nuestra institución a uno de los lugares en donde es posible encontrar algunos individuos, solo que el acceso era muy complicado por la fuerte pendiente del cerro y los numerosos acarreos que nos aseguraban – en más de las veces – una caída segura. El verlos en su hábitat fue un deleite, un obsequio inesperado, estar allí contemplando estas bellezas que se niegan a desaparecer, pero también se niegan a crecer en otro lugar (experiencias realizadas por expertos) y de allí nace la pregunta sobre los pasos a seguir. Nos contactamos con varios expertos (no con todos) y solicitamos la presencia de un embajador (entendido en botánica y con contactos) que actuase como vocero ante los posibles custodios en la ciudad de Santiago. He ahí que asomó la figura de Don Ricardo Martini, conocedor de la geografía nacional, de la fauna y especialmente de la flora. Él nos comentó que su único anhelo era conocer los Farolitos y previo acuerdo con Mario y Néstor, cumplimos con su deseo. Sobre los logros que se pudieron obtener en la capital o en sus cercanías (para su protección), hemos de decir que no hubo resultados a pesar de los reiterados intentos, ninguno de los contactados tenía el tiempo, los recursos y la experiencia para abocarse al tema, pero quedamos satisfechos, cumplimos el deseo de Don Ricardo. Q.E.P.D.
Malesherbia tocopillana Ricardi.
En el año 1932, en la Provincia de Tocopilla se realiza el hallazgo de una especie vegetal la cual, luego de variados estudios, se llega a la conclusión que sólo existe en Tocopilla. La especie en cuestión fue descrita por Ricardi (1967: 48-51) con base en los ejemplares nº 2535 y 2588 de Félix Jaffuel, los que fueron colectados en octubre de 1932, aparentemente de un sólo individuo que Jaffuel habría encontrado “a la entrada de la tercera quebrada y en medio de un rodado de piedras” (Jaffuel, 1936: 271; Ricardi, 1967: 51). En su trabajo original de la flora de los alrededores de Tocopilla, Jaffuel (1936) se refiere a esta entidad como “Malesherbia urens Macbr.”, con base en una identificación de Ivan M. Johnston. Sin embargo, esta combinación no existe legítimamente, lo que hace suponer que Johnston se debe haber referido a Malesherbia ardens Macbr., como consta en la etiqueta del material isotípico (SGO 52428), identificado por Johnston, y en el documento "Plants from Tocopilla, collected by Father Jaffuel determined by I. M. Johnston, vi/1936." que se conserva en Concepción (Clodomiro Marticorena, com. pers.).
La especie fue reencontrada en 1987 por otro botánico, por Hoffmann, al sur de Tocopilla, posteriormente por Dillon & Dillon, en 1988 en la localidad tipo y, de igual manera, se encuentran en poder del Museo de Historia Natural las muestras colectadas por Beroíza (2009) y Beroíza & Dubó (2012), para las nuevas colonias catastradas.
Distribución geográfica
La Malesherbia Tocopillana es una especie endémica de Chile, exclusiva de la Región costera de la II Región y solo ha sido colectada en la localidad tipo. Quebrada la Higuera.
Estado de conservación
En el Simposio “Flora Nativa Arbórea y arbustiva de Chile Amenazada de Extinción”, en 1985, esta Especie fue Clasificada en la categoría de Rara (Benoit, 1989). No se encuentra protegida en ninguna unidad del SNASPE.
Bibliografía:
Jaffuel, P F (1936). Excursiones botánicas a los alrededores de Tocopilla. Rev. Chilena Hist. Nat. 40: 265-274.
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