COMPAÑÍA DE SALITRES Y PUERTO DE ANTOFAGASTA 1879.
El combate de Antofagasta
Uno de los combates más interesantes de la Guerra con Chile y
muy poco recordado es el que se libró el 28 de agosto de 1879 en Antofagasta
entre el Huáscar y los buques y defensas costeras chilenas. Anteriormente el
Huáscar ya se había enfrentado a las defensas de Antofagasta el 26 de mayo de
1879, pero este combate tuvo más trascendencia por la cantidad de tiros y
aciertos realizados por ambos bandos.
La comisión del Huáscar
El Huáscar partió de Arica, junto con el transporte artillado
Oroya, el 22 de agosto de 1879 en una expedición con la finalidad de torpedear
al blindado chileno Blanco Encalada, del cual se sabía estaba en mantenimiento
en Antofagasta.
Las instrucciones del Presidente Mariano Ignacio Prado al
capitán de navío Miguel Grau, era que se alcanzara al vapor Ilo de la Pacific
Steam Navigation Company (PSNC) más allá de Antofagasta, de donde desembarcaría
el alférez de fragata Ricardo Herrera, el cual informaría de las posiciones de
los buques chilenos en Antofagasta; con esa información, el Huáscar se
internaría de noche a Antofagasta y lanzaría los torpedos a los buques
chilenos; que si un blindado resultara hundido, el Oroya llevaría la noticia a
Iquique, para que de Arica zarpara el monitor Manco Cápac, para que el Oroya lo
remolcara de Iquique a Antofagasta y ahí, junto con el Huáscar, intimarían la
rendición de la plaza o destruirían las máquinas de agua. Por último, sino
podía torpedearse a ningún buque chileno, Grau debía proceder de la manera más
conveniente para hostilizar al enemigo.
La incursión sobre Antofagasta se realizó la madrugada del 25
de agosto. El Blanco Encalada no estaba en Antofagasta, así que se decidió
torpedear a la corbeta chilena Abtao con uno de los dos torpedos Lay que se
tenía a bordo del Huáscar. Fue la primera vez que la Marina de Guerra del Perú
utilizaba un torpedo móvil y lamentablemente fue un fracaso. Estando a una
distancia de 300 a 400 metros de los buques chilenos, el torpedo Lay que se
lanzó estaba colgado en el pescante de estribor, se dejó en el agua y al
momento de accionarse su movimiento, el cabo (cuerda) que lo había bajado se
enredó con la hélice y se dobló el tubo del cable eléctrico, quedando a la
deriva en altamar.
TORPEDOS LAY
Como la misión de torpedear algún buque chileno fracasó,
Grau, siguiendo sus instrucciones, realizó una incursión sobre la costa
chilenas, tocando el puerto de Taltal el 26 de agosto, en donde los buques
peruanos capturaron 9 lanchas, dejando dos que se encontraban con mercaderías;
de las 9 lanchas, 3 fueron hundidas y 6 llevadas a remolque por el Oroya a
Arica, mientras elHuáscar se dirigía nuevamente sobre Antofagasta porque tenía
noticias de que el blindado Blanco Encalada se dirigía al sur, decidiendo aprovechar
la oportunidad para cometer alguna hostilidad contra las fuerzas chilenas en
ese puerto.
El Huáscar apareció frente a Antofagasta el jueves 28 de
agosto de 1879 a las 11 a.m.
Fuerzas enfrentadas
1. Fuerzas Chilenas
1.- Defensas de costas:
El puerto de Antofagasta estaba defendido por 3 fuertes:
Norte o Bellavista, Centro y Sur.
El de Bellavista tenía dos Armstrong: uno de a 300 libras y
otro de a 150 libras y estaba al mando del teniente coronel José Velásquez,
jefe del batallón de Artillería de línea.
- El del Centro, al mando del capitán Delfín Carvallo, tenía un
Armstrong a 150 libras.
- El del Sur, al mando del capitán Benjamín Montoya, también
tenía un Armstrong de a 150 libras.
También se situó al lado sur de la población, una batería
Krupp de campaña, 4 cañones de 78,5 mm.
FUERTE BELLAVISTA 1879
.
2.- Corbeta Abtao:
Comprado por Chile en 1866 con motivo de la guerra con
España, aparentemente nunca se le habían cambiado las calderas, pues su andar
no era mayor a 6 nudos. Su eslora era de 211 pies 6 pulgadas, su desplazamiento
de 1600 toneladas y estaba artillado con 3 cañones Armstrong de 8 pulgadas de
calibre y de a 150 libras, y 4 de a 40 libras.
CORBETA ABTAO.
3.- Cañonera Magallanes
Comisionada desde 1873, su eslora era de 200 pies, desplazaba
950 toneladas y su andar máximo era de 11,5 nudos. Estaba artillado con un
Armstrong de 7 pulgadas de calibre y de a 115 libras, un cañón de a 64 libras y
2 de a 20 libras.
CAÑONERA MAGALLANES.
2. Fuerzas peruanas
Compuesta exclusivamente por el blindado Huáscar,
correspondía al tipo Turret ship diseñado por el británico Cowper Coles,
también denominado como Vapor de torreón blindado por las Memorias del ministro
de Guerra y Marina y la Comandancia General de Marina de Perú.
Su eslora era de 195 pies y su desplazamiento de 1.745
toneladas. Estaba artillado con dos cañones Armstrong de 10 pulgadas y 300
libras de proyectil, ubicados en una torre giratoria blindada, con alcance de 3
mil yardas. También tenía 2 cañones Armstrong de a 40 libras, una ubicada en el
alcázar y otra a popa, un cañón Armstrong de a 12 libras en el alcázar y una
ametralladora Gatling del calibre 0.43 in (11 mm) que no se utilizó en el
combate.
MONITOR HUASCAR.
Inicio del combate
A su ingreso a Antofagasta, el Huáscar detuvo a la barca
inglesa Birkby, que cargada de salitre se dirigía a Falmouth, Plymouth y Cork.
Estuvo al habla por una hora. En tierra los artilleros ocuparon sus puestos y
la población se agolpó detrás de las peñas, en las playas y en los techos de
las casas, para presenciar el probable combate.
El Huáscar estaba en el interior de la bahía cuando a la 1:35
p.m., el Abtao, que estaba inmóvil por tener sus máquinas en mantenimiento,
disparó apuntando sus 3 cañones de a 150 libras en la misma línea sobre el
Huáscar, a una distancia de 4,000 metros. El fuego del Abtao al Huáscar era con
granadas de acero con carga de 30 libras de pólvora, mientras se movía a espía
para hacer fuego y se ocultaba detrás de los buques mercantes en el fondeadero.
La Magallanes abrió sus fuegos 4 minutos después que el Abtao y con sus
máquinas hacía maniobras similares, mientras los fuertes de tierra también
abrían fuego sobre el buque peruano.
El Huáscar recién respondió los fuegos a las 2:10 p.m.,
colocándose fuera del alcance de la batería sur, disparando primero sobre el
Abtao. El Huáscar había enarbolado el pabellón obsequiado por las damas de
Trujillo, según el corresponsal del diario La Opinión Nacional, Julio Octavio
Reyes, que también describe la ubicación de oficiales y jefes en el Huáscar:
“El comandante, acompañado de su ayudante el teniente Diego
Ferré, ocupa la torre, mientras que a su lado y en el puente, midiendo la
distancia (con un micrómetro) se encuentra el teniente 2º Enrique Palacios. El
aspirante Bruno Bueno sobre la cofa con la dotación de la ametralladora; en la
batería de popa el teniente 2º Carlos de los Heros, con los aspirantes Tizón,
Valle Riestra y Villavicencio; en la toldilla el comandante de la guarnición,
sargento mayor José M. Ugarteche, el capitán de la misma Mariano Bustamante, el
sargento Francisco Retes y otros. ¡Todos rivalizaban en valor y temeridad! En
la torre estaban su jefe, el capitán de corbeta Elías Aguirre, tenientes
Santillana, Canseco y Melitón Rodríguez, que servían las piezas de a 300, y el
capitán de fragata Melitón Carbajal, el teniente Garezón y el alférez Herrera,
desempeñaban importantes faenas en las diversas secciones de la torre. En el
servicio de la Santa Bárbara tomó parte activa el contador Juan Alfaro. En la
Cámara de oficiales, el Cirujano Mayor Dr. Santiago Távara, el de 1ra. Clase
Dr. Felipe Rotalde, y el practicante Dr. José Ignacio Canales, y el
farmacéutico José Flores”
BARCOS EN LA BAHÍA DE ANTOFAGASTA 1879.
Primera fase del combate
Se puede decir que el combate tuvo dos fases bien definidas:
en la primera, el Huáscar se enfrenta a los buques chilenos, apoyados por los
fuertes de tierra, y en la segunda, sólo a los fuertes de tierra. En
Antofagasta también estaban anclados los transportes chilenos Paquete de Maule
y Limarí, el primero metido en la poza y el segundo, oculto entre los buques
mercantes.
Casi a las 2 p.m. dispara el cañón de a 300 libras del fuerte
Bellavista, que se desmontó al primer tiro. Sobre este incidente, el teniente
coronel José Velásquez escribió en su parte: “…este se volcó con cureña y marco
a causa de haber fallado los topes; más con satisfacción digo a V.S. que,
gracias a haber trabajado toda la noche a fin de volverlo a montarlo, este
cañón está hoy en estado de servicio. Cien hombres del batallón Artillería
Naval concurrieron a este trabajo”. Una versión de este incidente que lo narra
de la siguiente manera:
“Hemos llegado al fuerte Bellavista, en el preciso momento en
que se apuntaba el único cañón de a 300 que teníamos. El general Escala quiere
dirigir el disparo y se baja de su caballo. Patricio Lynch también estaba allí,
y ruega que le den a él ese honor, y para acordarse de sus buenos tiempos,
agregó.
Está bien, respondió el General en Jefe, pero quiera Dios que
el cañón no salte, porque ha desconocido a este nuevo sirviente. Sonreímos
todos del presagio del general Escala, que lo había dicho con aquella natural
bondad de su carácter que todos le conocieron.
Lynch echa su gorra hacia atrás y el oficial jefe de la pieza
dice, 3,500 metros; rectifica entonces el alza y se hace el disparo. La bala sale, pero el cañón se volteó con cureña y marco, a
causa de haber saltado los topes.
Este incidente, que lo comentábamos después, nos impuso un
triste silencio”
ARTILLEROS DEL FUERTE BELLAVISTA.
El buque que resultó averiado en esta primera fase fue el
Abtao. Según el historiador chileno Benjamín Vicuña Mackenna, los cañones del
Abtao tenían los siguientes oficiales:
“Mandaba el cañón núm. 1 el teniente don Leoncio Señoret,
oficial valentísimo, a la par con su hermano Manuel, uno y otro, hijos de
marino y de francés en vientre de chilenas. El cañón núm. 2 estaba a las
órdenes del joven teniente, don Policarpo Toro, recientemente llegado de Europa
y que ese día hacía alegremente su estreno; y el 3º a las de un esforzado
mancebo, el teniente don Carlos Krug, que allí resultó herido. Los pechos de
aquellos muchachos suplirían a la maquinaría rota e inerte de la vieja nave”.
AVERÍAS DEL ABTAO EN COMBATE DE ANTOFAGASTA.
Los
primeros tiros del Huáscar fueron sobre la Abtao, sin acertarle. El cuarto tiro cayó
en las canchas de metales de la Beneficiadora, donde se enterró sin explotar.
El quinto y sexto tiro cayeron sobre las rocas de la barra frente a la Compañía
Salitrera. El octavo y noveno tiro del Huáscar impactaron sobre el Abtao. Se
puede calcular que estos fueron a las 2:50 y 2.52 p.m. El comandante del Abtao,
el capitán de corbeta Aureliano Sánchez, escribió los daños causados por el
Huáscar en su parte oficial de la siguiente manera:
“Una
de las granadas penetró sobre el puente del comandante, donde me encontraba, y
destrozó el piso, barandas de bronce y escalas, atravesando de la máquina de
parte a parte, rompiendo la amurada de babor en una extensión de seis metros,
quebrando las bitas de fierro donde reventó, haciendo una explosión que produjo
un incendio en la amurada, el que fue extinguido por las bombas, y por fin,
hirió a siete individuos y mató a cinco, entre ellos al ingeniero 1º Juan Mary.
La
segunda granada penetró por el lado de estribor del palo mayor, atravesándolo
de parte a parte, reventó haciendo explosión sobre la cubierta del combes a
babor, destrozándola como un metro cuadrado e internándose en las carboneras de
la máquina las rompió en dos partes. Sufrieron también averías por los cascos
de las granadas el cubichete de la máquina, puente del comandante, la canoa del
comandante, chilleras de las balas y armerillos de los rifles. Esta granada
mató a cuatro e hirió a cinco de gravedad, y al teniente 2º Carlos Krug
levemente.
Nombres de los muertos y heridos:
MUERTOS
Ingeniero
1º Juan Mary.
Capitán
de alto Pedro Padilla.
Marinero
1º Antonio Villareal.
Fogonero
2º Samuel Barsena.
Fogonero
2º Augusto Espinosa.
Carbonero
Ricardo Briones.
Grumete
Manuel Hudson.
Grumete
Pedro N. Contreras.
Grumete
Juan de Dios Arriagada.
HERIDOS
GRAVES
Marinero
1º Francisco Palacios, pierna derecha.
Marinero
2º Fidel Orellana, cráneo.
Marinero
2º Agustin Baez, una pierna y una mano.
Fogonero
2º Belisero Abarca, en la cabeza.
Grumete
Juan de D. Arias, pie derecho.
Soldado
José Rojas Silva, brazo derecho.
Soldado
Manuel Escudero, en la cabeza.
HERIDOS
LEVES Y CONTUSOS
Teniente
2º Carlos Krug.
Velero
2º Juan Boudron.
Marinero
2º José Manuel Guajardo.
Grumete
Maximiliano Perez.
Corneta
Manuel Gatica.
…
Concluiré
haciendo presente a V.S. que el Ingeniero 1º don Juan Mary falleció al pie del
cañón número 2, ofreciéndose voluntariamente a servirlo por no estar la máquina
en movimiento.
Este
Ingeniero contaba con más de 25 años de servicios y durante el tiempo que
sirvió en nuestros buques su conducta fue intachable, siendo muy constante en
el trabajo.
Este
oficial deja familia en un estado lamentable y a una viuda con 16 hijos, la
mayor parte pequeños”.
Los
daños fueron descritos por un chileno a bordo de la Magallanes de la siguiente
manera: “Entre los primeros cayó el ingeniero 1º del buque señor Mary. Bajaba
del puente después de haber dado cuenta al comandante que el buque estaba bien,
que no hacía agua, cuando un casco de granada le penetró por la mejilla,
perforándole el cráneo.
- El
teniente Krug, que cayó con el puente, está un poco mal.
- El
teniente P. Toro se preparaba para disparar con su cañón, cuando la segunda
granada le llevó seis de los que servían, cayendo él también envuelto entre un
montón de restos humanos, pero sin recibir el más leve daño. Escapada milagrosa
que no la contará dos veces.
- Las
averías en la parte material del buque no son gran cosa con un poco de voluntad
y actividad: quedarán reparadas en pocos días. La Magallanes no recibió el más
leve rasguño”.
Como
se lee, la muerte más sentida fue la del ingeniero Juan Mary, natural de
Egipto, que había llegado al país del sur en 1844 como tripulante de la fragata
Chile, estableciéndose en Valparaíso, donde quedaron su viuda e hijos. También
se lee que la Magallanes salió ilesa del combate.
Uno
de los tripulantes fue decapitado por el cañón de su propio rifle, el cual él
tenía colgado en su espalda diagonalmente, cuando una pieza del proyectil del
Huáscar chocó con la boca del rifle.
Los
fuegos se suspendieron a las 3:15 p.m después de los últimos tiros del Huáscar.
Según los partes oficiales chilenos, el fuego se suspendió por la gran
distancia que mediaba entre ambos contendientes. El corresponsal Julio Octavio
Reyes suponía que el fuego de los buques chilenos había cesado porque tenían
serias averías o graves desgracias personales.
HOSPITAL DE CAMPAÑA, ANTOFAGASTA 1879.
Segunda fase del combate.
Grau aprovechó que el fuego de tierra había cesado para
acercarse al fondeadero y ubicarse en una mejor posición para los tiros del
Huáscar contra los buques chilenos, que estaban ocultos tras los buques
neutrales, pero a las 4:15 p.m., estando a una distancia de 2,300 yardas (2,103
m), las baterías de tierra abren fuego sobre el Huáscar, desatándose esta vez
un combate sólo entre el blindado peruano y las defensas costeras de
Antofagasta.
Uno de los últimos tiros del fuerte Bellavista impacta sobre
el Huáscar. El parte oficial de Miguel Grau dice que fue una bomba de 300
libras, pero esto es imposible porque ese cañón se había desmontado al primer
tiro; esa bomba debe ser del cañón de a 150 libras. Los daños causados los
describe Grau de la siguiente manera: “… este proyectil atravesó la chimenea a
cuatro pies de altura sobre la cubierta, rompiendo la cadena que sirve para
izarla, y la brazola de babor del escotillón de las calderas; tocó después en
la cubierta, estalló destruyendo esta y arrojando al agua una percha colgada
allí. A consecuencia de la explosión desapareció el Teniente 2º don Carlos de
los Heros que se encontraba en ese lugar, y fue herido por las astillas el
marinero alumno de la Escuela de Condestables Alcides Gutiérrez.
Al dar a US. Cuenta de la perdida de este inteligente
oficial, sintiéndome vivamente impresionado al recordar los méritos personales
que lo adornaban y la celosa puntualidad que en todas las ocasiones del
servicio, ha manifestado para cumplir con su deber, así como el valor y la
serenidad que ha desplegado en las acciones de armas que ha tenido este buque
en la presente campaña”.
El corresponsal Reyes escribió al respecto: “… Al estallar
fue saludado por un Viva al Perú, pero ¡oh desgracia! Ese fatal proyectil vino
a sembrar a bordo el duelo y la consternación. Al mismo tiempo que ese ruido
atronador, se levanta una columna de blanco y amarillento humo y entre lenguas
de fuego, se ve fragmentos de un cuerpo humano, pedazos de vestidos que saltan
por el aire empapados en sangre y en fin, algo que aterra, confunde y espanta:
era nuestro querido amigo, el bravo teniente 2º Carlos de los Heros…”.
La misma explosión hirió también al marinero Alcides
Gutiérrez, hijo del coronel Silvestre Gutiérrez, muerto en 1872 durante los
incidentes del golpe de estado.
Reyes también nos dice:
“La muerte del teniente de los Heros produjo a bordo grande
sensación, pues era muy querido, tanto de sus jefes como de sus compañeros y
tripulantes, que lo respetaban mucho. De paso, el comandante Ugarteche escapó
milagrosamente de la bomba que mató a de los Heros, pues se encontraba a corta
distancia de él.
Se arrió un bote y sólo pudo encontrarse su gorra, el
escapulario del Corazón de Jesús que llevaba consigo, el taco de una de sus
botas y fragmentos de su vestido.
Otra escena terrible ofrecía al mismo tiempo la Cámara de
Oficiales convertida en hospital de sangre. Los desgarradores quejidos del
alumno de condestables Gutiérrez eran para partir el alma. Tenía cuarto o seis
heridas en su cuerpo, ocasionadas por las astillas levantadas por la bomba. Los
doctores Távara, Rotalde y Canales, estuvieron como siempre a la altura de su
augusta misión. Lo atendieron con solicito empeño y merced a sus cuidados,
salvará de sus heridas”.
El combate terminó a las 5:30 p.m., con los fuertes de tierra
en silencio y el Huáscar disparando los últimos tiros.El Huáscar estuvo en la
ensenada hasta las 10 p.m., cuando se retiró al norte tras avistar un buque que
pensaba era el blindado chileno Blanco Encalada. En efecto, el Blanco Encalada
ingresó a la bahía a las once de la noche.
Los chilenos tuvieron en el combate 9 muertos y 13 heridos,
todos tripulantes del Abtao. Dos de los heridos fallecieron la misma noche del
combate y el viernes se hizo una amputación a uno de los heridos, el cual se
creía que de todas maneras moriría. El Huáscar sólo tuvo un muerto y un herido.
Los disparos chilenos fueron distribuidos de la siguiente
manera:
- Corbeta Abtao: 42 de a 150 libras, entre balas y granadas de
acero.
- Cañonera Magallanes: 7 granadas Palliser de a 115 libras, 12
granadas comunes de a 64 libras.
- Baterías de tierra: 1 de a 300 libras, 38 de 150 libras y 7
de campaña Krupp.
En total fueron 107 tiros.
El Huáscar realizó sólo 28 tiros: 26 con los cañones de a 300
libras y 2 con los de a 40 libras.
Si bien para los chilenos los disparos del Huáscar estuvieron
bien dirigidos, como se refleja en los testimonios de la época, para el
historiador naval Melitón Carvajal no fue así. Él refiere:
“En cuanto al tiro del Huáscar, éste se realizó durante 2h
41, esto es, el 86% del tiempo que duró el intercambio efectivo de fuego. En
ese periodo disparó 30 tiros (sic) con los dos cañones de a 300 de la torre y 2
con los dos de a 40 del alcázar. El régimen de tiro promedio con los de a 300
fue, aproximadamente, un tiro por cada 8 minutos, que se puede considerar
excelente para el sistema complicado de la torre, más aún cuando tenía que
batir cinco blancos ubicados en distintas direcciones y distancias, algo que me
parece simple, pero que en la práctica no lo es, máxime si no se contaba con la
ubicación exacta en la carta náutica de tales baterías. Pero la efectividad del
tiro no se mide solo por la cadencia, sino también por los impactos que logra,
y a ese respecto se puede afirmar que los 2 logrados sobre el Abtao de un total
de 17 con las piezas de a 300, habida cuenta de que contra ese buque solo
disparó en la primera etapa, representa un 12 %, esto es , que fue pobre, al
margen de su buena dirección y piques cercanos, debido quizás a que su
plataforma experimentaba la misma inestabilidad que la de los buques chilenos
por los factores mencionados, y del poco tiempo disponible cuando asomaba por
entre los mercantes fondeados, más probables estopines defectuosos. Contra las
baterías de tierra, fijas, si bien estuvieron aceptables en dirección y
alcances, el monitor no logró un solo impacto directo que las dañase.
Llama
también la atención el estallido de tres de las bombas de a 300 a poco de salir
de la boca, lo que revelaría defectos en la espoleta”
GRANADAS PALLISER
.GRANADA PALLISER PERFORANTE.
Al día siguiente del combate, el viernes a las 9 a.m., los
heridos del Abtao pasaron al hospital militar a cargo de la ambulancia Santiago,
mientras que los cadáveres pasaron a la ambulancia Valparaíso en bolsas a
manera de bolas, porque estaban mutilados. El comandante Sánchez ofreció pagar
de su bolsillo los cajones para el entierro de los muertos, pero la
descomposición de los cadáveres no dio tiempo para hacer los cajones.
El general Escala, General en Jefe del Ejército del Norte,
programó el entierro a las 3 p.m., pero por error el entierro se hizo a la 1
p.m. Asistieron 70 hombres de cada regimiento, varios oficiales del ejército,
la ambulancia Valparaíso, el general Baquedano y muchos particulares. Los
oficiales y marineros del Abtao que llegaron a las 3 p.m. a la ambulancia
Valparaíso, se dieron con la sorpresa de que sus compañeros ya habían sido
sepultados, así que luego fueron al cementerio.
El miércoles 3 de septiembre de 1879 a las 8:30 a.m. se
celebraron unas exequias fúnebres en la iglesia de Antofagasta por los muertos
del Abtao. Asistieron 25 hombres de cada regimiento y todos los oficiales y
marineros del Abtao. También estuvieron presentes el general Escala, el
secretario J. F. Vergara, el capitán de fragata Carlos Condell, el coronel
Emilio Sotomayor, el jefe del Buín teniente coronel Luis J. Ortiz, el jefe del
2° de línea Eleuterio Ramírez, el jefe del 4° de línea coronel José Domingo
Amunátegui y los jefes del Chacabuco, Zapadores, Bulnes, Valparaíso, regimiento
Cazadores a caballo, señores Toro Herrera, Santa Cruz, Echevarría, Castro y
Pedro Soto Aguilar respectivamente. La oración fúnebre estuvo a cargo del presbítero
Fontecilla.
Exequias Fúnebres en Perú.
En Perú se lamentó mucho la muerte del teniente Carlos de los
Heros, la única del combate. Francisco Retes, sargento de la guarnición del
Huáscar y primo de Carlos de los Heros, escribió a su madre el 1º de septiembre
de 1879 lo siguiente:
“El Comandante ha llorado como un muchacho. La oficialidad
toda podrán Ud. calcular lo que han sufrido, sabiendo que lo querían como a un
hermano; pues por su carácter y buen corazón, era la idolatría de todos. La
marinería ha llorado mucho su muerte y se proponen hacer una manifestación que
haga conocer el alto aprecio que por él tenían.
Al saber en Iquique el general Buendía la fatal noticia, casi
se cae al suelo; tal fue la impresión que experimentó y sin decir una palabra,
se retiró del buque. Dijo en tierra que la perdida de Carlos era para él más
que si también se perdía el buque”. El mismo Retes le escribió a Daniel de los Heros el 17 de
septiembre lo siguiente:
“Anoche ha tenido lugar a bordo algo que no tiene
calificativo y que me ha enternecido como podrás juzgarlo. La marinería, que el
fatal 28 nos lloró tanto la desaparición de Carlos y que dijo que las balas
enemigas habían escogido al mejor oficial del buque, a iniciativa propia y en
el mayor secreto, habían hecho una colecta que asciende a trescientos y tantos
soles y con ella se han presentado al Comandante diciéndole que quieren
contribuir a honrar una memoria querida contribuyendo con lo que pueden a los
gastos que la oficialidad haga para recordar y perpetuar al oficial que han
perdido.
Este hecho tiene doble merito, teniendo presente que a la
tripulación no se le paga hace cinco meses y que es ella la iniciadora, tanto
que el Comandante ha dispuesto que la oficialidad al suscribirse lo haga
después que la marinería, a quienes corresponde la gloria de una acción tan
meritoria y puedo decir sin ejemplo”.
El 27 de septiembre, en la iglesia de Santo Domingo en Lima,
se efectuaron las horas fúnebres por la familia De los Heros. Había una caja
mortuoria que simulaba tener los restos de Carlos de lo Heros y sobre esta, su
retrato, su gorra de teniente 2º recogida del mar durante el combate, una
corona de ciprés tejida y varias prendas y armas de marina.
El ataúd era custodiado por miembros de la Compañía de
Bomberos Lima Nº 1, el catafalco era rodeado por 4 piezas de artillería con dos
marineros vestidos de parada y en la puerta de la iglesia había una guardia
compuesta de miembros de las compañías de bomberos Lima y Salvadora. Entre los
asistentes habían dos edecanes del Vicepresidente, el Ministro de Guerra, el
Ministro de Relaciones Exteriores, marinos y oficiales de todos los cuerpos de
Lima; La oración fúnebre la hizo el señor Manuel González de La Rosa y la misa
realizada por el Obispo Huerta.
Miguel Grau había remitido a Juan de los Heros, un fragmento
de la bomba que mató a su hijo.
BATERÍAS DEL ABTAO. ANTOFAGASTA 1879.
Apuntes sobre cada tiro, tomados en el momento mismo del
combate de Antofagasta
A continuación, reproducimos los disparos efectuados por los
contendientes del combate, que si bien no es exacta en lo referente al Huáscar,
es bastante precisa. Esta relación la tomamos para el presente estudio, pero
cambiamos la hora chilena por la hora peruana, pues mientras las partes
oficiales chilenos dan como inicio del combate las 1:15 p.m, el parte oficial
de Miguel Grau lo da a las 1:35 p.m., es decir una diferencia de 20 minutos. Se
ha preservado la hora original y se puede apreciar las frecuencias de tiro del
combate a continuación:
1.15.- Primer tiro del Abtao.
1.16.- Dos del Abtao, muy buenos.
1.19.- Dos de la Magallanes, cortos.
1.20.- Uno de las Baterías Sur.
1.22.- Dos del Abtao.
1.23.- Uno del Abtao.
1.25.- Uno muy bueno, Baterías Sur.
1.27.- Uno de las Baterías Sur.
1.28.- Uno de la Magallanes.
1.28.- Dos del Abtao.
1.29.- Uno del Abtao.
1.30.- Uno del Abtao.
1.30.- Dos de la Magallanes.
1.32.- Dos del Abtao.
1.35.- Uno de las Baterías Sur.
1.35.- Dos de la Magallanes.
1.36.- Dos del Abtao.
1.37.- Uno del Abtao.
1.37.- Uno de los Baterías Sur.
1.38.- Uno de a 300 Bellavista.
1.40.- Uno del Abtao.
1.41.- Dos del fuerte Bellavista, cortos.
1.45.- Dos del Abtao.
1.46.- Dos de la Magallanes.
1.50.- Primero del Huáscar.
1.50.- Uno del Abtao.
1.52.- Dos del Huáscar.
1.53.- Dos del Abtao.
1.54.- Uno del fuerte Bellavista.
1.55.- Dos del Huáscar.
1.56.- Uno de los fuertes del sur.
1.57.- Uno del Abtao.
1.58.- Dos del fuerte Bellavista.
2. 0– Dos del Huáscar.
2.1.- Uno del Abtao.
2.2.- Uno de la Magallanes.
2.5.- Dos del Huáscar. Dieron en el Abtao.
2.5.- Tres del Abtao.
2.5.- Uno del fuerte Bellavista.
2.5.- Dos del fuerte Sur.
2.5.- Uno de la Magallanes.
2.6.- Dos de Bellavista.
2.7.- Dos del Abtao.
2.10.- Uno del mismo.
2.12.- Uno de la Magallanes.
2.16.- Uno de la Magallanes.
2.17.- Uno del Huáscar. Se quedo a medio camino.
2.17.- Uno de la Magallanes.
2.17.- Uno del Abtao.
2.18.- Uno del Abtao.
2.19.- Uno del Huáscar, bueno.
2.19.- Uno del Abtao, muy bueno.
2.20.- Uno del Abtao. Dio en el costado del Huáscar.
2.20.- Dos del Bellavista.
2.23.- Uno del Huáscar. Estalló cerca de la boca del cañón.
2.23.- Uno de la Magallanes.
2.24.- Uno del Abtao.
2.24.- Dos del Bellavista.
2.25.- Uno de la Magallanes.
2.27.- Uno de la Magallanes.
2.28.- Uno del Huáscar. Muy bueno. Dio cerca del Abtao.
2.28.- Uno del Abtao.
2.29.- Uno del Abtao.
2.30.- Uno del Abtao.
2.30.- Uno del Huáscar. Bueno; dio junto al Abtao.
2.32.- Uno del Huáscar. Muy bueno, dio junto al Abtao.
2.34.- Uno del Bellavista, muy certero.
2.34.- Uno del Abtao, muy bueno.
2.34.- Dos de la Magallanes.
2.35.- Uno del fuerte Bellavista.
2.37.- Uno del Abtao.
2.37.- Uno de la Magallanes.
2.38.- Dos del fuerte Bellavista.
2.39.- Uno del Abtao.
2.40.- Uno de los fuertes del sur.
2.40.- Uno del Huáscar.
2.41.- Uno del Abtao.
2.41.- Uno del Huáscar.
2.44.- Uno del fuerte Bellavista, corto.
2.48.- Uno del Abtao.
2.49.- Uno de la Magallanes.
2.52.- Uno de la Magallanes.
2.55.- Uno de la Magallanes.
2.57.- Uno de la misma, magnífico; el mejor de todos.
3.00- Uno del Huáscar, muy malo; se quedó a medio camino
3.00.- Uno del Abtao, muy bueno.
3.4.- Uno del Huáscar.
(Intervalo durante el cual hace el Huáscar diversos
movimientos hasta quedar con la proa al puerto, resguardado de los tiros de
nuestros buques tras de los mercantes).
3.55.- Uno del fuerte Bellavista.
3.57.- Uno del mismo.
3.58.- Uno de los fuertes del sur. Dio en la popa del
Huáscar.
4.2.- Uno del fuerte Bellavista.
4.2.- Uno del Huáscar al fuerte del centro.
4.3.- Uno de los fuertes del sur.
4.4.- Uno del Huáscar a los fuertes del sur. Mucha elevación.
Cayó a media falda del cerro.
4.5.- Uno de los fuertes del sur.
4.7.- Uno del fuerte del centro, espléndido. Dio de lleno en
el centro del Huáscar.
4.7.- Uno del Huáscar.
4.12.- Uno del fuerte Bellavista.
4.14.- Uno del Huáscar al fuerte Bellavista. Cayó a media
falda del cerro.
4.16.- Uno del Bellavista.
4.19.- Uno del Huáscar al fuerte Bellavista. Cayó en el
cerro, un poco más abajo del anterior.
4.20.- Uno del Bellavista.
4.24.- Uno del Bellavista.
4.25.- Uno del Huáscar al fuerte Bellavista. Muy bueno.
4.26.- Uno del Huáscar al Bellavista.
4.28.- Uno de Bellavista, muy bueno.
4.30.- Uno del Huáscar a Bellavista.
4.45.- Uno del Huáscar a la Magallanes. Cayó por la popa del
Limarí.
4.47.- Uno del Huáscar a Bellavista. Dio en la explanada del
fuerte.
4.51.- Uno del Huáscar al Bellavista.
FOTO DE LA CAÑONERA MAGALLANES 1879.
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