PRÓXIMAS RUTAS

martes, 1 de julio de 2025

POR EL SALAR DE ASCOTÁN

Por el Salar de Ascotán

(Cebollar y Carcote)

Nuestros agradecimientos a Don Manfredo Tuniche, por su gran trabajo fotográfico que compartimos con ustedes.


Todos somos ambientalistas o eso pensamos. Todos tenemos nuestras propias ideas y proyectos para un mundo mejor que, en más de las veces nos llevan a conflictos y todo pasa por un hecho. Todos creemos tener la verdad absoluta, un egoísmo visceral por nuestras ideas. Al final, estos conflictos no nos conducen a nada y esta desunión es aprovechada por los mercaderes del territorio para llevar a cabo sus planes sin cortapisa alguna. Eso sí, por el bien de todos (esto es importante el recalcarlo)

 

Pues bien. Estuvimos -este fin de semana pasado- en el territorio del litio y algo sabemos sobre su importancia en los temas económicos actuales del país. Ahora, independiente del interés desmedido que despierta dicha sal, sabemos también que no todo es risas. El 2024, un grupo de especialistas reclamaron ante el Congreso por la presencia de 8 salares bajo cierto grado de protección legal entre los 23 que fueron ofrecidos -por nuestro gobierno- para la extracción de litio. Uno de ellos es el salar de Ascotán, el que visitamos, y fue priorizado entre los seis primeros. Este ecosistema está categorizado como Sitio Prioritario de conservación según la Estrategia Regional de Biodiversidad de Antofagasta.

 

Hemos de decir que, en el lugar, no observamos intervenciones recientes, pero igual nos preocupa. Nos preocupa que tanta belleza sea destruida y para crear conciencia, para el cuidado y la preservación efectiva, lo primero que debemos hacer es mostrar, para que ustedes también lo conozcan.

 

Recuerden. Nadie protege lo que no conoce.

 

El Salar:

 

El Salar de Ascotán, ecosistema que se ubica por los 3.700 m.s.n.m., es uno de los sitios de nidificación del flamenco andino (Phoenicoparrus andinus); una especie en estado vulnerable por la alteración que ha sufrido su hábitat y también es posible avistar a la parina chica (Phoenicoparrus jamesi). Este salar está dentro del área de influencia de la Reserva Nacional Alto el Loa y su borde sureste es un acuífero protegido por la Dirección General de Aguas (DGA).

En este espacio se pueden encontrar -además de los flamencos- 21 especies de plantas, caracoles (Heleobia ascotanensis), ranas (Telmatobius philippii), peces (Orestias ascotanensis), patos silvestres, vicuñas, zorros(culpeo) y vizcachas.




Un gran territorio, lleno de una vida natural, única y especial que muchos no conocen. Por esto último, algunos piensan que pueden intervenir, explotar, destruir bajo la consigna de un bien mayor, el bien de todos.

 

La Historia:

 

La minería del cobre ya puso sus manos en la zona y en las aguas del salar provocando mucho daño hasta que, las comunidades del lugar, especialmente de Cebollar, se rebelaron y lograron cautelar legalmente su territorio (bien por ellos, bien por todos). Estas empresas usaron el antiguo subterfugio que aplaudían hasta los que decían que sabían y debían proteger. Extraían el agua hasta secar los salares y cuando había reclamo -si los había- les inyectaban agua de otro lugar y listo, con eso quedaba arreglado para ellos, pero con esta triquiñuela (aplaudida por organismos de estado) exterminaron una gran cantidad de especies ya que, estos ecosistemas, eran muy frágiles y no se trataba de un poco más o un poco menos de agua, más bien, que el o los organismos que estaban mandatados para cautelar, lo hubiesen hecho y prohibiesen cualquier extracción. Un ejemplo es el salar de Punta Negra, Salar de pajonales, etc.

En la actualidad, cuando visitas estas reparticiones, todos ponen cara de que vieron a la virgen, carita de buenas personas y dicen que fueron obligados.

 

Lo que nos contaron:

 

Hasta el momento, el salar de Ascotán había permanecido fuera de la mirada de la minería del litio, sin embargo, el salar actualmente se encuentra amenazado por un proyecto de prospección minera que pretende establecerse en el lugar. Se trata del proyecto de Sondajes “OCA”, de la empresa canadiense First Lithium Minerals, que contempla la construcción de hasta cinco pozos de 500 metros de profundidad en la zona, lo que representa un riesgo para la conservación de la amenazada biodiversidad del lugar.





















 

Flora y Vegetación del salar de Ascotán:

https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-66432003000200006

 

jueves, 26 de junio de 2025

ENTRE CANTONES

Entre Cantones

(Aguas Blancas-Taltal)


Sin el muerto no hay delito o mejor aún, sin imágenes no hay escrito. La acotación tiene mucho de razón, pero te queremos contar algo sorprendente, una vivencia que tuvimos el día de hoy en uno de los explorativos que nos llevó por lugares inhóspitos, carentes de aquello que llaman caminos transitables y nos expuso -como siempre- a la fortuna y los aciertos.

Tomamos ruta, tempranera, en dirección al sur de la ciudad de Antofagasta por la ruta 5. La tarea era la misma de siempre, aquello de meternos por el medio del desierto en búsqueda de todo aquello que fuese relevante para nuestra historia y también para el patrimonio natural, mas, lo que cambiaba en este recorrido, era el lugar. Había que cruzar por el despoblado en donde funcionaron los antiguos cantones de Aguas Blancas y Taltal - por el medio de ellos - y las rutas que elegimos habían sido abandonadas muchas décadas atrás.

Justo en el kilómetro 100, en lo que fue la Posada Rosario ubicada frente a la ex oficina salitrera Rosario comenzó nuestra aventura. Dos tortas de ripio calichero nos dieron la bienvenida al estéril despoblado. De allí en adelante nos acompañaría la suerte.

 

En este espacio nos encontramos con antiguos asentamientos ya abandonados, también dimos con trabajos salitreros y mineros de los cuales poco o nada se sabe y/o conserva. Vimos -también- una bien cuidada iglesia (protestante) en medio de un oasis enclavado en la más absoluta de las soledades, donde el sol es el dueño del paisaje y el viento es la comparsa.

 
Pero donde quedamos perplejos y dando loas a la naturaleza por su obstinación, fue en un pircal (una gran pirca) elaborada décadas atrás con trozos de sal y caliche que sobresale en un terreno plano, sin guijarros, sin piedras o algún otro elemento que saque de la monotonía a tan monocorde lugar. Espero haber transmitido, con estas palabras, la llaneza y monotonía del sitio que elegimos para explorar y del lugar en el que nos bajamos para buscar el motivo de su existencia, la mentada Pirca.

Antiguas latas de conserva a su alrededor, construcción perfecta para guarecerse del frio o encerrar animales y mucha arena, arena por doquier, mas, al acercarnos a las costras de caliche, salieron volando unas pequeñas dípteras (mosquitas). Eran muy pequeñas, rápidas y numerosas y se confundían con el color del terreno y del caliche. Nos dimos a la tarea de buscarlas en los agujeros dejados por la sal de los muros de aquella construcción con la idea de capturar algún individuo y fotografiarlo, pero al cabo de media hora (poco para algunos, mucho para nosotros) nos dimos por vencidos y las dejamos tranquilas. Pero ellas no saben que volveremos y no cejaremos hasta dejar testimonio de su existencia y quien sabe, tal vez estamos ante la presencia de un gran hallazgo entomológico.

Nuestro viaje no acabó ahí, seguimos adentrándonos en esta parte del desierto que aún conserva algo de la historia regional y que permanece en el más completo de los silencios. Por este lado habitaron connacionales que soportaron el calor inclemente del día y el frío de la noche, en cualquiera de las temporadas.

 

Cuando volvimos a la carretera, luego de varias horas de exploración, nos dimos cuenta que tendríamos mucho trabajo procurando buscar los nombres y algo de la historia de los lugares visitados, esos no están en los mapas o en textos recientes, pero valió la pena.

Sin duda alguna, una nueva aventura que nos permite transmitir -a ustedes- lo que es el desierto y lo que significó la conquista de este.

Nos queda como corolario aquello del volver al lugar, aquellas mosquitas no tendrán la última palabra.