PRÓXIMAS RUTAS

jueves, 26 de junio de 2025

ENTRE CANTONES

Entre Cantones

(Aguas Blancas-Taltal)


Sin el muerto no hay delito o mejor aún, sin imágenes no hay escrito. La acotación tiene mucho de razón, pero te queremos contar algo sorprendente, una vivencia que tuvimos el día de hoy en uno de los explorativos que nos llevó por lugares inhóspitos, carentes de aquello que llaman caminos transitables y nos expuso -como siempre- a la fortuna y los aciertos.

Tomamos ruta, tempranera, en dirección al sur de la ciudad de Antofagasta por la ruta 5. La tarea era la misma de siempre, aquello de meternos por el medio del desierto en búsqueda de todo aquello que fuese relevante para nuestra historia y también para el patrimonio natural, mas, lo que cambiaba en este recorrido, era el lugar. Había que cruzar por el despoblado en donde funcionaron los antiguos cantones de Aguas Blancas y Taltal - por el medio de ellos - y las rutas que elegimos habían sido abandonadas muchas décadas atrás.

Justo en el kilómetro 100, en lo que fue la Posada Rosario ubicada frente a la ex oficina salitrera Rosario comenzó nuestra aventura. Dos tortas de ripio calichero nos dieron la bienvenida al estéril despoblado. De allí en adelante nos acompañaría la suerte.

 

En este espacio nos encontramos con antiguos asentamientos ya abandonados, también dimos con trabajos salitreros y mineros de los cuales poco o nada se sabe y/o conserva. Vimos -también- una bien cuidada iglesia (protestante) en medio de un oasis enclavado en la más absoluta de las soledades, donde el sol es el dueño del paisaje y el viento es la comparsa.

 
Pero donde quedamos perplejos y dando loas a la naturaleza por su obstinación, fue en un pircal (una gran pirca) elaborada décadas atrás con trozos de sal y caliche que sobresale en un terreno plano, sin guijarros, sin piedras o algún otro elemento que saque de la monotonía a tan monocorde lugar. Espero haber transmitido, con estas palabras, la llaneza y monotonía del sitio que elegimos para explorar y del lugar en el que nos bajamos para buscar el motivo de su existencia, la mentada Pirca.

Antiguas latas de conserva a su alrededor, construcción perfecta para guarecerse del frio o encerrar animales y mucha arena, arena por doquier, mas, al acercarnos a las costras de caliche, salieron volando unas pequeñas dípteras (mosquitas). Eran muy pequeñas, rápidas y numerosas y se confundían con el color del terreno y del caliche. Nos dimos a la tarea de buscarlas en los agujeros dejados por la sal de los muros de aquella construcción con la idea de capturar algún individuo y fotografiarlo, pero al cabo de media hora (poco para algunos, mucho para nosotros) nos dimos por vencidos y las dejamos tranquilas. Pero ellas no saben que volveremos y no cejaremos hasta dejar testimonio de su existencia y quien sabe, tal vez estamos ante la presencia de un gran hallazgo entomológico.

Nuestro viaje no acabó ahí, seguimos adentrándonos en esta parte del desierto que aún conserva algo de la historia regional y que permanece en el más completo de los silencios. Por este lado habitaron connacionales que soportaron el calor inclemente del día y el frío de la noche, en cualquiera de las temporadas.

 

Cuando volvimos a la carretera, luego de varias horas de exploración, nos dimos cuenta que tendríamos mucho trabajo procurando buscar los nombres y algo de la historia de los lugares visitados, esos no están en los mapas o en textos recientes, pero valió la pena.

Sin duda alguna, una nueva aventura que nos permite transmitir -a ustedes- lo que es el desierto y lo que significó la conquista de este.

Nos queda como corolario aquello del volver al lugar, aquellas mosquitas no tendrán la última palabra.

















 

1 comentario:

  1. Me interesan sus aventuras ....y más la historia de nuestros antepasados por gracia de Dios e recorrido y viví en Europa viendo en vivo grandes asentamientos de la historia de ella ....las salitrera chilenas tienen grandes historias etc...saludos cordiales

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