Por las cumbres
En un Mar Remoto
Un detalle a considerar:
El Cerro Tres Tetas, ubicado a un costado de la ruta-5 y al
noreste del Vicuña Mackenna, es un cerro que motiva -a muchos- por llegar a su
cumbre. Sus 2.000 msnm (1.000 m de trepada efectiva) invitan al desafío, pero
no es una ruta fácil; es más, la consideramos de alto esfuerzo y de cuidado,
por lo cual este escrito no es una invitación para que asuman este riesgo, es sólo
una breve descripción de lo que hicimos y de lo que fuimos encontrando durante
el ascenso.
Luego de esta breve introducción, quedamos más tranquilos. Están
avisados.
En la Ruta
El día de ayer, durante la travesía a la quebrada que nos
llevaría a la cumbre del cerro Tres Tetas, fuimos encontrando -en el trayecto-
muchos vestigios fósiles que nos indicaban la presencia de un mar remoto por el
lugar hará millones de años atrás. Nuestra tarea (La propuesta) era llegar a la
cumbre y no el de andar buscando vestigios pretéritos o la flora y fauna del lugar
que, a todas luces, resultaban muy interesantes y dignos de poner atención.
¿Qué dicen los expertos sobre el lugar?
El Cerro Tres Tetas, ubicado cerca de Antofagasta, presenta
una geología caracterizada por afloramientos de brechas piroclásticas y lavas
andesíticas y dacíticas, con evidencias de actividad volcánica reciente. Se
observa un edificio volcánico cubierto por lavas y brechas, con niveles de
limolitas calcáreas con presencia de fósiles de Amonites y bivalvos del
Jurásico Superior o tardío, periodo que comienza hace unos 161 millones de años
y finaliza hace unos 143 millones de años. Este periodo está dividido en tres
pisos y edades: Oxfordiense, Kimmeridgiense y Titoniense. Hemos de tener
presente que, en el Jurásico Superior, Pangea ya no era un único
supercontinente, sino que se encontraba en proceso de fragmentación,
separándose en dos grandes masas continentales: Laurasia al norte y Gondwana al
sur. Esta división fue un proceso gradual que comenzó en el Jurásico temprano y
continuó a lo largo del período.
Geología del Cerro Tres Tetas:
Presencia de brechas piroclásticas:
Se encuentran niveles de brechas piroclásticas de 8 a 10
metros de espesor en la secuencia, que gradan hacia la cumbre.
Lavas:
Se identifican lavas andesíticas porfíricas y lavas
afaníticas andesíticas a dacíticas brechosas.
Fósiles:
Se han encontrado fósiles de Amonites del Jurásico Superior
en limolitas calcáreas que recubren parte del edificio volcánico.
Actividad volcánica:
La presencia de brechas y lavas indica actividad volcánica,
con evidencias de una fase reciente de actividad (neotectónica).
Importancia:
Valor geomorfológico: Las formas del relieve y las evidencias
de fallas son de interés geomorfológico.
Valor paleontológico: La presencia de fósiles de Amonites es
de interés paleontológico.
Valor geopatrimonial: Las evidencias de actividad volcánica y
fallas son de valor geopatrimonial.
Valor Natural: Por la presencia de un pequeño número especies
-de flora- que son propias al desierto y que se mantienen gracias a la mínima
humedad que llega desde la costa. Nolana leptophylla y Huidobria chilensis.
También se advierte la presencia de una gran variedad de insectos entre
solífugos, arácnidos, escarabajos, dípteras, etc.
Desde la cumbre se puede contemplar todo el vasto territorio
con el imponente Llullaillaco dominando las alturas. Abajo, en dirección a la
cordillera, se aprecian los restos y faenas de lo que fue el Cantón de Aguas
Blancas y en dirección sur-oeste, se yergue majestuoso el Vicuña Mackenna, todo
un espectáculo en un territorio dominado por el sol que se muestra inclemente y
agobiante.
18:30 horas, luego de una jornada extenuante, con algunas
rasmilladuras y calambres, todos estamos en el vehículo y vamos rumbo a casa.
Vida nada nos debes, vida estamos en paz.
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