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sábado, 21 de junio de 2025

ANDAR MOJADO COMO DIUCA

Andar mojado como Diuca

Así no más



"¡No! ¡Ahora no se trata de la diuca chilena! No, señores delegados. Se trata, en primer lugar, oídme bien y que mi voz resuene hasta el Polo Sur; se trata ¡de la libertad del pájaro! ¡De la libertad de todos los pájaros del mundo, sin distinción de credos políticos, religión, sexo, condición social! ¡Oídme: se trata de los derechos de los pájaros! Y no quiero entrar en detalles que avergonzarían al mundo. (silencio profundo.) ¿Es posible que el pájaro sea encerrado en jaulas doradas, que son jaulas por muy doradas que sean? ¡Son jaulas e ignominiosas! (...) ¡El pájaro debe ser libre!"

 

Miguel Arteche, La disparatada vida de Félix Palissa.

Escritor chileno (1926 - 2012).


Pues bien. La Diuca, ave nativa de nuestro país, presenta una curiosa condición: sus nombres común y científico son coincidentes. Diuca, palabra de origen mapuche, es el nombre que le daban los indígenas, y Diuca diuca es el nombre científico que se le otorgó al ser descrita. Lo novedoso de esto es que sucede muchas veces que el nombre de la especie sea una palabra indígena, pero no así también el nombre del género, como ocurre en este caso. Y, más aun, que tanto el género como la especie sean la misma palabra.

La diuca, ave nativa del cono sur de Sudamérica, vive y nidifica tanto en nuestro país como en la Argentina, con una pequeña población en Bolivia, pero en la época invernal se extiende hacia el noreste hasta alcanzar el Uruguay y el extremo sur de Brasil.

Es un ave de tamaño mediano, entre 16 a 18 cm, de color gris, con una gran mancha blanca en la garganta y con la parte baja del abdomen del mismo color, lo que le da el aspecto de estar usando un chaleco. Las plumas mayores de sus alas son oscuras, casi negras, con bordes grises. Bajo la cola presenta manchas rojizas, que son más notorias en los machos. La cabeza parece grande en relación al cuerpo y su pico es fuerte. Las patas son de grises a negras. En general, su aspecto resulta inconfundible y permite identificarla fácilmente.

Existen 4 subespecies de esta ave, de las que 3 habitan en Chile, siendo dos de ellas endémicas - Diuca diuca crassirostris y Diuca diuca chiloensis-. La subespecie presente en el norte de nuestro país es la Diuca diuca crassirostris, cuyo nombre científico hace referencia a que su cabeza y rostro son más grandes y pesados que los de las subespecies sureñas.

Prefieren las zonas con matorrales bajos, praderas y quebradas, pudiendo establecerse también en lugares poblados y ciudades, siempre bajo los 2000 m de altitud. Suelen andar en pareja, pero también pueden juntarse en nutridos grupos. Anidan sobre arbustos bajos, nunca en el suelo, construyendo el nido con ramitas y pastos secos, el que suelen forrar con vegetación suave, pelos de animales o plumas de otras aves. Ponen entre 2 y 4 huevos, una sola vez al año, los que en el caso de la subespecie crassirostris son un poco más grandes.

 

Se alimenta principalmente de semillas que coge del suelo y de pequeños artrópodos (insectos, crustáceos, etc); este último alimento lo consume más frecuentemente en tiempo de reproducción. No se le considera un ave dañina para los cultivos ya que sólo come de las semillas que encuentra botadas, y éste es –precisamente- uno de los principales peligros a que se enfrenta en el resto del país: la proliferación de cultivos extensos, que reducen su hábitat y la disponibilidad de alimento. En nuestra Región, en tanto, lo sería la reducción de sus fuentes de alimento, las plantas, debido a la escasez de agua. Sin embargo, todavía es un ave que podemos ver con cierta frecuencia al sur de Antofagasta.

 

"No hay nadie. Trina la diuca.

como el agua en la noche pura."

 

Pablo Neruda, Canto General.













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