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martes, 14 de marzo de 2017

LA VIDA Y LA MUERTE EN LA NATURALEZA DE ANTOFAGASTA-CHILE


Una Avispa muy especial


     Prionyx Van Der Linden, 1827, es un Género de avispas de la Familia Sphecidae, las que se caracterizan por ser depredadoras y solitarias, y por lucir hermosos colores metalizados.

Prionyx sp.

    En Chile se han descrito 5 especies, Prionyx neoxenus, Kohl, 1890; Prionyx notonitidus, Willink, 1951; Prionyx pumilio, Taschemberg, 1869; Prionyx spinolae, Smith, 1856 (endémica de Chile) y Prionyx thomae, Fabricius, 1775. Prionyx thomae es una especie panamericana, que se encuentra desde Norteamérica hasta Lluta y Azapa. Esto nos permite creer que podría ser la especie presente en nuestra región, aunque no podemos descartar que sea otra, incluso una no descrita, ya que hace muchos años que no se hace una revisión de este Género en nuestro país. Sobre todo, acá en el norte, en estas tierras que, a pesar de lo inhóspitas que pueden parecer, albergan muchas especies de invertebrados aún sin clasificar.

     Una cosa que es común a estas hermosas avispas, es su forma de reproducirse, o -más bien- de alimentar a su prole. Las avispas hembras, una vez que han sido fecundadas, excavan un agujero en un lugar que consideren apropiado, para luego salir de caza.



     Buscan afanosamente, recorriendo todo el terreno alrededor del nido excavado, hasta encontrar la presa que buscan: un saltamontes. En las agrestes tierras nortinas, uno de los insectos que siempre podemos contar con hallar, es el saltamontes, de los que hay varias especies. Y de ellos se valen las Prionyx, como fuente de alimento para sus larvas.

     Cuando encuentran uno, lo atacan ferozmente, sujetándolo con las mandíbulas para inyectarle su veneno una y otra vez. Luego lo sueltan, y esperan. Moviéndose nerviosamente alrededor de su víctima, observan los efectos del veneno. Si éste no ha sido suficiente para inmovilizarlo, vuelven a inyectarle más, hasta que finalmente el saltamontes queda inmóvil. Vivo, consciente, pero incapaz de moverse. Entonces, la avispa lo sujeta fuertemente, posándose sobre él, y lo arrastra -no sin gran esfuerzo- por el terreno, hasta llegar al lugar en donde excavó su nido. Esto puede significar varios metros de camino, entre piedras y grava que -para su tamaño-pueden constituir formidables obstáculos.

Prionyx sp.

     Una vez frente al nido, la avispa aprecia el tamaño de su presa, y verifica que la entrada al nido es suficientemente amplia. Si no lo es, trabaja rápidamente en ensancharla, para luego tomar al desdichado saltamontes y meterlo dentro. Allí lo acomodará, para enseguida poner un huevo sobre el cuerpo inmóvil, pero vivo.

     La avispa saldrá entonces del nido, para cerrarlo enseguida, con la misma grava que sacó al construirlo. Y lo hace tan bien, que no es posible encontrar nuevamente el lugar.

Prionyx sp.


   Del huevo depositado saldrá una larva, que se alimentará del saltamontes, poco a poco y sin consumir órganos vitales, para mantenerlo vivo el mayor tiempo posible. Finalmente, se lo comerá completo, antes de convertirse en pupa, paso previo para transformarse en una nueva avispa, que excavará una salida al exterior y comenzará el ciclo nuevamente. Un ciclo de vida y de muerte en Antofagasta-Chile.


1 comentario:

  1. Muy interesante nuestra flora y fauna, los felicito, ahora me voy a unir a ustedes.Margarita Luana Fricke Ledezma.

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