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martes, 4 de julio de 2017

El PORQUÉ DEBO PROTEGER.


Démosle una Manito a la Naturaleza Antofagastina.

     Por dónde empezar cuando se trata de explicar el por qué resulta tan importante proteger la naturaleza antofagastina en estos tiempos y en estas condiciones. Cuando florece el desierto de la cordillera costera de Antofagasta.


    Podemos abordar el tema desde el punto de vista emocional, algo simple para el entendimiento de todos. Cuidar las plantitas, cuidar el bichito, como constantemente nos remedan e ironizan al hablar de protección con los personajes menos adecuados, pero. Necesitamos el apoyo de todos, por lo tanto, partiremos por la historia. Cuando los antofagastinos se asomaron a estas costas.

   Desde un principio esta tierra atrajo a los buscadores de fortuna, una tierra supuestamente árida -Como se nos enseña- pero de grandes oportunidades. Los escritos nos hablan de Juan López y de Ossa de Carabantes y de Díaz Gana, de cientos y de miles de trabajadores que labraron su porvenir o dejaron sus huesos en esta tierra. Pero siempre toparon con dos grandes obstáculos. El agua y el combustible. El primero costaba un cuarto del salario, pero era solo para beber y cocinar, el segundo era más complejo, por lo tanto, se inició una práctica y un comercio que abarataba los costos del encarecido carbón, ese que resultaba necesario para cocer el alimento y fundamental para el abrigo de las casas. 


     Esta práctica fue la de recurrir a la naturaleza. A nuestra exigua naturaleza, arrancar los pocos árboles, arbustos, cactáceas y convertirlos en leña. Los testimonios de esta depredación aún perduran en las quebradas profundas y en los escritos de algunos historiadores locales.

    Más que una crítica a esta destrucción, podemos explicar estas conductas. Fue exclusivamente por la necesidad de estos hombres y mujeres que buscaron en la naturaleza la posibilidad de sobrevivencia. Hemos de acotar que estas prácticas perduraron muy adentro de los años ´40.



     Actualmente nuestra ciudad y región viven en una condición muy diferente, con un alto ingreso económico y con un crecimiento que sobrepasa la media nacional. Antofagasta se vistió totalmente de minería desde fines de los 80 y principios de los 90 con alguno que otro declive que nos parecen actualmente intrascendentes. Dejamos de mirar nuestro patrimonio natural y lo dejamos tristemente a su destino. Antofagasta pregonó al mundo que solo es minería.

    Los tiempos van cambiando y en una sociedad global más consiente y en una comuna que quiere proyectarse al futuro. Nos dimos cuenta que Antofagasta no era solo cobre, arena, roca y mineral. Antofagasta podía presentar un nuevo potencial de negocio y crecimiento, nos podíamos enfocar al turismo. Pero todo aquello que nos podría dar singularidad como comuna, como antofagastinos. Ya no está, o bien está contaminado o está destruido.  Lo que resta de este legado, es lo que nos abrirá la puerta al futuro.

Entonces. ¿Por qué proteger las floraciones de Antofagasta de este año 2017?

-    -  Porque las especies que comienzan a emerger, son en su mayoría únicas -endémicas- son nuestro tesoro más preciado -porque tienen vida a diferencia de las inertes rocas- se pueden reproducir y son nuestro patrimonio activo y serán nuestro legado natural.
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-     -  Porque en ellas podremos encontrar la cura para, el control para la contaminación del aire y de los suelos, porque serán el alimento de una población cada vez más numerosa. Porque nada o muy poco sabemos de ella y quizás nos depare más de alguna agradable sorpresa.

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-    -  Porque si nos enfocamos al turismo y estos eventos de lluvia continúan. Tendremos una razón poderosa para convocar a los ciudadanos del mundo a contemplar el nacimiento de la vida en el desierto más árido del planeta. Si estás lluvias han sido solo por efecto de alguna u otra situación aislada. Se puede generar un gran jardín que cumpla la misma función. Atraer visitantes, generar futuro.
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-       -  Porque somos habitantes de un planeta que procura estar en equilibrio. Debemos tener siempre muy en claro, que no somos inmunes a todos los eventos que ocurren en nuestro mundo, más cuando la mayoría de estos. los ha originado el ser humano. Todos debemos poseer una mínima empatía con la naturaleza y nuestra comunidad no es una isla para que hagamos las cosas de manera distinta a lo que nos dicta la razón y el conocimiento.



    No queremos con esto detener a los visitantes, a los cultores del motor en la naturaleza. Solo se les pide que limiten o detengan su actividad por un periodo o bien cambien de locación, hasta que las plantas entreguen a la tierra sus semillas, la fauna se perpetúe con nuevas generaciones y se garantice de esa manera que estos eventos -Floraciones- continuarán con el correr del tiempo. Aunque las lluvias tarden décadas en volver. La carga genética está asegurada en las candentes arenas del desierto antofagastino.

     A modo de reflexión. Te imaginas que el 10% de la población concurriese a observar este evento, de manera desordenada, sin las mínimas indicaciones de cuidado y sin respeto alguno por el entorno. Pues bien, eso es lo que está ocurriendo actualmente y nos debe preocupar como sociedad. 


Consideraciones:


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