Démosle una Manito a la Naturaleza Antofagastina.
Por dónde empezar cuando se trata de explicar el por qué
resulta tan importante proteger la naturaleza antofagastina en estos tiempos y
en estas condiciones. Cuando florece el desierto de la cordillera costera de
Antofagasta.
Podemos abordar el tema desde el punto de vista emocional,
algo simple para el entendimiento de todos. Cuidar las plantitas, cuidar el
bichito, como constantemente nos remedan e ironizan al hablar de protección con
los personajes menos adecuados, pero. Necesitamos el apoyo de todos, por lo
tanto, partiremos por la historia. Cuando los antofagastinos se asomaron a
estas costas.
Desde un principio esta tierra atrajo a los buscadores de
fortuna, una tierra supuestamente árida -Como se nos enseña- pero de grandes oportunidades.
Los escritos nos hablan de Juan López y de Ossa de Carabantes y de Díaz Gana,
de cientos y de miles de trabajadores que labraron su porvenir o dejaron sus
huesos en esta tierra. Pero siempre toparon con dos grandes obstáculos. El agua
y el combustible. El primero costaba un cuarto del salario, pero era solo para
beber y cocinar, el segundo era más complejo, por lo tanto, se inició una
práctica y un comercio que abarataba los costos del encarecido carbón, ese que
resultaba necesario para cocer el alimento y fundamental para el abrigo de las
casas.
Esta práctica fue la de recurrir a la naturaleza. A nuestra exigua
naturaleza, arrancar los pocos árboles, arbustos, cactáceas y convertirlos en
leña. Los testimonios de esta depredación aún perduran en las quebradas
profundas y en los escritos de algunos historiadores locales.
Más que una crítica a esta destrucción, podemos explicar
estas conductas. Fue exclusivamente por la necesidad de estos hombres y mujeres
que buscaron en la naturaleza la posibilidad de sobrevivencia. Hemos de acotar
que estas prácticas perduraron muy adentro de los años ´40.
Actualmente nuestra ciudad y región viven en una condición
muy diferente, con un alto ingreso económico y con un crecimiento que sobrepasa
la media nacional. Antofagasta se vistió totalmente de minería desde fines de
los 80 y principios de los 90 con alguno que otro declive que nos parecen
actualmente intrascendentes. Dejamos de mirar nuestro patrimonio natural y lo
dejamos tristemente a su destino. Antofagasta pregonó al mundo que solo es
minería.
Los tiempos van cambiando y en una sociedad global más
consiente y en una comuna que quiere proyectarse al futuro. Nos dimos cuenta
que Antofagasta no era solo cobre, arena, roca y mineral. Antofagasta podía
presentar un nuevo potencial de negocio y crecimiento, nos podíamos enfocar al
turismo. Pero todo aquello que nos podría dar singularidad como comuna, como
antofagastinos. Ya no está, o bien está contaminado o está destruido. Lo que resta de este legado, es lo que nos
abrirá la puerta al futuro.
Entonces. ¿Por qué proteger las floraciones de Antofagasta de
este año 2017?
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las especies que comienzan a emerger, son en su mayoría únicas -endémicas- son
nuestro tesoro más preciado -porque tienen vida a diferencia de las inertes
rocas- se pueden reproducir y son nuestro patrimonio activo y serán nuestro legado
natural.
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en ellas podremos encontrar la cura para, el control para la contaminación del
aire y de los suelos, porque serán el alimento de una población cada vez más
numerosa. Porque nada o muy poco sabemos de ella y quizás nos depare más de
alguna agradable sorpresa.
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- - Porque
si nos enfocamos al turismo y estos eventos de lluvia continúan. Tendremos una razón
poderosa para convocar a los ciudadanos del mundo a contemplar el nacimiento de
la vida en el desierto más árido del planeta. Si estás lluvias han sido solo
por efecto de alguna u otra situación aislada. Se puede generar un gran jardín
que cumpla la misma función. Atraer visitantes, generar futuro.
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somos habitantes de un planeta que procura estar en equilibrio. Debemos tener
siempre muy en claro, que no somos inmunes a todos los eventos que ocurren en
nuestro mundo, más cuando la mayoría de estos. los ha originado el ser humano.
Todos debemos poseer una mínima empatía con la naturaleza y nuestra comunidad
no es una isla para que hagamos las cosas de manera distinta a lo que nos dicta
la razón y el conocimiento.
No queremos con esto detener a los visitantes, a los cultores
del motor en la naturaleza. Solo se les pide que limiten o detengan su
actividad por un periodo o bien cambien de locación, hasta que las plantas
entreguen a la tierra sus semillas, la fauna se perpetúe con nuevas
generaciones y se garantice de esa manera que estos eventos -Floraciones- continuarán
con el correr del tiempo. Aunque las lluvias tarden décadas en volver. La carga
genética está asegurada en las candentes arenas del desierto antofagastino.
A modo de reflexión. Te imaginas que el 10% de la población
concurriese a observar este evento, de manera desordenada, sin las mínimas
indicaciones de cuidado y sin respeto alguno por el entorno. Pues bien, eso es
lo que está ocurriendo actualmente y nos debe preocupar como sociedad.
Consideraciones:
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