Saludos visitantes. Esta es la morada de Caminantes del Desierto, Corporación Ecológica y Cultural, Laica y Territorial asentada en Antofagasta-Chile. Tenemos por misión, proteger y difundir el Patrimonio de nuestra región, muy especialmente el patrimonio Natural.
Seas bienvenido
En algunas décadas de estos lugares ya no quedará nada, si podemos considerar
que actualmente queda algo.
La mayoría de las ex oficinas salitreras que tapizan el suelo
de la región de Antofagasta se encuentran a un costado de la carretera
principal, es muy probable que el trazado de este camino estuviera en función
de aquellas oficinas, del traslado de su gente, de la carga y del abastecimiento. Ante esto. No nos debe resultar extraño el ver las enormes
tortas de material estéril y los vestigios de sus construcciones, pero algo nos
llama la atención y estas son las cruces del desierto. Nos referimos a los
cementerios salitreros, espacios en donde reposan los restos mortales de los
antiguos moradores del salitre y por lo general son sitios muy deteriorados,
totalmente intervenidos por las personas (saqueadores) en inútil búsqueda de antigüedades
o riquezas. Pero hay un cementerio que
siempre nos llamó la atención por su gran cantidad de cruces y su aislamiento,
investigamos y pudimos dar con los antecedentes para explicar el porqué de esto.
Se le conoce como el Cementerio de los apestados o el cementerio
de los niños. Es un cementerio surgido a principios del siglo XX ubicado al
costado de la ruta entre Antofagasta y Calama en la comuna de Sierra Gorda,
Chile. Se encuentra a 20 km al oeste del poblado de Sierra Gorda (Chile), a 5
km al este del extinto poblado Pampa Unión y contiguo a la ex-oficina salitrera
María.
Imagen de SenderosCulturales.cl
No posee cerco alguno, las inhumaciones están a un metro bajo la dura
costra salina de la pampa. Sus cruces son de madera, la gran mayoría sin nombre
ni fecha, las más pudientes están rodeadas con enrejados de hierro y se estima
que el camposanto contiene aproximadamente de 3.000 a 3.500 tumbas sin registro
alguno, la mayoría son de infantes y está aledaño a la ruta G-25
de donde es visible.Las dataciones de
las tumbas (las escasas que aún registran fecha) parten en 1912 y terminan en
las últimas filas hacia el sur en 1929.
Este cementerio surgió de la necesidad de inhumar lejos de
los asentamientos a fallecidos por las epidemias que asolaron nuestra región en los años
1903 a 1920, principalmente la peste bubónica transmitida por las pulgas de roedores y la Fiebre amarilla. Los más afectados fueron los niños, la población
infantil de las oficinas salitreras. Aunque el Cementerio de los apestados es
uno de los tantos cementerios abandonados en la Pampa del Salitre; tiene la singularidad
de que la mayor parte de su población la constituyen infantes y es único en
Chile.
Imagen de SenderosCulturales.cl
Podríamos pensar que tanta desgracia junta debe haber
embargado a madres y padres por igual, pero la historia no hace llegar este
pequeño artículo:
“La muerte de un niño en la pampa no era un acontecimiento
extraordinario, especialmente por las recurrentes pestes que azotaron los
campamentos y la alta morbilidad infantil, aunque por la influencia campesina e
indígena, la muerte de un niño o de un “angelito” podía ser también un
acontecimiento de gran recogimiento”
(Sergio González Miranda. Hombres y Mujeres de la Pampa)
Siendo la gran mayoría de los salitreros personas venidas
del sur del país, es probable que las prácticas y tradiciones realizadas ante
la muerte de un angelito sean las mismas que narraremos a continuación:
Primero. Se denomina "angelito" a los niños que
fallecen antes de cumplir los tres años, aunque en ocasiones la práctica se ha
realizado a niños de hasta 7 años. Ésta es una ceremonia consistente en el
constante rezo del rosario y cánticos piadosos, acompañado de cena de medianoche,
ingesta de licor conocido como "gloriao" (nombre que dice relación
con la gloria del niño al ir al cielo). Asimismo, en una mesa, la "mesa de
los santos", se colocan distintas imágenes religiosas, se prende una sola
vela rodeada de flores blancas, y se construye un altar donde, muchas veces, se
instala el cadáver del niño muerto disfrazado como ángel: vestido con una
túnica blanca adornada con lazos celestes y, algunas veces, con unas alitas
para ayudarle en su viaje celestial. En ocasiones se instala el cuerpo del niño
sentado o de pie, con las manitos juntas apretando un ramo de flores blancas.
La jornada es acompañada de rezos, cánticos y, ocasionalmente de baile.
El fundamento de esta ceremonia es que cuando muere un niño
pequeño, asciende directamente al cielo por su cualidad de no pecador. Por lo
mismo, no se le debe llorar; si esto sucediera, se le hace un mal al alma del
difunto.
El cortejo funerario está formado solamente de hombres,
quedando las mujeres acompañando a los deudos y tomando mate con cedrón para
aplacar la pena.
Gabriela Pizarro. Investigadora, educadora e intérprete del
folclor chileno
Sobre la historia de este Cementerio, su establecimiento.
Indica en la Página Senderos Culturales:
Las fuentes históricas indican que las epidemias se iniciaron
con la peste bubónica la cual fue traída en 1903 por el vapor SS Columbia
procedente desde San Francisco, Estados Unidos. Este vapor había recalado en El
Callao, Perú donde se había infectado gravemente con ratas. Se le llamó el
barco maldito porque con cada recalada que hacía, las ratas que transportaba
saltaban al mar y nadaban a la orilla, estas transmitieron mediante sus pulgas
la peste en Iquique, Taltal, Antofagasta, Mejillones y Valparaíso. La región de
Antofagasta y en especial la región pampina de Calama fue la más afectada con
esta pandemia dando inicio a 20 años de pandemias en los cobijos de las
salitreras. Para 1907, los casos registrados eran 695 de los cuales 302
fallecieron en toda la actual segunda región.
También a principio de 1910 otros navíos procedentes del
puerto peruano de El Callao trajeron a la pampa por vía del ferrocarril, la
fiebre amarilla, la viruela, el tifus exantemático epidémico, el sarampión y
nuevamente la peste bubónica en un segundo y más mortal brote pandémico
teniendo para julio 988 fallecidos y más de 3.053 casos. En 1912, rebrotó con
virulencia la fiebre amarilla, la tuberculosis y la viruela. El cementerio de
los apestados se inicia en estas fechas. Estas pestes asolaron espontáneamente
y principalmente a las oficinas salitreras de la pampa nortina ubicadas en la
actual Comuna de Antofagasta afectando mayoritariamente a la población
infantil.
Corolario.
Hemos de saber que la muerte fue un factor muy presente en la
sociedad chilena en la segunda mitad del siglo XIX. La mortalidad infantil
superó los 300 por mil nacidos vivos (promedio) y la esperanza de vida al nacer
para un hombre no pasaba los 28 años. La lista de enfermedades, pestes y
epidemias que afectó a la población de Chile es extensa. El cólera produjo
grandes pandemias a lo largo de todo el siglo, aunque en Chile apareció con
rasgos epidémicos entre 1886 y 1887. En aquella oportunidad los centros urbanos
más afectados llegaron a perder hasta el 5 por ciento de su población. Otro mal
que afligió a la población chilena con mortalidad permanente fue la viruela;
hasta 1925 son incontables las epidemias que se conocen. Ni siquiera la
voluntad de propagar la vacuna, las medidas para aislar a los enfermos de
viruela o para enterrar sus restos terminaron con esta enfermedad. En los seis
años que van de 1890 a 1895 murieron 24.618 personas a causa de esta enfermedad
y entre 1905 y 1906 murieron 14.000 chilenos. Otras enfermedades que, por las
condiciones de higiene que vivió la población adquirieron el carácter de
epidemia, fueron la tuberculosis, el tifus, el sarampión y otras enfermedades
infecciosas.
“Los Puetas de el Arenal" La vida y desenlace del Pequén Pérez.
Minero de Caracoles.
Quien en su vida no ha leído algún texto de Jorge Inostroza, ese mismo autor del “Adiós al 7° de línea” la historia novelada de la Guerra del Pacífico que
ha sido una de las publicaciones más exitosas y vendidas de nuestro país. Pero entre todos sus libros hay uno que no es tan conocido
y que lleva por título "El Rescatado por Dios" de la editorial Zig-Zag,
entre los múltiples relatos que componen este libro (Juan López, José Santos
Ossa) se encuentra este título “Los Puetas de el Arenal” y narra – en parte -
la vida y desenlace de un Minero de Caracoles llamado Silvestre Pérez, alias el
Pequén Pérez. Un relato muy entretenido, que espero lo disfruten.
A considerar:
En Chile se dice y se entiende lo siguiente. “Como el Pequén” Que no se
inmuta con nada, que actúa con desparpajo sin amilanarse.
“Los Puetas de el Arenal"
Dice así:
Este relato, jirón de vida lleno de sabor y de ingenua fiereza, fue
encontrado en unas pobres hojas de papel, cosidas con aguja e hilo,
en uno de los bolsillos de la guerrera de Silvestre Pérez, alias el
"pequen", soldado del famoso batallón "Atacama".
este hombre cayó acribillado por las balas en la batalla de
Tacna. El inconcluso diario de campaña del soldado Silvestre Pérez
comienza con una carta dirigida a su madre y dice:
Mamita relinda: espero que al recibo de ésta esté usté alentá y que
no le haga caso a las cotorras de sus vecinas que le habrán llenado la
cabeza de zumbaeras de que "¡tú chiquillo se te jué a la
guerra!" "que te lo van a matar", "que no va a volver
más" y que "quién te va a mantener"; y otras
pamplinas por el estilo. porque sepa usted, mamita linda, que yo la
dejo asegura antes d'irme; y que si me voy es, por un la´o, porque hay que
sacarle la mugre a los enemigos que nos declararon la guerra ayer, y
por otro la´o, y esto me lo va a tener que perdonar usté, porque me
cargué un cristiano y es mejor irse a la guerra a que lo sequen a uno
en la cárcel, ¿no? ¿que cómo fue?, preguntará usté. pue, hei'stá
l'historia...
Silvestre Pérez narraba a su madre que había tenido que venirse
desde el mineral de caracoles hasta Santiago y cómo en la estación
hizo amistad con un sujeto de extraña apariencia. Expresa en su pintoresco
lenguaje: "era rarazo el ñato; con una levita apretá en las caerás,
pantalones gombilla y un cuellazo duro que le llegaba hasta las
orejas. me dijo por debajo de un bigote de columpio:
— “y clarito, amigo: Santiago es chile y hay que saber onde ir pa
aprovechar las licencias que uno se da".
— y yo que no vengo na sunco, aunque soy un cuneo — le replicó maliciosamente el
"Pequen Pérez", dejándose llevar de su costumbre de
versificar, y agregó haciendo tintinear un puñado de monedas en su
bolsillo—: y no vengo na pidiendo una limosnita, porque
Viene un enganche y me engancho
y me voy pa caracoles
y de allá traigo hartos soles
pa remoler con los mauchos.
El historiador Sergio Villalobos nos habla sobre las grandes diferencias que se daban entre
un minero nortino y un sureño, previo a la Guerra del Pacífico.
El flamante amigo de la estación hizo un gesto de entendimiento y
dijo con expresión ladina: —¡macanudo, pues, ganchito! usted sabe:
platita en la mano.,., y ... ¡güeno, en Santiago hay dos laos pa onde
partir, dos navajitas pa afilar, dos soguitas que enrollar. en la esquina
de San Diego viejo con el camino de cintura está la fonda popular, a la
que hasta este cantar le han hecho:
Un día domingo fui
a la fonda popular;
lo primero que allí vi
tomar, cantar y bailar.
El "pequen Pérez" frunció el morro con desprecio;
consideraba eso poco. Si hasta en caracoles, que no era más que un
yacimiento minero, había cosas mejores.
Mineral de Plata de Placilla de Caracoles. 1873
—¡pare el arpa entonces! —lo atajó el santiaguino—. yo le dije que en Santiago
había dos laos pa onde ir.
—¿y el otro? —quiso saber el "pequen".
—onde la Peta Basaure, la dueña de "el arenal".
—¡chis, si es por arenal, de la pampa vengo! —saltó el "Pequen".
Los dos amigos echaron a andar hacia el río Mapocho, ya que la fonda mentada
estaba en la "calle ancha de Maruri", al lado de la cañadilla.
—este arenal tiene muchazos espejismos, gallo —iba diciendo el
santiaguino, y como el "pequen" le preguntara cómo era la
fonda, le expresó con calor—: hei es donde se juntan
los "puetas" d'esta tierra y pelean a versainas. la Peta Basaure
es como su reina.
—¿y vale la pena la china? — quiso saber el "Pequén".
y el santiaguino le enhebró también una versaina propia:
Es el sol en camiseta,
la luna en refajo corto,
y cuando levanta una pierna
el diablo pide socorro.
El ingenuo y sabroso diario de campaña de Silvestre Pérez describe
su llegada ante la famosa fonda, frente a la cual un grupo de
músicos, con bombo y platillos, tocaban una tonada, mientras uno de
los "puetas" pregonaba a voz en cuello:
¡Pasar a ver, señores!
que aquí con alegría pueden beber.
no se pide, ni se exige,
no se regala, ni se da,
no se admite ningún pije,
pero el que quiera gastar
bailando con niñas dijes,
venga y entre al "arenal".
"el arenal" es, señores,
la fuente de juventud,
la fonda más reputa . . . da,
donde no entra la virtud.
y cuando sus puertas abre
una risa a todos gana
porque empieza la jarana
donde la peta Basaure.
¡bolos, billares y niñas!
¡rayuela y riñas de gallos!
¡ricos mostos de las viñas
de san Javier y san Carlos!
"En el portón de la fonda estaba un tipo parao. mi amigo me
dijo que era uno de los mentaos "puetas". Tenía una corbata
de mariposa, lacia, que le chorreaba por la pechera, y una
melena chascona que le colgaba desde la nuca hasta respalda. en fin,
entramos y nos siguió. pasamos a la cancha de bolos y él siempre
detrás. llegamos a los billares y dale a seguirnos. entramos al reñidero
de gallos y también entró. y entonces fue que comenzó la cosa.
Salió de aentro una mujer morena, cuarentona, sabrosa, pelinegra,
de
ojazos garzos y picarones y una boca..., ¡maire mía! era la peta
basaure, famosa porque daba un beso o un tajo con el mismo desplante.
me clavó los ojazos y tirité. el amigo me dijo por lo bajo:
—Afírmese que agora los "puetas" lo van a agarrar pa'l bautizo.
como usted tiene entuavía puesto el culero de los mineros y los mineros
traen plata; usté me entiende."
El "Pequen" se pasó la mano por el cuero que llevaban sus
pantalones en las posaderas y miró a los cuatro hombres que estaban
apoyados en el mesón. eran iguales al que los había seguido desde la
entrada, al fondo estaban dos tocadores de guitarra.
—¿y esos cuatro melenúos son los "puetas"? —quiso saber
el "pequen" y su flamante amigo le respondió en sordina:
—¡y de fama, pue! el que nos vino siguiendo desde la entrada es el gran Nicasio
García; el del lao, Manuel Clavero, y los otros dos, el Chago Moore y el
"cuatro ojos", bautizado Hipólito Casas-Cordero. y cállese porque
agora le van a echar una versaina, como quién no quiere la cosa, pa tomarle el
pulso. Efectivamente. el gran Nicasio hizo un gesto displicente a los
guitarreros y salmodió con desdén:
Un cunco llegó a gastar,
como quien dice: ¡aquí tengo!
un joven dijo: ¡convengo!
y le miraba el culero,
y él le dijo: soy minero,
de la cordillera vengo.
Silvestre Pérez tomó cancha en el reñidero de gallos y respondió al
contrapunto:
De la cordillera vengo
a caballo en un pequen,
él a pequeñas conmigo
y yo a pequeñas con él.
la Peta Basaure batió palmas con entusiasmo y fue a tomar de un
brazo al "pequen", al que llevó al mesón.
—¡bravo, así se habla y se risponde! —exclamó, y manoteando con su brazo libre
ordenó al gran Nicasio.
—: Don Nicasio, salga y dígale al maestro que se dentre con la
banda pa que empiece el canto y el baile agora mesmo.
Y usté, don Hipólito Casas-Cordero, hágame la bondad de decirle a la "morocha"
que nos mande un apiao pa entrar en confianza.
—con todo gusto, petita. sí es su boquita la que manda —acató el
"cuatro ojos" con voz relamida y haciéndole una ceremoniosa
reverencia. después salió en busca del trago.
La Peta Basaure se había acaparado al "Pequen", mientras
la música de la banda tocaba aires, cuándos y refalosas. Por sobre los
bailarines, los cuatro "puetas" miraban al "Pequen"
con envidia y enojo. en una pausa de la banda, el "pequen" tomó
una guitarra, la pulseó y payó mirando a la moza con sus ojos más
golosos:
Una niña me miraba
y su gestito me hacía.
¡benaiga la moza diabla,
benaiga la linda niña!
la peta Basaure lo atisbo burlona y siguiendo a las guitarras le
respondió:
no me mirís tan bravo,
gallito leso.
si te sentís tentao
quédate quieto.
Entonces fue que terció el "pueta" Casas-Cordero. afirmándose
las gafas sobre la nariz, recitó:
Me fui a pelear a la guerra
como valiente soldao,
pero dejé aquí en mi tierra
a mi bien idolatrao.
y mientras en la campaña
hallé la gloria,
otro aquí con mi prenda
cantó victoria.
La Peta Basaure miró a casas-cordero con expresión interrogante,
presentía el desafío que el "pueta" quería plantear, y terminó
de convencerla la copla que éste lanzó en seguida:
Yo soy el Casas-Cordero,
ese que llaman cuatrojos,
que gira de norte a sur
saltando espinas y abrojos.
Entonces intervino también el gran Nicasio, que igualmente estaba agitado por
la inquina. dijo con voz áspera, desafiante:
Soy hombre de pelo en pecho
y de riñoná tapa,
donde pego la corná
llega a saltar el afrecho.
El "Pequen" no se amilanó ante los dos rivales. lejos de
eso, rasgueó la guitarra con más bríos y replicó:
El que quiera castigarme
sepa que tengo puñal,
un corazón en el pecho
y sangre que derramar.
La Peta Basaure presintió que iba a armarse una tremolina y, buscando
conciliación, saltó al medio de la pista, haciendo señas al director de la
banda.
—¡estamos aquí pa divertirnos y no pa matarnos! —gritó-—. ¡venga una cueca
pa que-escobillemos el suelo y haya paz y alegría en "el
arenal"!
El "Pequen" se acercó presuroso, a un guiño coqueto que le hizo
la peta y bailó con ella, apuñalado por la espalda por los ojos de los
cuatro "puetas". y al final, cuando se acercó una china
trayéndoles dos cachos de chicha, espetó a su prenda el aro tradicional:
Aro, aro, dijo ña pancha Lecaros,
donde me canso me paro,
pongo la pechuga al viento
y el espinazo al reparo.
Y la Peta Basaure le respondió, rozando el cacho con sus labios
rojos:
Alzo el codo hasta la cruz
de las estrellas que miran
y sigo marcando el compás
de esta cueca santiaguina.
"La Peta Basaure me tenía embrujao —sigue contando el diario
de campaña de Silvestre Pérez—, bailaba mirándome a mí sólo, como si
quisiera comerme con sus ojazos. y otro que me miraba, pero como pa
comerme mascao y escupió después, era el "pueta" el gran Nicasio.
no le hacían naita'e gracia las mariguanzas que me estaba haciendo la
peta Basaure. y las caras de carnero enojao que ponía me daban más
ganas de hacerlo difariar. por eso más que to´o fue que, cuando terminó el
tercer pie, agarré la guitarra y le dije a la buena moza:
Contigo quisiera estar
adentro de mi aposento,
todas las llaves perdidas,
todos los cerrajeros muertos.
Y su rival el gran Nicasio no se quedó atrás. arrinconando a la Peta
con su mirada, le confesó:
Te quiero más que a mis ojos,
más que a mis ojos te quiero.
pero más quiero a mis ojos,
porque mis ojos te vieron.
E Hipólito Casas-Cordero acotó también por su cuenta:
Desempedraré tu calle
y la llenaré de arena,
para mirar las pisadas
de los que rondan tu reja.
La Peta Basaure se fastidió y terció en el contrapunto:
Al que lo quieren de balde
no venga pidiendo celos,
que harto favor se le hace
con quererlo pelo a pelo
Después le hizo un desprecio respingado y, aprovechando que la
banda comenzaba a tocar un aire, salió a bailar con el Chago Moore. entretanto,
el "pequen" y el gran Nicasio se habían entendido a miradas
y el segundo pasó a otro reñidero de gallos que había en el patio
vecino.
Desde el centro de la redondela hizo una seña al "Pequen" y lo
esperó con la mano metida en el anca del pantalón. Silvestre Pérez se
acercó manoseando en la faja la cacha de su cuchillo. No hicieron falta
muchas palabras, las precisas no más.
—¡la Peta Basaure es mía y no admito entrometidos! —dijo el gran Nicasio.
—la Peta no es de naiden sino de aquel a quien ella quiera darse y ser por
él recebía —le replicó el "Pequen"—. y esta noche parece que
ése soy yo y la recibo.
—no aguanto el mal gancho. lo corto ¡con esto! —dijo el gran Nicasio y sacó
de un tirón una descomunal navaja. El "Pequen" lo imitó casi al
segundo, y, cuchillo en mano, le propuso:
—¿la peliamos? ... ¿cómo en las tierras del norte?
—cómo más pronto termine uno de los dos.
El "Pequen" se desenrolló la faja, y, como en la pampa
salitrera, amarró con ella uno de sus tobillos con el opuesto de su
contrincante.
—¿hasta que uno de los dos quede finao? —preguntó tranquilamente, y
el otro dijo:
—¡trato hecho!
"d'hei nos echamos un poquito p'atrás, nos engolvimos el brazo
izquierdo con las chaquetas, nos hicimos una venia y comenzamos a
pegar puñaladas que era un gusto, clavaos al suelo, amarraos pie con
piesigue expresando el diario de
Silvestre Pérez.
Y confiesa después con desenfadada ironía—: ¿pa qué decir na? él era apenas
un "pueta" y yo minero viejo; antes de que terminara la música
el gran Nicasio estaba cantándole versainas a taita dios, tendido de
espaldas en el reñidero de gallos. tambaleándome como un borracho por
causa de un rasguño que me bajaba desde la sien hasta el pescuezo, me
desamarré del difunto y, cuando levanté la cabeza, allí estaba la
peta mirándome con tamaños ojos."
—¿qué jue lo que hiciste, minero? —le preguntó espantada, y el
"Pequen", cansado, le respondió simplemente:
—quiso jugar a la pelea de gallos y entonces hicimos una apuesta.
—¿qué apostaron?
—un beso suyo, mi prienda.
La Peta Basaure escondió al "pequen" en su dormitorio, pero fue
inútil. un mirón cantó; parece que fue una mujer. y la ronda de guardias
entró en el cuarto al salir el sol.
—¡andando, minero! ¡y usted también, doña peta! —los conminó el jefe—. uno
por homicidio en la persona del "pueta" Nicasio García, que en
gloria esté; la otra, por encubridora.
Los sacaban a la calle cuando, cruzando el puente, vieron acercarse a un piquete
de soldados haciendo redoblar los tambores de enganche. al
mismo tiempo el Chago Moore llegaba gritando la noticia de que el
presidente de la república había declarado esa noche la guerra al Perú
y Bolivia. Comenzaba la movilización. los cuarteles se estaban
llenando de voluntarios. y empezaban a salir los regimientos hacia Valparaíso,
para partir al norte.
La Peta Basaure se aferró a uno de los brazos del jefe de los
guardias y le dijo, envolviéndolo con una de esas miradas suyas:
—Mi sargento, ¿estando la patria en peligro, va usted a privarla de unos brazos
fuertes de minero, sólo porque se acriminó con un cristiano en un duelo de
honor? el muerto pudo ser él mesmo. lo llamo a sentimiento, mi
sargento. déjenos en libertad y yo le juro que, tanto este hombre
como yo, la usaremos na más que pa defender a la patria.
—¿cómo podré comprobarlo? —exigió el sargento, desconfiado.
—viéndonos cómo nos enrolamos en ese piquete de enganche que va por la
cañadilla.
—sea —aceptó el sargento, y empujó a la peta y al "pequen" hacia
los soldados.
La futura cantinera se despidió agitando un brazo y encomendando a los tres
"puetas" que restaban que le cuidaran "el arenal"
hasta su regreso. Después, tomada del brazo de su hombre, se metió en la
columna militar. así se fueron a la guerra la peta Basaure y Silvestre
Pérez.
El minero murió en la batalla de Tacna. y ella, por amor a su
recuerdo y a su tierra, se dejó matar en el pueblo de Chorrillos, empecinándose
en vendar a un herido, bajo las balas, con jirones de su enagua.
El enganche de los poetas - Los Cuatro Cuartos
De nuestra
consideración.
¿Existió la Peta Basaure y su fonda llamada el arenal?
Los relatos históricos nos dicen:
La más famosa fonda del sector, hacia la época de la Guerra del
Pacifico, fue la de la “Peta Basaure”, una controvertida regenta de la fonda de
Maruri o del Arenal, como se le conocía y que tan bien se describe en el libro
de Maximiliano Salinas y de acuerdo con los estudios de Antonio Acevedo
Hernández, de la siguiente forma:
Una Chingana. Claudio Gay
“Era una mujer celebre en los fastos de la alegría popular. Su fonda
situada en la esquina norponiente de las calles anchas de Maruri, o Marul como
le denominaba el pueblo, y la de Lastra…Tenia una puerta muy ancha, en la
entrada sobre Maruri. Su regenta, la Peta, era por los años de la Guerra del
Pacifico, una mujer de unos 40 años. Alta, robusta, pelinegra, ojos oscuros
grandes y picarones; gran bailadora de cueca y resbalosa. Que tenía la facultad
de dar un beso con tanta presteza como daba un tajo con el puñal.”
La fonda, no solo era reconocida como una de las mejores de Santiago, si
no también, porque su dueña generaba las más ácidas críticas debido a que se
decía que ella también era célebre por sus orgías y por el desborde de energía
salvaje. Según Acevedo Hernández, esta inigualable señora, gozaba de la
animadversión de las mujeres de clase alta, aunque ella misma ya había sido
excomulgada, varias veces.
Se resiste Calama a consagrarse como el “basurero de desechos
tóxicos” de Chile
La región de Antofagasta ya cuenta con una denominación bien dada “La
tierra del sacrificio”. Resulta evidente que los clamores de la gente en
pro de su bienestar y la de sus hijos es continuamente desoída por un motivo
fundamental. Nuestra tierra solo debe producir independiente del costo. Este tema del plomo lo hemos vivido y lo
seguiremos viviendo en la ciudad de Antofagasta, ahora le tocó el turno a
Calama de levantar la voz y exigir sus derechos. La ciudadanía se rebela.
Durante la última semana la comunidad se ha tomado el
edificio de la Gobernación y la Conadi, para expresar su rechazo a la norma que
regulará el movimiento transfronterizo de residuos tóxicos. ¿La razón? La única
planta que realiza el reciclaje de baterías está en esa ciudad –que en 2009 fue
declarada “saturada” por material particulado– y ya no quiere más
contaminación. El reglamento impediría la exportación e importación de desechos
como este. La comunidad acusa lobby e injusticia medioambiental. La autoridad,
por su parte, dice que Chile ratificó el acuerdo de Basilea, lo que impide
enviar desechos a otros países en vías de desarrollo.
El 26 de enero fue reingresado a Contraloría el reglamento
que regula el movimiento transfronterizo de residuos tóxicos. El Gobierno
aceptó algunas observaciones hechas por el organismo durante la toma de razón,
pero una modificación central tiene en pie de guerra a Calama: si la versión
original permitía la exportación de baterías de plomo de vehículos de todos los
tamaños, el texto ahora lo prohibirá.
¿Por qué afecta a Calama? Porque la única empresa que opera
en Chile y que tiene autorización legal para procesar baterías de vehículos y
estacionarias para extraer el plomo, es RAM-Recimat, que funciona hace 15 años
y se encuentra en el sector Puerto Seco de Calama. Es una compañía de
reciclaje, almacenamiento y tratamiento adecuado de residuos peligrosos
industriales, tales como borras plomadas, chatarra de plomo, baterías de
plomo-ácido fuera de uso y drosses, según han señalado desde la misma firma.
Sergio Chamorro, asesor jurídico de la “Federación Nacional
de Pobladores Calama sin Plomo”, dice que, al ser la única empresa con
resolución de calificación ambiental, concentraría todas las baterías en desuso
del país en una sola comuna. “La empresa está a metros de la Teletón, de la
Comunidad Indígena Yalquincha, de nuestro río Loa, y del tranque de relaves de
Talabre, que viene botando desechos tóxicos de la minería desde 1954 hasta la
fecha”, comenta Chamorro.
Vivir con plomo
La preocupación principal de los vecinos estriba en el alto
nivel de contaminación de Calama, declarada como zona saturada por material
particulado desde el año 2009. La principal causa de muerte es el cáncer y
registra más de 2 mil casos de enfermedades respiratorias en invierno. Por eso,
la comunidad se ha volcado a las calles a impedir que la ciudad se transforme
en un basurero “de desechos tóxicos”. Ya se han registrado tomas de la Conadi y
de la Gobernación.
Aunque las principales fuentes de contaminación por plomo se
encuentran en la explotación minera, la metalurgia, las actividades de
fabricación y reciclaje, más de tres cuartes partes del consumo mundial de
plomo corresponden a la fabricación de baterías de plomo-ácido para vehículos
de motor.
El vicepresidente de la Sociedad de Pediatría de Calama, Iván
Silva, señaló a la prensa que “los niños están siendo muy afectados por toda la
problemática de contaminación en la ciudad” y añadió que su calificación como
“saturada” ya es un problema: “Esto impacta por sí solo y provoca serios
problemas respiratorios y bronquiales en nuestros niños. Esto, sumado a la
contaminación de este tóxico, que es un producto químico generador de daño de
todos los sistemas y especialmente en los primeros años de vida de nuestros
pequeños, que es cuando su cerebro se está desarrollando a mayor velocidad. Por
lo tanto, cualquier daño generado por este tóxico genera cambios brutales en lo
que va a ser su vida”, recalcó Silva.
Lo que también les molesta a los vecinos es que la empresa
Recimat, según dicen, no se ha portado como un “buen vecino”, puesto que el año
2017 presentaron el proyecto “complemento módulo RAM”, que tiene como objetivo
instalar un segundo horno de fundición. “Esta intención fue manifestada a
través de una Declaración de Impacto Ambiental y no un Estudio de Impacto
Ambiental y hemos presentado un conjunto de observaciones, pero dada su
calificación se prohíbe la participación de la ciudadanía”, enfatiza Chamorro.
El asesor jurídico también hace hincapié en el acta número
953 de la Seremi de Salud de Antofagasta, del 7 de enero de 2016. “Entonces se
decretó, después de una fiscalización que se realizó a esa empresa, que existía
riesgo potencial a la salud de las personas que habitan en los sectores
aledaños a la empresa”, puntualiza Chamorro.
La comunidad desconfía asimismo de los vínculos políticos que
pueda tener la compañía, ya que la consultora ambiental Gescam ha sido su
asesora durante varios años.Gescam es de Hernán Durán de la Fuente, cuñado del
ex presidente Ricardo Lagos, y comparte responsabilidades con su hija,
Valentina Durán.
Según la plataforma Ley del Lobby, en octubre de 2016 el ex
ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, se reunió con Arturo Fermandois,
Antonio Carrecedo y otros dos gestores de intereses en nombre de RAM-Recimat.
El acta señala: “Los representantes de la empresa RAM solicitaron a la
autoridad que, en el marco de la nueva normativa de movimiento transfronterizo
de residuos, se privilegie la valorización en Chile”.
Desde Recimat sostienen que “parece al menos extraño que el
debate se centre en un solo producto de los miles que incluye la regulación.
Ahora existe una propuesta sometida al escrutinio de la Contraloría, que aún no
se pronuncia oficialmente y, por lo tanto, no podemos adelantar juicios sobre
aquello”.
El negocio de las baterías es un suculento botín donde el
competidor más cercano no está en Chile sino en Perú. También se ha dado cuenta
de un negocio informal, fundiciones clandestinas y hasta contrabando de
baterías de un país a otro.
Sobre este tema, desde Recimat manifiestan que tienen
claridad respecto a que hay importantes intereses económicos “de quienes
quieren exportar baterías a costa del medio ambiente. Por ejemplo, en Perú el
costo de procesar una batería es cuatro veces más bajo que en Chile por energía
y mano de obra, sin embargo, no hay legislación ni restricciones ambientales a
esta actividad, lo que ha ocasionado graves daños en zonas de extrema pobreza.
También esta demanda de exportar baterías se cruza con el alto interés por
acceder al ácido sulfúrico de las baterías para actividades de narcotráfico”,
precisan.
Las razones de medio ambiente
Lo que hizo hervir la molestia de los vecinos de Calama es
que se enteraron por la prensa de la enmienda al reglamento, en una entrevista
con el ministro de Medio Ambiente, Marcelo Mena, publicada el día 12 de
febrero.
Mena explica que Chile ha ratificado el convenio de Basilea,
lo que significa limitar la exportación de residuos peligrosos a países que no
sean parte de la OCDE y, además, hacerse cargo en el país de esos residuos si a
nivel local hay capacidad de procesarlos. “En la discusión que hemos tenido con
Contraloría aparece que, para aplicar esto en el sentido más estricto, es
necesario no exportar baterías si es que hay capacidad localmente, ni ningún
otro residuo. Esto rige para todos los residuos, no es sobre un residuo en
particular”, señala Mena.
Hay organizaciones ambientales que también han defendido la
posibilidad de que Chile se haga cargo de su basura tóxica sin traspasar
fronteras de otros países. Mena suma más argumentos en este sentido: “El
convenio de Basilea dice que no llevemos residuos a otros países en vías de
desarrollo y, como no nos gustó recibir desechos, como los que nos pasó en
Arica en los años 90, debemos ser buenos ciudadanos ambientales”.
Diario Universidad de Chile. Calama en alerta: contaminación
con plomo podría duplicarse en los próximos años.