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viernes, 6 de diciembre de 2019

FANTÁSTICO, ES MÍA, YO LA ENCONTRÉ


     En el año 2011 endilgamos nuestros modestos pasos a la maravillosa comuna de Taltal, específicamente a la renombrada quebrada San Ramón (a la mina de óxido más antigua de américa) y si quedaba tiempo nos iríamos a la cumbre del cerro Moro, todos estos espacios en la entrada norte de dicha ciudad.

Oxalis novemfoliolata Heibl & Martic

     Pues bien, he de afirmar que nos quedó el dichoso tiempo en aquel domingo de primavera y comenzamos a caminar por el trecho minero que nos llevaba a la mitad del cerrito, espacio en donde se comenzaba la explotación de un nuevo yacimiento de cobre. Por los alrededores del lugar la flora era exuberante al igual que la avifauna, también encontramos varios vestigios de antiguos asentamientos humanos, todos ellos debidamente cercados para su protección.

     Apenas acaba el camino (a mitad de la ladera) debemos seguir por los senderos de Guanacos que poco a poco se van elevando a la cumbre, la vegetación (mientras más ascendemos) se torna más diversa y numerosa, ya no estamos ante la presencia exclusiva de algunas cactáceas típicas de estos lugares o de unos cuantos yerbajos que apenas sobreviven con el rocío de la camanchaca, al contrario, comienzan a asomar las arbustaceas de sobre 2 metros (Lecheros) y el recorrido se vuelve complejo por ir sorteando toda esta vegetación, es sorprendente, una maravilla.

     Apenas llegados a la cumbre, las flores – con sus colores diversos y sus aromas fragantes - nos reciben cual jardín paradisiaco, las vistas eran impresionantes (de postal), cual comparsa de mar y tierra.

    Nolanas, Tetragonias, Polyachyrus, Zephyras, etc.… brotaban por doquier, las cactáceas se mostraban robustas, inclusive las vigías de la costa (Eulychnias) pero hubo una de ellas que no pudimos identificar, una especie de trébol que brotaba bajo estas columnares y entre los grandes roqueríos. Sabíamos que se trataba de una Oxalis (Vinagrillo) pero nunca la habíamos visto en nuestros anteriores recorridos. He de contarles que, en aquellos tiempos, nuestra red de contacto (para la identificación de especies) era muy pequeña, por lo cual tuvimos que esperar más de un año para saber que estábamos ante una nueva especie, que fue identificada en el año 2005 y cuyo rango de distribución estaba acotado a ciertos espacios de la región de Atacama, específicamente para ciertas laderas de la ciudad de Chañaral.

Oxalis novemfoliolata Heibl & Martic

     Entonces, quedamos muy felices por el descubrimiento, saber que esta especie también se encuentra en nuestra región, por la posibilidad de aumentar el patrimonio natural de la comuna de Taltal y por aportar con nuestro conocimiento a la naturaleza de Antofagasta-Chile.

    Les guste a nos les guste a algunos o, a ciertas reparticiones. Es lo que hace la ciencia ciudadana, aportar.  

Oxalis novemfoliolata Heibl & Martic

Sobre la especie en cuestión, según Dossier:

OXALIS NOVEMFOLIOLATA, UNA NUEVA ESPECIE DE OXALIS SECT. CARNOSAE ENDEMICA DEL DESIERTO DE ATACAMA, CHILE

Christoph Heibl 1,3 y Clodomiro Marticorena 2

1 Institut für Systematische Botanik, Fakultät für Biologie, Ludwig-MaximiliansUniversität München, Menzinger Straße 67, 80638 München, Alemania.

2  Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas, Universidad de Concepción, Casilla 160-C, Concepción, Chile. heibl@lmu.de

Resumen

    Se describen Oxalis novemfoliolata Heibl & Martic. del desierto de Atacama, Chile. Hasta ahora he sido encontrada solo en Falda Verde cerca de Chañaral. Se distingue de las demás especies encontradas en el territorio chileno por sus hojas en su mayoría 9-folioladas. Tanto la morfología del cáliz, la forma de vida y suculencia, así como los marcadores moleculares, la agrupación a la sección Carnosae.

    Oxalis L. comprende alrededor de 490 especies (Lourteig 2000). Alcanza una gran diversidad en el sur de África (Salter 1944) y América del Sur (Lourteig 1994, 2000), especialmente en entornos áridos de desierto y montaña. Los miembros de la sección Carnosae Reiche son componentes típicos de la flora del cinturón subtropical del desierto a lo largo de la costa del Pacífico sudamericano y su diversidad se centra en el desierto costero de Atacama entre 24 ° S y 30 ° S con aproximadamente dieciséis especies endémicas (Lourteig 2000, Heibl 2005).

    Durante el trabajo de campo en el desierto de Atacama en 2004 y 2005, una nueva especie perteneciente a la secta Oxalis. Carnosae fue encontrado. La nueva especie se describe aquí, se ilustra y se compara con otras especies de la secta Oxalis . Carnosae.
Oxalis novemfoliolata Heibl & Martic., Sp. nov.


TIPO: CHILE, Región de Atacama, Provincia de Chañaral, orientación sur, laderas empinadas de Falda Verde. Escasamente cubierto con Heliotropium, Oxalis gigantea y Euphorbia lactiflua, 26 ° 17.67´ S, 70 ° 37.74´ W, 100 m, 21.10.2005, C. Heibl 02-022 (holotipo: CONC; isotipos: M, SGO) (Fig. 1,2).

    Una especie afín (Oxalis ornithopus Phil.) Difiere foliis 9-foliolatis vel raro 12-foliolatis, no 3-foliolatis. Foliola ad 7-15 mm longa et 1-4 mm lata, anguste cuneata, no linearia vel peranguste elliptica.

    Subarbusto perenne. Elongación de los entrenudos muy reducida y el tallo, por lo tanto, ± corto (en el rango de mm a cm, dependiendo de la edad de la planta), aproximadamente 6 mm ø, un poco carnoso, cubierto por restos de estípulas y bases de hojas esclerificadas, pubescentes; Las hojas se apiñan juntas. La raíz principal es carnosa, a veces ramificada, formando uno o pocos tubérculos de raíz ovoides a cónicas directamente en la base del tallo y fuertemente separados de las raíces fibrosas a continuación. Hojas 9-folioladas, rara vez 12-folioladas, muy efímeras, por lo tanto, a menudo menos de nueve folíolos presentes u hojas han desaparecido por completo en el momento de la antesis. Pecíolos de hasta 8 cm de largo, carnosos, glabros. Folletos de 7-15 x 1-4 mm, estrechamente oblanceolados a estrechamente cuneados, ápice redondeado a retraído, base cuneada; superficie superior de la valva brillante o cérea, glabra; Superficie de la valva inferior coliculada, escasamente pubescente en la base de la vena media con pelos únicos y nolandulares, de 1-1.5 mm de largo. Inflorescencia un cimo dialial, cada una de las dos inflorescencias parciales es un cincinnus (= cimo de escorpiod no circinado; ver Buys y Hilger, 2003), entrenudos de cincinni bien desarrollados, laxiflorosos, pero a veces entrenudos de cincinni contraídos, dando una umbela aparición a la inflorescencia. Pedúnculo de hasta 12 cm de largo, carnoso, glabro. Pedicelo de 5-8 mm de largo, glabro. Brácteas ± 3 mm de largo, estrechamente elípticas, ápice agudo, margen pubescente con pelos cortos, solos, nolandulares, 0.4-0.6 mm de largo. Superficie de la valva inferior coliculada, escasamente pubescente en la base de la vena media con pelos únicos y nolandulares, de 1-1.5 mm de largo. Inflorescencia un cimo dialial, cada una de las dos inflorescencias parciales es un cincinnus (= cimo de escorpiod no circinado; ver Buys y Hilger, 2003), entrenudos de cincinni bien desarrollados, laxiflorosos, pero a veces entrenudos de cincinni contraídos, dando una umbela aparición a la inflorescencia. Pedúnculo de hasta 12 cm de largo, carnoso, glabro. Pedicelo de 5-8 mm de largo, glabro. Brácteas ± 3 mm de largo, estrechamente elípticas, ápice agudo, margen pubescente con pelos cortos, solos, nolandulares, 0.4-0.6 mm de largo. Superficie de la valva inferior coliculada, escasamente pubescente en la base de la vena media con pelos únicos y nolandulares, de 1-1.5 mm de largo. Inflorescencia un cimo dialial, cada una de las dos inflorescencias parciales es un cincinnus (= cimo de escorpiod no circinado; ver Buys y Hilger, 2003), entrenudos de cincinni bien desarrollados, laxiflorosos, pero a veces entrenudos de cincinni contraídos, dando una umbela aparición a la inflorescencia. Pedúnculo de hasta 12 cm de largo, carnoso, glabro. Pedicelo de 5-8 mm de largo, glabro. Brácteas ± 3 mm de largo, estrechamente elípticas, ápice agudo, margen pubescente con pelos cortos, solos, nolandulares, 0.4-0.6 mm de largo. cada una de las dos inflorescencias parciales es un cincinnus (= cimo de escorpión no circinado; véase Buys y Hilger, 2003), entrenudos de cincinni bien desarrollados, laxiflorosos, pero a veces entrenudos de cincinni contraídos, dando una apariencia umbelical a la inflorescencia. Pedúnculo de hasta 12 cm de largo, carnoso, glabro. Pedicelo de 5-8 mm de largo, glabro. Brácteas ± 3 mm de largo, estrechamente elípticas, ápice agudo, margen pubescente con pelos cortos, solos, nolandulares, 0.4-0.6 mm de largo. cada una de las dos inflorescencias parciales es un cincinnus (= cimo de escorpión no circinado; véase Buys y Hilger, 2003), entrenudos de cincinni bien desarrollados, laxiflorosos, pero a veces entrenudos de cincinni contraídos, dando una apariencia umbelical a la inflorescencia. Pedúnculo de hasta 12 cm de largo, carnoso, glabro. Pedicelo de 5-8 mm de largo, glabro. Brácteas ± 3 mm de largo, estrechamente elípticas, ápice agudo, margen pubescente con pelos cortos, solos, nolandulares, 0.4-0.6 mm de largo. Pedicelo de 5-8 mm de largo, glabro. Brácteas ± 3 mm de largo, estrechamente elípticas, ápice agudo, margen pubescente con pelos cortos, solos, nolandulares, 0.4-0.6 mm de largo. Pedicelo de 58 mm de largo, glabro. Brácteas ± 3 mm de largo, estrechamente elípticas, ápice agudo, margen pubescente con pelos cortos, solos, nolandulares, 0.4-0.6 mm de largo.



Figura 1. Oxalis novemfoliolata Heibl & Martic., Foto tomada en la localidad tipo durante la excursión de 2005 (Fotografía de C. Heibl).


Figura 2. Oxalis novemfoliolata Heibl & Martic. (a) hábito, (b) folleto, (c) sépalos y (d) flor después de la eliminación de pétalos y sépalos. (a) dibujado después de una foto tomada in situ de un individuo que mostró un retraso en el crecimiento debido al estrés hídrico. (b) - (d) extraído de un individuo completamente desarrollado (C. Heibl 01-078) de los invernaderos de Múnich. Tenga en cuenta especialmente los sépalos de formas diferentes en ambos casos. Tenga en cuenta también que los entrenudos de cincinni pueden estar mucho más desarrollados de lo que se muestra en (a) (véase también el texto).
 
    Cáliz carnoso, glauco, con márgenes de sépalo rojizo, glabro, asimétrico: dos sépalos exteriores de 6-7 x 3-4 mm de ancho, lanceolados a ligeramente hastate, ápice obtuso y dos sépalos interiores de 6-7 x 1.5-2 mm de ancho, estrechamente oblongos , el vértice se trunca para retirarse, así como un quinto sépalo que es intermedio y se puede describir como dividido longitudinalmente en dos mitades, una parecida a las sépalos exteriores y la otra a los sépalos internos. Corola campanulada, ± 30 mm de diámetro. Pétalos 5, connados en su base (± 4 mm), convolutos, ampliamente espatulados, ápice obtuso a subtruncado, amarillo limón con margen exterior púrpura en la superficie adaxial.

    La posición y la morfología de androceo y gineceo varían de acuerdo con la condición tristílica de las flores: largos, medios y cortos. 10 estambres, diadelfo Filamentos glandulíferos en posición larga y media, glabros en posición corta. Anteras dorsifijadas, que se abren por divisiones longitudinales. Carpeles 5, ovario superior, connado, formando un pistilo, glabro. Estilos terminales, distintos, glandulíferos cuando están en posición larga o media, glabros cuando están en posición corta, estigmas distintos, en forma de maza, papilíferos. Cápsula de 6 x 2 mm, cilíndrica, dehiscencia loculicida. Semillas ± 1 mm, ovoides, estriadas transversalmente, marrón rojizo. Número de cromosomas desconocido. glandulífero cuando está en posición larga o media, glabro cuando está en posición corta, estigmas distintos, en forma de palo, papilíferos. Cápsula de 6 x 2 mm, cilíndrica, dehiscencia loculicida. Semillas ± 1 mm, ovoides, estriadas transversalmente, marrón rojizo. Número de cromosomas desconocido. glandulífero cuando está en posición larga o media, glabro cuando está en posición corta, estigmas distintos, en forma de palo, papilíferos. Cápsula de 6 x 2 mm, cilíndrica, dehiscencia loculicida. Semillas ± 1 mm, ovoides, estriadas transversalmente, marrón rojizo. Número de cromosomas desconocido.

MATERIAL ESTUDIADO

    Chile: Región de Atacama, prov. Chañaral, Falda Verde, es decir, laderas del Cerro Chañaral 4-5 km N de Chañaral, 100-450 m, 05.X.1997, Eggli 2885 (B, CONC, SGO, ZSS); Prov. Chañaral, con orientación sur, laderas pedregosas al oeste de Falda Verde, 100-450 m, 12.XII.2004, Heibl 01-078 (M); Prov. Chañaral, orientación sur, laderas pedregosas al oeste de Falda Verde, 100 m, 21.X.2005, Heibl 02-022 (CONC, SGO, M); Prov. Chañaral, Falda Verde, 450 m, 05.XI.2005, Schulz FV46 (ULS).

Posición taxonómica

    Morfológicamente, O. novemfoliolata pertenece claramente a la sección Carnosae de Oxalis, que se caracteriza por cálices asimétricos con los sépalos externos deltoides, romboides, lanceolados o hastate, raramente ovados y los sépalos internos son estrechamente oblongos (Lourteig 2000; Heibl et al. En prep. ) Además de la morfología del cáliz, también la forma de crecimiento y la suculencia de hojas, pedúnculos y sépalos también sugieren afiliación a la sección Carnosae. Los marcadores moleculares apoyan firmemente estos hallazgos. Un conjunto de datos de ADN cp no codificante que consta de espaciador psbAtrnH , intrón trnL yEl separador trnL-trnF confirmó la monofilia de la sección Carnosae, incluida O. novemfoliolata (Heibl 2005, Heibl & Renner en prep.). Sin embargo, dentro de la sección, O. novemfoliolata se distingue inequívocamente de las otras especies por sus hojas de 9 foliolados (o rara vez 12 foliolados) y su forma de hojuelas estrechamente cuneadas.

Distribución, hábitat y estado de conservación.

    Hasta la fecha, O. novemfoliolata solo se conoce de una localidad, conocida localmente como 'Falda Verde', por ejemplo, las laderas entre el Cerro Chañaral y el Cerro Falda Verde al norte de Chañaral (Fig. 3). En esta localidad se ha recogido cuatro veces (números de acceso: U. Eggli 2885, C. Heibl 01-078, C. Heibl 02-022, N. Schulz FV46).

Figura 3. Distribución actualmente conocida de Oxalis novemfoliolata Heibl & Martic. Solo se ha recolectado en un área pequeña (¾en el panel izquierdo) en las
laderas del sur entre Cerro Chañaral y Cerro Falda Verde a una altitud entre 100 y 380 m.

    La especie se encuentra a una altitud de aproximadamente 100 a 380 m en las laderas empinadas, orientadas al sur y cubiertas de escombros de Falda Verde, entre grava gruesa y una cubierta vegetal escasa y xerofítica, dominada por plantas perennes arbustivas como Eulychnia iquiquensis K. Schum. (Britton & Rose), Heliotropium pycnophyllum Phil., Oxalis gigantea Barnéoud y Euphorbia lactiflua Phil. Esta vegetación corresponde al ecotono entre `Arbusto del desierto costero mediterráneo de Gypothamnium pinifolium Phil. y Heliotropium pycnophyllum Phil. y `Arbusto del desierto costero mediterráneo deEuphorbia lactiflua Phil. y Eulychnia saintpieana F. Ritter (= E. iquiquensis (K. Schum.) Britton & Rose sensu Hoffmann & Walter 2004) 'según Luebert & Pliskoff (2006). El clima bajo el cual crecen estas comunidades de plantas se caracteriza por el efecto compensatorio del océano Pacífico cercano y las nieblas costeras que ocurren con frecuencia en el clima desértico, por lo demás hiperárido, con alta radiación solar y precipitaciones erráticas.

    Actualmente, no parece haber una amenaza directa para la supervivencia de O. novemfoliolata. Las actividades humanas en el pasado, como la construcción de carreteras, la instalación de torres de antenas y los colectores de niebla, se han concentrado principalmente en las llanuras costeras de abajo y la región de la cumbre sobre las laderas donde crece. Sin embargo, la especie es inherentemente vulnerable debido a su rango de distribución extremadamente pequeño (como se conoce hasta la fecha) y debe considerarse explícitamente en los planes de manejo de tierras relacionados con esta área.

EXPRESIONES DE GRATITUD

    El primer autor desea agradecer a Deutsche Kakteengesellschaft eV (DKG) por su apoyo financiero para el trabajo de campo en 2004, a la Freunde des Botanischen Gartens München por una beca de viaje recibida para el trabajo de campo en 2005, a Jürke Grau por su ayuda con respecto a las ilustraciones, y a Susanne Renner para comentarios sobre el manuscrito.

BIBLIOGRAFÍA

Compra, MH y HH Hilger. 2003. Las cimas de Boraginaceae son exclusivamente escorpioides y no helicoides. Taxón 52: 719-724. 
     
Heibl, C. 2005. Estudios sobre la sistemática, evolución y biogeografía de las secciones de Oxalis Caesiae, Carnosae y Giganteae , endémicas del desierto de Atacama en el norte de Chile. Tesis de diploma, Departamento de Biología, Universidad de Munich, Alemania. 110 pp.       
 
Hoffmann, AE y HE Walter. 2004. Cactáceas en la flora silvestre de Chile. Segunda edición. Ediciones Fundación Claudio Gay, Santiago de Chile. 307 pp.  
      
Lourteig, A. 1994. Oxalis L. Subgéneros Thamnoxys (Endl.) Reiche emed. Lourt Bradea 7 (1): 1-199.      

Lourteig, A. 2000. Oxalis L. Subgéneros Monoxalis (Pequeño) Lourt., Oxalis y Trifidus Lourt. Bradea 7 (2): 201-629.      
 
Luebert, F. y P. Pliscoff. 2006. Sinopsis bioclimática y vegetacional de Chile. Editorial Universitaria, Santiago. 316 pp.      

Salter, TM 1944. El género Oxalis en Sudáfrica: una revisión taxonómica. Journal ofof South African Botany, Suplemento 1: 1-355.  
   
Recibido: 23.01.08
Aceptado: 10.03.08

EL HOMBRE DETRÁS DE LA IGLESIA DE CHACABUCO




Estas palabras son parte de una historia, no de un deseo.
“Algo así como la Falacia del espantapájaros”


     Personalmente no he conocido a Orlando “Caliche” Valdés, pero si he escuchado bastante de su persona (su apodo) y también he conocido su obra que aún perdura en el ex campamento salitrero de Chacabuco, es más, siempre nos encargamos – como institución – de visitar estos vestigios y dejar en claro que son de un tiempo no muy lejano, son, de cuando este espacio fue usado como campo de prisioneros, por el lapso de un año.

Orlando "Caliche" Valdés

     Ahora bien, tratamos de comunicarnos con el autor de este escrito, el Sr. Rodrigo Ramos Bañados, quién fue el que realizó esta maravillosa entrevista a “Caliche”, y estimo que resulta muy necesario este contacto, por un tema de visión y de recuerdo. Es indudable, estas palabras suenan y resuenan tan distintas a las usadas de manera cotidiana.

     Pero sin más preámbulos, vamos a la historia.

Este hombre saltó por amor a la vida.

     La muralla de la embajada de Italia en Santiago alcanzaba los dos metros. Saltó ante la mirada atolondrada de un Carabinero con una metralleta corta que se dedicaba a pololear. Cayó al pasto y por un rato experimentó el dolor más dulce de su existencia. El ejercicio lo había practicado en la ex oficina Chacabuco, donde meses antes había permanecido preso.

     De vuelta a la vida, en el sur, un viejo amigo, ex militante de Patria y Libertad, le dijo que la Dina quería matarlo. Abandonó su casa de Talagante y escapó a Santiago, con la idea de cruzar la frontera rumbo a Argentina. Sin embargo, cuando pasó por la embajada de Italia, recordó lo que le dijo un preso político bajo el tóxico sol del desierto: saltar una muralla nos puede salvar la vida. Ahora estaba a salvo. Era finales de 1974.

Casas de Chacabuco

     Orlando “Caliche” Valdés con alrededor de 30 años dejaría su marca en la embajada de Italia por sus conocimientos de primeros auxilios. La embajada albergaba a un centenar de personas; todos en busca de refugio por la persecución durante el gobierno de Pinochet. Estuvo un año protegido por Italia. Caliche fue uno de los últimos en partir al exilio, a Rumania. Ya era 1975.

     Dos años antes de partir a Europa, esta vez en el norte, en la ex salitrera Chacabuco transformada en campo de concentración, Caliche inmortaliza tres huellas: una iglesia esculpida en la pared, un tronco de un árbol seco transformado en escultura y recuerdos imborrables como animador de grupos artísticos que intentaron hacer olvidar el calvario. Caliche fue un juglar.

     A 40 años de su paso por el campo de prisioneros y con 79 años en el cuerpo, diez hijos, este hombre de ojos claros, rostro rojizo, recuerda mientras camina por las calles marchitas en busca de su iglesia.

Al norte en barco

     Su supervivencia partió después del 11 de septiembre de 1973. Su relación con el Mapu campesino hizo que lo detuvieran en Talagante. El 22 de septiembre de 1973 donde es trasladado al Estadio Nacional.

     En noviembre Valdés y un grupo de alrededor de 800 prisioneros navegan en el buque “Andalien” hasta Antofagasta. Viajan sobre la tercera cubierta. El barco se bambolea. La gente va en sus mantas y frazadas, bailando con el movimiento del océano. Parecían muertos, dice Valdés. “En un momento pensamos que nos lanzarían al océano”.

Transporte Andalién

     Fueron tres días de navegación. La bienvenida fue a golpes. A las 5 de la mañana se subieron como borregos al tren. Iban amarrados. Despertaron a mediodía en el flamante campo de prisioneros de Chacabuco. La imagen fue desoladora. Nada en los cuatro puntos cardinales.  Lo suben a un camión. Baja en al medio de la cancha de fútbol del pueblo. Luego los militares le señalan su nuevo domicilio.


La vida es bella

     Los días son tristes para los presos. Valdés y sus compañeros intentan subir el ánimo. “Empezamos a teatralizar chistes a la hora de la colación. Dejábamos contentos a la gente”.

- ¿Qué le decían los militares?
- Nada en un principio.

     El impulso de Valdés permitió que otros se animaran. Pronto aparecieron otros artistas. Así surgió la “Sonora entre rejas”. “Ellos eran delincuentes comunes. Con tarros de otro tiempo que encontraron; los patitos malos fabricaron baterías, luego apareció una guitarra. Tocaban chachachá. El show se hizo conocido”.

La Iglesia tallada de Chacabuco

     El rumor de fiesta llegó a los soldados que, a juicio de Valdés, eran tan prisioneros como ellos. Resultó que un día, la tropa de turno se interesó por el show de teatro y chachachá. “Un grupo de la aviación fue sin autorización del militar de turno. Al final se armó una trifulca entre el militar de turno y los de la FACH. Estuvieron a punto de terminar a balazos. Al otro día llegó el general Lagos y me llaman a la guardia”.

- ¿Y qué le dice el general Lagos?

-Fui con temor. Ahí el general me dice, señor calichito, sabía mi apodo, hubo un problema con la tropa y quiero hacerle una proposición. Me pidió que actuáramos en el teatro para todas las tropas. Lo condicioné a que también estuvieran presentes los presos políticos. Así que las actuaciones fueron para los presos y los milicos; todos por igual. En los chistes agarrábamos para el leseo a los milicos.

La iglesia

     Caliche indica el lugar que durmió. Luego repasa anécdotas. Responde que hubo un grupo de presos homosexuales. Vivían juntos. Al final, hicieron un lote con la “Sonora entre rejas”; hacías fiestas (ríe).

- ¿Y algún militar homosexual?

-Lo más raro era el curita de Carabineros; le decíamos la yegua de las pampas (ríe). Nos trajo la pintura para terminar la iglesia.

Frente a su dormitorio está su mayor obra: la iglesia de Chacabuco.

     Ocupó clavos para tallar la muralla de adobe. De esa forma generó los relieves. “Este tipo de tallados los realizamos casi de manera industrial. Los milicos los vendían en Calama, a cambio nos traían pasas y harina para fabricar empanadas, entre otras cosas; al final hacíamos chicha con las pasas, panes y otros restos de comida”.

El Cristo tallado en Chañar

 - ¿Y cuándo es la primera vez que se reencuentra con Chacabuco?

- En 1994. Vine con un hijo (se emociona) ... Hay que venir aquí más seguido pues uno se mejora. No se puede vivir toda la vida con esa pena al hombro.

- ¿Y el Estadio Nacional que fue para usted?
- Ahí mataron mucha gente. Es terrible verlo por televisión.

     Caliche, en tanto, recuerda que una vez el “Mamo” Contreras, jefe de la DINA, llega en helicóptero a Chacabuco. Iba con malos propósito, dice. A todos nos mandaron a la cancha; nos formaron. Contreras comenzó a separar gente; en eso llega el general Lagos. Se baja Lagos del jeep, y le dice: “vos que hacís aquí”. Contreras, coronel, responde: tengo órdenes de mi general Pinochet.

“Me importa una mierda quien diera las órdenes”, afirma Lagos. Continúa el general: “si te llegas a llevar a una persona, tu cagada de helicóptero no dura ni cinco minutos en el aire”.

 Contreras se fue con la cola entre las piernas.

- ¿Cree que es necesario valorizar más la figura de Lagos?

     Él se dio cuenta que no éramos bandidos y que nunca hubo Plan Zeta. En Chacabuco no se torturó, incluso llenamos un estanque de agua que usamos como piscina.

- ¿No la pasaron mal?
-- Dentro de lo peor fue lo mejor.    

 Plaza de Chacabuco
Plaza desde la ventana del teatro

Escrito original, página de los escritores provincianos

Publicado 27th noviembre 2013 por Rodrigo Ramos Bañados


jueves, 5 de diciembre de 2019

EL FERROCARRIL DE MEJILLONES. UNA OBRA DESGRACIADA



     Tal vez la historia hubiese sido distinta para Mejillones – en cuanto a su desarrollo temprano – si la idea del ferrocarril minero hubiese fructificado, si realmente se hubiese construido, pero no podemos definir, si las eventualidades acaecidas fueron fruto de una total inoperancia gubernamental (de sus reparticiones) si hubo manos foráneas (intereses) que retrasaron y llevaron finalmente al fracaso esta idea, o simplemente esta obra fue una víctima de las fatalidades.  Pero vamos a la historia, la historia del Ferrocarril de Mejillones.  

Ferrocarril de Mejillones

    Dice el eximio historiador Don Isaac Arce en su libro “Narraciones Históricas de Antofagasta”, que, en varias ocasiones, se hicieron tentativas para establecer una comunicación ferroviaria entre el litoral boliviano y algunos pueblos del interior; pero, por distintas causas, estos proyectos fracasaron o no pasaron, de simples ideas poco realizables o, a lo más llegaron a hacerse algunos estudios que no revistieron importancia. De esta índole resultó la concesión hecha por el Gobierno de Bolivia a don Roberto R. Brown, el 3 de agosto de 1868, para construir una línea ferroviaria de Cobija a Potosí; y de igual forma la otorgada a los Señores Aramayo y Mattheu Voodfield el 22 de mayo de 1871, para construir otra de Mejillones a Chiu-Chiu.

     La concesión hecha a la Empresa Salitrera de Antofagasta, o sea a Melbourne Clark y Cia. para tender una línea ferroviaria, como lo dijimos a su debido tiempo, era exclusivamente para el servicio de sus salitreras, y nadie tenía ni la más remota idea de las circunstancias que iban a mediar más tarde para que esta fuese prolongada después hasta el interior. 

    Cuando se tuvo noticias del descubrimiento del rico mineral de Caracoles, desde un principio no se pensó en otra cosa, y de distintas ciudades se enviaron solicitudes al Gobierno para construir un ferrocarril al mineral. De entre los muchos proponentes, vamos a citar algunos:

-      Dorado Hermanos, para construirlo de Mejillones a Caracoles.

-     J. J. Aguirre-Zabala, de Cobija a Miscanti y Guacati y de ahí en dos ramales a Calama y Caracoles.

-    Gustavo Bordes y Cia., de Mejillones, pasando por Caracoles y Chiu-Chiu, terminando en Santa Bárbara. 

   El Barón Enrique Guillermo María Amoux de Riviére, de Mejillones a Caracoles, como también los señores Patrón y Espejo, Gil de Gumucio, Domingo Soruco, José Ventura, Carrera y Claros, Dámaso Izcate, Telésforo Aguirre, Avelino Aramayo, Juan Davies Campbell y Demetrio Quint. 

-    Rafael Barazarte, de Antofagasta a Caracoles. Esta propuesta fue presentada cuando los industriales don Justo Peña y don Francisco Bascuñán Álvarez descubrieron el camino que une el mineral con este puerto.

Cupones de los bonos emitidos por el Gobierno de Bolivia para la construcción del F C. de Mejillones a Caracoles. 

     Pues bien. Ninguna fue admitida, y Ia única que mereció la aprobación del Gobierno boliviano fue la que presentaron los señores Wattson y Meiggs, el 10 de julio de 1872, asociados de los señores Marcial Martínez y José Manuel Brown, que los representaban. 

     Las bases principales del contrato eran:

-     (1) El Gobierno emitía bonos al 80%, con la condición de que si se cotizaban a más del 90%; seria divisible la diferencia entre los encargados de emitirlos y el Gobierno.

-    (2) Los empresarios se comprometían a colocar los bonos al 7 % de interés y al 2% de amortización acumulativa, pudiendo el Gobierno aumentar el fondo de amortización o pagar todo el crédito de una vez, cuando lo creyere conveniente.

-     (3) Con el resultado de esta negociación, los empresarios se obligaban a construir por el valor de 40,000 bolivianos cada milla del ferrocarril de Mejillones a Caracoles, cuya extensión era de 100 millas. El plazo para terminar la obra era de tres años y los empresarios se comprometían a dar una garantía de 200.000 bolivianos.

     Por ambas partes, el contrato quedó garantizado con el producto de la explotación del mismo ferrocarril y con los derechos de exportación de los minerales del litoral, destinados a hacer el servicio de los intereses y amortización. Finiquitados los trámites legales, se confió la dirección de los trabajos al acreditado ingeniero señor Houston, que había construido el ferrocarril de Eric y varios otros en Estados Unidos e Inglaterra, quien llamó para que lo secundasen en los estudios y construcción a los ingenieros Víctor Pretot Freire, Duval, Mac-Evoy, Denyson y Bloon. 

     El ingeniero señor Hugo Reck fue designado por el Gobierno para la fiscalización de los trabajos. Rápidamente empezaron a hacerse los estudios y se aceptó el siguiente trazado: la línea, trasmontando los cerros, saldría frente a Mantos Blancos y pasaría por Cuevitas, Salinas y Punta Negra. 

     La iniciación de los trabajos fue celebrada con grandes fiestas, y en una correspondencia transmitida de Mejillones a un periódico de La Paz, con fecha 30 de enero de 1873, encontramos los siguientes detalles:

-   “El dia de ayer - decía esa publicación - este puerto ha presentado un espectáculo sublime. En él, tuvo lugar la iniciación oficial de los trabajos del ferrocarril que debe unir el mar Pacifico con el rico mineral de Caracoles. El entusiasmo es tanto más justo y natural, cuanto se trata de la primera ceremonia de este género en Bolivia, del primer ferrocarril que se implanta en la República. 

Mejillones 1874

-   “La localidad presenta un risueño aspecto. La población embanderada; los buques empavesados. El buque chileno, de guerra, “ABTAO” con las banderas de Chile y Bolivia al tope; el “ABTAO, en el momento preciso de la inauguración, disparó 21 cañonazos. “El señor José Manuel Brown, como empresario y representante de la Empresa, leyó un hermoso discurso, el que fue contestado por el Subprefecto señor Buitrago. “Sucesivamente hicieron uso de la palabra el cura señor Juan José Pizarro Mendoza y el juez de partido, Doctor Orihuela. 

-   "Concluida esta ceremonia la concurrencia regresó al puerto, donde se sirvió un lunch de 200 cubiertos, en un salón arreglado con todo gusto. Ahí se destacaban, entre otras, y en grandes caracteres, estas inscripciones: "Viva la República de Bolivia" - "Ferrocarril de Mejillones " "Nil desparandun "- "Libertad y Progreso "--”. La industria es la savia y la vida de los pueblos. " 

-        "El señor Buitrago brindó en el banquete por el comandante del "ABTAO" y la marina chilena" 

Corbeta Abtao

    Los trabajos iniciados se continuaron con toda actividad, pero algunos meses después tuvieron que paralizarse por serias dificultades que se suscitaron entre el Gobierno y los contratistas. Subsanadas estas, se reanudaron; pero los bonos no tenían la aceptación que en un principio y se cotizaban con cierta depresión y flojedad. 

     Así se prosiguieron los trabajos, con una serie de tropiezos, hasta que el 12 de julio de 1875, por un acuerdo entre el Gobierno y los contratistas, se transfirió la concesión a don Enrique Meiggs, dejando constancia que en esa fecha el Gobierno debía a la Empresa la suma de 248.894.76 bolivianos. 

     Pero este nuevo concesionario, lejos de darle mayor impulso a la obra, se ocupó más bien, según pudo comprobarse, en vender algunos materiales del Ferrocarril, y en percibir los derechos de exportación de pastas y minerales que se le habían adjudicado para que continuara y diera término a la obra. 

     Proceder tan incorrecto trajo por consecuencia que el Gobierno rescindiera el contrato, con fecha 10 de julio de 1877. 

     Había ya varias millas enrieladas y los terraplenes llegaban hasta más allá de Cuevitas, actual estación del Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia. 

       En estas circunstancias, el Gobierno pidió nuevas propuestas, pero no se presentó ningún interesado. 

     En 28 de marzo de 1878,los señores Luis Bataille y Francisco Bascuñán Álvarez presentaron una propuesta, pero únicamente "para la reparación y administración de la parte utilizable del ferrocarril", la que no fue aceptada por el Gobierno por el escaso o ningún beneficio que le iba a reportar, y esperando obtener mejores resultados, ordenaba al Prefecto de Cobija que solicitase nuevas propuestas y que se adjudicara el ferrocarril - así decía el decreto - al postor que, dando mayores garantías, ofrezca su pronta reparación, de su cargo, e independientemente del canon o cuota que se comprometiera a pagar al Estado." 

     El único interesado que se presentó fue el mismo señor Bascuñán Álvarez; pero esta vez solo, y modificó su propuesta. 

   El Ferrocarril le fue adjudicado con fecha 23 de abril de 1877, por el canon de ochocientos pesos anuales. 

    El señor Bascuñán Álvarez aprovechó las pocas millas construidas para el acarreo de los minerales de algunas minas que se trabajaban en las proximidades de la línea, pero tuvo que entregarlo por irrogarle demasiados gastos su explotación. 

    Como se ve esta vía férrea fue fatal - empleemos este término - desde un principio, y después que lo entregó el señor Bascuñán, el material rodante y cuanto el constituía quedó ahí completamente abandonado. 

   El terremoto y salida de mar del 9 de mayo 1877 completó su obra de destrucción, pues gran número de carros y locomotoras fueron llevados por el mar o sepultados en la arena.   

   En el Museo de la Sociedad de Instrucción Primaria de este puerto existe una plancha de bronce que dice: “La Boliviana”, nombre que tenía la primera locomotora del ya citado ferrocarril. Fue hallada en Mejillones por el ingeniero don Luis Abd-EI-Kader y obsequiada por el a dicho establecimiento. 


   Mientras tanto, don Francisco J. Machado ventilaba aquí un juicio por cobro de una fuerte suma de dinero contra los contratistas de la obra, juicio que fue fallado favorablemente para este caballero, ordenando el Juzgado el remate de los materiales. 

  En esta forma fueron adjudicados a don Juan Neves y a don Eleazar Miranda, comerciantes de este puerto. 

  Algunos años después, (1893) don Eleazar Miranda construyó un "Ferrocarril Urbano" con los rieles y durmientes que había adquirido en remate público y que pertenecieron a esa desgraciada ferrovía. 

   El señor Miranda vendió su Empresa, en 1906, a los señores Guillermo B. Julio y Abdón Barraza. Los carros de este ferrocarril -una especie de góndolas de feísimo aspecto- eran tirados por mulas. Subsistió la Empresa hasta el año 1914, fecha en que terminó la concesión que le tenía otorgada, la municipalidad.

Para saber más:

Narraciones históricas de Antofagasta. Isaac Arce:


miércoles, 4 de diciembre de 2019

UN TEXTO OLVIDADO DE UN LUGAR RECONOCIDO, PERO DESCONOCIDO.



     La Chimba, un nombre que resuena muy fuerte en la historia y en el presente de la ciudad de Antofagasta-Chile. Un espacio reconocido por su sorprendente quebrada que da lugar a la Reserva Nacional – del mismo nombre – y en cuyo litoral sobresale aquel pedazo de roca que, antaño, sirvió de refugio y sostén laboral al primer occidental de Antofagasta, al reconocido Juan López y en la actualidad - ya unido al continente - se construye en su bahía, una de las playas artificiales más grandes de la región y tal vez del mundo. Este promontorio rocoso se conoce como la isla Guamán (nombre de origen quechua) cuyo significado es Halcón.

Dr. Horacio Larraín Barros

     Pues bien, para aquellos que conocen (conocemos) este extenso territorio, podemos afirmar que La Chimba es mucho más que arena, rocas y mar. Fue un espacio de ocupación temprana para los antiguos habitantes de la costa (Huentelauquén y Camanchacos), fue – y sigue siendo - un corredor biológico para una gran cantidad de especies consideradas únicas y que sobreviven bajo el despectivo  desconocimiento general, de por si es un aula que nos muestra el comportamiento de nuestra tierra durante los millones de años de su formación, es la maravilla sublime del clima reflejada en las máximas alturas en donde los fenómenos de la naturaleza dan paso a la vida producto de las minúsculas gotas de la llamada Camanchaca, es parte de nuestra historia contemporánea, cuando el hombre se abrió paso por las cumbres y extrajo el noble metal de la tierra.  

     Este desconocimiento - por parte de la población - no es debido a la falta de estudios, este desconocimiento es por algo mucho más controversial, es fruto del poco interés e intención que existe (por parte de las autoridades, de los académicos, investigadores y docentes) en educar, informar, crear nexos que redunden en arraigo con nuestro territorio. Algo que no es exclusivo para nuestra comuna y región, es algo que se repite en un país de estrella unitaria en donde sobresale y prevalece el centralismo.
     Es aquí donde sobresale una figura ya octogenaria, una figura cuya labor ha quedado marcada en la historia de este norte, especialmente en los temas arqueológicos y antropológicos. Nos referimos al Doctor Horacio Larraín Barros, cuya labor y figura son reconocidas en el ámbito de la ciencia, pero muy especialmente en la docencia, ha sido su constante el procurar transmitir bastante información “científica” - a la comunidad interesada - en un lenguaje simple y ameno, fue con sus escritos que pudimos comprender mucho mejor, ciertos espacios de La Chimba y fue su metódica (investigativa) que nos permite compartir – hoy día – sobre una de las primeras excavaciones en nuestro territorio. Un texto casi olvidado sobre antiguas excavaciones en la costa de Antofagasta. Excavaciones realizadas el año 1902.   

Investigaciones arqueológicas en la costa de Antofagasta: 
sector la Chimba. Expedición francesa del año 1902.
Textual del Doctor Horacio Larraín Barros.


Presentación.

     Entregamos hoy a nuestros lectores nuestra traducción del francés, de una ponencia publicada en el Bulletin et Mémoires de la Societé d´Anthropologie de Paris, Tome III (V Serie), 1902: 700-708, Paris.   El texto se refiere específicamente a excavaciones muy tempranas practicadas en la costa de Antofagasta, hace 115 años atrás.

   Quien hace esta presentación es el médico francés Arthur Chervin (1850-1921) miembro de la expedición llamada Mission Scientiphique G. de Créqui Montfort y E. Sénéchal de la Grange, quien fuera el encargado de la sección Craniología de dicha expedición. El Dr. Chervin fue el responsable de redactar el tomo III, titulado Anthropologie Bolivienne (Paris, Imprimerie Nationale, 1908).

Arthur Chervin

     Notemos que por “Antropología” en los países europeos (en particular en Francia y Alemania) se entendía por entonces tan solo el estudio de las características físicas de los pueblos indígenas, lo que en nuestra tierra conocemos hoy como “Antropología Física”.  El estudio de la cultura de estos pueblos era considerado parte de otras ciencias, como la "Etnografía" o a la "Etnología", o incluso el "Folklore".

    Su especial interés para nosotros, sin embargo, radica en el hecho de que se trata –a lo que creemos- de las primeras excavaciones arqueológicas realizadas en esta región de Antofagasta de que se tenga referencias precisas y detalladas, bastante anteriores a las realizadas, en la década del 1920, por el médico alemán Otto Aichel en el área de Cerro Moreno. De estos trabajos y sus resultados para la ciencia antropológica, ofrecemos aquí el relato circunstanciado del Dr. Chervin, hecho ante la Sociedad científica, cuyo contenido se transcribe aquí ad litteram en una descripción precisa y detallada.

Otto Aichel 

Traducción del texto original.

 “El Señor Chervin tiene el honor de presentar a la Sociedad numerosos objetos traídos desde Bolivia por el Señor Sénéchal de la Grange.

     En el curso de un viaje efectuado desde la bahía de Antofagasta hasta el altiplano de Bolivia, el Señor Sénéchal de la Grange tuvo la ocasión de recolectar objetos de diferente naturaleza, pero todos igualmente preciosos para los antropólogos, porque los procedentes de esta región son bastante escasos.

El Señor Chervin presenta:

1. Cuatro cráneos hallados por el Sr. Sénéchal de la Grange en lomajes de la ensenada de (la) Chimba frente a la isla de Guarnan [sic! por Guamán]. Tal como pareció al Señor de la Grange, la sepultura fue excavada en plena tierra, o, mejor dicho, en plena arena, en el acantilado que domina la bahía. No había rastro alguno de tumba [o sepulcro].

     Los diversos huesos que componían el esqueleto han sido hallados en la posición normal de un cuerpo extendido, excepto en el caso del niño, contrariamente a lo que suele encontrarse de ordinario en muchas sepulturas peruanas de las orillas del Pacífico, donde la posición en cuclillas es la regla.

[¿El cráneo de Atahualpa?].

     A estos cuatro cráneos recogidos personalmente por el Señor Sénéchal de la Grange, se agrega aquí un quinto que le ha sido obsequiado por uno de sus amigos como el cráneo del famoso Atahualpa, el último gran jefe Inca del Perú.

     Este cráneo, que está representado en la línea tercera de la fotografía adjunta, ¿es verdaderamente el cráneo de Atahualpa? La cosa no es imposible si se ha de creer al documento mostrado aquí abajo que ha sido remitido al Señor Sénéchal de la Grange y que nosotros hemos traducido literalmente. Sea lo que sea, el Señor Sénéchal de la Grange se limita a entregarlo tal como lo recibió, sin otra garantía alguna de autenticidad histórica (sigue aquí nota al pie de página con una extensa referencia a la historia del cráneo de Atahualpa y su destino).

   Sea lo que sea, de estos cinco cráneos, los tres primeros pertenecen a hombres adultos, uno a una mujer y el otro a un niño.  Los tres cráneos adultos son muy claramente braquicéfalos, tal como lo atestiguan las fotografías adjuntas, y presentan una serie de caracteres comunes, y en forma notable, una gran anchura de la cara como consecuencia de la importancia del ángulo bicigomático. Uno de estos cráneos presenta un prognatismo sumamente notorio con inserciones musculares fuertemente marcadas; el cráneo de Atahualpa, presentando las mismas características generales que el segundo cráneo adulto, no posee las inserciones musculares tan marcadas como los precedentes: es claramente más fino.  Ninguno de ellos muestra señas de deformación (craneana).

     Los cráneos de la mujer y del niño nada presentan de particular. Son braquicéfalos como los demás. Se nos plantea un problema: ¿a qué raza pertenecen estos cráneos? Nuestros conocimientos craniométricos relativos a las numerosas razas que poblaron estas regiones son poco numerosos. Todo lo que podemos decir es que eran, en todo caso, poblaciones de pescadores, privadas del hierro y de todo tipo de mineral, estando así obligados a servirse del sílex puesto que no tenían otro tipo de utensilios a su disposición.  Actualmente, nos es difícil precisar más.  Pero el señor Sénéchal de la Grange, quien va a regresar nuevamente a Bolivia, se pone a la disposición de la Sociedad de Antropología y de todos los sabios que tengan problemas para dilucidar o informaciones que recabar. Gracias a la atención que realiza el personal médico que él posee en las minas de Huanchaca, podría hacer recopilar todos los antecedentes de interés relativos a los 7.000 obreros de la mina, que pertenecen a todas las razas indígenas de la altiplanicie del Perú, de Bolivia, del Brasil y de la República Argentina.


     No sabríamos, pues, agradecer suficientemente al Señor Sénéchal de la Grange por tan generosa propuesta, que servirá en gran medida a los intereses de la ciencia (1).

2. En las sepulturas, el señor Sénéchal de la Grange ha encontrado maravillosas puntas de flecha hechas en sílex y en diferentes tipos de rocas, todas ellas finamente dentadas, de las cuales algunas no parecen haber sido utilizadas [para la caza].

3. Había aún un gran número de arpones de madera para la pesca. Algunos terminaban en un sílex tallado bastante grande, en forma de lanza, mientras que otros terminaban en un sólido anzuelo de hueso.

4. Dos o tres marcos de espejo (?) (cadres a miroir) adornados por un diseño muy simple, conformado por líneas quebradas. El señor Sénéchal de la Grange ha hecho referencia a numerosos otros objetos que irán a enriquecer nuestras colecciones públicas. Entre éstas, debo señalar dos momias: una de hombre y otra de mujer; las dos dicen relación a personas que perecieron de muerte violenta. La mujer trabajaba en las minas de cobre de Chuquicamata; ella presenta la cabeza aplastada por un derrumbe ocurrido en época desconocida; el cuerpo está momificado en forma natural. Junto a ella, se ha encontrado diferentes objetos, notablemente un saco de piel curtida en el cual se halló dos o tres grandes piedras, de 20 a 25 cm de longitud, y seleccionadas verosímilmente por su forma de hacha de mano, las que servían para desprender el mineral. Había allí, igualmente, un martillo de piedra bruta, muy interesante, en forma de pirámide. El mango está formado por una rama de árbol de un metro de largo y doblado. (à frais) en su parte media. La piedra está inserta al medio de la rama [así] doblada. Se mantiene en su lugar mediante amarras de cuero curtido de un centímetro de longitud, dispuestas en forma de redes (réseaux).  Las dos ramas de árbol dobladas se unen mediante pequeñas cuerdas de cuero curtido formando así un mango de 45 cm de largo.

     Se halló igualmente cerca de esta pieza un pequeño cesto redondo, sin tapa, hecho en cestería de junco trenzado con mucha regularidad en forma de un pote (bol), sin diseños de color. La momia del hombre fue donada al Museo de Etnografía del Trocadero; ha sido colocada en la sala Lorillard, vitrina Nº 51. Esta momia fue hallada hacia el año 1880 en trincheras abiertas en las arenas del altiplano de Bolivia para la instalación del ferrocarril de Antofagasta a Pulacayo. 

    El cuerpo se encuentra perfectamente momificado; la piel se ve levantada en algunas partes, en especial en el brazo derecho, dejando ver una musculatura en buen estado.

     Se trata de un hombre joven, imberbe, de pequeña talla (de alrededor de 1,50 m de alto) y su cara es alargada. Los cabellos son de un color café (brun) y lisos, y están trenzados en penachos (touffes) en torno a la cabeza y son lo bastante largos como para caer por delante hasta el cuello y por detrás, hasta las espaldas.  Sobre la cabeza se observa una pequeña redecilla de hilo de algodón blanco en forma de red (filet) que termina en una pequeña borla o pompón formado por una veintena de gruesos hilos de lana roja. Alrededor del cuello, se observa un cordón de algodón del cual está suspendido un pequeño saco de ocho centímetros de alto por tres de ancho. Este saco [o bolsita] está hecho en tejido de algodón de dos colores y el diseño se compone de dos hiladas de un centímetro de ancho, amarillo y rojo sucediéndose alternativamente a todo lo largo [de la pieza]. El saco está cerrado por medio de un fino cordón amarillo: es incontestablemente un saco de amuletos.  En el interior del saco [o bolsa] se hallan dos puntas de sílex, un pequeño guijarro aglomerado con una incrustación de cobre y cuatro granos de limonita pisilítica (limonite pisilitique).

     Los lóbulos de las orejas están perforados y atravesados por un pequeño trozo de madera dura, afilada en uno de sus extremos, delgada (mince) como una aguja de tejer, y de un largo de alrededor de cuatro centímetros; diríamos [que semeja] una espina larga.

     El cuerpo está extendido todo a su largo, acostado sobre el costado derecho, con el antebrazo plegado, con la cara dorsal de la mano apoyada sobre la mejilla en la actitud del sueño. Los pies están desnudos y desprovistos de sandalias. No hay traza alguna de tatuaje. El cuerpo está vestido solamente de un puncho (¡sic! por poncho) de color, tejido en forma regular en el telar (au métier) que desciende hasta unos 10 cm debajo de la rodilla. El puncho (¡sic! por poncho), lo sabemos, es una pieza de tela en forma de cubierta perforada al medio por medio de una abertura para dejar pasar la cabeza y   mantenerlo sobre el cuerpo. En la parte del cuello se observa una especie de encaje formado por 7 gruesos puntos de tapicería en lana roja cuyos hijos suben de cada lado en una misma línea, a dos centímetros de distancia. Directamente sobre la piel se halla un cinturón aplastado. Está hecho de la reunión de una veintena de cordelillos en pelo de llamo, que probablemente servía para suspender un paño (hoy día ausente).

     El pubis está guarnecido de pelos. Pero la persona fue castrada con la ayuda de un instrumento sumamente afilado, cuyo corte, se ve aún hoy perfectamente nítido al nivel del pubis mientras que se ven restos de las bolsas [bolas].  La extracción del pene ha tenido lugar con toda certeza después de la muerte; tal vez fue practicada por el obrero que la descubrió en la trinchera del ferrocarril, para hacerse con él algún amuleto.

 Esta momia es, pues, interesante por más de una razón.

     El señor Sénéchal de la Grange ha hecho obsequio a la Sociedad, para su museo particular, de los cinco cráneos que yo acabo de presentar; éstos vienen a llenar una laguna en nuestras colecciones y debemos dirigir a nuestro generoso donante nuestros más calurosos agradecimientos.

     A causa de su especial importancia, yo he creído útil ofrecer un dibujo de cada uno de estos cráneos para nuestros lectores del Boletín. Me ha parecido que la fotografía presentaba una gran ventaja sobre los (instrumentos) goniómetros y cefalómetros conocidos. Así, pues, he buscado una posición que fuera la misma para todos los cráneos en estudio y sobre todo un medio para hacerlos comprables entre ellos. He pensado que la fotografía señalética (signalitique) imaginada para la persona viva por nuestro colega el señor Alfonso Bertillon, podría tener su aplicación en la craniometría ya que ella presentaba todas las condiciones requeridas para lograr la mayor uniformidad posible de posturas y reducción.  Mi amigo, el señor Alfonso Bertillon ha tenido a bien adaptarse a mis indicaciones y las fotografías de la página 706 han sido realizadas en su Servicio en las condiciones señaladas en la nota adjunta. [Ver más abajo].

     La aplicación del método del señor Alfonso Bertillon a la craniometría presenta, con respecto de los diversos aparatos craniométricos, la ventaja del diseño fotográfico sobre todos los dibujos hechos a mano. Pero el procedimiento del señor A. Bertillon es tan rigurosamente exacto que permite tratar la fotografía obtenida como un verdadero dibujo geométrico, así como tomar mediciones precisas. Es ésta una ventaja inapreciable que hará los más grandes servicios a los investigadores que se dedican a la craniometría.

Nota sobre la reproducción fotográfica de cráneos.

     [Esta sección, de interés únicamente para la historia de la craniometría, no fue traducida en esta ocasión y se omite aquí. Es de naturaleza muy técnica, y nada nos aporta desde el ángulo eco-antropológico que es nuestro enfoque. Se puede, sin embargo, leer en su texto original francés].

Discusión.

   El señor presidente pide al señor Chervin que transmita al señor Sénechal de la Grange los agradecimientos de la Sociedad.  Expresa, igualmente, el anhelo de obtener referencias exactas sobre la sepultura de los cráneos que acaban de ser ofrecidos.

   El señor Chervin es de opinión de que los cadáveres habían sido enterrados en la arena, sin ninguna otra forma de sepultura (o tumba).

    El señor A. de Mortillet hace notar que las flechas presentadas por el señor Chervin   se aproximan por su forma a aquellas que se encuentran en Europa”.

[Hasta aquí, nuestra traducción del texto original francés.  Solo nos faltó incluir la fotografía de los cráneos aquí descritos, cuya deficiente fotocopia poseemos, tomada del original francés, la que esperamos agregar próximamente. El artículo original trae una página entera con la imagen comparativa de los cráneos referidos].

Nota 1. Por recomendación del señor M. Chervin, los señores Sénéchal de la Grange y de Créqui-Monfort acaban de organizar una verdadera misión antropológica llevando consigo a investigadores calificados como los señores Adrien de Mortillet, Courty, el Dr. Neveu-Lemaire y J. Guillaume.

Texto original y referencias

http://eco-antropologia.blogspot.com/search/label/La%20Chimba