El Cantón Salitrero de Aguas Blancas
Hemos recorrido estos recónditos parajes y podemos aseverar
que, todo aquello que fue creado por el hombre para asentarse en esta parte del
desierto, fue destruido por el hombre, apoyado por el tiempo y la naturaleza.
Hoy, de todo aquello, solo quedan ruinas e inclusive estas desaparecerán.
En la Pampa Desnuda.
Tan solo nos limitaremos a imaginarnos sin sentir a cabalidad
las dolientes expresiones de los que llegaron por estos parajes bajo la
modalidad de enganchados. Aquellos – en su gran mayoría – era gente del sur de
nuestro país, gente habituada a la vegetación, las arboledas, al correr del
agua y el sonido de la lluvia más, apenas bajarse de la carreta o del tren,
luego de un largo viaje, y contemplar atónitos aquel paisaje, ese que se
mostraba silente, monocorde, yermo y desolado ante su vista, debió de haber
sido aterrador.
Ahora bien: La información sobre la ocupación temprana y la
explotación industrial en el ex Cantón salitrero de Aguas Blancas no es muy
abundante o accesible al común de la gente, ya sea porque no despierta el
interés de los investigadores o, simplemente, por encontrarse tan a tras mano
que pocos podrían concluir que, en el medio de esta parte del desierto tan
absoluto y tan carente, aquel que se encuentra entre las comunas de Antofagasta
y Taltal – hacia la cordillera - se pudo establecer el hombre con sus
poblaciones y faenas y extraer la codiciada riqueza de tan duro suelo.
Ahora. Si debemos agradecer - en este minuto - por brindarnos
su conocimiento sobre este espacio y su gente, es a los Amigos del Tren
(amigosdeltren.cl) quienes, en su página de El Ferrocarril en Chile, nos
brindan una completa reseña histórica.
Corren Palabras:
La zona de Aguas Blancas, situadas al sureste de la ciudad de
Antofagasta, fue ampliamente recorrida por las caravanas de exploradores
mineros a mediados del siglo XIX. En una de estas expediciones, hacia 1860,
José Santos Ossa descubrió indicios de la presencia de nitrato de sodio, pero
sólo se dedicó a las actividades salitreras 6 años más tarde y en otro sector,
el Salar del Carmen.
Durante la década de 1870 diversos exploradores realizaron
pedimentos salitreros en la zona, hasta febrero de 1879, cuando comienza a
elaborar una pequeña oficina de paradas (posteriormente ampliada a vapor), la
“Esmeralda”, de propiedad de la sociedad Moreno y Manterola. Hasta 1881 se
levantan 6 oficinas más (La Central, Santa Rosa, Encarnación, María Teresa,
Oriente y Florencia), propiedad de pequeñas sociedades con capital muy
limitado, las que transportaban su producto mediante grandes “retazos” de
carretas hacia Antofagasta, medio por el cual también habían sido llevadas las
calderas, cañerías y pesados implementos hacia la pampa. Estas pequeñas
compañías trabajaban caliches relativamente pobres, con gran cantidad de
sulfatos, a larga distancia de la costa y con escasa provisión de agua.
El año 1880 el Gobierno impuso un impuesto de $1,60 por
quintal a la exportación de salitre, que debía regir desde septiembre de 1881,
y que fue rebajado a la mitad para las zonas de Taltal y Aguas Blancas. En 1884
comenzó a regir por completo para esta última zona, lo cual trajo el alza de
costos para las oficinas y la consecuente paralización definitiva de sus
actividades. Algunos planteles elaboradores cambiaron de dueño, a bajo precio,
y la propiedad se concentró en un par de compañías, pero a fines de 1884 todas
habían cerrado definitivamente.
Para seguir leyendo toda la reseña y deleitarse con esta
historia.
https://amigosdeltren.cl/ferrocarril-de-aguas-blancas
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