Un Coleóptero Único
Brachidia ruficollis
Encontrar vida natural, en este norte, no es difícil. Solo
hay que detenerse – por unos minutos – y observar.
Nos dice Don Rodrigo Castillo Tapia, el señor Bichólogo.
Brachidia ruficollis, nos han dicho que se llama este
colorido “bichito”, un pequeño coleóptero que vive en nuestros parajes
costeros, sin sospechar siquiera que hay confusión con su género y hasta con su
familia. Y es que no hay mucha claridad
al respecto.
El género Brachidia fue creado hace muchos años, en 1849, por
Solier, quien lo ubicó entre los malacodermos, que incluyen -entre otros- a
coleópteros tan conocidos como las cantáridas y las luciérnagas. Pero luego, en
1857, Lacordaire lo ubica entre los malaquitos, una tribu de la familia
Melyridae. Posteriormente, es clasificado entre los galerucitos por Germain, en
1897.
Actualmente, y no nos pregunten cómo sucedió, el Brachidia
ruficollis, escarabajo chileno endémico único de su género, está clasificado
aún dentro de los Melyridae en algunas páginas científicas, pero de una manera
dudosa. Al parecer no las han actualizado, ya que en los últimos estudios (ver:
Molecular phylogenetics of the melyrid lineage, Bocakova et Al, 2012) nos dicen
que está en la familia Malachiidae, teniendo una subfamilia propia para él
solo: la Lemphinae. Es decir, es un escarabajo tan singular que no cabe
hermanarlo con ningún otro.
Es un pequeño escarabajo, de hermosos colores rojo y azul,
que se puede encontrar a lo largo de la costa de nuestra Región y hasta la Zona
Central.
Se desconocen mayores detalles sobre su ciclo de vida y su
alimentación, ya que no ha sido estudiado debidamente, pese a su singularidad.
Lo poco que sabemos, gracias a comentarios personales que nos
han hecho, es que en la Zona Central suele encontrarse bajo piedras o algas
durante el día, pese a mostrar una coloración llamativa y brillante, más propia
de un insecto diurno. No obstante, acá en el norte se le puede ver muy activo sobre
la arena, sin que se pueda apreciar qué busca, a pesar de haberlo observado
largo rato.
Por lo que se puede ver, no pasa más al norte de Antofagasta,
ya que no aparece en los catálogos de coleópteros tarapaqueños, pero sí en el
de nuestra Región, aunque bajo el nombre sinónimo de Brachidia galerucoides.
Dado su pequeño tamaño, es difícil verlo y si es en la playa
con más razón. Lo más probable es que lo pisemos en lugar de apreciarlo
luciendo su atractivo personal, porque somos muy poco dados a fijarnos en lo
que nos rodea.
Lamentablemente.
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