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lunes, 7 de abril de 2025

UN COLEÓPTERO ÚNICO

Un Coleóptero Único

Brachidia ruficollis


Encontrar vida natural, en este norte, no es difícil. Solo hay que detenerse – por unos minutos – y observar.

 

Nos dice Don Rodrigo Castillo Tapia, el señor Bichólogo.

 

Brachidia ruficollis, nos han dicho que se llama este colorido “bichito”, un pequeño coleóptero que vive en nuestros parajes costeros, sin sospechar siquiera que hay confusión con su género y hasta con su familia.  Y es que no hay mucha claridad al respecto.

 

El género Brachidia fue creado hace muchos años, en 1849, por Solier, quien lo ubicó entre los malacodermos, que incluyen -entre otros- a coleópteros tan conocidos como las cantáridas y las luciérnagas. Pero luego, en 1857, Lacordaire lo ubica entre los malaquitos, una tribu de la familia Melyridae. Posteriormente, es clasificado entre los galerucitos por Germain, en 1897.

Actualmente, y no nos pregunten cómo sucedió, el Brachidia ruficollis, escarabajo chileno endémico único de su género, está clasificado aún dentro de los Melyridae en algunas páginas científicas, pero de una manera dudosa. Al parecer no las han actualizado, ya que en los últimos estudios (ver: Molecular phylogenetics of the melyrid lineage, Bocakova et Al, 2012) nos dicen que está en la familia Malachiidae, teniendo una subfamilia propia para él solo: la Lemphinae. Es decir, es un escarabajo tan singular que no cabe hermanarlo con ningún otro.

 

Es un pequeño escarabajo, de hermosos colores rojo y azul, que se puede encontrar a lo largo de la costa de nuestra Región y hasta la Zona Central.

Se desconocen mayores detalles sobre su ciclo de vida y su alimentación, ya que no ha sido estudiado debidamente, pese a su singularidad.

 

Lo poco que sabemos, gracias a comentarios personales que nos han hecho, es que en la Zona Central suele encontrarse bajo piedras o algas durante el día, pese a mostrar una coloración llamativa y brillante, más propia de un insecto diurno. No obstante, acá en el norte se le puede ver muy activo sobre la arena, sin que se pueda apreciar qué busca, a pesar de haberlo observado largo rato.

 

Por lo que se puede ver, no pasa más al norte de Antofagasta, ya que no aparece en los catálogos de coleópteros tarapaqueños, pero sí en el de nuestra Región, aunque bajo el nombre sinónimo de Brachidia galerucoides.

 

Dado su pequeño tamaño, es difícil verlo y si es en la playa con más razón. Lo más probable es que lo pisemos en lugar de apreciarlo luciendo su atractivo personal, porque somos muy poco dados a fijarnos en lo que nos rodea.

Lamentablemente.












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