Saludos, estimadas amigas y amigos. Un abrazo cordial y fraterno desde Antofagasta-Chile.
Ayer domingo nos
fuimos al territorio de El Paposo, por la hermosa comuna de Taltal, pues bien,
este territorio - altamente apetecido por la presencia de agua y otros recursos
– tuvo la esquiva visita de San Isidro durante el mes de noviembre y diciembre
y, a pesar que la vegetación, especialmente las ocasionales, no duraron mucho
por la acción del astro sol, aún nos encontramos con una gran variedad de
especies, especialmente las tardías y con una gran diversidad de insectos de
todas las formas y colores, todos ellos frenéticos procurando dejar
descendencia y alimentándose para poder cumplir con su ciclo.
Entre los más
notorios, las Cigarras o chicharras quienes se hacen sentir por su ruido
característico en vuelo. Las aves – hablamos de las insectívoras – se cruzan nerviosas
en procura de estos bichos sonoros, algo así como, la comida avisa cuando va
llegando a casa. “La mesa está servida, pasen a comer”
Es mediodía
cuando llegamos al lugar
(Es demorosa
la llegada porque hay que bajar por una cuesta que es muy peligrosa y el
conductor lo sabe y pone todos los cuidados posibles)
Tal vez el
ingreso a la quebrada ya no es tan colorida como lo estuvo a fines de noviembre,
como les contamos hará un tiempo atrás, pero al bajar a la grieta principal de esta
quebrada y subir por los acarreos, todo el territorio se transforma, reverdece,
se hace difícil el caminar y los olores emanan desde todos los rincones, nos
deleitan con aromas que no nos son habituales, son aires ocres y dulces de naturaleza,
una naturaleza que no nos resulta habitual, porque somos habitantes del
desierto, pero que se conserva y mantiene a tan solo unos kilómetros al sur de
la ciudad de Antofagasta-Chile.
Volviendo a
las palabras de inicio, aquello que, este territorio es de interés por sus
recursos y ubicación, por lo cual, debe ser protegido ya que es único y no solo
diremos que el interés va por los grandes conglomerados, empresas y mineras,
también por la gente que usa y abusa de estos lugares, estableciéndose sin
control, ingresando animales de pastoreo (que son dañinos), cazando, extrayendo
especies, etc.
Es claro que no
nos debemos oponer al desarrollo y, a las necesidades de las personas, pero sin
un debido control, no habrá un mañana, tanto para la naturaleza como para la
gente.
In Situ
Es muy
probable que los antiguos habitantes usasen los lomajes para subir a su sitio ceremonial
(Donde dejaron sus pinturas rupestres). Vemos algunos tramos de senderos más
anchos que los dejados por los Guanacos. Así resultaba más sencillo el acceder
a las cumbres sin tener que desgastarse o arriesgarse trepando por fondos de
quebrada.
En resumen.
Fue una gran
actividad con un gran grupo y equipo humano. No exento de sorpresas, pero supimos
sortear las vicisitudes y salir airosos del recorrido. Había peras, pero aún no
hay brevas y quizás, estos fueron los sarmientos del gran Diego de Almeyda, de
aquel hombre que plantaba árboles en el desierto.
Sobre el
lugar:
Se camina por
sobre los acarreos, por donde no hay vegetación y si la hay, avanzar con harto
cuidado. En el lugar hay un camino para vehículos, pero en muy mal estado, hay
que avanzar necesariamente por este, así no hollamos el terreno adyacente. De
lo que llevamos, nada queda en el sitio, salvo las peras, que estaban
exquisitas.
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