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miércoles, 15 de julio de 2020

“MOCHA DICK” EL CACHALOTE BLANCO


Esta anécdota - como siempre ocurre - ha sufrido algunas modificaciones, pero ten la seguridad que, lo que escucharas de nuestra parte, es lo real.

Saludos marineros de agua dulce. Bajen raudos del carajo, afiancen los cordajes y aseguren las amarras de amura. Los demás, sigan en su tarea de cabos y menas mientras les cuento una historia sobre un enorme cachalote blanco que habitaba las aguas del sur del país por él 1800.

Gregory Peck (Capitán Ahab) Film Moby Dick

Como han de saber, eso de cazar ballenas para aprovechar su carne, el aceite, la esperma, las barbas y los huesos no debe resultar nada nuevo para los chilenos. Esto ya lo hicieron los antiguos habitantes asentados en nuestras costas y mientras los Camanchacos (habitantes del norte de nuestro país) navegaron en sus frágiles balsas de cuero de lobo marino en búsqueda de estos grandes cetáceos, el pueblo Yámana que habitaba al sur del canal Beagle hasta el cabo de Hornos, cuando divisaba que alguna ballena (Wapisa en idioma yámana) se varaba en alguna caleta de esta zona austral, se comunicaban (por medio de señales de humo) con los diferentes grupos dispersos para ir al festín de carne de estos cetáceos navegando en sus frágiles canoas.

Con estas breves palabras queda de manifiesto que, no solo el mineral corre por las venas de los connacionales, también somos una nación de afamados lobos de mar, gente que recorrió todos los océanos del mundo dejándonos un legado que, el tiempo inexorable, va borrando de la historia.

Ahora bien, he aquí una historia que nace en las costas chilenas – no es un mito – es una historia que nos lleva al pináculo de la industria ballenera mundial y muy especialmente a la caza de ballenas en nuestro país y según las referencias del Sr. Jorge Sepúlveda Ortiz en su libro: “La Epopeya de la Industria Ballenera Chilena” esta nos habla de una gran ballena blanca:


Video de Mocha Dick/Presionar sobre enlace

Mocha Dick

Creo que hay pocas personas que no hayan sido cautivadas por la interesante aventura narrada en el filme “MOBY DICK”.

La novela Moby Dick, es obra de Herman Melville, uno de los primeros clásicos de la literatura norteamericana.

Herman Melville

Su autor siempre reconoció que se había inspirado en un caso real: el naufragio del velero Essex, hundido por una ballena, hecho divulgado por Owen Chase, sobreviviente.

Según lo publicado por Revista del Domingo del Mercurio, del 3 de Julio de 1988, la señora Ann Finch, curioseando en un viejo baúl de un pariente ya fallecido, encontró un manuscrito amarillento. No le prestó atención, pues creyó que se trataba de una antigua tarea escolar.

Veinte años después, en 1980, comentó dicho hallazgo al director del Museo de Nantucket, lugar del que, de acuerdo con el relato, Thomas Nickerson, joven tripulante de 14 años, zarpa en agosto de 1819 a bordo del ballenero Essex al mando del capitán Pollard.

Ballenero Essex

El buque se dirige hacia el sur por el Atlántico, con escala en las Islas Azores y Cabo Verde.

Al pasar al Pacífico, frente a las costas de Chile, logra la captura de varias ballenas. A bordo se faenan las ballenas, dejándoles una carga de cientos de barriles de aceite.

El Essex recala en Talcahuano para rellenar víveres y luego continúa hacia el norte, deteniéndose en las islas Galápagos. Allí carga tortugas vivas, como alimento fresco, para proseguir hacia el weste tras la ruta migratoria de las ballenas.

El 20 de noviembre de 1820, se avista un cachalote blanco (ballena esperma o sperm whale) de gran tamaño que se dirige a rumbo de colisión contra el ballenero, cuyo piloto maniobra para alejarse. Sin embargo, el cachalote se estrella con violencia contra el buque.

Alejándose algunos cientos de metros, la ballena vuelve a embestir a alta velocidad al ballenero por la amura de babor. Con una vía de agua incontrolable, el Essex se comienza a escorar en pocos minutos.

La tripulación abandona su buque en tres botes. Luego de un mes, llegan a la isla Henderson, cerca de Pitcairn, la isla de los amotinados del “Bounty”.

El 15 de febrero de 1821, casi tres meses después del naufragio y después de haberse separado los botes, el bote donde Nickerson se encontraba es avistado y recogido por un buque inglés, el “Indian”.

A mediodía se avistaba la isla Más Afuera, del archipiélago Robinson Crusoe, cuando ya se encontraban a 3.700 millas del lugar del naufragio, y 89 días en la mar. En cinco días llegan a Valparaíso.

Otro bote con dos sobrevivientes, el capitán Pollard y Ramsdell, es avistado a la cuadra del golfo de Arauco, por el bergantín Dauphin. Los rescatados informaron que tres náufragos se habían quedado en la isla Henderson.

Del tercer bote no se tuvo información alguna, presumiéndose perdido.

Según Don Germán Munita, que ha investigado esta historia, indica que hacia 1810, varias veces aparecieron informes del avistamiento de un gran cachalote blanco, en las cercanías de la isla Mocha.

Un periodista de Nueva York publicó por esa época estos avistamientos, bautizando al gigantesco cachalote blanco como “Mocha Dick”. De ahí que el autor norteamericano eligiera el título de su novela como “Moby Dick”.

¿Fue Chile un país ballenero?

Así es y esto queda graficado en el escrito del Sr. Jorge Sepúlveda Ortiz, quién nos expresa que, en nuestro país, se establecieron varias empresas dedicadas al rubro, con una gran cantidad de navíos que recorrieron todos los océanos del mundo dejando su impronta.


¿La industria ballenera estuvo en todo el país?

Según los escritos, esta industria se encontraba - fundamentalmente – en el sur del país, aunque aún es posible encontrar vestigios de aquellas en este norte, especialmente en Iquique, pero aquellos lugares que no contaban con factorías, propiamente tal, sus puertos servían para el descanso de los marinos (de los largos viajes), para surtirse de vituallas y para preparar y/o reparar los veleros.

Ex Ballenera de Iquique

Escritos:

La Epopeya de la Industria Ballenera Chilena.

http://www.historianaval.cl/publico/publicacion_archivo/publicaciones/34_2.pdf

De igual manera el Sr. Daniel Quiroz nos deleita e instruye con su publicación “Cazadores clásicos de Ballenas en las Costas de Chile (1819-1921)” El cual, no solo se aboca a la historia – desde el nacimiento de la industria ballenera en Chile – también menciona cuando esta acaba, cuando cesa definitivamente las capturas de ballenas en Chile.

“La caza de ballenas en las costas de Chile duró casi dos siglos, desde que Archelus Hammond, primer oficial del ballenero británico Amelia, de la casa Samuel Enderby & Sons, de Londres, cazara el primer cachalote en 1789 frente a las costas entre Arica e Iquique (Starbuck 1876: 96), hasta que Héctor Macaya Silva, capitán del Juan 9, de la Sociedad Macaya Hermanos, de Talcahuano, cazara la última, una ballena de aleta, en 1983”

 

“Cazadores clásicos de Ballenas en las Costas de Chile (1819-1921)”

https://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:gp5UwrrL294J:https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6040331.pdf+&cd=3&hl=es&ct=clnk&gl=cl

También del investigador Sr. Daniel Muñoz encontramos el título:

Balleneros en la Niebla:

https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-73562015000200015

Y, por último, el escrito: “Las Plantas Balleneras en Chile”

https://www.researchgate.net/publication/324241505_LAS_PLANTAS_BALLENERAS_EN_CHILE_historias_de_abandono_-_el_Caso_de_la_Planta_de_San_Carlos_de_Corral_Valdivia

 

De nuestra consideración:

Este mundo, su gente, ha tomado o está tomando conciencia del gran daño que hemos originado al planeta y - por nuestras conductas - a la gran diversidad de especies que en el moran más, aun resulta necesario que algunos estados se sumen o sean sumados (a la fuerza) a estas medidas de resguardo y protección, especialmente en lo que guarda relación con la caza de Ballenas.

Debemos tener presente que, en un planeta finito, no es posible producir y/o consumir infinitamente, eso va en contra – inclusive – de nuestra existencia como especie.

 

 

 


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