Los Vestigios
de un Pasado Remoto
Una nueva
especie para Antofagasta-Chile, un gran descubrimiento de los exploradores de
Caminantes del Desierto en lo más profundo de la cordillera costera. Véalo por
el Canal de Caminantes del Desierto.
Es, un día
cualquiera en el desierto intermedio de Antofagasta-Chile y por donde vamos, en
esta oportunidad, se percibe tan igual como si fuese el día más inclemente del
verano, aunque ya hemos pasado los días más críticos, aquellos días de temperaturas
extremas.
Al avanzar se
percibe una leve brisa, pero esta no nos refresca, más bien, nos va desecando
lentamente y tampoco hay sombra alguna en donde cobijarse. Esto es el desierto,
por donde cruza la línea del trópico de capricornio.
En algún
momento salimos de la carretera y nos metemos por caminos vecinales que, cada
cierto trecho, nos impone obstáculos que resultan difíciles de sortear, pero es
el objetivo el que nos mueve y en esta oportunidad, bien vale la pena el
exponerse a algo más que un simple bamboleo. Nos vamos a explorar por un nuevo espacio,
por las más altas cumbres de la cordillera costera, a muchos kilómetros de la
ciudad.
Recuerden. Lo
que mostramos a ustedes, en más de las veces, es lo que va quedando de nuestra
flora y de nuestra fauna, y tenemos la percepción (muy personal) que, si no nos
apresuramos en nuestros catastros, muchas de las especies que habitaron por
este territorio desaparecerán sin dejar vestigio alguno de su existencia.
Exclamamos ¡Eureka!
Pues bien.
Nuestra algarabía no se hizo esperar y estalló en alaridos de dicha por lo más
recóndito de la cordillera costera, por donde nos encontrábamos haciendo
exploraciones, en aquel momento, y por donde nadie llega (Por la lejanía). Por
lo anterior, tenemos la certeza que nadie nos vio y nadie nos escuchó, salvo
los jotes, pero esas aves siempre andan metidas en todo y ya nadie les cree.
Han de saber,
que habíamos evidenciado – con antelación - el rastro calcinado de cierta
especie que nos llamó bastante la atención, especialmente por sus
características que aún eran muy visibles a la simple observación y por los
lugares en donde prosperaron, hablamos de laderas totalmente resecas, pedregosas
y muy expuestas al sol durante gran parte del día. Esto nos motivó a re visitar
dichas cumbres, irrigar los individuos muertos con la esperanza de que algunas
de sus semillas volviesen a prosperar y poder contemplar a la especie que
habitó por aquellos parajes, tan en lo profundo de la cordillera de la costa y
tan arriba, por sobre los 1000 msnm.
La
satisfacción
Luego de
recorrer algunas laderas irrigando a los individuos resecos y sus alrededores,
reiteramos que la finalidad de irrigar, es la de encontrar semillas y
despertarlas de su letargo, retornamos al vehículo que se encontraba muy abajo
en la quebrada, pero, a mitad del camino, nos hallamos con una especie que no
había sido vista por estos lares, por nuestra comuna, y, por lo tanto, no se
encontraba catastrada. Esta era, sin duda, una Tillandsia, el reconocido clavel
del aire y se encontraba en evidente estrés hídrico, pero en muy buen estado.
Don Pablo insistió que, en la cumbre siguiente, aquella que resultaba más
elevada y de más difícil acceso, podía contener más individuos y partió raudo
en su búsqueda. Luego de algunos minutos, sentimos el llamado urgente. La
corazonada era correcta y en las estribaciones del cerro, se encontraron otros
10 especímenes en muy buen estado.
No todos los
días podemos decir que hemos encontrado una nueva especie y muy especialmente para
Antofagasta-Chile, la primera de estas especies que se puede reportar para las
alturas de nuestra ciudad.
¿Qué nos dice
Don Rodrigo Castillo del Castillo y Castillo Tapia sobre la especie y su
descubrimiento?
Tillandsia es
un género de plantas epífitas de la familia de las Bromeliáceas. Epífitas
quiere decir que crecen sobre otras plantas o sobre objetos, sin obtener de
ellos nada más que una base de soporte, a la que se sujetan con sus raíces. Se
les conoce comúnmente como “claveles del aire”, porque las hojas de algunas de
ellas recuerdan a las del clavel y porque obtienen el agua de la humedad
ambiental por medio de sus hojas, por lo que parecieran no necesitar agua.
Las
Tillandsias son abundantes en especies, se reconocen unas 650 en toda América,
habitando en selvas, montañas y desiertos. En nuestro país también las tenemos,
y según lo que hemos podido ver, tendríamos siete especies nativas: Tillandsia
capillaris, Tillandsia geissei, Tillandsia landbeckii, Tillandsia marconae,
Tillandsia tragophoba, Tillandsia usneoides y Tillandsia virescens,
De éstas, en
Antofagasta se da por hecho que existen 3 especies: T. geissei, la más conocida y que se puede
ver actualmente en Paposo, T. capillaris (especie epífita que no hemos tenido
oportunidad de ver en la Región y al parecer otros tampoco) y T. tragophoba,
que también la encontramos por sitios muy acotados de Paposo. La Tillandsia
tragophoba tiene una gran diferencia con las otras especies chilenas, ya que
éstas tienen hojas más bien estrechas y cubiertas de tricomas absorbentes para
obtener el agua ambiental, en tanto ella tiene hojas anchas en cuya base se forma
un reservorio para acumularla. Las otras Tillandsias - de similares
características - son de lugares muy lejanos, a miles de kilómetros hacia el
norte, en los Andes centrales.
Ahora, según
la literatura científica, hay una especie de amplia distribución nacional, que
abarca desde Arica y Parinacota hasta O’Higgins, y que no se encontraría
presente en la Región de Antofagasta.
Esta especie
es la Tillandsia virescens, conocida con el nombre común de Calachunca, que si
bien es preferentemente epífita (que crece sobre otras plantas), también puede
crecer sobre rocas. Esto no resulta un gran inconveniente porque, como hemos
dicho, las Tillandsias no obtienen recursos del lugar en que estén apoyadas.
¿Cómo es que
nadie las encontró antes, en tantos años? No es difícil de explicar, el lugar –
donde se encuentran - es lejano y el acceso bastante dificultoso (el que
escribe estuvo cerca de quedarse ahí para siempre).
No somos, en
todo caso, los primeros en dar con esta especie en la Región de Antofagasta, ya
que el año 2022 se la encontró en la zona costera de la Provincia de Tocopilla,
en las alturas, al norte de Gatico, pero sí es relevante que la encontrásemos
en nuestra propia tierra, y en un lugar tan inhóspito.
Este hallazgo
nos permitiría demostrar la continuidad de la presencia de la Tillandsia
virescens en el territorio, desde el extremo norte hasta la Zona Central del
país.
Mientras
tanto, continuaremos con la tarea estipulada por nuestra institución a todos
sus integrantes, aquella que nos invita a Crecer (intelectualmente) a buscar y
promover el patrimonio de Antofagasta-Chile.
No hay comentarios:
Publicar un comentario