Los Caracoles Terrestres
En Antofagasta-Chile
Lo que te mostraremos y contaremos, muy pocos lo saben y muy
pocos lo han visto y eso nos llena de alegría, el poder aportar conocimiento
sobre la biodiversidad de la región de Antofagasta-Chile, la zona (no polar)
más árida del planeta.
Los caracoles terrestres:
Muchas veces, en nuestros recorridos por la cordillera
costera y muy especialmente en los oasis de niebla, nos encontramos con las
conchas vacías de pequeños caracoles. Esto siempre nos sorprendió, ya que –como
pasa con todos- solemos pensar que los caracoles necesitan de un entorno húmedo
y abundante vegetación, para sobrevivir.
Al preguntar sobre el tema, algunos nos dijeron que estos
caracoles ya no existían en estas regiones, y que las conchitas no eran sino
vestigios de un remoto pasado. No lográbamos estar de acuerdo con eso, puesto que,
si bien algunas estaban notoriamente viejas y quebradizas, había otras que se
veían mucho más recientes e incluso conservaban sus trazos de diseño.
Dados a estudiar el asunto, descubrimos que efectivamente en
el norte había caracoles, pero que estos vivían en aguadas y otras fuentes de
agua. Son las especies del género Heleobia, de las que hay varias en nuestra
región y hemos podido conocer algunas, como el Heleobia chimbaensis y el
Heleobia loaensis. Sin embargo, estos caracoles no son ni cercanos en su
aspecto y costumbres a aquellos que nos encontrábamos.
Así, llegamos a descubrir dos cosas: de qué caracoles se
trataba, y que en los oasis de niebla existían caracoles que se enterraban en
el suelo durante el día y salían en las noches a alimentarse de los líquenes
que crecen sobre las rocas, los cactus y la vegetación del desierto, que son
abundantes en algunas zonas.
Estos caracoles eran los que nunca veíamos vivos, y sólo
encontrábamos sus conchitas vacías y blanqueadas por el sol.
Pertenecen al género Bostryx, y hay varias especies
reconocidas por la ciencia (hasta donde sabemos 29) que se distribuyen a lo
largo de la árida costa del norte del país, hasta Coquimbo, a alturas que
oscilan entre los 0 y los 2500 m.snm. La mayoría de ellos tienen formas acordes
a la idea que habitualmente tenemos de los caracoles, pero no pocos crecen en
forma husiforme, como una espiral alargada.
Entre estos últimos podemos encontrar los Bostryx holostoma y
Bostryx actifluus, de Cobija; Bostryx gayi, de Antofagasta y Bostryx anacoreta,
Bostryx atacamensis y Bostryx leucostictus, que habitan en Paposo.
Los que nosotros hemos visto vivos en Paposo –en escasas
oportunidades, a decir verdad- creemos que pertenecen a la especie Bostryx
atacamensis, por la forma y diseño de su caparazón. Obviamente, podríamos estar
equivocados, ya que nunca los hemos sacado de su lugar y sólo tenemos nuestras
fotos como referencia para identificarlos.
Las costumbres de estas varias especies son las mismas, hasta
donde sabemos: guarecerse durante el día bajo grandes piedras, para escapar del
calor y los depredadores, y salir durante la noche para alimentarse de los líquenes,
con la ayuda de la humedad de la camanchaca, que todo lo cubre.
¿Cuántos quedan, en realidad? Si juzgáramos por la frecuencia
con que los hemos hallado, tendríamos que decir que muy muy pocos (sic).
Lamentablemente.
Para saber un poco más:
https://caminantesdeldesierto.blogspot.com/p/los-caracoles-terrestres-de-antofagasta.html
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