PRÓXIMAS RUTAS

miércoles, 3 de septiembre de 2025

LOS PRIMEROS ANTOFAGASTINOS

Los Primeros Antofagastinos

Ser chilenos es un orgullo (de muchos)

Ser antofagastino es un privilegio (de pocos)



Puede resultarles muy grandilocuente o algo extraño el título que brindamos a este escrito: “Los Primeros Antofagastinos”, pero estos, los que nombraremos a continuación, son efectivamente los primeros antofagastinos puesto que sus actas de bautismo así lo indican. Tal vez el nombre de la localidad les resulte desconocida, pero el primer nombre de esta ciudad fue Peña Blanca (Nombre dado por su primer habitante, Juan López), luego cambió a “La Chimba” (Durante los inicios de la administración boliviana) para concluir con el de “Antofagasta” y este último es atribuido a José santos Ossa en agradecimiento al presidente Mariano Melgarejo de Bolivia.

A modo de resumen: A fines de octubre de 1866 se comienza a poblar esta parte del territorio, el 22 de octubre de 1868 se fundó oficialmente la población y el puerto bajo el nombre de La Chimba, según consta en el acta de fundación. Posteriormente la ciudad fue renombrada como Antofagasta.

 

Sobre los primeros antofagastinos

 

Esta historia inicia en 1871 y habla de un libro, de un libro nuevo en que se escriben las partidas de bautismos i óleos que se administran en la Vice parroquia de La Chimba, el cual comienza a correr del día once del mes de noviembre de mil ochocientos setenta y uno”

 

 

El primer bautizado en Antofagasta, del que se tenga registro, fue un niño llamado Melitón, hijo natural de la quillotana Carlota Estay. El bautizo se llevó a cabo en la Vice-Parroquia de La Chimba el 11 de noviembre de 1871, siendo sus padrinos José Santiago Campo y Paula Carrosa.  Melitón había nacido 8 meses antes, el 15 de marzo, en “el Departamento de Caldera”.

Más importante nos parece el segundo bautizado, ya que se trata de Belisario Segundo Hidalgo, nacido en la propia caleta de La Chimba el 1° de agosto de ese mismo año. Y es un bautizo que tiene asociadas varias circunstancias adicionales, como el hecho de haber sido realizado por un seglar (debidamente habilitado) ante una urgente necesidad. El seglar de que hablamos era nada menos que Don Pedro Arauco, el socio de Juan López (primer habitante no indígena de esta caleta).

Como socio de López, Arauco se vio como él gravemente afectado por el rechazo de un envío de 6.500 quintales de mineral a Lota, lo que llevó a la quiebra de su Sociedad y a su ruina. Sin embargo, dado que se le reconocía en la ciudad como una persona honesta, no perdió con esto su reputación de honorable y estaba autorizado por la Iglesia para el bautizo de niños.

 

El tercer bautizo corresponde a la primera niña, Domitila del Carmen Navia, nacida en La Chimba el 9 de noviembre de 1871, hija natural –como los anteriores- de la chilena Carmen Navia.

Es recién el cuarto bautizado el primer hijo legítimo registrado en este libro parroquial, recibiendo el nombre de Manuel Enrique, hijo del ciudadano norteamericano Guillermo Pasten y de la cauquenina Mercedes Bernal.

Completan las anotaciones de este nuevo libro de bautizos del año 1871 (es de entender que pudo haber registros anteriores, de los que nada se sabe), otros 9 registros:

Florencio del Tránsito Ramírez Bergara, hijo de José Dolores y Rosario, naturales de Talca.

Delfina Cantuaria Guzmán, hija de Pablo y María, naturales de Valparaíso.

Francisco Javier Fernández Arancibia, hijo de Primitivo y Teresa, de San Felipe.

Carlos Exequiel Paredes, hijo natural de Emilia Paredes, oriunda de Valparaíso.

José de la Cruz, otro hijo de Carlota Estay, nacido el 3 de mayo de 1971. En este caso, es notorio que hubo un grueso error en la anotación, ya que no pudo tener un hijo 50 días después del otro, por lo que es de suponer que nació el año anterior y no había sido bautizado, cosa bastante común por aquellos años.

Guadalupe Vargas Abello, hija de Manuel y Carmen, originarios de Aconcagua y Valparaíso, respectivamente.

Manuel Clodomiro, hijo del colchagüino José Celis y la santiaguina Escolástica Orellana.

Esta última partida tiene la particularidad que fue anotada el 20 de diciembre de 1871, nombrando por primera vez a la Vice-Parroquia como “Antofagasta o La Chimba”. Las dos siguientes vuelvan a la denominación de La Chimba solamente.

María Mercedes Godoy Bravo, hija de los copiapinos Damián y Venancia.

Y, finalizando el año 1871, Regina del Carmen, hija de José Aguilar y Emilia Aravena, de Valparaíso.

Salvo los hijos de Carlota Estay, todos estos niños bautizados nacieron en La Chimba (Antofagasta).

Este primer Libro de Bautismos, que abarcaría desde los años 1871 a 1873, tiene una particularidad: que –tal vez por ser nuevo el territorio- se registró la ciudad de origen de la mayoría de los padres.  Esto no ocurre en el libro siguiente, probablemente porque para 1874 la mayoría de los feligreses de la parroquia estarían radicados en la ciudad. Esta circunstancia –de registrar el origen- nos permite hoy conocer algo sobre la procedencia de los habitantes de Antofagasta en esos años.

De las anotaciones en el libro se desprende que la inmensa mayoría de los habitantes de la ciudad procedían del sur de Chile, especialmente de la zona entre Atacama y Aconcagua, aunque es necesario decir que de 141 de ellos no se conoce la procedencia. Padres –o madres- extranjeros no eran muchos todavía, siendo en su mayoría argentinos (24), con algunos peruanos (3), bolivianos (4) y ecuatorianos (2). Con alguno de los padres procedente de Alemania se registran 4 bautizos y de Francia, España e Inglaterra, 2 de cada uno.

De un total de 342 bautizos registrados en el libro, 333 fueron de niños nacidos en La Chimba. Los 9 restantes nacieron en Caldera, Paposo, Mejillones, Ovalle y Alemania (los viajes intercontinentales eran largos y aburridos, en ese entonces) Obviamente, esto no quiere decir necesariamente que los 333 fueron concebidos aquí, algunas de esas madres pueden haber llegado ya embarazadas a la ciudad con sus maridos, queriendo reunirse con ellos o buscando una solución a su situación.

Impacta un poco la alta proporción de hijos naturales, que superan el tercio del total, pero resulta muy comprensible para la época y para las condiciones en las que se vivía en estos lugares.













No hay comentarios:

Publicar un comentario