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lunes, 20 de marzo de 2017

LA DEFAUNACIÓN EN ANTOFAGASTA-CHILE


ALGO QUE NOS DEBE HACER MEDITAR.

   Que es lo que mora en los suelos de nuestra comuna y región. Nos referimos a la flora y la fauna presente tal vez por miles de años y que hoy (Independiente del día) Vemos cómo cada una de ellas -las restantes por supuesto- deben ponerse en la fila de lo que llamamos La Marcha Final de las Especies. La marcha del adiós.

En la Cordillera de la Costa

     ¿Qué hemos ganado como país y región que merezca tanta o más atención que el patrimonio natural que hemos destruido? ¿Pasamos a ser un país del primer mundo? ¿Ya no vemos pobreza? La verdad sea dicha sin tapujos. No hemos ganado mucho, son apenas unas pocas generaciones las que se benefician de la bonanza de las materias primas, pero seremos los antofagastinos los que nos quedaremos con el territorio altamente contaminado, grandes hoyos en recuerdo y sin un espacio en donde pueda morar la poca vida silvestre que tenemos o que nos dejaron.

     Por último, Aquellos que compran conciencia. Hacen su trabajo. Caramelo para que no mires, no pienses y no opines mientras destruyen tu suelo bajo la venia de aquellos que debieron proteger por mandato. Pero la mayoría de la gente sabe esto y simplemente hace como que no sabe nada.

Vivimos en la sexta extinción masiva

   Durante los últimos 550 millones de años se han producido cinco extinciones masivas que acabaron con gran parte de la vida en la Tierra. La sexta extinción en masa se estaría produciendo en la actualidad, según diversos expertos, a través de la destrucción de tierras salvajes, el consumo de animales o la persecución de especies vistas como amenazas o competidores.

     La defaunación es un componente dominante de esta sexta extinción en masa y un importante motor de cambio ecológico global. “los humanos han desencadenado una ola de extinción, amenaza y declive de las poblaciones locales de animales que puede ser comparable, tanto en velocidad como en magnitud, con las cinco previas extinciones masivas de la historia de la Tierra”.

Copiapoa atacamensis

     Todas las anteriores fueron causadas por catástrofes planetarias como el vulcanismo masivo, el impacto de meteoritos y otros fenómenos naturales aún no aclarados por los investigadores. La gran diferencia es que la actual la estamos provocando nosotros mismos.

     Se dice que el homo sapiens domina en estos momentos el planeta, aunque en un escenario de extinción masiva no se garantiza su futuro: sus consecuencias son impredecibles.

     La pérdida de especies animales en nuestro planeta se acelera y es ya un fenómeno imparable e irreversible, es incluso más grave que el cambio climático, ya que a éste aún se le podría dar marcha atrás, mientras que la riqueza biológica perdida nunca podrá ser recuperada.

Zorro chilla

     Pero. Si esto ocurre en el planeta tierra ¿Que nos queda a los antofagastinos que no sabemos siquiera cuál es la biodiversidad con la que contamos y su importancia en la cadena de vida?

     Se dice y explica que desde el siglo XVI, 322 especies de vertebrados terrestres han dejado de poblar la faz de la Tierra y el resto ha sufrido una caída media del 25% en el número de individuos. El balance es aún más doloroso entre los invertebrados: el 67% de especies examinadas sufre una reducción media del 45% de su población.

     Ante esto, los científicos han acuñado el término defaunación. Del mismo modo que el planeta sufre la deforestación, la destrucción de sus bosques, asistimos a una constante y rápida desaparición de la fauna global.

    Es evidente e independiente de los pensamientos científicos o filosóficos. “La defaunación y la pérdida de poblaciones enteras de plantas son quizás la parte más dramática de este cambio global; los cambios en el clima pueden estabilizarse, pero nada hará volver a los animales y la flora que hoy se ven amenazados por la mano del hombre”, o lo más triste. Que ya han desaparecido.

Cristaria sp.

    Es cosa de observar como las especies más grandes y carismáticas, como los cetáceos, los tigres, los rinocerontes o los pandas, reciben mayor atención mediática, Incluyendo a los perritos y gatitos, pero los autores subrayan que incluso la desaparición del escarabajo más pequeño puede alterar fundamentalmente los ecosistemas de los que dependen los seres humanos. Insectos, arañas, crustáceos, babosas y gusanos realizan un papel clave en la polinización, el control de plagas en los cultivos, la descomposición de la materia orgánica, el ciclo de nutrientes o la calidad de las aguas.

   El problema no es solamente la extinción de especies enteras, sino que la desaparición de poblaciones locales o la reducción del número de individuos en cada población suponen también un grave atentado al equilibrio de los hábitats.

Athene cunicularia. Pequén

    Aunque las extinciones tienen una gran importancia evolutiva “el declive del número de individuos en las poblaciones locales y los cambios en la composición de especies de una comunidad suelen causar un mayor impacto en la función de los ecosistemas”.



Estrategias

¿Es posible dar marcha atrás? 

     En el mundo se piensa que sí, con la reintroducción de ejemplares, la colonización asistida y en algunos casos el reemplazo ecológico de especies para restaurar algunas funciones, entre estas la dispersión de semillas.

     Los investigadores no descartan además la posibilidad de traer de vuelta una especie extinta mediante crianza selectiva o procesos de clonación, aunque advierten que todavía constituye un enigma qué especies deberían ser “resucitadas” y en qué hábitats deberían ser reintroducidas.



     Ahora bien y compartiendo la visión. El director del Instituto Luc Hoffman del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en Suiza, Joshua Tewksbury, y la investigadora de la Universidad de Rice en Houston (Estados Unidos) señalan que para asegurar el futuro de los animales y, en definitiva, el de todos, es imprescindible reconocer su importancia y sus aportaciones a los sistemas, para ello, son precisas políticas que vayan más allá de la mera restauración y la reintroducción de especies.


     Nadie protege lo que no conoce. Conocer es el primer paso en la protección de la biodiversidad.









LINK PARA SABER MÁS. P.D.F. DIRECTO




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