Don Humberto Mella Ahumada
Caleta constitución podría ser considerada como un minúsculo
grano de arena en la inmensidad de estos inhóspitos parajes nortinos. Rodeada
de sitios arqueológicos, cercana a un Parque Nacional "Morro Moreno" y en
vecindad a una franja de tierra reseca y anclada perpetuamente frente al
continente -La isla santa María. Allí, inexplicablemente. Entre tanta soledad
se ubica este villorrio de la pesca artesanal que llevó por nombre el de Caleta
Modelo, pero el tiempo y el olvido se han llevado su acta de bautizo y hoy solo
se le conoce como Caleta Constitución.
Es aquí en donde nos encontramos con Don Humberto Mella
Ahumada. No sabríamos como definirlo en orden de importancia o basado en sus
gustos, Algunos dicen que es el poeta del mar, otros aseguran que es novelista y los más lo reconocen como un activo dirigente, aunque él se define como
pescador artesanal. Tantas vetas, tanto conocimiento forjado y adquirido por el
golpear de las olas, que merece nuestro pequeño reconocimiento.
Un fruto del
mar antofagastino que nos llena de orgullo y que pasamos a presentar a ustedes.
Algunas de las frases que acompañan a Don Humberto:
“El mar para nosotros es una filosofía de vida más que un
negocio, nosotros - los pescadores artesanales - somos un pueblo que va más allá de
las fronteras, del idioma y de las razas. Un pueblo que tiene una relación
cultural muy grande con los recursos que el mar tiene disponible para la
sostenibilidad de nuestras comunidades”
“Un pueblo que siempre se sintió dueño del mar y que hoy
tiene que luchar por conservar un espacio por los recursos y el mercado”
“Ser pescador artesanal es ser un hombre nacido en el mar,
querer al mar como un hermano, un padre, una madre, estar relacionado todos los
días con él y vivir cerca porque vivir lejos significa morirse, eso es ser
pescador”
“Poseemos una extensa costa y vivimos inexplicablemente de
espaldas al mar”
Pero si hurgamos en la historia escrita, nos encontraremos con
múltiples publicaciones que hacen mención a este personaje que tal vez reciba
más elogios por otros mares que en los propios.
Escrito aparecido en el Diario La Época de 1995
Humberto Mella Ahumada
Pescador y poeta de alta mar
Su poesía surge de olas encrestadas, náufragas o simplemente
suaves al seducir a arena. Humberto Mella está ligado al mar desde 1959, año que
en una caleta de Los Vilos se aventura como pescador artesanal. Una época que
cimentó las bases de lo que es hoy: secretario ejecutivo de la Confederación
Nacional de Pescadores Artesanales de Chile, buzo, pescador y poeta. Hombre de
ideas claras, en 1994 a los 48 años, se arriesgó en una nueva pesca: escribir.
Desde ese entonces no ha descansado, compartiendo su tiempo con su trabajo de
dirigente laboral y formador de lo que él llama una “dinastía” de pescadores en
Antofagasta, ciudad donde vive junto a una familia de seis hijos y nueve
nietos. Le preocupa el Nafta, la depredación y la miseria percibida en el
litoral, vibra cuando habla de la cultura de los pescadores artesanales y la
visión del mundo que almacenan entre redes y botes. Orgulloso, habla de cambios
tecnológicos y de áreas de manejo, así como la necesidad de que los que escogen
el mar como tierra de vida y cosecha, sean escuchados y valorados. Y recuerda
sus primeros tiempos en la pesca. -Eran otros tiempos, había una riqueza enorme
y una ética mayor. Éramos menos. Después, por la situación difícil del país,
mucha gente se fue al mar a buscar su modo de subsistir-, comenta este hombre
de curtidos años que cree que ser pescador implica tener una filosofía de vida
“donde lo más importante es esa libertad que se tiene frente a la vida, al
mar”. Uno es parte del mar. No soy hijo de una dinastía de pescadores, pero de
mí nace una nueva dinastía-, dice. Se siente realizado y al escribir pareciera
que sus sentidos emergieran y sumergieran más allá de la contemplación inferida
al referirse al mar. Pese a los problemas, cuenta que ‘los pescadores somos
gente alegre” y en busca de entrar al “mundo de la cultura” en igualdad de
condiciones. De ahí su queja: -No es tan así que Chile ha asumido la cultura
del mar. Chile es un país que vive de espaldas al mar. Entonces, nos encerramos
en nuestro propio mundo. Fuimos un sector muy marginado no sólo del punto de
vista económico, sino social y cultural... cultura propia “Desde el mar/ miro
mi caleta/ es mi vida, es pan/ rocas, playas, aguas quietas/ Juguetear de
gaviotas/griteríos y venta/ de ilusiones marchitas/ o alegrías inmensas...”. Así
comienza su primer poema, titulado Desde el mar. Fue en 1991 cuando decidió
proyectar su vida hacia otras fronteras y en seis meses publicó Sueño entre
espumas, su primer libro que ya ha sido traducido en Estados Unidos y Europa
Hace un par de días levó anclas su segundo recuento de poemas: Vientos de
marea. Ambos, publicados por Ediciones Revista La Caleta de Valparaíso. -Al
margen de la calidad de los libros, con ellos se ha abierto un espacio y hoy
podemos decir que los pescadores nos estamos atreviendo a hacer otras cosas y
tenemos bastante gente poeta, que canta- Tenemos una cultura propia y ahora el
desafío es rescatarla y mostrarla-, cuenta quien cree que el pescador de Punta
Arenas es “igual al pescador de Arica, igual al pescador de Latinoamérica y de
otras partes del mundo”. Y lo dice con la misma pasión con que habla de
derechos de los pescadores artesanales y su búsqueda de poemas litorales para
una antología que piensa publicar y los concursos de pintura en conexión con la
costa de Japón. Uno de sus sueños: realizar un certamen nacional de poesía y
cuentos entre todos los hombres de redes y noches en el mar.
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