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domingo, 10 de marzo de 2024

LA COTORRA ARGENTINA

 

La Cotorra Argentina

 

Dicen – los que saben - que la belleza exterior no basta, que lo realmente importante va por dentro y es dependiente del cómo te comportes, y la forma en que convives con los que te rodean.

Así parece ser -cuando menos- con la Myiopsitta monachus Boddaert, también conocida como Cotorra argentina, porque aun siendo un ave bastante hermosa y que “cae bien” de presencia, en realidad es un problema donde sea que va.



Y esto no lo decimos nosotros, más bien los expertos de todos aquellos países que hoy sufren su presencia, como EEUU o España, por ejemplo, lugares en donde son un grave problema ambiental que no han conseguido erradicar. Seguramente más de alguien, amante de los animales a ultranza, querrá decir que no puede ser, pero lamentablemente lo es. 

Una característica que hace a esta ave muy especial, es que es el único loro capaz de construir sus propios nidos, a diferencia de los demás, que necesitan excavarlos en laderas o utilizar agujeros en los árboles. Esta cotorra, por el contrario, es muy hábil construyendo nidos con ramas, los que no sólo pueden ser unitarios, sino también grandes nidos comunitarios, que llegan a pesar hasta 200 kilos.

Esto de por sí ya es un problema, puesto que los construyen a buena altura, por sobre los 6 metros e inclusive pueden llegar a los 10 metros. Podemos imaginar las consecuencias, entonces, si nos cayera uno de estos nidos encima. Con que pese treinta kilos ya es más que suficiente para causar lesiones severas.


Otra característica que las hace indeseables es que pueden portar -y portan- varias enfermedades que afectan a otras aves, como ciertos protozoos del género Cryptosporidium, y también otras que podrían afectar al ser humano, como las bacterias Salmonella y Escherichia coli.

Aunque se ha dicho que una condición para su establecimiento en un lugar nuevo es la disponibilidad de árboles frutales que les proporcionen alimento, lo cierto es que en Antofagasta llevan ya más de 5 años, y no sólo han sobrevivido, sino que además se reproducen. Se ha encontrado que una de las razones para su sobrevivencia en las ciudades son las propias personas, ya que muchas de ellas, por ignorancia o por negarse a las evidencias, las alimentan y protegen, sin saber que con ellos causan un problema ambiental y un daño a las especies autóctonas. Podemos decir que somos testigos de esto, ya que hemos visto a gente que las alimenta en conjunto con las palomas, sintiéndose contentos de verlas entre ellas y muy satisfechos de sí mismos. También se las ha observado bajando a patios, para comer desperdicios dejados por las personas e incluso comida para aves dejada de ex profeso.



Se sabe, y lo hemos visto en Antofagasta, que uno de los sitios de su preferencia para anidar son las palmeras del género Washingtonia, de las que hay abundancia en la ciudad ¿El Por qué? nadie entiende la razón. Se tiene la costumbre de plantarlas en plazas y avenidas en lugar de poner árboles, que sería lo correcto. También utilizan postes de la energía eléctrica y los transformadores instalados en ellos, lo que constituye de por sí un gran riesgo.

Por bonitas que sean, no son aves para permanecer libres en nuestro país, ni en ningún lugar que no sea sus países de origen, de modo que quienes las tengan de mascota deben abstenerse absolutamente de liberarlas. De hecho, al estar definidas por la ley como especie dañina, se pueden cazar y capturar todo el año, sin otra restricción que la prohibición de hacerlo dentro de las ciudades. No obstante, se pueden levantar nidos y retirar huevos y crías para controlar su número, previa autorización del SAG.


Para saber más:

Cotorra argentina

https://www.avesdechile.cl/468.htm

 

 

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