La Micro Vida del Desierto
(Los micro jardines
contenidos dentro de las rocas)
Muy buenas
tardes tengan estimadas y estimados amigos.
Trataremos de
escribir y explicar en un lenguaje simple y coloquial, es decir, para todos,
puesto que pretendemos que este artículo sea de fácil lectura y entendimiento.
Ahora bien.
Si los que saben sobre este tema observan cierta liviandad en los términos o
definiciones, pedimos las disculpas correspondientes, es evidente que no es un
escrito para los que hacen ciencia, es para la comunidad en general.
¿Por qué
tamaño atrevimiento que llevará a algunos a pedir la excomunión ipso facto
incurrenda por lo pécoros que somos?
José Arcadio
Buendía descubrió que la tierra era redonda.
Nosotros
descubrimos que hay vida dentro de las rocas del desierto. Por hacerlo no nos ganaremos nada, sólo
nuestra satisfacción al saber que vamos por el buen camino y que nos hacemos
las preguntas correctas.
La Micro Vida
en las Rocas del Desierto
El día de hoy
quisiéramos tocar un tema que pocos conocen y que, tal vez, no sea del interés
de muchos. Mas, independientemente de que guarda relación con la vida contenida
en este desierto, vida macro y microscópica, han de saber que los que estudian
esto lo relacionan, directamente, con la vida que pueda existir en otros
planetas, en condiciones extremas y en los lugares menos pensados.
Sobre esta
vida microscópica poco o nada sabemos ya que, no solo se requiere dedicación
para buscar estos minúsculos atisbos de vida contenidos dentro de ciertas rocas
o costrones salinos, sino que también se requiere de mucho conocimiento.
Nuestro hallazgo se ha debido a la suerte –por así decir- una suerte que va de
la mano con la curiosidad.
La génesis de
lo nuestro:
Fue en un
recorrido que realizamos hará unos 20 años atrás a la cumbre del Cerro Coloso,
la cumbre que custodia la entrada sur de la bahía de Antofagasta, que
encontramos un acúmulo salino moldeado -por el viento y el agua- en forma de
una gran lengua, de bordes lisos, la cual se encontraba adosada -en uno de sus
extremos- a la pared de un enorme farellón de tierra, piedras y sal. Tiré de
este acúmulo para intentar sacarlo, para saber sobre la sal de la cual estaba
constituida y explicarme el origen de esta rareza y, más aún, su presencia por
dicha cumbre.
Esta roca
salina era muy dura y costó sacarla de su anclaje natural, pero solo se
desprendió la mitad superior y destacó de inmediato su color (un blanco
intenso), pero contenía algo más: unas formaciones verdosas-azules en su parte
media. En dichos tiempos solo tomábamos fotografías y se las enviábamos a los
expertos, pero estas imágenes no hubo a quién enviarlas, salvo a algún que otro
biólogo que nos hablaron de minerales pero en ningún caso de vida. Con el
correr del tiempo y el avanzar de la ciencia, nos hemos enterado que se trata
efectivamente de eso, de vida, una vida minúscula muy especial y que sólo se
encuentra por ciertos lugares del desierto, a ciertas alturas y en ciertas
rocas.
Ahora bien,
esta semana, al tropezar con una piedra -no con un costrón salino, sino con una
roca cualquiera enterrada de canto- ésta se partió y nos dejó ver algo
maravilloso en su interior. Por la grieta intermedia, una fisura apenas
perceptible a simple vista que permitía -suponemos- el paso del aire y de la
humedad, había una formación que a todas luces no era mineral, era un alga que
prosperaba feliz hasta mi desatinado accidente. Procedimos a mojar la roca,
para limpiarla y observarla detenidamente. Al tocar dicha línea, ésta se
desplazó por la acción que ejercimos sobre ella, no era un mineral, era vida
contenida dentro de una roca por sobre los 700 m.snm.
No hemos
inventado el fuego, lo sabemos, pero ¿Cuántos de ustedes han tenido tamaña
fortuna?
Ahora bien
¿Qué dicen los entendidos, sobre esto?
En
Antofagasta, se ha descubierto que colonias de microalgas pueden vivir dentro
de rocas, específicamente en halitas (rocas de sal común) en el desierto de
Atacama. Estas microalgas, que incluyen cianobacterias, se adaptan a las
condiciones extremas del desierto y aprovechan la humedad atrapada en la
estructura porosa de las rocas.
El
descubrimiento de estas comunidades endolíticas (esto es, que viven dentro de
rocas) en Atacama ha revelado que las microalgas pueden sobrevivir en ambientes
extremadamente áridos, donde la humedad es escasa y la radiación solar es alta.
La estructura porosa de las halitas permite que el agua se condense en
nanoporos y quede atrapada en forma líquida, creando un microambiente favorable
para la vida de las microalgas.
Este hallazgo
es importante porque:
Demuestra la
adaptabilidad de la vida a condiciones extremas:
La existencia
de estas comunidades microbianas en un ambiente tan árido como el desierto de
Atacama, sugiere que la vida podría existir en otros planetas con condiciones
similares, como Marte.
Ofrece pistas
para la búsqueda de vida extraterrestre:
El estudio de
estas microalgas podría ayudar a entender mejor las moléculas que necesitan
producir para sobrevivir, lo que podría ser útil en la búsqueda de vida en
otros lugares del universo.
Aplica en
biotecnología:
Las moléculas
que estas microalgas producen para adaptarse a su entorno podrían tener
aplicaciones en biotecnología.
Impacta la
ciencia de materiales:
Las
investigaciones sobre la estructura de las rocas que permiten la vida de estas
microalgas podrían tener aplicaciones en la ciencia de materiales y en la
ingeniería.
En resumen,
las microalgas dentro de las rocas en Antofagasta son un ejemplo fascinante de
cómo la vida puede adaptarse a condiciones extremas, y su estudio tiene
implicaciones importantes para la ciencia y la tecnología.
Para saber un
poco más (tan solo un poco más).
Las
Microalgas del Desierto:
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