La primavera se percibe en esta parte del territorio, por
Antofagasta-Chile, y esto no solo se advierte por las floraciones, también por
la llegada o arribo de muchas especies, especialmente de las aves, las cuales
van en tránsito migratorio o tan solo en modo visita.
Ahora. Del modo que se genere esta visita -por migración o de
forma casual- grato nos resulta el poder estar ahí y poder dejar testimonio -en
imágenes- del avistamiento.
El Bailarín Chico
Anthus correndera, para la ciencia, bailarín chico, para el
común de los chilenos. Esta ave, tan poco conocida en nuestra región, porque se
supone no se la puede encontrar tan al norte ni a tan baja altitud, nos
sorprendió gratamente con su presencia.
Según la literatura especializada, su distribución en el país
está limitada entre Huentelauquén, en Coquimbo, y Punta Arenas, en Magallanes,
para la subespecie Anthus correndera chilensis, y al altiplano de nuestra
región, entre los 2500 y los 4450 m.snm, para la subespecie Anthus correndera
catamarcae. Según esto, encontrarla a nuestra altura en nuestra región es
bastante inusual.
De hecho, no parece haber observaciones de esta ave, a
excepción de una en el km 12 en 2024, que a nuestro entender está mal
registrada, porque la identifica como la subespecie chilensis, siendo mucho más
probable que se trate de catamarcae, dado que la distancia a recorrer desde su
distribución es bastante más cercana (250 km) que la que hay hasta Huentelauquén (950 km), y a que es común
encontrar especies de aves de la puna en la costa, durante el invierno.
El Bailarín chico, así llamado porque durante su cortejo
realiza vuelos ascendentes de 20 a 40 metros (en algunos casos hasta 60), para
descender luego planeando y manteniéndose suspendido brevemente, hasta llegar
al suelo, para volver luego a volar. Esto lo hace para llamar la atención e
impresionar a las hembras.
Anidan en el suelo, pero de forma muy escondida, de tal
manera que es muy difícil encontrar su nido. Máxime porque camina escondido
varios metros para alejarse de él antes de volar, repitiendo esta conducta para
regresar a él. Pone de 2 a 4 huevos de color variable, entre café y gris
ahumado, con pintas apizarradas. Se alimentan de insectos, larvas y otros
invertebrados, y posiblemente también de semillas.
Su hábitat natural son los pastizales, las riberas de
humedales y lagos, y en el extremo sur las estepas patagónicas. Para la
subespecie catamarcae se conoce que prefiere las mesetas de la Puna, zonas
pantanosas y riberas de cursos de agua, habiéndose registrado su nidificación
en los márgenes del Loa. También se le ha visto en tierras agrícolas.
Nosotros podemos documentar ahora su presencia en la costa,
en la misma playa y alimentándose de moscas Dolichopodidae y de los pequeños
invertebrados marinos que en la arena se pueden encontrar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario