FAUNA DE ANFÌPODOS
DULCEACUICOLAS DE CHILE
La Diversidad de nuestro planeta merece protección. Más aún.
Cuando estas especies se desarrollan en ambientes extremos y en donde pequeños
cambios pueden significar la extinción.
El Camarón de la Chimba (Definición no oficial)
Reserva Nacional Quebrada.La Chimba: Sector ubicado al norte de la ciudad de
Antofagasta.
Definamos que son los Anfípodos: Se trata de pequeños
camaroncitos (género Hyalella) de hasta 8 o 9 mm. Que en reposo adoptan una
posición curvada que le es característica. Habitan en los recovecos del fondo u
ocultos entre la vegetación acuática, siendo su momento de mayor actividad en
el crepúsculo, donde son más vulnerables.
Su dieta consiste en
materia orgánica particular, proveniente de hojas y detritos. Son especialmente
abundantes en lagos y lagunas.
Los colores más comunes son crema opalescente, marrón claro o
verde oliva. Se trata de organismos extremadamente prolíficos.
En la ciudad de
Antofagasta era posible encontrar estos camaroncitos en afloramientos de aguas
subterráneas. Tanto en Quebrada Carrizo como en los sectores altos y bajos de
la Chimba. En su momento, le denominamos Hyalella chimbaensis (Nombre dado solo
para identificación por los integrantes de nuestra organización) mientras se
identificaba la especie y se pudo comprobar que los estudios eran escasos a
nivel nacional y ausentes a nivel local para que permitiera definir a la
especie con la zona de estudio antes mencionada.
Identificación realizada por el Dr. Patricio De
los Ríos Escalante. La especie corresponde a:
Si nos basamos por ejemplo. En las apreciaciones de Patricio
De los Ríos Escalante y Alfonso Mardones en su publicación “Ecology of the
malacostracans of northern Chilean inland watersque” la cual dice: ”Los del
norte de Chile (18-27 ° S) las aguas interiores han sido poco estudiado, debido
a las dificultades para acceder a la zona, y la fauna acuática es esculpido por
la alta conductividad. Los pocos estudios que se encuentran disponibles se
basan en información fragmentada sobre lagunas de montaña poco profundos asociados
con depósitos salinos ("salares"), y estanques de poca profundidad y
el río Loa.
El objetivo del presente estudio es proporcionar una revisión de la
ecología malacostracan del norte las aguas interiores chilenas. La información
de los estanques y lagunas de montaña de poca profundidad revela la presencia
de los anfípodos Hyalella fossamanchini y H. Kochi. Ellos sólo se encuentran en
los niveles bajos de salinidad (<3 g / l), a pesar de una situación
diferente se observó para el río Loa, que tiene la población de baja abundancia
del norte de langostino de río chileno Cryphiops caementarius y los anfípodos
H. fossamanchini y H. Kochi. Sin embargo, la primera especie es escasa debido
actividades de pesca excesiva y la fragmentación del hábitat, mientras que no
existen estudios sobre las poblaciones de anfípodos. Sin embargo en el río Loa
estas especies pueden ser una presa importante para los salmónidos introducidos
(Oncorhynchus mykiss y Salmo trutta). Se observaron patrones similares para
otros ecosistemas comparables en las montañas de los Andes de Argentina y
Perú”.
Textual:
“The northern Chilean (18-27°S) inland waters have been poorly studied, because
of difficulties in accessing the area, and the aquatic fauna is sculpted by the
high conductivity. The few studies that are available are based on fragmented
information on shallow mountain ponds associated with saline deposits
(“salares”), and shallow ponds and the Loa river. The aim of the present study
is provide a review of the malacostracan ecology of northern Chilean inland
waters. The information of shallow mountain ponds and lagoons reveals the
presence of the amphipods Hyalella fossamanchini and H. kochi. They are only
found at low salinity levels (<3 g/l), although a different situation was
observed for Loa river, which has low abundance populations of the northern
Chilean river prawn Cryphiops caementarius and the amphipods H. fossamanchini
and H. kochi. However the first species is scarce due excessive fisheries
activities and habitat fragmentation, whereas there are no studies about
amphipods populations. Nevertheless in Loa river these species can be an
important prey for introduced salmonids (Oncorhynchus mykiss and Salmo trutta).
Similar patterns were observed for other comparable ecosystems in the Andes
mountains of Argentina and Peru”.
Hemos comprobado que estos Anfípodos del gènero Hyalella. Se
nos muestran como una especie al norte de la ciudad. Hyalella kochi. La cual
tiene su área de distribución. Central Andes. Inland waters
from central Argentina (31° S) to northern Chile (18-26° S). The species assigned to this track H.
kochi. H. gracilicornis González ò bien la Hyalella costera González &
Watling, 2001. La cual se encuentra desde la localidad tipo: Quebrada Paposo,
Antofagasta, Chile. Distribución geográfica: Chile: Quebrada Paposo, Antofagasta
(25°01'S, 70°28'W); Limache (32°59'S, 71°15'W); El Molle (29°58'S, 70°56'W);
isla Teja, Valdivia (39°48'S, 73°12'W) (González, 2003); lagunas costeras
temporales en Puaucho (38°57'S, 73°19'W); arroyos y pozas en Puerto Montt,
sector Pelluco Alto (41°28'S, 72°54'W).
Por lo tanto.
Mientras se logra definir correctamente la especie que mora los pequeños cursos
acuíferos de nuestra ciudad. Dejaremos uno de los estudios más completos sobre
estos y su distribución a nivel nacional.
Jorge Pérez-Schultheiss. Centro de
Estudios en Biodiversidad (CEBCh)
Gaceta de la Ruta de Biodiversidad,
Número 1 (Enero de 2011)
Los anfípodos son pequeños crustáceos bastante comunes en
ríos, lagunas y otros tipos de ambientes dulceacuícolas; sin embargo, el
conocimiento que se tiene de ellos es aún incompleto, pues solo en los últimos
años se ha comenzado a aproximarse a su verdadera diversidad en Chile.
Alrededor de un 20% de las especies del orden Amphipoda
habitan ecosistemas de aguas dulces; es decir, unas 1879 especies (Vainola y
otros, 2008). Los anfípodos son pequeños crustáceos (2–8 mm son tallas
habituales) desprovistos de caparazón y caracterizados generalmente por el
cuerpo comprimido lateralmente, junto a algunas otras características menos
aparentes a simple vista. En esta nota, se presentó una síntesis de las
especies de anfípodos de aguas dulces conocidas de Chile y se mencionan algunas
otras aún no descritas que fueron descubiertas recientemente, para mostrar que
a pesar de ser bastante comunes, estos crustáceos todavía son muy poco
conocidos.
El primer anfípodo
de aguas dulces de Chile fue descrito en 1860, por el naturalista Rodulfo
Amandus Philippi en su libro “Viaje al desierto de Atacama”. Philippi bautizo
esta especie como Ampithoe andina; sin embargo, la descripción fue muy poco
detallada, por lo que hoy es imposible reconocerla con certeza. Después de más
de 140 años desde el descubrimiento de esta primera especie, todo indicaba que
la fauna chilena de anfípodos de agua dulce incluía únicamente un grupo: los
Dogielinótidos del género Hyalella (antes de 2003 clasificados en la familia
Hyalellidae) y con una diversidad bastante baja, lo que parece ser confirmado
por la literatura publicada hasta ese momento.
En 1991, Exequiel
González, uno de los pocos chilenos que ha estudiado este grupo, mencionaba la
presencia de solo tres especies: Hyalella azteca (Saussure, 1858), Hyalella
gracilicornis (Faxon, 1876) y Hyalella patagonica (Cunningham, 1871). Este
número era sorprendentemente bajo, si tomamos en cuenta la longitud y variedad
ambiental de nuestro país; pero más sorprendente aún era el hecho de que las
primeras dos especies no fueron descritas de Chile, sino que son originarias de
otros países. Así, Hyalella azteca es propia de Norte América y Hyalella
gracilicornis, es de Brasil.
Rudolphia macrodactylus Grosso & Peralta, 2009
(Arriba hembra, macho abajo) Foto: J. Pérez-Schultheiss
Pero González continuó estudiando este grupo y en 2001 logro
aclarar, junto al investigador norteamericano Les Watting, la gran confusión
que existía hasta entonces en este único grupo de anfípodos dulceacuícolas.
En este trabajo,
comprueban que lo que anteriormente había sido citado como H. azteca era en
realidad una especie no descrita, que llamaron Hyalella costera González &
Wating, 2001 y que lo que hasta entonces había sido confundido con H.
gracilicornis, era en realidad otra especie nueva: Hyalella kochi González
& Watting, 2001 (esta es probablemente Amphithoe andina de Philippi).
Además, describen una nueva especie adicional, que bautizan Hyalella chiloensis
González & Watting, 2001.
Más tarde, en
2003, estos mismos autores describen otra nueva especie de la Patagonia,
bautizada como Hyalella franciscae González & Watting, 2003, en honor a la
esposa de Exequiel González. Con todo esto, la situación de las Hyalella
chilenas pasó desde solo tres especies a un total de siete, al incluir también
las especies H. fossamancinii Cavalieri, 1959 y H. simplex Schellenberg, 1943,
descritas de Argentina y de la Patagonia chilena (González, 2003). Cabe
mencionar que H. patagonica debió ser rebautizada como H. araucana porque el
nombre propuesto por Cunningham en 1871 no era válido (Grosso y Peralta, 1999).
Hasta este momento, toda la literatura de anfípodos
dulceacuícolas de Chile estaba relacionada solo con especies de Hyalella, como
indican los trabajos de González (2003), Jara y otros (2006) y González y otros
(2008). Aunque anteriormente ya habían sido descritas dos especies adicionales,
pero de ambientes subterráneos (Pérez-Schultheiss, 2009a), que en general
pasaron bastante desapercibidas para el público, ya que son pequeñas y
vermiformes (con forma de gusanos). Una de estas especies fue la Ingolfiellidea
Ingollfiella manni, propia de aguas subterráneas dulces y salobres en las zonas
de Antofagasta y Coquimbo (Noodt, 1961).
La otra especie, Pseudingolfiella
chilensis, vive bajo la arena de barras arenosas de gran parte de Chile, por lo
que estrictamente sería un habitante de aguas salobres (Noodt, 1959).
Inicialmente se pensó que esta especie también era una Ingollfiella, pero luego
se transfirió a un nuevo género, cuyo nombre significa “falsa Ingollfiella”,
recordando este error inicial (Noodt, 1965). Noodt, indica que la especie
estaría emparentada con los Bogidiellidos; sin embargo, estudios posteriores la
extraen de esta familia (Koeneman & Holsinger, 1999) para agregarla a
Paracrangonyctidae (Grosso y otros, 2006).
Pero los anfípodos
aún nos depararían otros interesantes hallazgos (Pérez-Schultheiss, 2009a),
algunos de ellos bastante sorprendentes, aunque tal vez esperables, como veríamos
después. Rudolphia macrodactylus Grosso & Peralta, 2009 (Arriba hembra,
macho abajo) Foto: J. Pérez-Schultheiss Ingollfiella manni Noodt, 1961 (arriba)
Pseudingolfiella chilensis (Noodt, 1959) (abajo) Extraídos de Pérez-Schultheiss
(2009a).
El profesor Erich Rudolph de la Universidad
de Los Lagos se encontraba estudiando una población de camarones de vega de una
turbera en el sector de Rucapihuel, en la cordillera de la Costa de Osorno.
Estos camarones constituían un extraordinario hallazgo en sí mismos, ya que
supuestamente pertenecían a la rara especie Virilastacus araucanius, conocida
hasta entonces solo por contados ejemplares. Pero el asunto era más complejo:
mientras el profesor estudiaba algunos aspectos biológicos de esta población,
notó algo extraño; los camarones no correspondían exactamente a lo que él había
supuesto desde el principio, sino que en realidad eran algo nuevo. Pero no era
una, sino dos nuevas especies de Virilastacus, que más tarde bautizaría como V.
retamali y V. rucapihuelensis (Rudolph & Krandall, 2005, 2007).
Y fue precisamente en el agua de las galerías que estos
camarones hacían en el terreno fangoso de la turbera que aparecieron numerosos
ejemplares de una especie de anfípodo. Inicialmente, el profesor Rudolph pensó
que se trataba de alguna especie de Hyalella, de acuerdo a lo conocido hasta
ese momento, pero luego de estudiarlos con más atención, llegamos a la
conclusión de que en realidad correspondían a algo distinto: ¡los primeros
anfípodos verdaderamente dulceacuícolas no Dogielinotidos en Chile! En ese
momento se decidió enviar algunos ejemplares al Dr. Luis Grosso, del Instituto
Miguel Lillo, de Tucumán, Argentina, quien había trabajado con anfípodos desde
fines de la década de los 70.
Después de algún
tiempo, el Dr. Grosso respondió informando preliminarmente que las muestras
correspondían a Paraleptamphopidae, una familia hasta ese momento conocida
únicamente de Nueva Zelanda (Pérez-Schultheiss, 2009 a). Tuvimos que esperar
hasta el año pasado para saber el nombre de este nuevo anfípodo, que resultó
ser tan especial como para constituir incluso un nuevo género: Rudolphia
macrodactylus Grosso & Peralta, 2009, en honor a su descubridor, el
profesor Rudolph.
Después, durante
el presente año, vendría otro gran descubrimiento realizado por Bréhier y otros
(2010). Estos autores, estudiaron el material colectado por una expedición de
espeleólogos franceses a la isla Madre de Dios, de la región de Magallanes. En
esta isla, se ha descubierto un extraordinario sistema de cavernas carsticas,
producidas gracias a la presencia de rocas calcáreas que se diluyen lentamente
por la acción del agua. Este tipo de formaciones, mucho más comunes en zonas
más cálidas, existe aquí en uno de los climas más inhóspitos del mundo.
La especie
descubierta por Bréhier y otros (2010) ha sido otra interesante sorpresa.
Pertenece a la familia Phreatogammaridae, coincidentemente también restringida
a Nueva Zelanda antes de este hallazgo. El nombre elegido para este nuevo
género y especie fue Ruffia patagónica Brehier, Vonk & Jaumé, 2010, esta
vez en honor del célebre anfipodologo italiano Sandro Ruffo, recientemente
fallecido, con más de noventa años y activo hasta sus últimos días. Ruffia
patagónica fue encontrada en el punto de surgencia de una vertiente que
desemboca en la playa, proveniente de las cavernas.
Tanto Rudolphia macrodactylus como Ruffia patagónica
constituyen claros ejemplos de la relación de Chile con otros continentes que
formaron parte del supercontinente de Gondwana, hace alrededor de 250 millones
de años. Como veremos, las especies que falta mencionar muestran otras
afinidades biogeográficas y aún no han sido bautizadas, pues sus descripciones
están todavía en proceso.
Una especie
inesperadamente muy común en pequeños riachuelos de la cordillera de la costa
ha sido mencionada como Aff. Sternomoera sp. (Pérez-Schultheiss, 2009a). Estos
anfípodos pertenecen a la familia Pontogeneiidae, que está bien representada en
aguas marinas del mundo, y también en Chile; sin embargo, suponemos que
corresponde a un evento de invasión dulceacuícola independiente a partir de
ancestros marinos, no relacionada directamente con ninguna de las pocas
especies de Pontogeneiidae de aguas dulces que han sido encontradas en otras
partes del mundo. La descripción de este nuevo género y especie está en curso,
y será bautizada como Osornomoera gabrielae sp.
Finalmente, la
última especie de anfípodo dulceacuícola encontrada hasta ahora corresponde al
reciente hallazgo del primer representante chileno de la familia Bogidiellidae,
un grupo habitante de ambientes exclusivamente subterráneos de todo el mundo.
Más bien es bastante extraño que no se hayan encontrado antes, ya que los
bogidiellidos están muy bien representados en Sudamérica por varios géneros y
especies descritas por el Dr. Luis Grosso y otros, en Argentina. La descripción
de esta nueva especie está siendo realizada también.
Bogidiellidae aún no descrito
Foto: J. Pérez-Schultheiss
Hyalella kochi González & Watting,
Hyalella costera Gonzalez & Watting.
Hyalella kochi Gonzales & Watting.
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