DIARIO DE RUTA
Por Mónica Guajardo Alvarado
He aceptado el desafío de escribir en esta página maravillosa y hablarles de mi pasión, que junta muchas pasiones más, todas ellas adquiridas con cada kilómetro avanzado y la principal es el senderismo, junto con eso me he asombrado con la belleza que nos rodea y he aprendido de formaciones geológicas, de nubes y astros, he aprendido de animales, de flores y árboles, he aprendido a vivir con menos y disfrutar más. Hoy es un estilo de vida, mi escape, mi gran felicidad, donde he dejado egos de lado, he observado la naturaleza y la grandeza de nuestra Tierra, he aprendido de respeto, compañerismo y voluntad y por sobre todo - creo - que soy más fuerte mentalmente.
Los primeros días de enero del año 2019, un grupo de chicas organizó una salida a un grande de la precordillera capitalina, el cerro Punta Damas. Yo tenía en mente otra salida mucho menos desafiante para aquel fin de semana. A través del mundo virtual me enteré y cambié rápidamente mis planes sumándome a esta aventura. Me sentía capacitada y pensé que la chicas también lo estaban así que partimos, enfrentando el sofocante calor del verano santiaguino.
Muy temprano comenzamos la caminata subiendo por la Quebrada del Ensueño comuna de Macul, colindante con la precordillera, entre el bosque esclerófilo, siempre verde, endémico, de inmensa importancia. Filtra el sucio aire de la capital, evita inundaciones, pero que está sufriendo por la falta de agua de la persistente sequía. Especies de arbustos y árboles, entre las que hay una completa biodiversidad, soportando estoicas, inmensamente deterioradas, desplazadas y arrasadas por el clima y la intervención humana, con apenas un par de gotas al año. Son unos 3 kilómetros de subida constante entre Peumos, Litres y Espinos. Llevábamos el sol en contra. La dura pendiente y el bosque nos permitieron un fresco avance.
Una vez que terminas esa primera subida llegas a una refrescante vertiente, todo es verde alrededor. Aquí aparecieron las primeras flores adornando y alegrando el paisaje.
He aprendido hace muy poco a diferenciarlas y reconocerlas, luego de estudiarlas de manera autónoma y recopilando mis fotografías que antes solo estaban en archivos. No soy profesional de la fotografía, no tengo una cámara apropiada aún, mi trabajo es caminar, lamentablemente, por efecto de la luz y la falta de tiempo, muchas fotografías están completamente mal sacadas, mal enfocadas y borrosas y eso lo ves solo cuando llegas a casa. Los descansos son cortos cuando la meta es lejana y las compañeras apuran a los fotógrafos aficionados. Aunque es chistoso, luego te piden todas las fotografías que les sacaste.
Las especies que pude observar en ese lugar son: Quintral, entre los árboles, Loasa tricolor u ortigas, Solanum o tomatillo, dos tipos de Tropaeolum, soldaditos y pajarito.
Seguimos nuestro viaje dejando atrás el bosque esclerófilo, al ganar altura comienza a cambiar drásticamente el paisaje, pasamos a otro "piso bioclimático" (denominación apropiada). Íbamos en constante ascenso y es posible apreciar estos cambios. Aparecen las grandes rocas y el camino se despeja haciendo más evidente el paso de la nieve en invierno, tanto en la vegetación como la erosión del entorno.
El cerro Punta Damas tiene una no despreciable altura de 3.150 m.s.n.m. una caminata esperada de 6 hrs de ascenso sostenido para realizarlo, visible desde toda la ciudad, es la segunda cumbre más alta de la precordillera, se puede reconocer por su característica bicumbre.
En esta etapa, ya llevábamos unas 3 horas caminando, personalmente había visto flores como añañucas solitarias, dedal de oro, con su manto amarillo adornando algunas laderas, pero en este cajón bien protegido encontré especies que antes no había visto.
Esta vegetación andina, la mayoría endémicas, debe soportar las inclemencias del clima, debido a la sequedad atmosférica, viento y bajas temperaturas por las noches. El colorido entre las rocas grises es hermoso.
Es fácil encontrar: Mutisias, Chuquiragas, variedades de Alstroemerias, Loasas nuevamente, Schizanthus o maripositas.
Pero todo eso queda atrás... Esta vez las rocas ganan, no teníamos más sombra. El calor no se siente tanto, debido al frío normal de la altura que habíamos ya alcanzado, aproximadamente unos 2.600 m.s.n.m. Salimos de la profunda quebrada, llegamos a un filo, con una panorámica espectacular de Santiago, el viento era muy fuerte. En unos montículos de piedras o pircas, almorzamos y evaluamos nuestras capacidades.
Eran ya las 2 de la tarde y decidimos seguir, no veíamos la cumbre pues nos quedaban dos cerros por subir, que nos tapaban la vista. Las rocas comenzaron a cambiar de color, es un pasaje hermoso, tonos ocre, rojizos y formaciones varias. Llegamos a un portezuelo que nos permitía mirar hacia el otro lado, hacia el Manzano, cajón del Río Maipo.
El cansancio y la lentitud por el constante ascenso se dejaba sentir pero estábamos todas dispuestas a cumplir el objetivo, el tiempo nos jugaba en contra, ya que, debes devolver todo lo andado.
Creí que sería todo con las flores, pero aún quedaban sorpresas antes de la cumbre ya a unos 2.900 m.s.n.m. pude apreciar pequeños pastizales amarillentos, una especie de Haplopappus, Cistanthes, Viola y sutiles y pequeñas adesmias.
Ya quedaba poco, la imponente cumbre a la vista, eran ya las 5 de la tarde y no podíamos desfallecer, sabíamos que nos quedaban pocas horas de luz. Teníamos que dar nuestro máximo esfuerzo... y finalmente todas lo logramos!
En las fotografías no se ve el cansancio, la transpiración, la suciedad ni el dolor de pies. Es tal la alegría de el gran esfuerzo realizado, del logro alcanzado. Es tan hermoso lo que ves que por un momento te olvidas de todo, incluso que debes volver.
Cumplimos con un gran objetivo, mujeres fuertes y decididas. Fueron muchas horas de caminar y llegamos todas bien a nuestros hogares esperando volver por otra aventura.
Nunca debemos olvidar, que es mejor ir a un lugar, en la medida que podamos hacerlo, es mejor a que nos cuenten. Si estás privado de la visión, huele, si estás privado de la audición, observa, si estás privado de juventud, acércate en auto. No es que deban subir un cerro necesariamente, pero la belleza natural existe y debemos cuidarla y conservarla.
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