UNA HISTORIA DE CULI
Los integrantes de Caminantes del Desierto se sienten muy
orgullosos de tener la posibilidad de recorrer nuestra región, reconocer su
biodiversidad, admirar sus paisajes y conocer su historia. Mientras más
avanzamos por estos caminos recónditos del norte de nuestro país, más
aprendemos y más informamos a nuestra querida comunidad. Ayer, por ejemplo. Nos
conversaba el Sr. Walter Ibáñez Ramírez de la importancia e influencia de los
chinos en la región. Nosotros teníamos el antecedente que los chinos -a
mediados de los 1800- solo habían llegado hasta los laboreos de Gatico -por el
norte- y bajo la condición de “obreros” llamados: Culi, culí o coolie, que fue
el apelativo utilizado para designar a los cargadores y trabajadores con escasa
cualificación procedentes de China y otros países asiáticos. También se utilizó
para nombrar a los emigrantes de esos países que eran contratados en las
colonias europeas o en los países americanos. La utilización de culíes o peones
aumentó tras la abolición del comercio de esclavos.
Los culíes eran reclutados por contratos que establecían un
periodo de trabajo no menor a ocho años, a cambio del transporte y un sueldo;
pasado dicho lapso, el trabajador podía regresar a su hogar o buscar otro
trabajo, aunque sus condiciones eran bastante irregulares y su regreso a casa,
casi una utopía.
Pero hay una historia que queremos contarles a cabalidad y
esta historia nos cuenta de uno de estos desafortunados “obreros” que llegó
quien sabe cuándo y quien sabe de dónde. Vivió y murió en Quillagua poblado
ubicado en las márgenes del Rio Loa en los límites de la primera y segunda
región y cuyo cuerpo yace en una improvisada fosa en medio de una habitación
habilitada como museo. Ahora bien. Si corresponderá este cuerpo a un Coli, eso
quedará en manos de los expertos. Esta historia apareció en el año 2007 y dice
así:
El Culi de Quillagua.
La Momia del Desierto de Atacama, en peligro de desintegrarse
por el abandono mayo 9, 2007
Miércoles 09/05/07 22:59 EFE- El Mundo
La momia es de un esclavo de las minas, que murió cirrótico a
los 40 años
El cadáver momificado de un chino del siglo XIX, que se ha
conservado en perfecto estado por la sequedad y salinidad del desierto de
Atacama, en el norte de Chile, corre el peligro de desintegrarse, abandonado en
el museo de un pequeño pueblo de la zona.
Así lo denunciaron los habitantes de Quillagua, a unos 1.500
kilómetros de Santiago, en declaraciones que recoge el diario ‘Las Últimas
Noticias’, en las que precisan que el cuerpo “está tirado en el suelo” del
museo de la localidad, cerrado desde hace varios años.
El cuerpo fue encontrado en los años 80 en las inmediaciones
de un cementerio indígena precolombino, donde seguramente fue enterrado cuando
el desconocido chino murió, unos 100 años atrás, dijo el investigador Claudio
Castellón, que participó en el hallazgo y está interesado en el rescate y
conservación del cadáver.
Un esclavo de las minas
Según Castellón, el cuerpo corresponde a un trabajador
esclavizado, un ‘culí’, como se llamaba a los chinos utilizados en las faenas
mineras de la zona en el siglo XIX, cuando el territorio pertenecía a Perú.
“Sin duda tuvo una vida miserable y ahora tiene una muerte
miserable. Tenía cirrosis y estaba por los 40 años”, explicó Castellón, que
llamó a las autoridades a destinar recursos para salvar el cuerpo y otras
piezas valiosas que están en el abandonado museo de Quillagua.
“Acá (en el pueblo) también están los geoglifos de Chug Chug
y la tumba de un chamán y nadie les hace caso”, se lamentó.
“Nadie se merece estar así después de muerto"
Sobre Quillagua. Este poblado pertenece a la jurisdicción del
municipio de María Elena, una localidad de la región de Antofagasta.
El
delegado municipal coincidió con las demás opiniones y demandó “una urgente
restauración” del cuerpo, además de señalar que personalmente se preocupó de
horadar el piso del museo, “para que el chino esté más resguardado, porque se
está desarmando”. Víctor Palape, presidente de la Junta de vecinos de Quillagua, dijo por su parte que” El chino está como murió, sufriendo algún dolor.
Da pena verlo, tirado en el suelo, tal como Dios lo mandó al mundo. Nadie se merece estar así después de muerto”, acotó.
Da pena verlo, tirado en el suelo, tal como Dios lo mandó al mundo. Nadie se merece estar así después de muerto”, acotó.
De nuestra consideración. Estuvimos en aquel lugar en agosto del
2015 y al parecer la historia no ha cambió en nada …. ¿Volver a depositar sus
restos en tierra cuál sepulcro perpetuo? Al parecer sería la mejor opción en
respeto a ………….
“Una historia que se mantiene en óptima condición, pero
requiere el cuidado de expertos y una conservación especial.
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