La tinta se borra del papel tan lentamente como los nombres en nuestra memoria
El Caracolino. Fechado en 1877. Encontrado en Mejillones,
Aún es posible encontrar antiguas publicaciones, ya sea en
ventas de garaje, en desarmes de casas, en los basurales de minas y socavones
de este norte e inclusive en las antiguas salitreras, aunque estas últimas
están bajo ley de protección y nada se puede extraer (Aunque sea para salvarlo
de la depredación de faenas mineras e industriales) Esto último no es sarcasmo
o descargo. La ley es la ley.
En un minuto llegué a pensar que este norte no era campo fértil
para este tipo de publicaciones, hablamos de periódicos, semanarios y
pasquines, pero me equivoqué. La cantidad de publicaciones supera con creces
mis expectativas y nos habla de un norte letrado, muy ajeno a las estadísticas
nacionales. Bueno. Este norte y especialmente Antofagasta. Han sido cuna de
muchos movimientos sociales. Un detalle por el cual debemos sentirnos
orgullosos.
En ese maravilloso libro llamado “Narraciones Histórica de
Antofagasta” de Isaac Arce Ramírez. En el capítulo 28. Aparecen las distintas
publicaciones periodísticas de nuestra ciudad. Algunas de carácter serio, otras
meramente pasquines, algunas perduran a pesar del tiempo y otras fueron
efímeras con una vida muy corta, pero todas ellas fueron importantes en su
tiempo y sus páginas nos llevan a recorrer el ayer de nuestra ciudad.
Don Isaac Arce nos relata: “El Caracolino” fue la primera
publicación periodística que vio la luz pública en este puerto. Su fundador fue
el Coronel ecuatoriano don Cornelio Escipión Vernaza, militar de gran cultura.
El señor Vernaza, por trastornos políticos en su patria, tuvo
que emigrar a estas playas, a principios de 1872, buscando para él y los suyos
la tranquilidad que se le negaba en su país.
Al poco tiempo de haber llegado, hizo traer una imprenta, por
la que dio a la publicidad “El Caracolino”, periódico que salía tres veces por
semana.
Un acontecimiento político de transcendencia, ocurrido en
Quito, (Ecuador), le obligó a tomar la determinación de regresar a su patria,
cuando menos lo pensaba, y, por esta causa, vióse precisado a vender su
imprenta, y, en consecuencia, “El Caracolino” pasó a otro poder.
Desde el 27 de agosto de 1875, la imprenta de “El Caracolino”
pasó a poder de los caballeros bolivianos señores Máximo Fernández y Medardo Goitia
el periódico continuó publicándose con el mismo nombre hasta el día de la
ocupación chilena, o sea el 14 de febrero de 1879 pero algún tiempo antes de
esa fecha, la imprenta y publicación aludidas las había adquirido el señor
Manuel Franklin Alvarado, Administrador de Aduana y Diputado por Antofagasta y
Mejillones, en esa fecha.
Fue padre de la distinguida señora Carmen Alvarado, esposa
del señor Julio Morín Hurtado, residente entre nosotros. Pertenecieron a la
redacción del diario, el caballero francés don Pedro Machefert, los ciudadanos
chilenos señores Matías Rojas Delgado, Abraham Zamora Calderón y el caballero
argentino don Patricio Gallo.
También colaboraron en esta publicación, el Fiscal de la
Corte, doctor don José María Molina; el Abogado don Ladislao Cabrera; el
ingeniero don Francisco Latrille; don Narciso de la Riva; Claudio Garday y
varios otros.
En octubre de 1875 se empezó a publicar el periódico “El
Litoral”, cuya imprenta estaba situada en la esquina noroeste de la calle Sucre
y Condell, o sea donde existe actualmente el negocio denominado “Casa Creus”.
Su propietario era don Manuel Othon Jofré, abogado de la
Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta, e hijo del General de este
mismo nombre y Prefecto del Departamento.
Ahora digamos algo de algunas curiosas incidencias de la vida
periodística de ese entonces. Entre los residentes bolivianos del altiplano y los oriundos
de este litoral, existía cierta animadversión que, por ambas partes, no podían
disimular. Sería, tal vez, esta circunstancia, u otra que nosotros ignoramos,
la que dio origen a una acalorada polémica por la prensa, entre los
propietarios de “El Caracolino” y de “El Litoral”, apenas el señor Alvarado se
hizo cargo del primero de los periódicos nombrados.
Fueron redactores de “El Litoral”, entre otros, el abogado
boliviano señor Ceverino Campuzano, que aún vive en La Paz y que ha ocupado
importantes puestos en la magistratura de su país, y el periodista chileno
señor Ramón 2o Arancibia que, por la impetuosidad de su carácter y la valentía
de sus artículos, tuvo que sufrir más de una vez persecuciones y serias
contrariedades.
El ingeniero y periodista chileno don Matías Rojas Delgado,
como redactor de “El Caracolino”, tuvo una brillante actuación y escribió muy
interesantes artículos sobre la industria minera y salitrera de esta región y
sobre varios tópicos de gran interés para la localidad.
Don Abraham Zamora Calderón, joven y talentoso escritor, pasó
aquí por muchas alternativas. Siendo redactor de “El Caracolino” dio a la
publicidad el primer almanaque que se ha editado en este puerto. Dicho almanaque
resultó ser un librito bien interesante por su selecto material de lectura. En
su primera página ostentaba una elocuente dedicatoria a la primera autoridad
del departamento, que lo era el General don Manuel Othon Jofré; a continuación,
aparecían artículos de verdadero valor literario y cuyos autores eran los
señores Luis Felipe Puelma, Ceverino Campuzano, Abraham Zamora C, Francisco
Latrille y otros cuyos nombres no recordamos.
En 1889, Zamora publicó un folleto intitulado “Bocetos de
Candidatos para Municipales”, escrito en forma denigrante para algunos señores
que aspiraban llegar al municipio. Los ofendidos acusaron la publicación y
Zamora fue a parar a la cárcel.
Cumplida su condena, emigró al extranjero y fue a radicarse
en San Salvador, en donde tuvo gran figuración. Fundó un importante diario-” El
Siglo XX.”- y se mezcló en la política del país; se relacionó con lo mejor de
la sociedad y, años después, contrajo matrimonio con una distinguida señorita,
miembro de aristocrática familia de esa ciudad. El escritor don Abraham Zamora Calderón, dejó de existir en
San Salvador, el 19 de enero de 1905.
Desde la ocupación chilena el periodismo local ha progresado
inmensamente. Bien es verdad que esto ha estado en relación con el gran
desarrollo cultural, comercial y social que ha tenido Antofagasta.
Inmediatamente después de la reivindicación de este
territorio, se fundó el periódico “El Catorce de Febrero”, cuyo propietario fue
don Quiterio Carrera y redactor don Ramón 2° Arancibia. Era un periódico de
pequeño formato y tuvo corta vida. Hizo alguna labor. Después fundóse “El
Pueblo Chileno”, redactado por don Juan Nicolás Mujica, siendo su propietario
don Antonio Urízar Garfias.
En agosto de 1881 apareció “El Industrial”, fundado por el
ingeniero don Matías Rojas Delgado. Este diario paso, años más tarde, a poder
de los señores Juan Mandiola y Pedro Castillo, los que durante muchos años
batallaron al frente de esta publicación en forma la más encomiástica, en pro
del adelanto y progreso de ésta.
Portada del Industrial 1891
Don Juan L. Mandiola, que falleció en este puerto en 1918,
como periodista y como Primer Alcalde del municipio de esta ciudad, dejó
recuerdos imperecederos.
Después, “El Industrial” pasó a poder de don Enrique
Villegas, quien lo vendió, años más tarde, al señor Oscar Fuenzalida Cerda, el
cual, con la cooperación de sus hermanos don Ramón Luis y don Edmundo, lo
mantuvieron al nivel de las publicaciones serias y prestigiosas de la región
norte del país, aportando cada uno su concurso en pro de los bien entendidos
intereses locales.
En junio de 1927, don Oscar Fuenzalida vendió el diario de su
propiedad, a sus hijos Oscar y Edmundo Fuenzalida Espinoza, quienes bajo la
razón social de Fuenzalida Hermanos Limitada, rompiendo los viejos moldes, han
dado un giro enteramente distinto y novedoso al decano de la prensa
antofagastina.
En 1898 se fundó el diario “El Comercio”, de propiedad de don
Evorcio Baudichon, que se mantuvo por espacio de cerca de 10 años, gozando de
gran aceptación.
En diciembre 16 de 1906 se fundó el diario “El Mercurio”, de
la empresa de este mismo nombre, de Santiago. Fue su primer Director don
Guillermo Otero y sus redactores don Femando Murillo Le-Fort, don Carlos Merino
Carvallo y don Jorge Vidal de la Fuente.
En 1915 “El Mercurio” empezó a publicar todas las tardes una
segunda edición con el nombre de “Las Ultimas Noticias”; pero al poco tiempo
dejó de publicarse, tal vez por no convenir a los intereses de la empresa.
El 1° de enero de 1926, “El Mercurio”, fue vendido a la
“Empresa Chilena de Publicaciones” y desde entonces se llama “El Mercurio de
Antofagasta”.
El 10 de enero de 1920 apareció el diario “La Reforma”,
órgano del partido radical, y que subsistió hasta 1925. Sus fundadores fueron
los abogados señores Belisario Salinas y Francisco Bustos Julio y los señores
Víctor Portus y Carlos Edo. Berríos.
En 1911 circuló el diario “La Nación”, de lucha y de estilo
sensacionalista. Dejó de publicarse hace algunos años. Fue su fundador y
redactor don José Luis Mery.
“La República”, de propiedad de don Justo Arce y cuyo
Director fue don Luis E. Lanas.
“La Prensa Ilustrada”, el mismo propietario, cuyo Director
fue el conocido escritor don Fernando Santiván.
“El Norte”, dirigido por don Jorge Vidal de la Fuente.
“La Opinión”, fundada el 15 de noviembre de 1921, de
propiedad de don Agustín Urrutia, dirigido por don Walter T. Uriarte.
“El Abecé”, diario ilustrado, de mucha importancia, se inició
el 14 de octubre de 1920; fue su propietario el periodista yugoslavo don Mateo
Skamic.
“El Liberal”, fundado por el abogado don Luis Vargas Bello,
que tuvo transitoria popularidad.
El diario “El Sol”, de don Carlos Rojo Indo, que fue fundado
el 18 de julio de 1926.
“El Heraldo del Norte”, fundado por don Santiago La Rosa y
don Carlos Bennett y que tuvo muy corta vida.
“La Tarde”, fundado por don Armando López Cortés, el 22 de
octubre del año 1928, que sólo alcanzó a publicarse unos dos meses.
Aparte de las publicaciones de que ya hemos hecho mención,
han aparecido hasta la fecha, en Antofagasta, los siguientes periódicos,
diarios y revistas:
“La Actualidad”
“El Noticioso”
“El Centenario de Voltaire”
“El Derecho”
“El Domingo Ilustrado”
“La Vanguardia”
“El Diario”
“La Aurora”
“La Prensa”
“El Marítimo”
“La Revista Ilustrada”
“El Norte”
“La Revista Mercantil”
“La Revista Sportiva”
“El Socialista”
“La Revista”
“La Mañana”
“El Combate”
“El Comunista”
“La Industria”
“El Jornal”
“Ideas”
“El Pollo Tejada”
—de índole festiva—
“La Alborada”
“La Ilustración”
“Comentarios”
“Renovación y Juventud”
“Luz y Destellos”
“La Risa”
“Cinema Social”
“Ilustración Socialista”
“La Llamarada”
“Ambición”
“Alborada”
“Acción Sindical”
“Rumbos Nuevos”
“La Época”
“El Boletín Médico”
“La Revista Ilustrada”
“Paliques”
“Comercio e Industria”.
Además, han visto la luz de la publicidad, otras revistas que
han tenido una existencia fugaz.
De nuestra consideración: Narraciones Históricas de
Antofagasta, obra de don Isaac Arce Ramírez fue publicada en el año 1930. Deben
haber existido entonces, muchas más publicaciones que las enumeradas, con la
misma suerte de sus antecesoras.
Una imagen vale más que mil palabras. vamos entonces con la portada de algunas publicaciones, de las tantas que han existido en nuestra ciudad.
El Diario Ilustrado 1910
El Abece 1921
La Cachimba 1929
Antof 1931
Pocas Calchas 1931-1933
Humor de Pocas Calchas
Anti-Guerra 1932
El Crisol 1932
El Desocupado 1932
José Arnero 1932
Juventud y Esfuerzo 1932
La Hoja Informativa 1932
Tiempos 1933
Crítica Comercial 1935
El Yugoslavo 1935
Pollino 1935
El Rápido 1936
La Chispa 1937
Mi Diario 1937
Yungay 1939
Noticia 1939
La Batalla 1951
Algunos avisos que causan sorpresa y más de alguna sonrisa
Aparecido en Pocas Calchas
Fotos del Huascar. Abece.
Cuando habían Fumaderos de Opio en Antofagasta
Como habría sido esto. En el Abece
Por no Comprar Seguro. El Abece
Vaya, vaya. El Abece
La Publicidad en los diarios, desde los principios de Antofagasta.
Actriz Magda Kennedy, Furor de nuestro abuelos y bisabuelos
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