LA AYUDA INGLESA EN LA GUERRA DEL SALITRE
¿Estos temas terminarán algún día? Es sabido que la historia nos sirve para
proyectarnos al futuro y así evitar cometer los mismos errores, pero jamás para
vivir eternamente en el pasado.
Una opinión que compartimos, puesto que estamos muy de
acuerdo.
Leyenda aliada sobre "ayuda inglesa" a Chile.
Forista Escrito originalmente por Coronel Bolognesi
Mucha ha sido la
alharaca largamente extendida entre los ex aliados y algunos connacionales,
sobre la pretendida "participación inglesa" en el apoyo a Chile
durante la Guerra del Pacífico, al punto de que algunos, con una audacia y
tremendismo que raya en el delirio patológico, llegan a aseverar que la guerra
peruano-boliviana fue en realidad en contra de los intereses británicos
representados por Chile, interpretación que, ajustada a esas teorías de las contradicciones
económicas como "motor de la historia", fue la favorita de los muchos
períodos de gobierno de ciertas tendencias y devotos del materialismo histórico
que se vieron en esos países.
Tripulación del Cochrane
Esta supuesta ayuda se habría notado
particularmente durante esta primera etapa de la guerra. Sin embargo, a la hora
de ofrecer pruebas concretas de estas acusaciones, generalmente se discurre
entre los susodichos intereses capitalistas de los inversionistas ingleses
socios de la compañía (que hemos analizado más arriba con gran detalle),
omitiendo, por supuesto, que similares intereses había de parte de los
franceses en el Perú, por los contratos con la firma franco-judía Augusto
Dreyfus & Hermanos y los compromisos con la poderosa Banque Française, con
quienes el estado había contraído grandes deudas sobre hipotecando el guano,
negocio que estaba ya en franca decadencia y agotamiento, lo que motivó las
medidas peruanas de monopolización del salitre para salvar la crisis. De hecho,
Dreyfus prestaría al Gobierno de Prado la extraordinaria suma de un millón de
libras para que adquiriese armas de última generación en Europa, después del
Combate Naval de Iquique. Peor resulta el momento de tener que demostrar que
este interés se materializó en acciones concretas de parte de Gran Bretaña
hacia Chile. Antes de interesarnos en negar o confirmar esto, la sola
presentación del origen inglés de los blindados como "pruebas" o
"evidencias" de la intervención inglesa en favor de Chile (o detalles
anodinos y rebuscados, que incluyen hasta el origen de las telas de los
uniformes militares chilenos) se enfrenta a un contexto que permitiría similar
acusación en contra del Perú. Como se sabe, una gran cantidad de ingenieros y
artilleros ingleses operaron al servicio del Perú en sus navíos de guerra,
incluso en el mismo "Huáscar", además de haber conseguido por la vía
diplomática grandes acercamientos con Inglaterra y Francia a través de
banqueros judío-europeos, con los que, en plena guerra, lograron un
peligrosísimo acuerdo que hubiese resultado en un verdadero complot contra
Chile, afortunadamente saboteado por políticos temerarios como Blest Gana y sus
agentes.
La inteligencia chilena contaba para entonces con talentosos y
eficientes informantes, entre los que destacaban los hermanos Blest Gana y el
profesor Abelardo Núñez. Hay otros que son definitivamente legendarios,
surgidos de la imaginación de Jorge Inostroza en "Adiós al Séptimo de
Línea" y que con frecuencia son creídos reales por la calidez de su prosa.
No existe ningún documento que acredite o confirme las especulaciones peruanas
y bolivianas sobre el supuesto apoyo diplomático o militar inglés a Chile. De
hecho, las intervenciones inglesas y europeas en general, que veremos más
adelante, iban orientadas en recuperar la paz atropellando incluso la voluntad
chilena, dado que había intereses internacionales en toda la región continental
que se veían negativamente comprometidos con la guerra. En otras palabras, a
todos les interesaba y les convenía la paz. Inclusive, la Corona Británica se
ofreció como mediadora en el conflicto, el 19 de abril de 1879, oferta que Lima
repudió al suponer que el supuesto interés comercial inglés influiría sobre el
arbitraje. Como hemos dicho, además, los dos blindados "ingleses"
fueron comprados luego de una gestión del Almirante Enrique Simpson en Estados
Unidos y luego en Inglaterra, iniciada con la Guerra contra España, entre 1865
y 1866. De cuatro que originalmente se deseaban, por presupuesto se decidió
comprar sólo dos. Sin embargo, el Foreign Office exigió hacer respetar las
normas de neutralidad internacional y no se inició su construcción hasta
terminada toda señal del conflicto, cuando el 18 de febrero de 1868 el gobierno
de Chile elevó al británico una nota respaldada por las autoridades de España,
para reiniciar los trabajos de armado de los que serían los navíos de guerra
"Cochrane" y "Blanco Encalada". Pero, como también dijimos,
el ministro Abdón Cifuentes logró convencer al gobierno chileno sólo hacia 1872
para concretar la compra y reiniciar su construcción en la Kingston-upon-Hull.
Las fechas no son favorables a estas teorías revanchistas Perú-bolivianas, como
se ve. Otro punto donde fluye el mito de la "ayuda inglesa" a Chile,
deriva de la petición hecha por el gobierno de Bolivia al Foreign Office para
que no llegasen a producirse envíos de armamentos desde New York o Londres a
Valparaíso, vía Glasgow, el 23 de abril de 1879. Esto se debía a que la mayor
parte del comercio y el tráfico marítimo en Sudamérica estaba en control de
vapores de origen británico, y no a que los ingleses en particular tuvieran
alguna clase de planes de abastecer a Chile con sus navíos. Sin embargo,
Bolivia carecía de un cuerpo de marinos y oficiales constituidos o capacitados
para el propósito de detener cualquier potencial intento de todo buque neutral
de proveer de armamentos a Chile. Según lo admiten autores serios como la directora
del Departamento de Geografía del Goldsmith's College de Londres y gran
defensora de Bolivia, doña J. Valerie Fifer, Daza pretendió solucionar esta
carencia contratando corsarios con naves y tripulación propios, facultados con
patentes del Estado boliviano para ejercer labores de gendarmería sobre el
tráfico marítimo ("Bolivia: Land, Location, and Politics since 1825",
Cambridge, 1972).
Blindado Blanco Encalada
Blindado Cochrane
Es muy probable que los planes de Daza para contratar
mercenarios nunca hubiesen tenido éxito ante la carencia fundamental de
administración marina propia y la bajísima calidad moral del personal que
pretendía tomar, pero la prepotente propuesta desató el enojo del Almirantazgo
Británico, quien se expresó sobre esta medida como un acto de "piratería
organizada y legalizada" que no iba a aceptar bajo ninguna excusa, según
carta de W. H. Smith a Lord Salisbury del 9 de junio de 1879, hecha en reacción
a la petición boliviana formulada al Foreign Office. Además, los ingleses ya
tenían el registro de la amarga experiencia derivada de las tropelías que el
peruano Piérola cometió a bordo del "Huáscar", en mayo de 1877, y que
no estaban dispuestos a permitir nuevamente. Seguidamente, el día 14 se
instruyeron órdenes al Comandante en Jefe de las Fuerzas Navales Británicas en
el Pacífico para prevenir y responder a cualquier amenaza de secuestro o
abordaje a los buques ingleses por parte de los aliados.
Fue ésta la razón que,
a la larga, amedrentó a la Alianza en su interés de hacer presencia inspectora
en el océano a través de terceros, y no alguna otra razón relacionada con sus
excesos de suspicacias. A pesar de todo, peruanos y bolivianos insistieron por
largo tiempo en presentar estos acontecimientos como un apoyo naval de
Inglaterra a Chile. La verdad es que esta asistencia nunca fue tal y, de hecho,
la English Pacific Steam Navigation Company, con 46 vapores que prácticamente
habían monopolizado la actividad de la marina comercial en la región, acató
estrictamente la neutralidad y jamás transportó tropas chilenas a territorio
peruano, boliviano o en discusión. Afortunadamente, Chile pudo disponer de las
naves de la Compañía Sudamericana de Vapores para sus menesteres. Otro episodio
recurrido por los predicadores del mito de la "ayuda inglesa", es la
compra chilena de armas efectuada en plena guerra a Londres. A pesar de que
Alberto Blest Gana también gestionó estas adquisiciones en París -sabiéndose que
Francia apoyaba a los aliados-, habitualmente sólo se menciona el caso de las
armas inglesas. Inclusive, el primer vapor cargado con armas era el
"Zena", y no era inglés, sino alemán, llegando con su preciosa carga
el 15 de junio 1879. El buque inglés "Glenelg" llegó el 1º de agosto,
que Perú intentó interceptar en Magallanes con la "Unión", sin éxito.
Le siguieron naves como el "Genovese" y más tarde los vapores
"Maranchnense" y "Cartte Hylde", con armas provenientes
desde los Amberes. Estas acciones y tráficos (a veces al borde del contrabando)
no fueron escasos durante la guerra ni tampoco privativos de Chile. El Perú
también se abasteció durante el conflicto con armamentos traídos especialmente
desde Europa y Estados Unidos a través de Panamá, contando con la facilidad
extra de disponer del cómodo apoyo de los gobiernos de aquellos países, a veces
con rasgos de complicidad. Costa Rica, solidarizando con los aliados (en
quienes casi todo el resto de América Latina, salvo países como el Brasil,
creyó ver representados a los principios del americanismo) proporcionó a
precios irrisorios más de 5.500 fusiles con municiones. Pero de todas estas
provisiones, vale destacar la colosal carga norteamericana llevada al Callao
por el transporte peruano "Chalaco", el 26 de junio de 1879,
consistente en miles de rifles, metralletas, municiones, proyectiles anti
blindajes, etc. Sólo en fusiles Remington, la carga del "Chalaco"
llegaba fácilmente a las 10 mil unidades. Al mes siguiente, la misma nave
regresó con 5 mil rifles más y un torpedista estadounidense para impartir
funciones de mantención y artillería. Al finalizar julio de 1879, producto de
estas generosas ventas, los Aliados habían reunido como nuevo material cerca de
20 mil rifles, 2 botes torpederos, 6 cañones Krupp de 6 cms., 2 ametralladoras
y 3 millones de vainas de cartuchos para fusil. Nótese que los descargues de
armas continuaron por varios meses más, empezando por el mismo agosto
siguiente, cuando la "Limeña" dejó en tierra otros 12 mil bultos en
armas cuyas especificaciones lamentablemente desconocemos. Sin embargo, podemos
señalar que los casquillos de las municiones utilizadas por la temible
ametralladora francesa Claxton usada por los peruanos en Morro Solar,
pertenecientes a la valiosa colección privada del distinguido investigador
histórico chileno Marcelo Villalba Solanas, llevan claramente el sello de
fabricación francesa, demostrando su procedencia desde el país franco en plena
guerra.
Como dijimos, además, tras la pérdida de la "Independencia",
el presidente Prado se había empeñado en reforzar su material, adquiriendo
miles de torpedos norteamericanos y contratando una gran cantidad de
torpedistas e ingenieros ingleses y norteamericanos con la intención de atacar
a los chilenos en Antofagasta, plan que culminó en desastre para su país con la
captura del "Huáscar" en el Combate de Angamos. Pero por Panamá se
continuó enviando armas largo tiempo, incluso después de destruida la marina
peruana.
Nunca había visto tanta estupidez como en este " relato " al puro estilo chileno dando in montón de datos, omitiendo.otros datos para acomodar a un fantasía chilena
ResponderEliminarTu comentario y narracion es muy simple y convenientemente ajustada a su punto de vista , si fuese asi donde estan todos esos miles de torpedos, y el hecho que francia nos vendiera armamento no significa que lo hiciera en grandes cantidades como lo tratan en forma desesperada de comunicar,si hubiese sido asi como lo pintan aqui entonces porque perdimos la guerra?, por que no teniamos tantos cañones? tubimos que construir nuestros propios cañones de campaña,nunca las ayudas economicas a otros paises y de armamentos son hechas en forma publica, siempre lo hacen o tratan de hacerlas en el anonimato para que de esta forma no se implique un gobierno directamente en un conflicto, asi paso en 1982 cuando chile ayudo a inglaterra con sus radares,y Peru ayudo con armamento a Argentina y lo hicimos en forma oculta, tal como lo hiso inglaterra en 1979, quien tenia intereses economicos tambien en el sur del Peru,donde tambien habian ingleses, por eso es que incluso trataron de entrar como mediadores para de esta manera no se les tome como parte del conflicto escondiendo sus verdaderas intenciones.
ResponderEliminarTengo un profundo respeto por algunos personajes del Perú, valientes, aguerridos y sensatos, pero no todos estuvieron a la altura o ¿me equivoco? ¿La derrota? parte por la cabeza.
EliminarLa historia corrobora los hechos aqui narrados.
ResponderEliminarDa risa observar la rabia platanera de nuestros vecinos.
Mitomania chilena tratando de demostrar que el Perú estuvo mejor armado que Chile.De ripley
ResponderEliminarPues, si el Perú no estaba mejor armado ¿porqué se metió en este conflicto? ¿Por apoyar a los bolivianos? déjalo entonces en que estaba armado
Eliminarlos ingleses apoyaron a los peruanos la casa gibbs apoyo desde un inicio los planes monopolicos del salitre peruano esta casa gibbs fue muy bien remunerada cuando peru estatizo el salitre tanto asi que fue felicitada desde londres por la excelente gestion ..mas tarde esta misma casa gibbs presiono a la empresa chilena CSFApara que redujera su produccion y peru consiguiera el estanco .. mas tarde la flota inglesa apoyo a peru comunicando que hundiria a la flota chilena si esta atacaba a lima ...
ResponderEliminarPruebas o fuentes? Sólo para presumirlo ante los peruanos
Eliminaral final peru perdio la guerra por estar desunidos , traiciones , corrupcion y ser un pueblo que no es guerrero
ResponderEliminarY esa info dónde puedo encontrarla?
EliminarBastante sesgado este relato, si bien no hay pruebas que el Gobierno ingles haya ayudado a Chile oficialmente, la banca privada si lo hizo (¿alguna diferencia?), incluso con tanta influencia que en 1891 sacaron al presidente chileno. Muchos apoyos eran secretos y/o poco conocidos aun hoy; por ejemplo, el Complot Blaine-Trescott de los estadounidenses, muestra de como las potencias si estaban muy involucradas en el conflicto.
ResponderEliminarCreo que sin esa intromisión extranjera, la guerra hubiese sido corta, y no habría dejado las cicatrices que aun separa a dos pueblos hermanos.
Bastante sesgado este relato, si bien no hay pruebas que el Gobierno ingles haya ayudado a Chile oficialmente, la banca privada si lo hizo (¿alguna diferencia?), incluso con tanta influencia que en 1891 sacaron al presidente chileno. Muchos apoyos eran secretos y/o poco conocidos aun hoy; por ejemplo, el Complot Blaine-Trescott de los estadounidenses, muestra de como las potencias si estaban muy involucradas en el conflicto.
ResponderEliminarCreo que sin esa intromisión extranjera, la guerra hubiese sido corta, y no habría dejado las cicatrices que aun separa a dos pueblos hermanos.