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miércoles, 6 de junio de 2018

LAS PRIMERAS DESALADORAS DEL ATACAMA


Las Primeras Desaladoras Solares del Atacama

Imagen tomada en Oficina Domeyko, 35 años después de la construcción de Las Salinas.

     La primera planta solar para desalación de agua del mundo fue construida en 1872 en el desierto de Atacama. Fue en la oficina salitrera de Las Salinas y entre esa fecha y 1907 fueron construidas otras dos plantas solares en la Oficina Domeyko y Sierra Gorda. Fabricadas por ingenieros británicos, era capaz de producir cinco mil galones de agua desalada por día.

     En Las Salinas había un pozo del que se bombeaba el agua gracias a un molino de viento que suministraba el agua salina (agua de napas). Esta se almacenaba en un estanque de gran volumen. Por efecto de gravedad desde el estanque de distribuía el agua a través de tuberías de hierro o plomo. Estas cañerías repartían el agua en distintos cajones pintados de negro, poco profundos. Estos hacían que el agua se evaporara y se condensara en vidrios que estaban colocados como techos de estos cajones.

Imagen en publicación original

     El vapor del agua se condensaba en la superficie interior del vidrio, que se mantenía frío. El agua escurría y se recogía en una nueva canaleta que lo acumulaba en otro estanque que estaba en el lado opuesto del primero. Todo funcionaba con gravedad. El estanque de almacenamiento del agua destilada estaba enterrado. Esto hacía que no se evaporara. Ese es el proceso que conocemos hasta ahora. Esta agua – posteriormente - requería ser mineralizada en dosis pequeña, porque el agua destilada al no tener minerales daña el organismo.

     Estas desaladoras se justificaban porque en el desierto existe agua disponible en acuíferos subterráneos y mediante pozos se extraía a la superficie. Pero para la década de 1880 ya se sabía que la mineralización del agua era muy alta. Varias décadas más tarde se relacionó esta salinidad con la presencia de arsénico en el agua y la enfermedad del mal de calichero o mal de Pisagua, que parece haber sido arcenicosis crónica. Sin embargo, el mayor problema para la industria minera y del salitre era la rápida corrosión de las máquinas que utilizaban agua en sus procesos. La alternativa para evitar ese problema era desalar el agua a través de máquinas condensadoras o destiladoras conocidas entonces como resacadoras. Entonces Charles Wilson diseñó y construyó un sistema de desalación con energía solar que funcionaba extrayendo agua de un pozo de unos 40 metros de profundidad gracias a un molino de viento, conduciendo esta agua salina hasta un estanque desde el cual se distribuía a cajones con un fondo pintado de negro y una superficie de vidrio en donde se condensaba el vapor de agua gracias a que el viento del desierto de Atacama es constante y frío. El cálculo del ingeniero Josiah Harding en 1883 menciona un equivalente de 18 mil litros de agua destilada por día en el verano.

     Las Salinas también pudo abastecer a quienes transitaban por la ruta que conectaba el mineral de plata de Caracoles y las oficinas salitreras con Antofagasta.

     Gracias a la carta de Charles Wilson que se publicó en New York en 1884, cuando él vivía en Iquique, sabemos que la industria de Las Salinas aún funcionaba, pero no cuándo dejó de funcionar. Según estimaciones duró por lo menos 11 años.

     Ahora bien. Gran parte de la información acerca estas industrias desaladoras solares se conservó en medios de comunicación de ingeniería en Reino Unido y Estados Unidos, aunque también hubo una publicación en España. Luego, en la década de 1950, la investigadora Maria Telkes, del MIT, le comunicó de esta antigua noticia al profesor de la Universidad Santa María Julio Hirschmann Recht. Más recientemente, el investigador y coleccionista Patricio Espejo Leupin encontró antecedentes que permitieron demostrar la existencia de las industrias en Sierra Gorda y Oficina Domeyko.



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