Me ha de parecer
tan lejano aquel tiempo en donde por primera vez visitamos el sector de Caleta
Errázuriz o más conocido como “Bolsico” un lugar que consideramos mágico en la
costa antofagastina.
Nos habían dicho
que en aquel espacio se habían establecido los antiguos habitantes de esta
tierra, los mal llamados Changos, que también era posible encontrar alguno que
otro vestigio de los patios de acopio de Paraff, aquel pintoresco personaje que
prometió convertir cualquier mineral en oro solo usando su reactivo secreto o
bien, algún rastro de los cañonazos de la Corbeta Esmeralda, que – según las crónicas
– usaba este lugar y sus montículos para sus prácticas de tiro. En fin, tanta
historia y sin saber por dónde comenzar.
Fue en uno de esos
recorridos cuando enderezamos los traviesos pasos a una pequeña meseta que
bordeaba serpenteante la costa, altura en la cual – sorpresa – nos encontramos
con decenas o tal vez cientos de estructuras que asemejaban a los antiguos y tan
característicos entierros de la costa. Conociendo a la gente, no nos sorprendió
encontrar a la gran mayoría de ellas ya excavadas y mucho de su material totalmente
disperso. Osamentas, plumas, conchas y un sinfín de restos cubrían el terreno
que se extendía por toda esta altura. La palabra para dicho acto resonó de
inmediato. Huaqueros, fueron los huaqueros que no respetan a los muertos.
Pero algo tan
especial no podía quedar a medias y fue el tiempo combinado con las ganas de
querer conocer un poco más de Caleta Bolsico que nos llevó a investigar y
encontrar (en los arcones del olvido) un trabajo realizado por los
profesionales del Museo Regional de Antofagasta en el año 1994, trabajo que nos
ayudó a clarificar que este lugar, no era el tan mentado cementerio del cual pensábamos,
más bien, se trataba de un asentamiento, un espacio transitorio de nuestro
primeros habitantes que ha perdurado por centurias. Un lugar que todos debiésemos
visitar, conocer (que no es lo mismo que visitar) y proteger. Es (en el contexto)
la primera Antofagasta en versión ancestral.
CALETA ERRÁZURIZ,
UN ÁREA DE ASENTAMIENTO DE PESCADORES
DEL PERIODO TARDÍO EN LA SEGUNDA REGIÓN
ÁNGEL DURÁN H.,
lVO KUSMANIC P. NANCY MONTENEGRO T.
INTRODUCCIÓN
El
presente informe entrega los resultados de las excavaciones y trabajos conexos
efectuados en el sitio arqueológico Caleta Errázuriz (23º 28' L.S. y 700 36'
L.W.), ubicado en el sector sur de la Península de Mejillones, a 46 kms. de la
ciudad de Antofagasta.
El sitio está singularizado por la
presencia de una gran cantidad de estructuras habitacionales y otras de función
aún no precisadas, las que en conjunto configuran uno de los asentamientos
arqueológicos relevantes del desierto costero del Norte de Chile.
Un primer reconocimiento efectuado en 1990
motivó el inicio de Ja investigación en el sector, al que se definió como punto
de interés para el registro de sitios arqueológicos que refieren·aportes para el conocimiento de la cultura
de los pobladores costeros al momento del contacto indígena - hispano. Dado
este marco referencial, el proyecto Caleta Errázuriz recibió en 1992, el apoyo
económico del Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, que permitió la
extensión de las excavaciones en el sitio, cuyos resultados presentamos a
continuación.
DESCRIPCIÓN
DEL SITIO
El sector de la Península de Mejillones
participa de todas las características definidas para el litoral desértico del
Norte de Chile, sin embargo, ello no ha sido obstáculo para la ocupación
humana. Registros como los de Caleta Errázuriz y otros sitios del entorno
revelan el máximo aprovechamiento de los recursos de este litoral, que aquí se
ve beneficiado por la existencia de una aguada, que debió constituir a no dudar
un foco de atracción para estos pobladores.
En el área se pueden observar, conjuntos
diversos de estructuras, las que, distribuidas en una superficie aproximada a
las 15 hectáreas, sobrepasan en número a las 235 unidades habitacionales. Se
distribuyen en forma escalonada y concentrada, conformando verdaderos
conglomerados dispuestos en las bases de los promontorios rocosos de este
terreno de dala paleozoica. En general, las estructuras poseen morfología
simple circular, subcircular, aun cuando también se presentan las de forma
ligeramente elípticas, rectangulares y otras arquitectónicamente más complejas
dado que cuentan con más de un compartimento.
La dimensión promedio de éstas varia de 1 a
4 metros de diámetro, de paredes bajas de entre 50 a 80 cms. de altura las que
según el estado de ruina en que se encuentran, presentan a la vista dos
aspectos: Unas consisten en la disposición de bloques verticales contiguos con
empotramiento poco profundo ( 20 a 30 cms. ) en el terreno, y otras ( la
mayoría ) , con bloques en superposición horizontal al modo de pircas, con una
altura media entre 30 y 60 cms. (ver lámina 4, fig. c,d).
Un área con tal cantidad de estructuras en
superficie supone necesariamente, la presencia de algunos elementos básicos
para la subsistencia humana. Desde esta perspectiva los restos orgánicos
registrados en las basuras excavadas en el interior y exterior de varias
estructuras habitacionales ilustran de buena manera la procedencia y calidad de
las fuentes proveedoras del recurso alimenticio.
Por otra parte, la disponibilidad de
materias primas y la existencia de una aguada relativamente próxima definen a
tres de estos elementos del supuesto básico con el que partimos.
De acuerdo a los frentes de excavación,
distinguimos 4 unidades de trabajo, que corresponden a una sectorización
arbitraria del yacimiento arqueológico, en base al aglutinamiento y ubicación
de los grupos de estructuras (ver plano y perfil):
Unidad
1 a: Se caracteriza por la presencia de un promontorio rocoso al centro de
ella. En tomo a este promontorio se hallan una serie de estructuras, las que
espacialmente a partir de este punto, se abren en abanico al resto de la
unidad. Sin embargo, la mayor densidad de depositacíón de basuras, se hallan en
y entre las estructuras adosadas a este promontorio rocoso, preferencia
espacial que podría responder al mejor abrigo del viento que este punto da
dentro de esta unidad. A partir de este punto focal, visible por Ja coloración
de las conchas de moluscos, la densidad del depósito disminuye notablemente en
el resto de las estructuras y en su alrededor inmediato. Este hecho parece
estar en relación al declive natural del terreno, el que habría producido el
esparcimiento del conchero.
Las estructuras habitacionales se orientan
en general con su vano de acceso hacia el Norte y/o Noreste, son
mayoritariamente de forma circular las estructuras 185,183, 182, 181, 184,
186,187,188, 191, 104, 179, 177, 189, 198, 205, 207, 208, 214, 213, 212, 178,
175, 170, 171, 169, 168, 167, 166, y 164. También las hay semicircular, 190,
180, 195, 194, 193, 192, 202, 201, 196, 197, 206, 174, 152, 154, y sin forma
definida 199, 200, 172, 151, 153, aun cuando se debe tener presente el estado
de ruina en que se encuentran. Los diámetros oscilan entre 1.50 y 3.10,
correspondiendo las de menor tamaño, a las menos y además distantes del punto
focal de esta unidad.
En lo que se refiere a la modalidad de
construcción ésta corresponde mayoritariamente al de muros tipo pirca
presentando un espesor promedio de entre 40 a 60 cms. Excepcionalmente hallamos
tres estructuras con bloques empotrados al terreno verticalmente, (164, 162, y
s/n). También, llamó nuestra atención la presencia en algunos
casos, de círculos de
piedras (empedrados) inmediatamente a un lado del exterior de la entrada
de estas estructuras.
Unidad
1 b: Se caracteriza por un compacto grupo de estructuras de habitación,
adosadas a la base de un cordón de cerros inmediatamente detrás de la Unidad
la. La nucleación de la mayoría de estas estructuras coincide con la
distribución espacial observable en superficie de los restos de dos
acumulaciones de basuras, correspondiendo una de estas al lugar en que
excaváramos las estructuras 81, y 82. Allí y dada la escasa superficie
aprovechable (mitad de cerro), la acumulación de basuras es menor en términos
de expansión horizontal, no así en depositacíón vertical, ya que la densidad
presente sobrepasa los 55 cms. El otro lugar de basuras corresponde al espacio
que ocupan las estructuras 87,83,85,89,95,96, entre otras. Aquí la depositacíón
del conchal, es mayor en términos de expansión horizontal, al tanto que la
densidad del depósito, visible en la excavación de la estructura 85 alcanza los
37 eros. de máxima profundidad. En cuanto a formas y dimensiones en relación a
las estructuras de la Unidad la, estas son similares, llamando sí la atención
el mayor número de estructuras cuya base se cimenta en bloques verticales
empotrados al suelo (100, 98, 73, 101, 102,103, 94,). Las formas circulares se
hallan en las estructuras 73, 80,81, 85, 86, 88, 98, y 101; semicircular, 95,
99, 100, 102, 103, 94 y otras sin definir, las individualizamos en la 74, 75,
83, 96, 97. La excepción la constituye la estructura 87 cuyas líneas denotan
una forma rectangular, y la estructura 82 cuyo vado de acceso da hacia el N.W.
Unidad
1 c: Hasta ahora se registran sobre 71 estructuras, restando aún otras que
registrar topográficamente. La característica principal de esta unidad reside
en que, a las formas estructurales ya conocidas, se agregan estructuras
habitacionales con más de un compartimento (v. 2, 3, 4, 9, 11, 12, 27, 28, 37,
34, 39, 38, 41, 42, 43, 56, 55, 57, 58, 60, 67, 71). Todas se emplazan en lo
alto del farellón que protege a la unidad 1b, y por ello poseen un amplio dominio
visual hacia el N, NE y NW de esta punta geográfica.
Otro rasgo de interés en esta unidad; reside
en la presencia de pequeñas estructuras tumuliformes de 1 a 2 metros de
diámetro en la base, y aproximadamente 50 cms. de altura.
Estas curiosas estructuras no suman más de
tres en esta unidad las que sumadas a otras tantas vistas y excavadas al N.W. de
la unidad le dan un total de 6 en todo el sitio.
Unidad
1 d: Corresponde a una pequeña quebrada ubicada en dirección W-E aproximadamente
a 150 mts. al S. de la unidad 1 a.
Esta quebradita es producto del farellón
existente en el área' presentando una altura medía de 8 mts. a partir de la
base de este cordón de cerros por 20 mts. de extensión.
En su superficie se observan los
resultados de escurrimientos superficiales y de depositacíón eólica,
constituyendo este corto encajonamiento, más otro similar a 55 mts. al S. los
únicos puntos en que hasta ahora se registra un grueso estrato de suelo estéril
previo a la roca del cerro. El interés por esta unidad obedeció a la existencia
en el lugar de un saqueo de tumba.
REGISTROS
DE EXCAVACIÓN
Desde el inicio del proyecto llamó nuestra
atención la gran cantidad de estructuras habitacionales visibles en superficie.
A ello se sumó luego la observación de otras formas estructurales, que no
correspondían con las de habitación, pero de igual interés, dada la aparente
asociación espacial con éstas.
Unas se hallan dentro del sector que
comprende la Unidad 1 e. (ver estructuras tumuliformes), las otras se ubican
aproximadamente a 300 mts. al NW de la Unidad 1 a. Sin embargo, ambas
consistían originalmente en pequeños montículos de 1 a 2 mts. de diámetro con
un emplantillado de lajas y piedras pequeñas, que cubrían un relleno aéreo que
en los mejor conservados alcanza los 50 cms. de altura, mientras que en otros
solo se insinúa levemente en el suelo. Fueron estas últimas formas las que
primero motivaron nuestro interés por excavar (temporada 1990), dada la
presunción de aquel entonces, de probables tumbas. Sin embargo, los resultados
desecharon tal presunción.
Su excavación reveló que el material del
relleno aéreo se componía (en los mejor conservados) de tierra y restos
malacológicos muy triturados, cubiertos más o menos regularmente por un
emplaste de piedras desde La base basta la cima de Ja formación monticular. Al
tanto que, tal relleno se prolongaba entre 30 y 35 cms. al subsuelo. No se
registraron, exceptuando una lasca ninguna otra evidencia material de naturaleza
cultural. En total se excavaron seis de estas estructuras, constituyendo un
registro novedoso, dado que no contamos con otros similares para la costa del
Norte de Chile. (ver foto 1)
No nos fue posible ubicar sectores de
enterratorios, aun cuando hallamos en superficie algunos restos humanos (un
diente, un fragmento de costilla y fémur) El único registro fehaciente de
tumba, correspondió a un saqueo existente en una pequeña quebrada en el extremo
sur del yacimiento (ver unidad 1 d). Allí se excavó sobre la fosa existente y
en superficies inmediatas a este punto. Lo obtenido prueba el saqueo habido y
la alteración contextual de este único enterratorio. Pese a ello registramos,
junto a algunos de los restos óseos de un adulto, varios fragmentas cerámicos correspondientes
a los subgrupos la, 1 d, y 2 a (descritos más adelante), restos de textiles y
cordelería algunas piezas de madera (astil, yesquero y otro sin identificar),
en hueso se hallaron una aguja, una barba de arpón y fragmentos con un extremo
aguzado, algunos instrumentos líticos tales como puntas de proyectil y un
posible cuchillo. A todo ello se agrega un trozo de mineral de hierro, un
atadito de espinas de cactus y gran cantidad de plumas y caracoles. Sin
embargo, no hay registros - salvo el ya mencionado - que definan las
características físicas de los ocupantes de este sector, resultando por ello de
fundamental interés la correlación con otros sitios del área, dado que de tales
aproximaciones obtendremos registros válidos para el marco social referencial
de los pescadores tardíos de esta parte de la costa norte de Chile. Debido a
ello la excavación de las estructuras habitacionales - excluyendo de tal examen
por ahora, a las estructuras que presentan más de un compartimento habitacional
dada la menor representatividad que estas formas tienen en el sitio - son de
mayor significancia para este estudio en términos de aproximación cultural.
LÍTICO:
Se siguen criterios morfológicos y
funcionales propuesto por F. Bate (1971). Los instrumentos aparecidos son los
siguientes:
Puntas:
1.1
Fragmentos: Corresponden a un total de 5 fragmentos fracturados, en su mayoría
en la mitad. La materia prima es cuarzo y calcedonia. Todos bifaciales a
excepción de uno monofacial, con astillamiento bilaterales, con bordes sinuosos
irregulares. Los tamaños promedios de estos fragmentos son largos desde 0.8 a
2.3, ancho desde 0.8 hasta 1.7 y espesor desde 0.1 a 0.5 máximo. Se ubican en
los sectores 1 a y 1 b desde la superficie basta los 60 cms. de profundidad.
1.2
Base Recta: Cinco instrumentos en total. En su mayoría fracturados materia
prima sílice y calcedonia. Todos con trabajos bifaciales, con astillamientos
bilaterales, aunque no continuos ni parejos. Los bordes son sinuosos regulares
o irregulares y rectos, en dos casos son convergentes. Los tamaños de estas
puntas son largos desde 1. 8 basta 2.8 ancho 1.4 hasta 2.5 y el espesor mínimo
0,4 hasta 0.6. Se encontraron en los sectores 1 a y 1 b, desde la superficie
hasta los 60 cms. de profundidad aproximadamente. (ver lámina 2, fig. a, g).
1.3
Pedunculadas: Los tres instrumentos pedunculados están fracturadas. Provienen
de los sectores 1 a, 1 b y conchal. Bifaciales las tres, aparentemente no
terminadas excepto una de caras dorsales planas y una convexa. Los pedúnculos
son convergentes rectos y rudimentario. Astillamientos bilaterales
discontinuos. Considerando que las tres piezas están fracturadas en los
extremos, el largo máximo es de 3.2 y el mínimo 1.4 ancho máximo de la pieza
1.7 y mínimo 0.7, el ancho máximo del pedúnculo 1.1 y mínimo 0.4 el espesor
máximo 0.1 y mínimo 0.5. La materia prima es sílice y calcedonia y la
profundidad donde fueron encontradas es de O y 20 cms. (v. lámina 2, fig. h).
1.4
Base Escotada: Son siete instrumentos en total. Aparecen en los sectores 1 a, 1
b, y al SE. del exterior del sector 1 a, cuatro piezas están quebradas y tres
enteras. Hay bifaciales y monofaciales con astillamientos primarios y /o
secundarios, laterales y/o centrales. En su mayoría con bordes rectos. Tres de
las piezas con una escotadura bien pronunciada en la base. Materia prima sílice
y cuarzo, se ubican desde la superficie hasta los 60 cms. El largo máximo de
las piezas enteras es entre 2.4 y 1.1, (en las quebradas es de 2.5 y 2.0) ancho
máximo 3.3 y mínimo. 0.9 y 0.4 espesor máximo y 0.2 espesor mínimo (ver lámina
2, fig. e, d, e, f)
1.5
Punta de flecha: Un ejemplar de sílice se ubica en el nivel 10 - 20 del sector
1 a. Artefacto bifacial, cara dorsal plano convexa, central convexa, borde
izquierdo convexo y derecho recto con astillamiento bilaterales primarios y
secundarios. Base cóncava. Medidas largo 1.3 ancho 0.8 y espesor 0.3.
1.6
Punta Triangular: Un ejemplar de sílice, se ubica a los 5 cms. del piso en el
sector 1 b. Artefacto bifacial de base recta cara dorsal plana con retoques
primarios y secundarios en los bordes, cara central con retoque primario y
secundario en los bordes. Bordes rectos.
Tiene 2.8 de largo, 1.5 ancho y 0.4 de espesor. (ver lámina 2 fig. b).
2.
Cuchillos
Entre
los cuchillos existen dos tipos, los unguiculares y asimétricos.
2.1
Unguiculares: 2 ejemplares que se ubican en los sectores 1 a y 1 b, a una
profundidad 0 - 10 y 30 - 40 cms. La materia prima de ambos es calcedonia, uno
bifacial y otro monofacial, ambos fracturados a la mitad. Bordes sinuosos
irregulares, con retoques bilaterales, bordes convergentes. Medidas: largos 1.1
y 0.9, ancho 1.8 y 1.4, espesor 0.4 para ambas.
2.2.
Asimétrico: Un artefacto proveniente de sector l b superficial. Materia prima
calcedonia, medidas 3.4 largo, 2.3 ancho y 0.8 espesor. Monofacial completo,
cara ventral con astillamiento lateral y facial. Bordes derecho convexo sinuoso
irregular e izquierdo recto, sinuoso.
3.
Raspadores: Son dos artefactos. Ambos del nivel 0 - 10 pero de sector 1 a y 1
b. Materia prima calcedonia y sílice. Bifaciales. Un ejemplar tiene la
siguiente particularidad, borde lateral izquierdo bicóncavo lateral derecho
convexo. Cara ventral con corteza, pero en el borde lateral izquierdo con
retoques. Bordes sinuosos irregulares. Cara ventral con retoques. Medidas largo
1.1, ancho 1.8 y 0,4 espesor. El otro fragmento e/corteza en ambas caras. Cara
dorsal 30% astillamiento en los bordes. Cara ventral 40% astillamiento en el
borde superficial izquierdo. Base con especie de pedúnculo. Medidas largo 2.5,
ancho 2.0 - 1.3 y espesor 0.3.
4.
Pesas: Hay dos pesas líticas de los
sectores 1 a y 1 b respectivamente, ambas hechas en basalto y provienen de los
niveles 30 - 57 y 40 -50. Las dos están quebradas a la mitad. Las medidas son:
largo 5.8 - 7.2, ancho 1.5 -2.7, y espesor 1.3 - 1.0. (ver lámina 2 y 3 fig. 1
b).
5.
Lascas c/modificación: Estos
desechos líticos presentan trabajo, por lo que en algunos casos son
instrumentos sin terminar o fracturados. Son 11 ejemplares de sílice,
calcedonia y cuarzo en los tres sectores desde superficie hasta los 70 cms. De
profundidad aproximadamente. Tienen diferentes formas y tamaños.
6.
Material de desecho: Lascas y
esquirlas: grandes, medianas y pequeñas casi mil entre calcedonias, sílices y
cuarzos, se registran en todos los sectores y desde la superficie hasta los 70
cms. de profundidad aproximadamente.
7.
instrumentos de Areniscas: Este tipo
de instrumento apareció en los tres sectores excavados y sus características
son muy similares entre los tres ejemplares. Se registra desde el nivel O - 10
hasta los 50 cms. De profundidad. Son de forma alargada y base plana, dos de
ellos tienen 4 caras planas y el otro es redondo. (ver lámina 3, fig. c, d).
8.
Manos de Moler: Son 8 instrumentos,
ubicados en los sectores 1 a, 1 b y 1 e, y se registran desde la superficie
basta los 50 cms. de profundidad. Muchos en granito, algunos de forma redonda,
ovalada o alargada, tres de ellos presentan claras evidencias de desgaste por
uso en los bordes, en cambio seis de ellos presentan muestras de pintura (ocre)
en sus bordes. Tienen diferentes medidas.
(ver
lámina 3, fig. a).
CERÁMICA:
La descripción que sigue utiliza la coloración como rasgo de agrupación de los
diversos fragmentos cerámicos dada la escasez de material y falta de fragmentos
con bordes que permitan reconstruir formas. Por ello no hablamos de tipos, sino
de grupos:
Grupo
1. De tono negro a gris. Corresponden a 51 fragmentos, los que subdividimos en
la siguiente forma:
Subgrupo
1 a: Negro por ambas caras. Los fragmentos reunidos proceden de tres sectores
de Caleta Errázuriz (Unidad 1 b, 1 d y terraza bajo Unidad 1 a).
Todos corresponden a registros de
excavación. La pasta se caracteriza por el uso de arena como antiplástico, en
general el tamaño es uniforme, de grano fino. Núcleo de color negro. El
tratamiento de la superficie incluye técnicas por pulido y alisado (aun cuando
se incluye un fragmento con una superficie excoriada). El espesor de las
paredes oscila entre 0.4 a 0.6 cms. La cocción ha sido realizada en un ambiente
reductor. De los fragmentos analizados sólo uno presenta borde (labio
ligeramente evertido, cuerpo globular), por lo que no es posible deducir otras
formas. (ver lámina 4 fig. a 1)
Subgrupo
1 b: Gris exterior e interior. Los fragmentos aquí reunidos proceden de un
sector de Caleta Errázuriz (Unidad 1 b) todos corresponden a registros de excavación.
La pasta utiliza arena como antiplástico (cuarzo y conchuela). tamaño regular
(sin grandes diferencias). Núcleo de color ceniciento. El tratamiento de la
superficie solo consiste en simple alisamiento de la misma greda, aun cuando
dos fragmentos presentan brochado en su cara interna. De espesor variable entre
0.4 a 0.7 cms. No se pueden adscribir formas, dada la ausencia de fragmentos
con borde.
Subgrupo
1 e: Ahumado exterior, café interior. Todos los fragmentos proceden del mismo
sector (Unidad 1 b) a excepción de un fragmento de la Unidad 1 a. La pasta
utilizada como antiplástico arena, de granulometría fina, de tamaño uniforme,
textura compacta, reveladora de buena técnica de cocimiento. (ambiente
oxidante). Núcleo de color café. La superficie de las caras ha sido alisada. De
espesor variable entre 0.3 a 0.6 cms. Sólo registramos en este subgrupo un
fragmento con parte de borde, que indica un cerámico de cuello evertido y
cuerpo globular.
Subgrupo
1 d: Ahumado exterior, café interior. Los escasos fragmentos aquí reunidos,
proceden de la terraza bajo la unidad la. La pasta utiliza como antiplástico
arena, textura débil, de cocción en ambiente reductor. Se distinguen estos
fragmentos por el tratamiento externo de la superficie, la que ha sido alisada
con gubia o paleta dejando las sinuosidades de tal técnica. El espesor de las
paredes oscila entre 0.5 a 0.6 cms. No es posible deducir formas a excepción de
un fragmento que correspondió a una fuente. (ver lámina 4, fig. b.)
Subgrupo
1 e: Gris exterior, café interior. Los fragmentos proceden de unidades 1 a y 1
b. Pasta fina (arena, textura compacta). Cocción en ambiente oxidante. Sin
tratamiento de la superficie. El espesor de las paredes varía entre 0.5 a 0.7.
cms no hay formas deducibles de los fragmentos existentes.
Grupo
2: De tonos café exterior Corresponden a 40 fragmentos los que hemos
subdivididos en la siguiente forma:
Subgrupo
2 a Son unos pocos fragmentos cuyo rasgo característico es el tratamiento de la
superficie, brochado por ambas caras. Todos los fragmentos proceden de la
terraza bajo la Unidad la. La pasta es muy regular, textura muy compacta, buena
técnica de cocimiento (ambiente reductor), núcleo de color negro. De espesor
0.6 cms., no es posible definir formas debido a la ausencia de bordes.
Subgrupo
2 b: Se caracteriza por poseer una cara (externa), con un enlucimiento de la
misma greda, ligeramente blanquecina. Todos los fragmentos proceden de la
Unidad 1 a. La pasta utiliza como antiplástico arena, textura débil, cocción
oxidante. De espesor variable 0.6 a 0.7 cms. No hay fragmentos con bordes que
permiten inferir formas.
Subgrupo
2 c: Rojo pintado. La mayor parte de los fragmentos proceden de la Unidad 1b.
La pasta tiene arena como antiplástico, de textura compacta, cocción oxidante.
La cara interna sin tratamiento y coloración natural de la arcilla; cara
externa pintada y alisada. El espesor de las paredes oscila entre 0.6 a 0.8
cms. No es posible deducir formas con los fragmentos hallados.
Grupo
3: Con decoración; corresponde a 8
fragmentos, destacando seis fragmentos pertenecientes a un mismo cerámico
Unidad 1 b. La decoración es negro sobre blanco por la cara externa y blanco al
interior. La pintura se halla en regular estado de conservación. Los motivos
sugeridos parecen ser líneas paralelas y escaleradas. La forma corresponde a la
de un plato, de fondo casi plano y paredes inclinadas hacia afuera. El
antiplástico usado es arena, textura muy compacta, cocción en ambiente oxidante
de buena técnica. El espesor de las paredes es de 0.5 cms. Los otros dos
fragmentos corresponden a bordes probablemente de platos (son muy pequeños los
fragmentos), tienen líneas negras sobre fondo natural de la greda. Uno de los
fragmentos, muestra alisamiento por gubia o paleta La pasta de textura
compacta, antiplástico usado en arena fina, cocción en ambiente oxidante. De
espesor 0.4 y 0.5 cm. en su pared (ver lámina 4, fig. b 2).
Se
describen a continuación dos fragmentos cafés por ambas caras no adscritos a
subgrupo pero que por constituir fragmentos de bordes son de interés por las
formas deducibles:
- Fragmentos con restos de asa,
corresponde al borde de un cántaro, procede de la Unidad lb. La pasta utiliza
arena (presencia de cristales de cuarzo), de textura regular, cocción oxidante
deficiente (núcleo de color negro), de espesor 0.5 a 0.6 cm. (ver lámina 4 fig.
a).
- Fragmentos de plato o fuente. De borde
ligeramente evertido. La cara externa presenta un tenue alisamiento. Pasta de
textura regular, cocimiento oxidante. De espesor entre 0.5 a 0.7 cm. (ver
lámina 4, fig. b. 1).
-
TEXTILERIA:
En relación a esta manufactura, son
escasos los registros de excavación y además en muy mal el estado de
conservación las muestras colectadas. En verdad, más que textilería, (sólo tres
trozos de tejidos) debería hablarse de cordelería, ya que el grueso del
material corresponde a ese rubro.
Pieza
259: Fragmento de tejido a telar, de forma irregular que utiliza como materia
prima lana de camélido, de 5.6 cm. de largo por 3.0 cm de ancho. Los colores
presentes son café oscuro y café amarillento, además de negro, visible sólo en
algunas partes de la trama. Es un tejido plano, faz de urdimbre, (nueve hilos
de urdimbre por tres hilos de trama).
Pieza
260: Fragmento, de forma irregular. Los colores presentes son café oscuro
(lana) y rojo (algodón) Es un tejido plano sin definir (10 x 6 cms. de hilos).
dado que no se cuenta con borde de referencia. El trozo es de 9.4 cm de largo
por 4.0 cms de ancho, Ambos proceden de Ja unidad 1 b nivel 5-10.
Pieza
261: Varios trozos, de un tejido café de faz simple (6 x 6 hilos de urdimbre y trama),
tejido plano que utiliza como materia prima probablemente lana, aun cuando es
difícil su determinación por el estado de conservación proceden de una tumba
(Unidad 1 d) La cordelería registra hilos de fibras vegetales, lana, algodón y
pelo humano. Se hallan en mal estado de conservación.
MISCELANEO:
Corresponden a piezas de madera, concha.
hueso y metal.
Madera:
Yesquero: Seis trozos cilíndricos con marca
de tizne por abrasión de uso. Proceden de Unidad 1 b y 1 a (de la superficie
hasta los 20 cms.)
Instrumentos:
Son dos piezas. Una corresponde a un flotador (¿de red?) y la otra podría
corresponder a un fragmento de astil. Ambos proceden de la Unidad 1 b. (v.
Lámina 2, fig. k, i).
Sin
identificación: Son nueve trozos, todos disimiles (cactus, varillas y un trozo
de enmangadura de una herramienta actual). Proceden de la Unidad 1 a, 1 b.
Espinas
de cactus: Se registraron en unidades 1 a y b (5 - 10 cms) (60 -70)
Hueso:
Se registraron cuatro barbas de arpón, todos proceden de la unidad 1 b. (ver
Lámina 2 fig. j). Constatamos además la presencia aislada de un diente humano.
Concha:
Se registró la utilización de una concha de loco como depósito de tintura y
además se colectaron tres cuentas de collar.
Metal:
Se hallaron dos fragmentos de cobre (anzuelo y clavo) más un anzuelo de estaño.
Proceden de la unidad 1 b.
Otros:
Corresponden a restos de vegetal (¿pasto?) plumas, cuero de lobo y coprolito
(¿roedor?) hallados en Unidad 1 b y en la terraza bajo la Unidad 1 a.
DISCUSIÓN.
En el examen de la información que
proporciona el estudio del sitio Caleta Errázuriz, llama la atención la
ausencia de un lugar con enterratorios, todo ello en consideración al alto
número de estructuras habitacionales existentes. Aun cuando la superficie es
apta para tales fines sea escasa dada - las características rocosas del
terreno, y que además una eventual discontinuidad temporal de los ocupantes de
tales estructuras - inferible por la disposición de concentraciones aisladas de
basuras que no cubren la totalidad de la superficie que estas ocupan (v.
Unidades 1 a, 1 b, 1 e). - fuere el causal de tal circunstancia. ello no resta
importancia a tal ausencia, dada la coetaneidad poblacional observable a través
del registro cronológico.
En particular Caleta Errázuriz, es en la
actualidad un sector de interés por las posibilidades de captura de peces y
moluscos. En especial las aguas y roqueríos intermedios entre la punta de
Caleta Errázuriz y la isla Santa María. Allí según los mariscadores actuales,
la pesca y colecta desde bote (el sector cuenta con una excelente playa para el
laboreo de embarcaciones), es relativamente cómoda dada las características de
ensenada protegida que dan los extremos litorales frente a la isla Santa María.
Del registro orgánico producto de las
excavaciones, destaca de inmediato la natural predominancia del recurso de
origen marino como fuente alimenticia.
Desde los inicios de la ocupación se capturan
peces de orilla (Trachurus) y de profundidad (Cilus, Genypterus, Pimelometopon,
Hemilutjanus) manteniéndose tal representatividad basta los niveles superiores,
con el agregado ocasional (sólo dos otolitos) y cercano a la superficie de
Anisotremus, Sebastodos.
En términos malacológicos se infiere de inmediato
que lo colectado se corresponde con todas las especies que el sector posee, y
de las cuales quedan residuos que testimonian su explotación tales como
Fissurella, Concbolepas, Tegula, Chitón, Loxachinus, Chorotnytilus, Protothaca,
Acmaea. De tales registros se deducen
actividades litoraleñas que se verifican a través del equipo ergológico
exhumado en el interior y exterior de las estructuras habitacionales de las
unidades la y lb, véase pesas líticas para anzuelo compuesto, anzuelo de cobre, limas de arenisca, y .aun cuando no
hay evidencia material , cabe inferir el probable uso de embarcaciones para
la captura de
especies de profundidad
y/o bien su
empleo al modo
de chinchorreros para la pesca
con redes, alternativa que explica el registro de una pesa de madera. A ello se
suma alguna actividad de caza marina y terrestre (restos de lobo marino,
camélidos y aves) cuya correlación contextual se observa en variados tipos de
puntas de proyectil, cuchillos y raspadores. Sin embargo, resulta curioso
constatar la ausencia de herramientas relacionadas con funciones de recolección
de moluscos. Observación que, si la sumamos al escaso número de herramientas
exhumadas, a la disposición de las basuras en el campamento, y la ausencia de
enterratorios, están refiriendo aspectos conductuales que, por ahora, requieren
de más acopio de información y el estudio de otros sitios emplazados en el
sector.
De la lectura arqueológica del campamento,
la que necesariamente debe considerar los registros de estudios anteriores (v.
Caleta Abtao, Los Canastos, Cerro Moreno) los hitos referenciales más directos
proceden de los trabajos de H. Larraín; 1966, L. Núñez y J. Varela; 1968, y L.
Bravo; 1987, además de una recolección de material de superficie que realizara
G. Boisset en 1974 y cuyas muestras se hallan en bodega del Museo Regional de
Antofagasta.
El examen del mapeo arqueológico del
extremo sur de la península, efectuado por Larraín; y Núñez-Varela (v. ob.
Cit.) además de nuestros recorridos prospectivos del área, nos permite
reconocer 11 sitios arqueológicos entre Caleta Errázuriz y Caleta Abtao, de los
cuáles solo dos han sido excavados (v. Los Canastos y Caleta Abtao)
constituyendo Abtao en sus fases cerámicas, el único referente válido para análisis
comparativos con Caleta Errázuriz. De tales comparaciones notamos que es a
través de los restos de cerámica donde se obtienen observaciones de mayor
significancia, dado que la industria lítica es tradicionalmente más
conservadora. Entre los grupos cerámicos, observamos que el 1 a, 1 e, 1 d y 2 a
se asemejan a los tipos pulidos y alisados con estrías de Abtao 5, mientras que
los fragmentos correspondientes a los grupos 2 b y 2 c, al contrastarlos con
las muestras en depósitos de la colección Larraín (v. conchal 15) y fragmentos
café - rojizo de Abtao 5 resultan comparables. Nuestro grupo 2 c, también fue
colectado por O. Boisset en superficie de la tercera terraza de Caleta
Errázuriz, equivalente al sector bajo la Unidad 1 a de nuestro estudio. En Abtao
5 todos estos tipos monocromos se hallan desde el inicio de la ocupación basta
el final, registrando asociación con tipos intrusivos relacionados a los
Desarrollos Regionales de Arica, y San Pedro de Atacama (Ob. cit; 1987). En
Caleta Errázuriz con la excepción de 8 fragmentos que reunimos en el grupo 3,
todos los demás restos cerámicos participan de esta tradición monocroma, siendo
además similares a Abtao en cuanto a su ubicación estratigráfica, a excepción
de los fragmentos del grupo le que proceden de los niveles superiores. Entre
los fragmentos decorados hallamos los restos de un plato que por forma y
diseños se vinculan con la fase Diaguita-lnka de los Desarrollos Regionales del
Norte Chico. Registro que se suma a otro similar anotado por Larraín (Ob. cil;
1966) en un conchal al NE del Hipódromo de la ciudad de Antofagasta. A este
elemento intrusivo debemos agregar la presencia de algodón en algunos hilos
registrados en tejidos y cordelillos, más la aparente similitud de fragmentos
cerámicos del grupo 2 con la cerámica Dupont. Estas probables relaciones con
poblaciones de las áreas circumpuneña y valles transversales del norte chico,
de difícil definición aún por falta de más antecedentes, podrían situarse
dentro del marco referencial planteado por Murra (J. Murra; 1975) en torno a
algunos de los modelos que utilizan y explotan diferentes pisos ecológicos. De
esta manera resultan de interés los recientes registros de huellas troperas que
bordean los faldeos de Morro Moreno y los geoglifos que distan aproximadamente
a unos 38 km. del sitio.
Desde ésta perspectiva y con la información que hoy tenemos, se
sugiere que Caleta Errázuriz corresponde a un campamento con un breve tiempo de
ocupación y que dada la particularidad de poseer un bajo
registro cuantitativo de herramientas, aun cuando la información proporcionada por Larraín (Ob. cit; 1966 ) en relación al hallazgo en
casi la totalidad de las
estructuras de piedras de moler y su pilón , podría constituir para nosotros el reflejo de un modelo
de asentamiento en base a campamentos satélites que responden exclusivamente a
las facilidades que como enclave económico posee el lugar.
Al respecto. cabe señalar el registro de camadas de fibras vegetales
al interior de algunas de las estructuras excavadas, que reflejan de buena
manera lo que aquí señalamos. En una identificación preliminar estas fibras
corresponderían a hierbas perennes (Nassella) y subarbustos deciduos
(Tetragonia) que se dan sobre los 800 m.s.n.m. (Com. Pers. Héctor Correa, y
Oltemaria, et al; 1987). En este sentido si bien los alcances interpretativos
están limitados por el número de sitios estudiados en el área, no dejan de ser
atractivas las comparaciones efectuadas entre el conchal 15, y Abtao 5, más aún
si consideramos que este último constituye un conchal con basuras
estratificadas a orillas de playa, y Caleta Errázuriz un campamento a 35 y 50
m.s.n.m. A no dudar, el estudio de otros sitios, emplazados en tomo al radio de
influencia de Ja aguada, contribuirá a esclarecer la situación. Particular
interés posee el conchal 15, que se corresponde con el asentamiento sobre la
aguada, dada las presunciones de Núñez - Vareta (Ob. cit.; 1968) de hallarse
allí el centro nuclear desde donde se articula Ja movilidad poblacional del
área.
Nuestra hipótesis, es que la alta
especialización de la población tardía de Morro Moreno y la
contemporaneidad con poblaciones
foráneas al ámbito costero con las cuales mantiene relaciones, constituyeron
factores facilitadores de la instalación de campamentos que, como Caleta
Errázuriz, además del breve tiempo de ocupación sus pobladores no
necesariamente mantenían residencia fija en el lugar.
En este sentido a los artefactos de
molienda, que de por sí constituyen los de mayor peso y dificultad para el
traslado, agregamos las curiosas estructuras tumuliformes, que a modo de
explicación hipotética sugerimos alguna función relativa a la deshidratación de
peces y moluscos, tal como en la actualidad algunos pescadores y mariscadores
acostumbran a hacerlo, mientras esperan el traslado a la ciudad.
AGRADECIMIENTOS
Especial reconocimiento por la
colaboración prestada a los miembros de la Academia de Arqueología del Liceo de
Hombres, Sres. Roberto Aguirre, Williams Reinoso, José Cerda y Francisco
Ramírez. Al Sr. Nicolás Alfaro del Instituto José Santos Ossa, A la Srta. Benny
Andrea, entusiasta colaboradora y a los funcionarios de este Museo Sres. Juan
González, Omar Valdivia y Oscar Blanco.
También compromete nuestra gratitud el Sr.
Pavlovic por la realización del levantamiento topográfico del sitio.
Referencias:
Boletín
Ocasional N° 2. Museo Regional de Antofagasta.
http://www.museodeantofagasta.gob.cl/sitio/Contenido/Publicaciones/22267:Boletin-Ocasional-2-Museo-Regional-de-Antofagasta
Buenas tardes....Todo ese sector fué muy intervenido en la década de los 80, ya que esa Caleta servía para el Ejercito, especialmente para realizar los Cursos de Estudiantes. Todo el sector se recorría bastante y se hacían posiciones, disparos, lanzamientos de granadas, etc. Eran 2 veranos (Enero, febrero y parte de Marzo) intensos,por lo que me parece extraño que, siendo tan intervenido y dañado, el año 1994 encuentren vestigios, especialmente habitacionales. No sabían los que realizaron el estudio que en esa Caleta se realizaban ejercicios militares...?.
ResponderEliminarPues bien. Entendemos tu intrígulis y te diré que:
EliminarEl sector que fue usado por los militares con fines de práctica se ubica en un lugar distinto y distante al sitio arqueológico. En dirección sur-este, más bien tirando a los grandes cerros. Aún es posible encontrar las trincheras, vainas y etc.
El sector arqueológico va longitudinal a un espinazo rocoso " en una altura" y te diré que no existen vestigios militares, más bien de intervención de los saqueadores.
Por último. Los profesionales han de saber separar lo que resulta de interés y obviar lo que no es relevante, por algo son profesionales.