"Se descubrió nueva especie en cualquier otro continente o en otra
región del país."
Los medios hacen fiesta, los diarios dedican páginas y las
redes explotan compartiendo imágenes. Fantástico, así debe ser, pero ¿qué pasa cuando
los descubrimientos son en Antofagasta? Ahí no hay flash, no hay noticias, no hay
nada. ¿No te causa extrañeza? ¿No te causa? ¿No te? ¿No? ¿?
Como institución (Caminantes Del Desierto) llevamos algo más
de 15 años recorriendo la naturaleza antofagastina, en nuestros inicios muy
centrados en la comuna y especialmente en la cordillera costera, luego y como
debe ser la tónica, crecimos y nos abrimos a toda la región.
Este hermoso acto de aprender en nuestra naturaleza
antofagastina - porque es esto lo que hacemos - en un medio donde la información
es escasa y no siempre está al alcance de todos, aunque sean todos (con sus
impuestos) quienes la paguen, ha generado algunos paradigmas “En este desierto
nada mora, nada crece” pues bien, este vacío
de información es lo que genera el desconocimiento y la falta de valorización
del patrimonio natural y resulta hasta entendible puesto que, en donde nada
hay, nada se debe explicar al destruir, pero, nuestra tozudez es mayor y es la
que nos obliga a tomarnos la tarea de mostrar estos espacios y nuestras especies
(su interacción) para derribar definitivamente esos mitos (creados por
conveniencia) y crear la conciencia de protección que toda sociedad debe tener
con la casa que mora, en este caso, nuestro desierto, región, país y en
definitiva, el planeta.
He aquí una breve pero maravillosa investigación realizada
por el Sr. Rodrigo Castillo Tapia.
Sr. Rodrigo Castillo Tapia
Efectuando una revisión de la información sobre los
escarabajos del género Entomochilus, que tienen importancia para nosotros
porque son escarabajos endémicos de distribución muy restringida, y en general
en permanente peligro por la fragilidad de sus hábitats, me encontré con la
sorpresa que desde el año 2015 tenemos una novus species (especie nueva),
encontrada en una localidad inesperada, que para la mayoría de los
antofagastinos ya no significa nada: Agua Verde.
En este lugar, abandonado a su suerte a un costado de la
carretera hacia el sur, y que algún día en el pasado tuvo un poco más de
importancia, como lugar de detención de los viajeros, se encontró un pequeño
escarabajo Entomochilus, hasta entonces desconocido. Recibió el nombre de
Entomochilus antofagasta (en lo personal, le habría puesto E. aguaverde, puesto
que sólo en ese sitio se puede encontrar). Lo triste del caso es que ha sido
descubierto en lo que probablemente sea el ocaso de su existencia, dadas las
condiciones del lugar, que ha perdido casi toda la flora que alguna vez tuvo en
mayor abundancia. Es incluso posible que hoy, a cuatro años de su
descubrimiento para la ciencia, este escarabajo ya ni siquiera exista.
Distribución de Entomochilus en la región de Antofagasta-Chile
Todas las especies de Entomochilus son endémicas de lugares
muy específicos y acotados, no son escarabajos de amplia distribución, ni mucho
menos. Se caracterizan por vivir en oasis de niebla, y pueden resistir
condiciones que otros no, a pesar de que, todos los Tenebriónidos (familia a la
que pertenecen) están especializados para vivir en zonas desérticas. En nuestra
región tenemos siete especies conocidas, de las cuales al menos tres, y quizá
si cuatro, tienen tan reducida población que cabe dudar que sobrevivan todavía
como especie.
Estas son Entomochilus horatii, el de mayor importancia para
nosotros, pues vivía (no sabemos si aún vive) exclusivamente en unos pocos
cerros de nuestra ciudad; Entomochilus punctatus, habitante de las cumbres al
norte del Parque Morro Moreno, y de cuya actual población poco se podría decir;
Entomochilus franzi, una de las dos especies descubiertas en Paposo, pero de la
que hace años no se han encontrado ejemplares, y el novato Entomochilus
antofagasta, de cuya sobrevivencia en la árida zona de Agua Verde nada se sabe.
Entomochilus horatii
"Nuestros" restantes Entomochilus son E. glabratus
(nombre que significa carente de pelo) y E. wilsoni, nativos de la Reserva
Quebrada de La Chimba, los que pese a la considerable pérdida de hábitat aún
son posibles de encontrar, y Entomochilus hirtipes, también de los cerros de
Paposo, y del que se sabe que, aunque escaso, aún tiene población suficiente
como para esperar que sobreviva.
Entomochilus glabratus
La importancia de los Entomochilus en sus respectivos
hábitats es grande, pues constituyen la principal fuente de alimentación para
muchos otros animales, invertebrados como las arañas y escorpiones, y
vertebrados como lagartos y aves. Su desaparición como especie en el medio en
que habitan, entonces, causaría un gran impacto. Pero, como es lógico suponer,
eso no es importante para nadie. Tenemos la idea, bastante tonta y fruto de la
ignorancia, que en nuestros cerros y desierto aledaño a la ciudad no hay nada,
por tanto no se estudia el impacto ambiental al extender los límites de la
ciudad, ni al autorizar faenes extractivas de áridos por ejemplo (o controlar
las que son ilegales) ni al no prohibir el tránsito de vehículos por fuera de
la carretera, arrasando con todo, permitiendo así que desaparezcan hábitats y
especies que bien podrían ser, incluso, desconocidas para la ciencia.
Entomochilus wilsoni
Sabemos que el avance de la ciudad ha terminado por cubrir
áreas que albergaban una especie de cactácea endémica, la que ya prácticamente
ha desaparecido. Lo mismo ocurre con los insectos, que tan poco importantes
parecen, pero sin los cuales la vida no puede desarrollarse en estos áridos
lugares (ni en ningún otro).
Las especies de Entomochilus aún no se han publicado, pero luego saldrá.
ResponderEliminarFantástico, resultaría muy grato el poder tener acceso a este estudio cuando lo publiquen, mientras tanto, seguimos con las tres especies referenciadas para Antofagasta en su cordillera costera.
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