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jueves, 30 de enero de 2020

LOS REMEDIOS DE LA VIEJITA



La ruda (macho) pa´ las maldiciones, el paico o el romero pal dolor de guata, el agua bendita pa santiguar (si lo demás falla) y no te olvidí niña de la medallita de San Benito pa´ la guagua – préndela en el pecho - pal´ mal de ojo. 

Ruta graveolens. Ruda

El papel con aceite caliente para los pulmones, las pepas de zapallo pa´ la solitaria, el cucurucho pal´ oído y tres padres nuestros pa´ espantar al malulo, eso último es muy importante. Ahora. Si la guagua tiene hipo, pone un plato da´o vuelta en la esquina de una mesa, y pásale el poto de una mosca por el ojo si tiene un orzuelo, pa´l empacho hay que meter el de´o ahí mesmo y hay que romperlo, ahora, si el cabro es más grande, dale zumo de papa….

Zumo de papa

Para poder contarles la siguiente historia debo referirme a temas que van desde lo humano a lo divino (como el canto) y en más de las veces verán al cachudo metiendo su cola para llevarse a alguno de los moribundos al patio de los calla´os, es – según las malhabladas vecinas – “lo que se merece el jutre aquel” cuando se trata de un hombre; “Es una santa” si se trata de una mujer y es “un pobre angelito” cuando nos referimos a un pequeño o una pequeña. Mal que mal estamos hablando de fines del 1800 hasta bien entrado el 1900, fechas en la cuales nuestra gente se instala, ocupa y forma Antofagasta.

Según los historiadores, los llegados (los primeros) son mineros, gañanes, rotos y descocidos que vienen del sur del país con una sola idea, hacer fortuna y procurar volver a su terruño. Son, habitantes de una tierra abonada - desde centurias - por mitos y leyendas. Donde la salud no es un tema exclusivo del cuerpo, más bien, es un tema del alma y que, no pasa por Médicos (que sabrán ellos) La salud queda en manos de las Meicas y sus brebajes, de las sanadoras y sus conjuros y de los compositores y sus emplastos, además, debemos sumar a esta elite de profesionales al curita y sus Padres Nuestros. con todo esto – ya se tiene el cielo gana´o pues gancho -.

Como hemos referido en nuestras charlas y escritos, sacados de libros de becerro y viejos manuscritos y muy a pesar de algunos, aunque en total y cabal conocimiento de otros. Antofagasta es cuna de la historia contemporánea de este país y al poco andar (como población) ya se tenía una ordenanza que prohibía la salud ejercida por mercachifles, como los anteriormente citados. Era por inicios del 1870 en donde quedó establecido – por norma – que, solo podían ocuparse de la salud de los antofagastinos los Médicos (fielmente acreditados) y las Parteras.

Ahora bien. El que se dictase estas normas en la naciente Antofagasta, no implicaba que, de igual manera asomasen por estas tierras o latitudes aquellas y/o aquellos que sabían curar con sus pócimas y daban más confianza a una ferviente y devota población. A pura hierba vecina. Además, todos contaban en su casa o en las cercanías con aquella abuela erudita, la viejita que aprendió el arte de la sanación por consejos de su madre y esta – a su vez - de la suya (la tradición oral).

La ruda pa las maldiciones, el paico o el romero pal dolor de guata, el agua bendita pa santiguar (si lo demás falla) y no te olvidí niña de la medallita de San Benito pa´ la guagua – préndela en el pecho - pal mal de ojo. El papel con aceite caliente para los pulmones, las pepas de zapallo pa´ la solitaria, el cucurucho pal´ oído y tres padres nuestros pa´ espantar al malulo, eso último es muy importante. Ahora. Si la guagua tiene hipo, pone un plato da´o vuelta en la esquina de una mesa, y pásale el poto de una mosca por el ojo si tiene un orzuelo, pa´l empacho hay que meter el de´o ahí mesmo y romperlo, ahora, si el cabro es más grande, dale zumo de papa….

 El Crotón chilensis para ciertos cánceres
 La Ortiga para las várices 
Pata de Guanaco para los Machucones 

¿Podemos seguir ante tamaña tortura? Aunque algunos de ustedes afirmen y recontra aseguren que esos remedios eran reamente efectivos. Pues bien, llegué adonde quería llegar y no me resulta grato, pero es parte de una verdad encubierta.

En un tiempo en donde la familia era muy numerosa y los cabros chicos se llevaban apenas por un año de diferencia, había que hacer algo para sosegar a la prole y poder permitir a aquella santa madre hacer los quehaceres del hogar, además de no importunar (so pena de castigos) el descanso del dueño de casa (eso era imperdonable) es ahí donde llegaban los consejos de aquellas viejitas y/o sanadoras, curanderas, etc… Esto, no lo saqué de alguna enciclopedia, me tomé el tiempo de preguntar por algunos valles, en donde aún perdura la medicina popular y aún perduran las viejitas octogenarias, el ¿cómo lo hacían para tranquilizar y dormir a los cabros chicos? he ahí también que entendí, porqué estuve tanto tiempo usando un escapulario Mariano y mi abuela ocupaba esos antiguos trajes de un color café oscuro, era (según confesiones familiares) por una manda, luego que estuve a dos respiros del más allá (nadie confiesa o nadie sabe), luego que, a alguien de mi círculo, se le pasó la mano con un brebaje que se usaba para dormir a las guaguas de antaño. Aún no entiendo, si yo, era tan dejecito y amoroso… Pa´ pesebre.  

Eso de: La hice dormir y no despertó.

¿Con que hacían dormir antiguamente a las guaguas y los niños?

Las Agüitas de la Viejita

- Con vino. En el sur del país (estrato más bajo) le daban agua con vino a los infantes (sangría), algunos dirán (Los Guachucheros) que era a modo de tónico energizante.
- Agüita de Amapola. Así es, se hacía hervir el “coquito de amapola” y se le daba (en pequeñas porciones) a la guagua.
- Agüita de Cala. El mismo efecto.
- Agüita de Datura. El mismo efecto

Papaver Somniferum L.
Datura stramonium

Los tres últimos (Amapola, Cala, Datura) muy tóxicos a dosis un poco mayores de lo prudente.

Las viejitas de aquellos tiempos sabían manejar muy bien las dosis y sabían predecir los resultados (hasta los malos), pero los errores (de ella o de la madre) quedaron bajo el manto de lo divino (un nuevo angelito con blancas alas) es, lo que el altísimo quiso, ¿que mal podría hacer la viejita aquella con sus agüitas?

En la actualidad toda esta “Sabiduría popular” (ya que no todo fue malo) se fue perdiendo e inclusive el uso que se daba a las plantas del norte de nuestro país se borraron y olvidaron en el tropel del ayer y aunque algunos digan que saben muy bien para qué sirven algunas plantas, no saben las dosis (cuando hay que tomarlas por vía oral) y especialmente las combinaciones de estas.

Por si todo lo anterior falla



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