El Cisne Blanco
Hay ciertas aves que nos resultan desconocidas, ya que nosotros,
los Caminantes, moramos por el territorio del desierto casi absoluto, carente y
poco atractivo para muchas de estas especies. Más, cuando nos dirigimos al
Humedal Costero de Carrizal Bajo – un lugar maravilloso – hacemos mención a los
participantes que podrán observar una gran diversidad de aves e inclusive cisnes.
Algunos, ante esta acotación, esbozaron una evidente risa de sorna ¿Cisnes? ¿En
este norte? ¡Andá!, pero era cosa de caminar y al poco andar - por los senderos
y miradores establecidos – los vemos asomar imponentes, aunque algunos comentan,
con desazón, que más parecen patos, patos grandes, pero se convencen rápidamente
de que son cisnes al leer la información que se encuentra disponible en los
miradores. La observación de estas aves se hace en silencio y, a cubierto, pero
las Taguas (muy numerosas) se traban en peleas constantes y bulliciosas, es ahí
que vemos el carácter y la majestuosidad del macho Coscoroba, quién se mete
raudo en dichos conflictos, poniendo orden entre las plumíferas y dejando en
claro quién es el que manda en el lugar. El que manda, manda.
Sobre la Especie:
Nos dice Don Rodrigo Castillo del Castillo y Castillo Tapia
Coscoroba coscoroba, es el nombre del cisne blanco que
podemos ver en Chile. Es único en su género, no hay otro Coscoroba en ninguna
parte del mundo, porque no es un cisne, como los otros, sino que tiene
diferencias morfológicas que lo hacen muy singular. Habita no sólo en nuestro
país, también en parte del cono sur de Sudamérica, abarcando parte de Brasil,
Paraguay, Uruguay, Argentina y Chile.
Su nombre común, Coscoroba, que originó asimismo el nombre
científico, es onomatopéyico, ya que reproduce el sonido de su voz.
Este es el más pequeño de todos los cisnes, alcanzando entre
90 y 115 cm. De plumaje casi enteramente blanco, tiene las puntas de las alas
negras, lo que se aprecia mejor en vuelo. Ambos sexos tienen el mismo aspecto,
si bien las hembras son de menor tamaño y tienen el iris de color café (los
machos lo tienen rosado). El pico y las patas son de notorio color rosado. A
pesar de ser chico dentro de los cisnes, igualmente es una de las aves más
grandes de nuestro país.
Prefieren lagunas, pantanos y cursos de agua dulce con
bastante vegetación, en tierras bajas, no sobrepasando los 2000 m de altitud.
Se alimentan de plantas, pequeños invertebrados acuáticos y marinos, huevos de
peces, etc, nadando en aguas poco profundas, vadeando o incluso caminando entre
la vegetación. También es posible verlos volcándose cabeza abajo en aguas más
profundas, para alcanzar el alimento del fondo.
Se reproduce entre fines del invierno y diciembre. Construye
grandes nidos - con vegetación acuática - en lugares poco accesibles muy cerca
del agua, como cañaverales o islotes. Constituyen parejas a largo plazo, que se
mantienen año a año. La hembra es la que incuba los huevos, pero el macho
participa activa y agresivamente en el cuidado del nido y de los polluelos, que
por lo general son entre 2 y 11. En Chile suelen tener una segunda nidada
cuando las primeras crías tienen unos 2 meses de vida. Viven entre 3 y 7 años
en libertad, aunque en cautiverio pueden llegar a los 20, al no tener
depredadores.
En Chile se le debiese considerar como una especie “en
peligro”, debido principalmente a la pérdida de hábitats y de sus sitios de
nidificación, que se ven afectados tanto por la ocupación humana, por la
instalación de líneas eléctricas y aerogeneradores cerca de éstas o en sus
rutas migratorias, aunque, los organismos nacionales piensan distinto puesto
que, dicha especie, estuvo catalogada en alguna categoría de amenaza, "En
Peligro" (Libro Rojo de los Vertebrados Terrestres Chilenos, 1987),
"En Peligro" (Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves,
1992), "En Peligro" (Ley de Caza, 1998). Sin embargo, recientemente
en el mes de octubre 2020, el Reglamento de Clasificación de Especies
Silvestres (RCE, 2020), ha resuelto considerarla en la categoría de "Preocupación
Menor" (LC).
Las poblaciones de la especie, en los países de más al norte,
se encuentran muy reducidas siendo considerados abundantes sólo en el sur de
Argentina.
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