Hablar del ayer es mucho más fácil cuando quedan vestigios.
Alturas de La Chimba 1983. Antofagasta-Chile.
Se llama o se llamaba Luzmira (esto depende exclusivamente del
tiempo transcurrido) y confieso que nunca pregunté por su apellido, por su
familia o tal vez lo hice y ya no lo recuerde. La conocí aquí en Antofagasta -por
temas laborales- a principios del año 2000. Era pequeña de tamaño, ya entrada
en años, pero con un dinamismo sorprendente. Dueña de un carácter férreo que
complementaba perfectamente con su enérgica voz. Tenía esa capacidad de irradiar alegría inclusive en sus enojos y confesaba -en sus minutos de
sosiego- que cuando no se encontraba laborando, dedicaba su tiempo y su vida a
recorrer el mundo en solitario.
Gustaba de la fotografía y cuando su marido aún
vivía, salían a recorrer y fotografiar el desierto. Eran los tiempos en donde
no todos contaban con una máquina fotográfica y el revelado de estas resultaba bastante oneroso. Era -sin duda alguna- una actividad para muy pocos aficionados
y afortunados.
Cuando tuve la oportunidad de ver estas imágenes, me encontré
con un tesoro único. Sobre 100 imágenes de la Chimba -actual Reserva Nacional-
en un año donde hubo presencia de la Corriente El Niño y las abundantes lluvias
permitieron uno de los fenómenos naturales más recordados en el Desierto de
Atacama. Septiembre de 1983.
Cuando volví a saludarla -un día cualquiera- ya no estaba. Me
dijeron que había vuelto a jubilar y que se dedicaría exclusivamente a viajar.
No he vuelto a saber nada de ella, tal vez sigue su recorrido por asía y/o
medio oriente acompañada de su cámara fotográfica ¿Que nos queda en recuerdo?
Lo valioso de su legado y el compromiso de compartir estas imágenes con los
antofagastinos y con el mundo entero.
La Chimba. Septiembre de 1983. Antofagasta-Chile.
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