Se resiste Calama a consagrarse como el “basurero de desechos
tóxicos” de Chile
La región de Antofagasta ya cuenta con una denominación bien dada “La
tierra del sacrificio”. Resulta evidente que los clamores de la gente en
pro de su bienestar y la de sus hijos es continuamente desoída por un motivo
fundamental. Nuestra tierra solo debe producir independiente del costo. Este tema del plomo lo hemos vivido y lo
seguiremos viviendo en la ciudad de Antofagasta, ahora le tocó el turno a
Calama de levantar la voz y exigir sus derechos. La ciudadanía se rebela.
Durante la última semana la comunidad se ha tomado el
edificio de la Gobernación y la Conadi, para expresar su rechazo a la norma que
regulará el movimiento transfronterizo de residuos tóxicos. ¿La razón? La única
planta que realiza el reciclaje de baterías está en esa ciudad –que en 2009 fue
declarada “saturada” por material particulado– y ya no quiere más
contaminación. El reglamento impediría la exportación e importación de desechos
como este. La comunidad acusa lobby e injusticia medioambiental. La autoridad,
por su parte, dice que Chile ratificó el acuerdo de Basilea, lo que impide
enviar desechos a otros países en vías de desarrollo.
El 26 de enero fue reingresado a Contraloría el reglamento
que regula el movimiento transfronterizo de residuos tóxicos. El Gobierno
aceptó algunas observaciones hechas por el organismo durante la toma de razón,
pero una modificación central tiene en pie de guerra a Calama: si la versión
original permitía la exportación de baterías de plomo de vehículos de todos los
tamaños, el texto ahora lo prohibirá.
¿Por qué afecta a Calama? Porque la única empresa que opera
en Chile y que tiene autorización legal para procesar baterías de vehículos y
estacionarias para extraer el plomo, es RAM-Recimat, que funciona hace 15 años
y se encuentra en el sector Puerto Seco de Calama. Es una compañía de
reciclaje, almacenamiento y tratamiento adecuado de residuos peligrosos
industriales, tales como borras plomadas, chatarra de plomo, baterías de
plomo-ácido fuera de uso y drosses, según han señalado desde la misma firma.
Sergio Chamorro, asesor jurídico de la “Federación Nacional
de Pobladores Calama sin Plomo”, dice que, al ser la única empresa con
resolución de calificación ambiental, concentraría todas las baterías en desuso
del país en una sola comuna. “La empresa está a metros de la Teletón, de la
Comunidad Indígena Yalquincha, de nuestro río Loa, y del tranque de relaves de
Talabre, que viene botando desechos tóxicos de la minería desde 1954 hasta la
fecha”, comenta Chamorro.
Vivir con plomo
La preocupación principal de los vecinos estriba en el alto
nivel de contaminación de Calama, declarada como zona saturada por material
particulado desde el año 2009. La principal causa de muerte es el cáncer y
registra más de 2 mil casos de enfermedades respiratorias en invierno. Por eso,
la comunidad se ha volcado a las calles a impedir que la ciudad se transforme
en un basurero “de desechos tóxicos”. Ya se han registrado tomas de la Conadi y
de la Gobernación.
Aunque las principales fuentes de contaminación por plomo se
encuentran en la explotación minera, la metalurgia, las actividades de
fabricación y reciclaje, más de tres cuartes partes del consumo mundial de
plomo corresponden a la fabricación de baterías de plomo-ácido para vehículos
de motor.
El vicepresidente de la Sociedad de Pediatría de Calama, Iván
Silva, señaló a la prensa que “los niños están siendo muy afectados por toda la
problemática de contaminación en la ciudad” y añadió que su calificación como
“saturada” ya es un problema: “Esto impacta por sí solo y provoca serios
problemas respiratorios y bronquiales en nuestros niños. Esto, sumado a la
contaminación de este tóxico, que es un producto químico generador de daño de
todos los sistemas y especialmente en los primeros años de vida de nuestros
pequeños, que es cuando su cerebro se está desarrollando a mayor velocidad. Por
lo tanto, cualquier daño generado por este tóxico genera cambios brutales en lo
que va a ser su vida”, recalcó Silva.
Lo que también les molesta a los vecinos es que la empresa
Recimat, según dicen, no se ha portado como un “buen vecino”, puesto que el año
2017 presentaron el proyecto “complemento módulo RAM”, que tiene como objetivo
instalar un segundo horno de fundición. “Esta intención fue manifestada a
través de una Declaración de Impacto Ambiental y no un Estudio de Impacto
Ambiental y hemos presentado un conjunto de observaciones, pero dada su
calificación se prohíbe la participación de la ciudadanía”, enfatiza Chamorro.
El asesor jurídico también hace hincapié en el acta número
953 de la Seremi de Salud de Antofagasta, del 7 de enero de 2016. “Entonces se
decretó, después de una fiscalización que se realizó a esa empresa, que existía
riesgo potencial a la salud de las personas que habitan en los sectores
aledaños a la empresa”, puntualiza Chamorro.
La comunidad desconfía asimismo de los vínculos políticos que
pueda tener la compañía, ya que la consultora ambiental Gescam ha sido su
asesora durante varios años. Gescam es de Hernán Durán de la Fuente, cuñado del
ex presidente Ricardo Lagos, y comparte responsabilidades con su hija,
Valentina Durán.
Según la plataforma Ley del Lobby, en octubre de 2016 el ex
ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, se reunió con Arturo Fermandois,
Antonio Carrecedo y otros dos gestores de intereses en nombre de RAM-Recimat.
El acta señala: “Los representantes de la empresa RAM solicitaron a la
autoridad que, en el marco de la nueva normativa de movimiento transfronterizo
de residuos, se privilegie la valorización en Chile”.
Desde Recimat sostienen que “parece al menos extraño que el
debate se centre en un solo producto de los miles que incluye la regulación.
Ahora existe una propuesta sometida al escrutinio de la Contraloría, que aún no
se pronuncia oficialmente y, por lo tanto, no podemos adelantar juicios sobre
aquello”.
El negocio de las baterías es un suculento botín donde el
competidor más cercano no está en Chile sino en Perú. También se ha dado cuenta
de un negocio informal, fundiciones clandestinas y hasta contrabando de
baterías de un país a otro.
Sobre este tema, desde Recimat manifiestan que tienen
claridad respecto a que hay importantes intereses económicos “de quienes
quieren exportar baterías a costa del medio ambiente. Por ejemplo, en Perú el
costo de procesar una batería es cuatro veces más bajo que en Chile por energía
y mano de obra, sin embargo, no hay legislación ni restricciones ambientales a
esta actividad, lo que ha ocasionado graves daños en zonas de extrema pobreza.
También esta demanda de exportar baterías se cruza con el alto interés por
acceder al ácido sulfúrico de las baterías para actividades de narcotráfico”,
precisan.
Las razones de medio ambiente
Lo que hizo hervir la molestia de los vecinos de Calama es
que se enteraron por la prensa de la enmienda al reglamento, en una entrevista
con el ministro de Medio Ambiente, Marcelo Mena, publicada el día 12 de
febrero.
Mena explica que Chile ha ratificado el convenio de Basilea,
lo que significa limitar la exportación de residuos peligrosos a países que no
sean parte de la OCDE y, además, hacerse cargo en el país de esos residuos si a
nivel local hay capacidad de procesarlos. “En la discusión que hemos tenido con
Contraloría aparece que, para aplicar esto en el sentido más estricto, es
necesario no exportar baterías si es que hay capacidad localmente, ni ningún
otro residuo. Esto rige para todos los residuos, no es sobre un residuo en
particular”, señala Mena.
Hay organizaciones ambientales que también han defendido la
posibilidad de que Chile se haga cargo de su basura tóxica sin traspasar
fronteras de otros países. Mena suma más argumentos en este sentido: “El
convenio de Basilea dice que no llevemos residuos a otros países en vías de
desarrollo y, como no nos gustó recibir desechos, como los que nos pasó en
Arica en los años 90, debemos ser buenos ciudadanos ambientales”.
Diario Universidad de Chile. Calama en alerta: contaminación
con plomo podría duplicarse en los próximos años.
El Mostrador. La tenaz resistencia de Calama a consagrarse
como el “basurero de desechos tóxicos” de Chile
Recimat
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