1978. En Recuerdo a una Generación
Algunos se preguntarán, porqué tocar este tema, el cual debe permanecer
reposando en el silencio absoluto y no nos puede asomar como importante (opinión
de algunos) y la respuesta es la misma que hemos brindado siempre. Es nuestra
tarea. La tarea de visibilizar el patrimonio de Antofagasta en todas sus facetas.
Han de saber qué, donde hubo defensas (más aún contemporáneas) quedaron vestigios
y estos vestigios no solo comprometen - en la actualidad - a la fauna del
lugar, también a la gente, pero estos hechos también son parte de nuestra
historia, Es cosa de contemplar estos parajes limítrofes e imaginar a nuestros
jóvenes (una generación completa) inmersos en un terreno hostil, con todo el
medio en su contra, frío, viento, calor y con la idea de que la guerra se les
venía encima. Reitero. no debe haber sido fácil el estar ahí.
Pues bien. 1978 nos puede parecer un año muy distante y a su
vez, con hechos desconocidos para la gran mayoría de los antofagastinos, todo
esto se debe – sin duda alguna – a que somos una población en constante
recambio (por temas de emigración) con un profundo desconocimiento de nuestra
historia (ya que nos han enseñado que solo parte de esta merece ser contada) y en
un tiempo, el presente, en donde no ve con buenos ojos el poseer ciertos
sentimientos de país y soberanía.
Defensas en Antofagasta
En el año 1978 “estuvimos en guerra” (Dicho por el dictador argentino
Jorge Rafael Videla) y solo faltaron las acciones bélicas. Más, es sabido e
informado por los medios de comunicación - en la actualidad - de los
preparativos y operativos efectuados en el sur del país y de las acciones
diplomáticas tendientes a detener el conflicto, pero ¿Qué sucedió en nuestro
norte en aquel año? Pues bien, gran parte de esta historia es casi desconocida,
pero parte de ella continúa latente en algunos sectores de la frontera, con un legado
que se niega a desaparecer y este legado son las minas antipersonales, mudos
testigos de un momento histórico en el cual nuestro país se vio amenazado por
tres bandas y nuestro norte se vio en total desmedro, casi carentes de
recursos, pero llenos de optimismo.
Esta publicación aparece - integra - en el Diario El Día de
la ciudad de La Serena con fecha sábado 01/09/2018 y habla de un conscripto
coquimbano que es trasladado al norte y enviado directamente a la frontera en
el año 1978, el porqué de este traslado es parte de una historia silenciosa,
sin fanfarrias o monumentos, es parte de un momento histórico en el cual
estuvimos bajo seria amenaza de guerra. es el relato del Sr. Félix Vallejos.
SALIDA DE LA ESTACIÓN:
La mañana era fría y a primera hora partió desde su casa con
nada más que una bolsa bajo el brazo en la que llevaba sus pertenencias, “no
había ni para bolso”, comenta con humor. Sin saber lo que le esperaba llegó a
la Estación de Trenes de La Serena para tomar el vagón en el que comenzaría su
recorrido, el cual hoy relata en una suerte de libro que espera pronto
publicar.
Para él era extraño que el Ejército llamara a la nueva
generación de conscriptos a cumplir con su servicio militar en el norte, pero
en su inocencia, hasta entonces intacta, no se imaginaba que se trataba de un
conflicto con tintes de guerra, para el cual él tendría que estar entre las
filas.
La muchedumbre lo confundía aún más. Esa mañana la estación
estaba llena, y sin nadie que lo despidiera, junto a una mesa esperando su
turno, miraba cómo los padres -algunos orgullosos, otros temerosos- despedían a
sus hijos mientras entraban al tren.
De pronto alguien gritó su nombre, le indicó que entrara al
vagón número dos y recién en ese momento comenzó a reflexionar en los pasos que
estaba dando, “pero no podía arrepentirme a esas alturas”, señaló Félix,
tampoco podían los más de mil jóvenes que junto a él serían parte de, como
ellos mismos llamaron después, “la generación silenciosa del ‘78”.
EN EL TREN:
Es quizás el recuerdo más vivo que tienen del proceso que
vivieron. A cuatro décadas siguen relatando lo importante que fue para ellos
tomar ese tren. Mientras las familias lloraban despidiéndolos, ellos se lo
tomaban como una oportunidad, en la que muchos querían seguir una carrera
militar y otros solo buscaban aprovechar al máximo la experiencia para madurar.
Tres días y dos noches los alojó el vagón del tren en el que
viajaron, en un ambiente de nueve por tres metros en el que debían comer y
dormir. Esto último fue lo más complicado, aseguran, las rígidas bancas de
metal y madera los obligaron a buscar una cama entre las rejillas para el
equipaje para no permanecer sentados todo el tiempo.
Una vez acostumbrados al espacio, y al frío que se colaba
dentro del tren, adquirieron un poco de confianza y comenzaron a formar los
lazos que hoy nuevamente los reunió. De distintas clases sociales, los nuevos
soldados comenzaron a presentarse y conocerse.
Luego de tres días de hambre y frío llegaron a la Estación La
Negra, en la comuna de Antofagasta. Allí los esperó un pelotón, para bajar de
lleno a la realidad a un grupo de adolescentes que por primera vez salía del
nido. “Parecía una imagen sacada de una película de guerra”, recuerdan.
VIVIENDO EL AMBIENTE DE GUERRA:
Los dividieron en grupos y los enviaron a diferentes
recintos, al grupo de Félix le tocó el “Regimiento Blindado N°2 Libertadores”,
ubicados en la compañía logística, desde el primer día comenzaron a vivir el
ambiente militar.
Al segundo día ya estaban en instrucciones militares,
despojados de sus nombres, y bajo las órdenes de un superior, comenzaron sus
entrenamientos, para luego, al día siguiente, llegar al “Valle de las
Lágrimas”.
No les costó comprender el porqué del nombre. Entre tierra y
piedras comenzaron los “aporreos”, instrucciones mediante las cuales los
militares pretendían “endurecer el carácter y hacerlos hombres, porque los más
débiles sucumbían”, indican los exconscriptos.
Luego siguieron las prácticas de tiro, un entrenamiento
“rápido y duro”, y tras dos meses de prácticas, fueron trasladados hasta la
frontera del país, por San Pedro de Atacama, donde recién comprendieron que el
conflicto territorial con Argentina había escalado a tal punto que los había
llevado a un estado de guerra, en la cual eran ellos los encargados de defender
el territorio por el norte.
Desplazamiento argentino
“El asombro fue grande”, señalan, pero los entrenamientos
habían sido efectivos, ya que aseguran que más que miedo había convicción de
cumplir con el deber y ellos estaban dispuestos a “ir a la pelea”.
Fuente: Diario el Día
Algunos hechos relevantes de 1978:
25 enero. Argentina declara nulo el laudo arbitral.
09 de febrero. La flora argentina (Flomar) va rumbo al Beagle.
17 marzo. Bolivia suspende relaciones diplomáticas con Chile.
23 marzo. Escuadra chilena se despliega por el sur.
03 de abril. Presidente de Bolivia expresa disposición de ir
a la guerra.
12 de julio. La I división del Ejercito de Chile se despliega
en el frente nor-este.
15 agosto. Se inicia la expulsión de chilenos desde bahía
blanca.
23 de septiembre. Despliegue preventivo terrestre chileno en
toda la frontera.
11 octubre. Llamado a las reservas militares en Argentina.
03 noviembre. Fuerza de tarea argentina, zarpa desde Belgrano.
20 diciembre. Despliegue estratégico listo en todo el
territorio chileno.
21 diciembre. Chile acepta la mediación Papal.
22 diciembre. Día fijado por la Argentina para el inicio de
la operación Soberanía.
22 diciembre. Argentina acepta la mediación Papal. La flota de
mar vuelve a su base.
08 enero 1979. Acuerdo entre Chile y Argentina en Montevideo.
1978
La defensa de las fronteras antofagastinas se realizó
preferentemente con infantería, hombres venidos del norte chico (Serena,
Coquimbo) y de nuestra región, la gran mayoría eran jóvenes inexpertos,
inmersos en extensos terrenos yermos y desolados, con temperaturas extremas.
Este fue un tiempo en donde el gobierno
chileno, consciente del peligro de guerra, preparó la defensa del país
manteniendo a la prensa y a la población alejada de esos temas. En sus
documentos especiales, el diario chileno El Mercurio afirma: “A diferencia de
Chile, donde los preparativos de guerra se hicieron en medio de gran reserva
para no alarmar a la población, los argentinos se movilizaron en medio de
sonoras concentraciones al grito de “el que no salta es un chileno”, con
oscurecimientos en sus principales ciudades, varias de ellas inalcanzables para
el rango de vuelo de los envejecidos aviones de guerra de la fuerza aérea
chilena, que estaba una generación atrás de la argentina.
La Defensa en el Norte.
Además de la infantería, se movilizaron algunos elementos de
Guerra.
Blindados.
Fueron cincuenta los M-41 - entonces en el inventario de
Chile - que estaban desplegados entre las zonas de Antofagasta y Calama en el
norte del país, al igual que un número de M24 Chafee y M4 Sherman, en
prevención de la materialización de las temidas Hipótesis Vecinales 2 (HV2) o 3
(HV3), que preveían un involucramiento de Perú y Bolivia en la crisis y
potencial guerra con Argentina. Debido a las tensas relaciones con Perú en el
norte, y condicionado en parte por el cierre de los mercados tradicionales
debido a los embargos ya mencionados, en 1976 se adquirió en Brasil una
importante cantidad de caza-tanques de manufactura brasileña. Las compras
incluyeron cerca de 80 blindados sobre ruedas 6X6 ENGESA EE-9 Cascavel, con un
motor MERCEDES BENZ de 212 HP también manufacturado bajo licencia en Brasil y
equipados con una torreta de diseño francés.
Tanque M-41 Walker Bulldog
Aviación.
Los “Vampiros” eran aviones que habían sido dados de baja;
pues bien, se volvieron a revisar, siendo los primeros aviones a reacción que
compró la FACh a finales de los años 50-DH115-servián para mantener a los
pilotos volando operativamente y después, para 1978, se usaron para una segunda
línea de reserva en el Norte, para cubrir la frontera en el sector de Calama.
La orden era “Todo lo que podía volar se armó y con eso se
preparó para ir al combate.” General Ricardo Ortega de la FACh.
“Vampiros”
El retorno de estos jóvenes a sus cuarteles comienza a fines
de diciembre para posteriormente ser desmovilizados y regresado a sus hogares. Un
retorno pomposo para los vecinos, con fanfarreas y reconocimientos, pero en
completo y perpetuo silencio para los nuestros.
Foto: Grupo de cazas chilenos F-5E.
Referencias:
Fuente: Diario el Día
Academia de Historia militar
La crisis del Beagle.
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