Un escrito de Rodrigo Castillo T.
Muchos niños de corta edad, hoy en día, no conocen ni han
visto nunca un "chanchito de tierra". Básicamente, porque la mayoría
ya no juega con tierra, ni tampoco los adultos los incentivan a conocer su
entorno. Es más fácil, y más cómodo, pasarles un celular o una Tablet para que
dejen de molestar, y se queden en silencio.
Oniscidea, encontrado -sorprendentemente- en la cumbre de un
cerro, con la escasa humedad de un oasis de niebla.
Pero para los mayores, creo que es a la inversa, deben ser
pocos los que nunca tuvieron a la vista, o derechamente en sus manos, un
chanchito. No sólo eran motivo de curiosidad, sino que también se convertían
-rápidamente- en un juguete vivo, que podía proporcionar mucha diversión.
Estos chanchitos, que de tal no tienen nada, salvo -podríamos
decir- su gusto por la tierra húmeda, no son insectos, como alguien podría
pensar. No, no son insectos, son crustáceos. Y como buenos crustáceos, y
contrariamente a lo que pensábamos de niños, no sólo viven en la tierra de
nuestros jardines, sino que muchos de ellos prefieren hacerlo en el agua, ya
sea dulce o salada. Por supuesto que no son los mismos, sino que hay una gran
variedad de especies de ellos, tantas, que superan las 3000 alrededor de todo
el mundo.
Según estudios realizados, tenemos en el país unas 35
especies de estos crustáceos, que pertenecen al Orden Isópoda, y al sub orden
Oniscidea, y están repartidos en varias familias, de las que la mayoría de sus
especies tienen vida acuática. No más del 20% son terrestres, y entre éstas se
cuentan aquellas que podemos, fácilmente, encontrar en nuestros jardines y
maceteros.
No podríamos decir específicamente qué especies de
Oniscideidos tenemos en nuestra región, y ni siquiera en nuestra ciudad, pues
no contamos con los conocimientos necesarios, pero sí sabemos que,
contrariamente a lo que por mucho tiempo creímos, hay variedad de ellos, y no
son todos iguales.
El chanchito más común, que podemos encontrar en nuestros
jardines. Porcellionidae.
Por ejemplo, los más comunes, que pertenecen a la Familia
Porcellionidae, no pueden enrollarse sobre sí mismos, por muy asustados que
estén. Pero hay otros, más escasos en nuestra ciudad pero sin duda presentes,
de la familia Armadillidae, que sin ningún esfuerzo y al primer signo de
alarma, se enrollan como si fuesen una bolita, perfectamente redonda, y así se
quedan, protegidos por su coraza, hasta que piensan que ha pasado el peligro.
De allí viene el nombre de su familia, de su semejanza con los armadillos, que
tienen un similar sistema de defensa.
Una característica de estos crustáceos es que, aún aquellos
de hábitos terrestres, necesitan de humedad para poder respirar, ya que no
tienen pulmones, sino pequeñas branquias, en la parte inferior de su cuerpo. Es
notorio que su cuerpo está cubierto por placas duras (a su nivel, lógicamente),
pero por debajo son muy vulnerables. Tienen -y esto los deja fuera
inmediatamente de los insectos- nada menos que 14 patas, repartidas en 7 de
cada lado, ligadas individualmente a una de sus placas.
Su reproducción es también interesante, ya que las hembras
poseen un saco interior, en donde incuban sus huevos fecundados, "dando a
luz" a minúsculos chanchitos, que irán creciendo y mudando de piel, cada
cierto tiempo, hasta alcanzar el estado adulto y su tamaño definitivo.
No todos son tan grandes como los que vemos en nuestros
jardines. hay especies bastante más pequeñas, que hemos encontrado en lugares
inesperados, como la gravilla mojada por las olas, a orillas del mar, o bajo
piedras, en lugares mucho menos húmedos, como los oasis de neblina.
Oniscidea de hábitat marino, viviendo bajo el nivel de la
marea. Muy pequeño.
Ciertamente un "bichito" simpático y querido por
muchos, al que se le ha acusado injustamente de comerse las plantas o sus
raíces. Los chanchitos se alimentan de materia vegetal y animal que ya empieza
a descomponerse, como las hojas secas que se pudren en los maceteros, o restos
de insectos muertos, que quedan allí entre la hojarasca, las piedras o los
maceteros debajo de las que viven.
Actualmente, el número
de especies ha aumentado a 43, de las que 12 son introducidas y el resto
nativas de nuestro país.
Actualmente, el número de especies ha aumentado a 43, de las que 12 son introducidas y el resto nativas de nuestro país.
ResponderEliminarListo, información anexada al escrito
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