A Colgar la Historia
Independiente si
podemos considerar al boxeo como un deporte, nos guste o no nos guste como tal,
siempre me ha llamado la atención el por qué no contamos con exponentes boxeriles
reconocidos (recordados) a nivel internacional o inclusive a nivel nacional, mal
que mal, por estos lares antofagastinos había bastante materia prima y lugares
en donde poner en práctica sus dotes, ya sea en las ciudades, pueblos
salitreros y campamentos mineros. Tal vez tuvimos algunos boxeadores destacados
o tal vez, solo fuimos buenos para las peleas callejeras (riñas) y la alharaca
del gallito, lo que si nos queda claro, los chuquicamatinos si eran buenos para los combos.
Hugo Figueroa. Tocopilla
Digamos que es, un imperdonable desconocimiento histórico de
mi parte.
"¿Viste? Es la diferencia que hay entre el fútbol y el
box. En el fútbol comienzan con los abrazos y terminan con los golpes. En el
box comienzan con los golpes y terminan con los abrazos"
Hará unos pocos días
atrás tuve la posibilidad de conocer a Don Nelson Rojas. Don Nelson es un fiel
exponente de la historia local, nacido en alguna de las antiguas oficinas
salitreras y que dedicó su vida a dos oficios. El de peluquero, tarea que aún desempeña
y el de arbitro boxeril.
Me indicaba en su
afable conversa que, las mayores y las mejores jornadas se dieron por las décadas
de los ´50 y ´60, grandes convocatorias, muchos fervorosos adeptos, pero muy
pocos boxeadores de nivel, por lo que, completaban las jornadas con representantes
de Iquique, Arica y alguno que otro venido de Santiago, meros paquetes, según
sus palabras. Don Nelson agrega que, en esta ciudad, como en muchas de las
ciudades de nuestra región, hubo muchos gimnasios y muchos clubes de boxeo, así como también muchos boxeadores de todo los niveles y de todas las categorías. En la actualidad solo quedan un par de ellos (clubes) que procuran mantener una
tradición que inexorablemente muere en nuestra Antofagasta.
Luis Roldán. María Elena
Luis Roldán. María Elena
La Historia del Box a
nivel Nacional:
El origen del
pugilismo en Chile se remonta a fines del siglo XIX cuando, tanto en Santiago
como en Valparaíso, se multiplicaron gimnasios y cuadriláteros donde
extranjeros residentes o de paso por el país, practicaban el deporte de los
puños. Los inicios del boxeo fueron, sin duda alguna, precarios. En ese
entonces, vislumbraba como principal figura Heriberto Rojas, considerado el
primer boxeador profesional chileno.
Heriberto Rojas 1927
El boxeo tuvo su
primera institución oficial en el país a partir de 1915, año en que se fundó la
Federación Chilena de Boxeo. Alrededor de esa fecha el pugilismo se
desarrollaba mayoritariamente en circos y teatros de barrios populares de la
capital, como La Chimba, Franklin, Yungay o Pila del Ganso, donde eximios
deportistas dejaban el corazón en los combates. Si bien durante estos primeros
años hubo deportistas de gran popularidad, fue a fines de los años veinte y
comienzos de la década de 1930 cuando surgió el primer ídolo del boxeo chileno:
Estanislao Loayza. "El Tani", como lo apodaban, tuvo como rivales a
Luis Vicentini y Luis Antonio Fernández, "Fernandito", quienes incluso en
algunas ocasiones lograron aplacar la popularidad de aquella célebre figura.
Estanislao Loayza 1926
Luis Vicentini 1923
Luis Fernandez 1923
La década de 1940
se inició con una de las mayores epopeyas del boxeo chileno. Arturo Godoy peleó
dos veces el título mundial ante Joe Louis, considerado uno de los mejores
pugilistas de la historia. Estas heroicas disputas marcaron el inicio de una
década de sinsabores, en la cual las figuras se estancaron y los logros a nivel
internacional decayeron. No obstante, en 1942 se inauguró uno de los
emblemáticos recintos que acogió al deporte de los puños: el Teatro Caupolicán.
En esa ocasión combatieron el ídolo chileno "Fernandito" y el cubano
René Sánchez, con victoria para el primero.
Arturo Godoy
La actividad
profesional durante la primera mitad del siglo XX no tuvo mayores éxitos, pero
sí los hubo a nivel amateur. Chile fue campeón en los Sudamericanos de 1927,
1929, 1941, 1946 y 1948. Pero los éxitos más importantes, -incluso para la
historia del deporte chileno-, fueron las medallas obtenidas en las Olimpiadas
de Melbourne el año 1956. En dicho certamen, el boxeo chileno obtuvo medallas
de bronce gracias a los puños de Claudio Barrientos - peso gallo - y Carlos
Luca - peso medio pesado -, y de plata, obtenida por el peso mediano Ramón
Tapia.
Hubo que esperar
varios años para que nuevamente un chileno disputara un título mundial en el
profesionalismo. Fue Godfrey Stevens, quien en 1970 fue derrotado por el
campeón japonés Shozo Saijo. Justamente durante esta década surgió Martín
Vargas, la mayor gloria en la historia del boxeo chileno. A nivel nacional,
este boxeador fue el profesional que en más ocasiones disputó la corona
mundial.
Godfrey Stevens
La época de
esplendor del boxeo chileno, entre los años treinta y setenta, terminó con
Martín Vargas. El boxeo en los años ochenta tuvo destellos de esperanza en los
nudillos de Benedicto Villablanca, Benito Badilla o Cardenio Ulloa. A pesar de
estas figuras, el deporte de los puños no volvió a ser lo mismo que en las
décadas anteriores. Las divisiones entre las federaciones internacionales, los
cuestionables manejos administrativos y las polémicas con relación a la
violencia de su ejercicio, fueron debilitando la práctica del boxeo a nivel
nacional hacia fines del siglo XX. La época gloriosa, registrada por la amena
pluma del periodista Renato González, hoy es conocida por las nuevas
generaciones cuando los mayores cuentan, con un dejo de nostalgia, cómo los
chilenos colmaron los coliseos deportivos o se desvelaron frente al televisor
no para ver un partido de fútbol, sino para emocionarse con un combate de box.
Extracto de Félix
Frascara, periodista de El Gráfico, a Renato González.
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