Han de ser muy pocas las palabras - que manejamos o
recordamos en nuestro país - que despiertan tantos sentimientos y todos ellos van
asociados a una profunda idea de injusticia. La palabra en si es “Pulpería” dándole a esta forma de comercio una connotación exclusivamente nacional, siendo que su origen – como tal- es casi de carácter continental y su
existencia fue gravitante para el comercio, especialmente para el de los pequeños
productores y para los lugares más alejados, llegando a servir en algunos países para la reunión e interacción directa de la
población.
Vista interior de la tienda o pulpería en una salitrera no
identificada, 1915. Fotógrafo no identificado.
Colección Archivo Fotográfico, Museo Histórico Nacional
El concepto de pulpería se emplea en varios países de América
Latina para aludir al comercio donde se ofrecen alimentos y diversos productos
de uso frecuente. De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española
(RAE), el término deriva de pulpa, ya que en sus inicios comercializaban frutas
y dulces que se elaboraban a base de ellas, aunque existen otras teorías sobre
el origen del nombre.
Pulpería
Las pulperías nacieron en el siglo XVI y fueron las tiendas
más frecuentes hasta comienzos del siglo XX. Las personas podían encontrar en
estos establecimientos todo lo que necesitaban para su cotidianeidad, desde
productos alimenticios hasta remedios, velas y muchos otros artículos.
Muchas veces las pulperías también se constituían como
espacios de reunión social. La gente, sobre todo en los pueblos o en las
ciudades pequeñas, se congregaba en estos lugares a jugar a las cartas o a los
dados, a escuchar a cantores o simplemente a charlar.
Es importante tener en cuenta que las pulperías presentaban
diferentes características según la región. En algunas zonas ya casi no existen
o se denominan de manera diferente, mientras que en otros lugares el término
aún es popular.
Ahora bien, si vamos un poco más profundo, a la raíz de la
palabra y de su establecimiento.
Una pulpería era, hasta inicios del siglo XX, el
establecimiento comercial típico de las distintas regiones de Hispanoamérica,
encontrándose ampliamente extendida desde Centroamérica hasta los países del
Cono Sur. Su origen data de mediados del siglo XVI y proveía todo lo que
entonces era indispensable para la vida cotidiana: comida, bebidas, velas,
carbón, remedios y telas, entre otros.
También era el centro social de las clases sociales humildes
y medias de la población; allí se reunían los personajes típicos de cada región
a conversar y enterarse de las novedades. Las pulperías eran lugares donde se
podía tomar bebidas alcohólicas y además se realizaban peleas de gallos, se
jugaba a los dados, a los naipes, etc.
Los establecimientos eran una viva expresión de la cultura
local, como en el caso rioplatense, en donde solían contar con una o dos
guitarras para que los gauchos "guitarreasen" y cantasen; o se organizaran
payadas y bailes entre los parroquianos.
Debido a la amplia superficie argentina, las pulperías eran
un punto de encuentro para los gauchos. El artista Florencio Molina Campos
(1891-1959) retrató la atmósfera de estos sitios en varios de sus cuadros.
Florencio Molina Campos
Origen del término
Existen tres teorías conocidas del término. El origen data de
la época colonial y surge como una institución colonial junto con el estanco.
Origen en las palabras "pulpo" o "pulpa"
Para algunos autores sostienen que el nombre se origina en el
hecho de que en estos locales se vendía pulpa de frutas.
Origen en la bebida "pulque"
Según Solórzano Pereira, en su obra Política Indiana
publicada en 1647, la palabra derivaría de la bebida "pulque" que se
elabora en México de las hojas del maguey, llamándose "pulquería" a
la tienda donde la despachan. Esta teoría es considerada dudosa por filólogos
como Daniel Granada y Alejandro Magariños Cervantes en su obra Vocabulario
Rioplatense Razonado, impresa en 1889 y en la que hacen referencia a la obra
anterior del cronista Garcilaso de la Vega, que ya señalaba la existencia del
término en la ciudad de Lima en 1552.
Según cierta teoría, la palabra "pulpería" sería
una mutación de la palabra "pulquería", ya que en el México colonial
los comercios donde se expendía el pulque recibían ese nombre y solían cumplir
las mismas funciones que las pulperías sudamericanas. El hecho de que la
palabra haya mutado de pulquería a pulpería se explica fácilmente: fuera de
México, el pulque era casi desconocido o totalmente desconocido; en cambio, se
conocía y se conoce la palabra pulpo, aunque casi ninguna "pulpería"
haya nunca expendido pulpo, o en todo caso, pulpa de carne vacuna.
Origen en la diversidad de productos que se vendían
Una tercera y muy dudosa teoría aduce que el término
"pulpería" venía del hecho de que como estos locales comerciales
tenían todo tipo de artículos, el encargado tenía que actuar con sus manos
"como un pulpo" para manejar todos los pedidos que se le hacían.
Pulperías por países
Chile
En Chile, el término pulpería se utilizaba para identificar las tiendas que se encontraban en las oficinas salitreras, donde los trabajadores compraban la mercancía a cambio de fichas y/o dinero que obtenían de sus empleadores.
La creación de la ficha y su utilización como medio de pago por el trabajo, se le atribuye a la burguesía chilena, siendo que la ficha es de carácter universal y fueron los ingleses quienes tenían por costumbre el remunerar a sus trabajadores con este medio de cambio “token” (su significado en inglés corresponde a pieza, ficha, símbolo, entre otros). Ahora bien. Tomando en cuenta que la propiedad de las salitreras, especialmente en Tarapacá, estaba mayoritariamente en manos de
empresarios británicos, el uso de los “tokens” no debe ser ignorado.
Sobre las Pulperías Pampinas
Los grandes centros comerciales del Desierto.
Al establecerse las primeras oficinas salitreras - primeramente, en Tarapacá y posteriormente en Antofagasta – los dueños de dichos establecimientos tuvieron que proveer a sus trabajadores desde lo más básico.
- En primer lugar de la vivienda, que en sus inicios era bastante precaria y adolecía de toda comodidad.
- De los servicios básicos (especialmente el agua)
- La alimentación, vestuario y vituallas.
Para esto último se vio en la modalidad comercial de la Pulpería la posibilidad de entregar estos servicios bajo la misma administración de la oficina y con la posibilidad de remunerar a los trabajadores con fichas y vales canjeables en el mismo lugar. De esta manera el negocio era redondo para los empresarios, debido a que dichas fichas solo eran canjeables en sus propias Pulperías. Bajo estas condiciones, todo el dinero pagado en fichas-salarios a los obreros, retornaba directamente a los dueños de las oficinas a través de este procedimiento.
- De los servicios básicos (especialmente el agua)
- La alimentación, vestuario y vituallas.
Para esto último se vio en la modalidad comercial de la Pulpería la posibilidad de entregar estos servicios bajo la misma administración de la oficina y con la posibilidad de remunerar a los trabajadores con fichas y vales canjeables en el mismo lugar. De esta manera el negocio era redondo para los empresarios, debido a que dichas fichas solo eran canjeables en sus propias Pulperías. Bajo estas condiciones, todo el dinero pagado en fichas-salarios a los obreros, retornaba directamente a los dueños de las oficinas a través de este procedimiento.
Pulpería 1918. Fotógrafo no identificado.
Colección Archivo Fotográfico, Museo Histórico Nacional.
Esto duró hasta 1924, durante el gobierno de Arturo Alessandri, se estableció en el artículo N° 24 del Código del Trabajo de Chile, que el pago de los salarios debía hacerse sólo con moneda de curso legal. Esta ley puso término definitivo a este sistema de remuneración.
Pero las Pulperías no desaparecieron al erradicar las fichas salitreras.
Dice el escrito del Blog: Rememoranzas Pampinas
Estos centros comerciales adquirieron una importancia significativa dentro de las comunidades pampinas, no solo porque eran los principales lugares de abastecimiento y punto de convergencia de la comunidad, sino también por que las administraciones de cada oficina generaron toda una estrategia para motivar a los trabajadores a permanecer en la pampa.
Así es como estas Pulperías, estaban opulentamente proveídas y con productos de primera calidad y a precios irrisorios. Lo que permitía que aun cuando los sueldos eran bajos, este les alcanzaba holgadamente para poder subsistir sin inconvenientes. El problema se presentaba, cuando los obreros visitaban otras ciudades y se encontraban con que los productos eran hasta cinco veces más caros que en las Pulperías Salitreras.
Además. la Empresa le otorgaba a sus trabajadores, el beneficio de adquirir mercaderías a través de un Vale de Crédito, que después era descontado de su sueldo a través del “descuento por dentro”. Sistema que se usaba también, cuando se iba al Teatro o a ver algún espectáculo.
Pulpería de Chuquicamata
Página santiagonostalgico
Argentina
La pulpería argentina es la denominación que le cabe de
manera exclusiva a la tienda rural más tradicional y añeja registrada
geográficamente en territorio argentino, donde cualquier artículo de origen
nacional puede ser objeto de venta o decoración y, en tal sentido, nada que
quepa en ese rubro desentona. Si bien la pulpería argentina no tiene fecha
exacta de inauguración, se estima que existían desde mucho antes del contacto
de los españoles con los araucanos, incluso cuando aún no existía comercio alguno
o estancia que garantizara la provisión de bebida o alimento. En 1810 existían
en la provincia de Buenos Aires (que por entonces incluía a la Capital Federal)
unas 500 pulperías. Testigos de este pasado destacan la Blanqueada en San
Antonio de Areco y la pulpería de Cacho en la ciudad de Mercedes. Aunque ya no
son tan numerosas, algunos de estos establecimientos persisten en el barrio de
San Telmo y parque Patricios de la Ciudad de Buenos Aires, donde se pueden
encontrar diversas mercaderías y tomarse un trago.
México
En México no existieron las pulperías tal como observamos
anteriormente, sino como pulquerías; un lugar donde se vendía pulque y fungía
como punto de reunión social para los trabajadores de todas las épocas, desde
el colonialismo hasta hoy en día. Actualmente tanto el pulque como el mezcal
han subido de categoría, y ahora los bares y restaurantes anuncian que ofrecen
pulque y mezcal.
Pulquería en Tabucaya
Perú
La existencia de pulperías en Perú se encuentra documentada
desde mediados del siglo XVI, existiendo en zonas tanto rurales como urbanas.
En ellas se vendían toda clase de géneros, pero se caracterizaban
principalmente por la venta de bebidas como vino, pisco, ron y otros
aguardientes; el jurista Gaspar de Escalona y Agüero, en su obra Gazophilatium
regium Peruvicum... (publicada a mediados del siglo XVII), señalaba que
«Pulperías son en Perú, tiendas, mesones o tabernas donde se venden algunos
mantenimientos, como son vino, pan, miel, queso, manteca, aceite, plátanos,
velas y otras menudencias».
En la Memoria que el virrey Juan de Mendoza y Luna, marqués
de Monte Carlos, entregaba a su sucesor le recordaba que «También se prohíben
por ordenanza las tabernas o bodegones en la ranchería de indios. Llamadlas acá
pulperías».
A mediados del siglo XIX la pulpería era el típico
establecimiento a cargo de los inmigrantes italianos llegados a Perú, estas
pulperías italianas abundaban en el Callao, Tacna, Moquegua, Arica, Arequipa y
otras ciudades y villas del país. A principios del siglo XX el término quedó
reducido para hacer referencia a los establecimientos de comercio minorista,
hasta que paulatinamente fue dejándose de lado y sustituido los de bodegas,
almacenes, tiendas o casas de importación, y en el caso de las que vendían
licores y comidas, ahora son conocidos como restaurantes o bares.
Pulpería del Perú
Uruguay
El primer pulpero de la Banda Oriental fue el práctico del
Río de la Plata, Pedro Gronardo, quien abre una pulpería en la joven ciudad de
San Felipe y Santiago (corría el año 1724). En poco tiempo surgieron otras más.
Estas pulperías montevideanas, igual que las bonaerenses, fueron denominadas
“esquinas”, porque se ubicaban siempre en la intersección de dos calles. Muchas
familias patricias tuvieron en su lejano origen un pulpero. Es el caso de los
Mitre; Bartolomé Mitre —abuelo y de igual nombre del que fuera presidente
argentino y fundador del diario La Nación— tuvo su pulpería en esta banda.
Muchas grandes fortunas rurales tuvieron su arranque en una pulpería.
El naturalista francés Auguste de Saint-Hilaire, que estuvo
por aquí en 1820, comenta sobre las pulperías: “Es allí donde los indios y los
mestizos pasan la mitad de su vida, dejando el poco dinero que ganan”.
En 1832, cuando el joven Charles Darwin pasó dos meses en
estas tierras —en una estación de su largo viaje de estudios a bordo del
Beagle, que sería una experiencia clave para sus futuras y famosas teorías—
tuvo oportunidad de visitar una pulpería en la ciudad de Minas. Y dejó un
significativo testimonio de esa vivencia: “Un gran número de gauchos acude allí
por la noche a beber licores espirituosos y a fumar. Su apariencia es chocante;
son por lo general altos y guapos, pero tienen impreso en su rostro todos los
signos de la altivez y del desenfreno... Tanto nos hacen un gracioso saludo
como se hallan dispuestos a acuchillarnos si se presenta la ocasión”. La
clásica pulpería comenzó a ser sustituida poco a poco, sobre fines del siglo
XIX, por dos tipos de comercio: los almacenes “de ultramarinos”, y los bares
con almacén. De todos modos, no desaparecieron de golpe, y hasta bien entrado
el siglo XX siguieron funcionando muchas pulperías en el interior del país. En
el presente quedan, en lugares apartados algunas pocas, como el vivo testimonio
de ámbitos que permitían una forma de encuentro integradora y socializadora, civilizadora,
en suma.
Centroamérica
Aunque en algunos países de América del Sur el término ya no
es tan común, en varios países de Centroamérica el término es muy actual y
estos establecimientos se cuentan por miles (excepto en El Salvador y
Guatemala, en donde el nombre utilizado es "tienda" o
"tiendita"). Por ejemplo, en Costa Rica hay unas dieciocho mil pulperías,
en Nicaragua ciento veinte mil y en otros se cuentan varias decenas de miles,
como en Honduras. En México existen más de seiscientas cincuenta mil, en
Colombia cuatrocientas mil y en Brasil ochocientas mil. Existen tres tipos de
pulperías: La pulpería de mostrador, la pulpería de ventana y la de kiosko. En
la primera existe un mostrador como barrera entre el pulpero y sus clientes.
Éste atiende y vende con sus manos sobre un mostrador. En la de ventana el
pulpero atiende y vende a través de una ventana en una pared del local, muchas
veces por motivos de seguridad. El kiosko es un establecimiento en un lugar
público donde el cliente puede darle la vuelta y normalmente venden periódicos,
flores, bocadillos, refrescos y cigarros, entre otros.
"Pulperia"
in Jalapa, Nicaragua
David F.
Barrero
Situación actual
A comienzos del siglo XX el término pulpería fue cayendo en
desuso en partes de América. La mayor parte de las pulperías en Argentina y
Chile, por ejemplo, fue substituida por establecimientos con funciones
parcialmente similares: los almacenes de ramos generales y los boliches.
En Centroamérica, en cambio, el término "pulpería"
se sigue usando y es muy común para pequeños establecimientos o tiendas que
venden bebidas, azúcar, cigarrillos, etc. Las pulperías se encuentran
generalmente, pero no únicamente, en los barrios o vecindarios más pobres de
las ciudades centroamericanas, ya que venden artículos fraccionados, es decir,
porciones muy pequeñas para su consumo diario; por ejemplo, se venden los
cigarrillos por unidad.
Las Pulperías Pampinas
Las Fichas Salitreras
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