En el año 2016 tuvimos la fortuna de contar con
notables visitas del mundo de la botánica (a nivel nacional por supuesto).
Investigadores y equipos de trabajo se concentraron en la región de
Antofagasta-Chile luego de las copiosas lluvias del año 2015 y de las inusuales
floraciones primaverales (de ese mismo año) y del verano del 2016.
Entre estas visitas podemos resaltar la figura de
una persona que, sin duda alguna, era un personaje reconocido y muy querido en
el ambiente de la botánica, nos referimos a Don Ricardo Martini. Don Ricardo
era geólogo de profesión, pero con un cariño muy profundo y marcado por la naturaleza de
nuestro país. Tuvimos la fortuna de llevarlo a conocer ciertos lugares
considerados bastiones de los Caminantes (nuestros feudos) y mostrarle algunas
especies que no son del conocimiento general. De el aprendimos hartas cosas y
fue Ricardo quién nos despertó un interés que, quedó latente en el tiempo y que
volvió a aflorar con el comentario de un participante en el tema semillas del
norte. El tema en si eran las Micorrizas.
Don Ricardo Martini
Sabíamos de líquenes, lo más cercano en nuestro
conocimiento en esta asociación entre hongos y plantas. Habíamos fotografiado
bastantes en nuestros recorridos, especialmente en las alturas de los oasis de
niebla, pero no sabíamos nada de Micorrizas y, si era factible esta extraña
simbiosis en estos áridos parajes. Ricardo nos dio el ejemplo de una hermosa
especie, la Pasithea caerulea (Ruiz & Pav.) más conocida como azulillo, nos
dijo que esta especie requería la presencia de un hongo para su crecimiento y
su color, aunque el tema propiamente tal estaba en estudio, era hasta entonces
“un supuesto”
Pasithea caerulea (Ruiz & Pav.)
Al volver a retomar este tema en el año 2020 y
reconocer (hidalgamente) que nada sabemos de esto, puesto que, no hemos sido
testigos de esta trama de vida en la flora nortina. Nos pusimos a investigar y
no nos deja de llamar la atención el desconocimiento y la falta de estudios -
sobre este tema en nuestra región - puesto que los estudios indican que entre
el 90 y el 95 % de las familias de plantas terrestres (80 % de las especies)
presentan micorrizas de forma habitual ¿Y dónde las encontramos en esta región?
Líquenes y Micorrizas
Los hongos tienen la capacidad de asociarse con
otros organismos de manera simbiótica para poder colonizar medios y obtener
unos beneficios que, por ellos mismos, serían incapaces de conseguir. Son dos
las principales y más conocidas simbiosis fúngicas. La primera es la que forman
con algas o cianofíceas (cianobacterias) para formar los líquenes y otra es la
que forman con las raíces de las plantas vasculares para formar las micorrizas.
He aquí la respuesta ¿hemos de buscar bajo tierra?
Caloplaca sp.
Líquen ramalino
Líquen ramalino siliquoso
Ahora bien. La palabra micorriza, de origen
griego, define la simbiosis entre un hongo (mycos) y las raíces (rhizos) de una
planta. Como en muchas relaciones simbióticas, ambos participantes obtienen
beneficios. En este caso la planta recibe del hongo principalmente nutrientes
minerales y agua, y el hongo obtiene de
la planta hidratos de carbono y vitaminas que él por sí mismo es incapaz de
sintetizar mientras que ella lo puede hacer gracias a la fotosíntesis y otras
reacciones internas. Se estima que entre
el 90 y el 95 % de las familias de plantas terrestres (80 % de las especies)
presentan micorrizas de forma habitual.
La asociación simbiótica se establece entre las
raíces de plantas y las hifas de hongos de las divisiones Glomeromycota,
Basidiomycota y Ascomycota. Al inicio de la colonización el hongo forma un
manto constituido de hifas fúngicas que rodean el ápice de la raíz; luego otras
hifas penetran el espacio intercelular entre las células radiculares, formando
lo que se conoce como la red de Hartig. Es aquí en la red de Hartig donde se
lleva a cabo el intercambio de nutrientes, minerales y agua: el hongo absorbe
agua y minerales que luego transloca hacia la planta y en retorno la planta le
provee azúcares y otros productos de la fotosíntesis al hongo. Dentro de varios
de los efectos positivos que le brindan los hongos ectomicorrícicos a su
hospedero, el más importante se le atribuye al micelio extrarradical que
aumenta la cantidad de toma de minerales disueltos.
La movilización de nutrientes se puede dar por
una vía enzimática que le permite al hongo utilizar nitrógeno orgánico y
fósforo, o por la liberación de ácidos orgánicos movilizando calcio, magnesio y
potasio, entre otros. Las hifas excretan principalmente ácido oxálico que ayuda
a desgastar las superficies rocosas; además el diámetro que presenta el ápice
de una hifa comparado con el ápice de una raíz le confiere una gran ventaja a
la planta pues le permite explorar sustratos a los cuales no podría alcanzar
sin la asociación con su hongo ectomicorrícico.
Es posible que un hongo forme micorrizas con más
de una planta a la vez, estableciéndose de este modo una conexión entre plantas
distintas; esto facilita la existencia de plantas micoheterotrofas (plantas
parásitas de hongos); algunas de las cuales ni siquiera realizan la fotosíntesis
(como las del género Monótropa), que extraen todo lo que necesitan del hongo
micobionte y las otras plantas con las que este también establece simbiosis.
Así mismo, varios hongos (en ocasiones de especies diferentes) pueden
micorrizar una misma planta al mismo tiempo.
Las ventajas proporcionadas a las plantas por la
micorrización son numerosas. Gracias a ella, la planta es capaz de explorar más
volumen de suelo del que alcanza con sus raíces, al sumársele en esta labor las
hifas del hongo; también capta con mayor facilidad ciertos elementos (fósforo,
nitrógeno, calcio y potasio) y agua del suelo. La protección brindada por el
hongo hace que, además, la planta sea más resistente a ciertos estreses
ambientales que afectan al suelo como la salinidad los cambios de temperatura y
la acidificación del suelo derivada de la presencia de azufre, magnesio y
aluminio. Por si todo esto fuera poco, algunas reacciones fisiológicas del
hongo inducen a la raíz a mantenerse activa durante más tiempo que si no
estuviese micorrizada.
Es – sin duda - una unión tan estrecha
(planta-hongo) que sin ella la planta no puede subsistir, como es el caso de
las orquídeas (Bipinnula taltalensis en nuestra región). Las plantas cuyas
semillas carecen de endosperma (sustancias alimenticias de reserva) dependen
completamente del hongo para alimentarse y germinar posteriormente.
Oenothera coquimbensis Gay
INFORMACIÓN:
LÍQUENES Y MICORRIZAS
RED DE HARTIG
gracias así cada vez trato de aprender temas muy entretenidos!!
ResponderEliminarSiempre un agrado
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