De los Baúles del Pasado
Para referirnos a las Oficinas Estrella y Año nuevo, establecidas
tras los cerros de nuestra ciudad, debemos remontarnos a los inicios del 1900 y
en especial a un gran personaje de aquella época, a Don Luis Risopatrón.
Era mediados de la década de 1920 cuando el ingeniero Luis
Risopatrón publicó su Diccionario Geográfico de Chile, obra que de alguna
manera reemplazó al Diccionario Geográfico de la República de Chile (1867), de
Francisco Solano Astaburuaga. La nueva publicación superó a la anterior en la
cantidad de información sobre lugares de Chile e incorporó los
Hasta aquí vamos muy bien.
Su autor, era hijo del científico naturalista Francisco
Risopatrón, fue ingeniero geógrafo e ingeniero civil hidráulico.
Risopatrón ejerció numerosos puestos administrativos y
técnicos, y tuvo una destacada participación como ayudante de la Comisión
Internacional de Límites, bajo las órdenes del perito Diego Barros Arana.
Posteriormente, y hasta mediados de la década de 1910, se desempeñó en diversas
reparticiones estatales relacionadas con materias geográficas. Tras su retiro
se dedicó, durante diez años, a la investigación y edición del Diccionario
Geográfico de Chile publicado en 1924.
Ahora bien ¿Qué relación tiene Luis Risopatrón con la Oficina Estrella y Año Nuevo? Elemental mis queridos Watson. En la cartografía elaborada por Risopatrón de Antofagasta-Chile, asoman varios puntos de interés, espacios y lugares que ya no existen en los mapas y cuyos vestigios despertaron nuestra curiosidad. Han de saber, que por el Km 12 del Salar del Carmen, punto de acceso superior a la ciudad en su extremo este, podemos advertir una gran cuenca que sigue paralela a la cordillera de la costa (Cuál muro infranqueable) y en cuyo trayecto, hay grandes depósitos de sales y el establecimiento – en la actualidad – de múltiples empresas (de todo tipo).
Observando el Mapa de Risopatrón. Advertimos en el sitio,
inmediato al humedal, la instalación de dos oficinas de las cuales no se
determina el rubro, pero si vamos al área, visitamos el sector, podemos observar
una gran torta de caliche, específicamente de la Borra, ripio o el estéril de
dicho material. Esto podría corresponder a ex oficinas salitreras que operaron
en Antofagasta (En las cercanías) cuyo material puede haber sido traído desde
las diversas pampas calicheras y tratado en este lugar. Hemos advertido
fundiciones (artesanales, pero numerosas) corrales, pozos de agua y fundaciones
de establecimientos. Ahora. Si ya era sorprendente que la compañía de salitres
de Antofagasta elaborase el salitre en nuestra ciudad, como ocurrió en los
inicios, igual nos debe sorprender que hubiera establecimientos salitreros tan
cercanos a la ciudad, a tan solo 12 km del punto “0”.
Lo anterior es solo una especulación, hemos buscado información
sobre dichos establecimientos y no hay dato alguno, salvo, los vestigios
encontrados en el área.
¿En qué podría beneficiarnos el saber sobre todo esto?
A la gran mayoría, en nada, pero somos testigos de antiguos
asentamientos de los cuales queda muy poco o nada, asentamientos en donde vivió
gente, en donde nacieron y murieron connacionales, en donde se forjaron sueños
y lazos y hoy, solo son ruinas sin pasado.
Para saber algo más, tan solo un poco más.
Diccionario geográfico de Chile:
http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-8111.html
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