Un breve escrito sobre Mariposas
Hoy hablaremos de las mariposas, especialmente de aquellas que
vemos en Antofagasta, en la ciudad y la comuna de Antofagasta-Chile.
¿Hay más especies de mariposas fuera de estos límites? Si,
hay muchas especies más, pero estas - las posteadas - son de Antofagasta.
Ahora bien. Eso de que para el sur hay mariposas más grandes
y hermosas, es así, pero estas son de aquí, de Antofagasta.
Para finalizar la intervención de este humilde escribano y
para despejar toda duda sobre las mariposas
¿Estas mariposas sufrieron algún estrés fotográfico, como
acota el Sr. Tarrea? No, todas ellas posaron libremente para el Sr. Bichólogo y
recibieron su justa retribución en polen.
¿Ahora sí?
Nos acota e ilustra Don Rodrigo Castillo del Castillo y
Castillo Tapia, el Sr. Bichólogo.
Actualmente, para la mayor parte del mundo, las mariposas son
un símbolo de belleza y fragilidad y se las puede ver representadas ampliamente
en toda suerte de obras artísticas.
Se dice que la más antigua representación artística
-conocida- de una mariposa, está inserta en la obra “El Príncipe de los
lirios”, fresco encontrado en el palacio de Knosos, en Creta, que dataría de
hace algo más de tres mil años. El nombre de la obra es antojadizo, pues no se
sabe ciertamente a quién o qué representa, ya que se encontraba destrozado,
pero lo que no se puede desconocer es que la mariposa data de esa época. No
aparenta tener otro significado que el de ornamentar junto a los lirios, por lo
que sólo sería un elemento decorativo más, similar al que se le da hoy.
No obstante, a lo largo de la historia estos frágiles
insectos han tenido otros -variados- significados, para culturas de todos los
extremos de la tierra.
Para algunos indígenas australianos, las mariposas son las
almas de los muertos, que regresan a la tierra en esa forma.
En Asia en general, se les ve como una representación de la
inmortalidad, de la reencarnación, probablemente por su forma de desarrollarse
con sucesivas transformaciones (huevo, larva, pupa, imago) y en países como
Japón y China se les considera símbolo de la felicidad conyugal.
En la Grecia antigua, se pensaba que la mariposa era la
personificación de la divinidad femenina originaria, como generadora de vida.
Posteriormente, fue tomando -con el mito de Psyche- el sentido de ser el alma
humana, una alegoría del alma inmortal.
Esta afinidad de las mariposas con el alma y los seres
divinos también es posible encontrarlas en otras culturas muy alejadas de la
helénica, como la Azteca o la Hopi (conocidos como Navajos). Para los aztecas
eran un símbolo del alma, y se les atribuían poderes especiales y atributos
mágicos.
Los Hopi, en tanto, creían en un ser mágico (kachina)
conocido como Polik-mana, con figura de mujer joven y un tocado que imita las
alas de una mariposa. Ella tenía el poder de bailar cada primavera de flor en
flor, polinizándolas, y de atraer la necesaria lluvia sobre la tierra. Resulta
obvia la asociación con la labor que realizan estos insectos.
Los mexicas que querían solicitar favores a Xochiquetzal
(diosa del amor, el placer, las flores y la belleza) podían hacerlo a través de
las mariposas. Atrapaban una y le contaban sus íntimos secretos, a cambio de
los cuales solicitaban un deseo. La mariposa volaba hasta Xochiquetzal y ésta
concedía el deseo a cambio de las confidencias recibidas.
Pero las mariposas no sólo representan amor y belleza,
también en la cultura mesoamericana se creía en la diosa Itzpapálotl (la
mariposa de obsidiana). Esta divinidad era la madre de la guerra y la muerte,
señora de la caza y de los sacrificios. Se la relacionaba con la oscuridad de
la noche y el inframundo. Podríamos decir que es la culpable de la fama de
mariposas como la Ascalapha odorata, una gran mariposa nocturna de fúnebres
colores, cuya presencia es poco apreciada por esas tierras, por creérsela
emisaria de la muerte.
Más cerca nuestro, en la cultura mapuche se cree que las
almas de los muertos, cuando consiguen ser separadas efectivamente del cuerpo y
de la fuerza vital, se van al Wenu Mapu (el mundo de arriba), desde podrán
luego volver a la tierra en forma de mariposas, para integrarse de nuevo a la
vida o hacerse parte del Ngen (espíritus de la naturaleza).
Interesante resulta que, en la cultura quechua, se dé
importancia a un solo insecto, entre todos los demás, y que ese único insecto sea
la mariposa.
Para los aymaras, en tanto, si bien no tiene una mayor
significación, sí se considera que su presencia es un augurio de que se tendrá
visitantes.
Como vemos, las mariposas son insectos que han acompañado al
hombre, en sus diversas culturas, manteniéndose presentes de una u otra forma.
Hubo (hay) culturas que las utilizaron para obtener de ellas seda, como también
quienes se las comían (y comen).
Lamentable resulta entonces que hoy en día queden cada vez
menos mariposas. Esto es una realidad que no podemos desconocer ni pretender
ignorar.
Es fácil darse cuenta. Por ejemplo, en nuestra ciudad siempre
existieron varias especies de mariposas, la mayoría nativas y alguna
introducida. Pero ¿Cuántas de ellas quedan? ¿Cuántas de estas - que aquí se
muestran, y en qué cantidad - han visto en los últimos meses de
primavera-verano, que es cuando más abundantes debiesen ser?
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Entre Polillas y Mariposas
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