“Vamos a la choca”
Choca, para desconcierto de los extranjeros, le llamamos los
chilenos -sobre todo en el ámbito laboral- a las once o el desayuno, e incluso
al almuerzo, actualmente. Desconcierto, decimos, porque no se usa este término
en ningún otro lugar, salvo en Chile, para designar a las horas de comida.
Proviene, se nos dice, de la minería y es ahí, en efecto,
donde la conocimos y usamos durante décadas. La explicación que se da para su
uso, o su origen, mejor dicho, estaría en la Mina de Sewell.
Se cuenta que en una de sus secciones -no diremos cuál porque
hay discrepancias al respecto- llegaba la colación a lomos de una mula, como
era habitual en aquellos tiempos. Pero esa mula en especial tenía un rasgo
distintivo: le faltaba la cola. Ocurre en contadas ocasiones, por cuestiones de
genética, que puede nacer algún animal así. Y en nuestro país se les llama (o
llamaba antaño) “chocos” a los animales en tales casos, por tener sólo un
muñón. Y siendo una mula (hembra), obviamente le llamaban “la choca”.
De ahí habría partido la tradición, del hecho de avisarse
unos a otros “llegó la choca”, cuando llegaba la mula con la comida.
No hay otra forma de explicarlo, ya que, si fuese una palabra
de origen indígena, por ejemplo, se conocería también en los países vecinos,
aunque fuese deformada o con variaciones, como ocurre con otras palabras o
expresiones.
Pero no hay nada de eso, de manera que es propio aceptar que
ése y no otro es el origen de “la choca”, que ha dado origen también al
“choquero” o “jarro choquero”, generalmente un jarro de aluminio o enlozado,
para tomar el té. Y, por supuesto, a falta de ellos, uno confeccionado
artesanalmente con un tarro de conservas y asa de alambre torcido. En casos
extremos se hacía dejando una parte de la tapa sin abrir, para luego plegarla
sobre sí misma y doblarla hacia abajo, dándole forma de una rudimentaria
asa. No era muy firme ni duradero, pero
para el momento servía. Para muchos es éste -el artesanal- el verdadero
choquero, para otros lo es el de enlozado, pero eso depende más que nada de la
edad de la persona, y del lugar y condiciones en que haya trabajado.
Esta es una tradición ya antigua, aunque no hemos podido
precisar qué tanto, pero si consideramos que los inicios del mineral de Sewell
se remontan a 1905, sumado al uso de una mula en la faena, podemos hablar
tranquilamente de unos 80 años, ya que hasta 1911, que se construyó el
ferrocarril, todo el transporte desde y hacia el mineral se hacía de esta
manera. No sabemos hasta cuándo se utilizaron mulas para las tareas menores,
mas, si suponemos que hasta 1950, “la choca” debió realizar sus labores antes
de esa fecha.
En todo caso, y para evitar confusiones, aclararemos que, si
bien reciben el nombre de “choquero” en Chile actualmente, eso no implica que
estos tachos hechos con una lata tengan el mismo origen que el nombre, éstos se
hacían desde mucho antes y en todos los lugares, a la par con la introducción
de las latas de conservas.
Podemos encontrar aún en algunos recónditos lugares de la
pampa restos de algún “choquero”, hecho a la usanza obrera.
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